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Jorge Zamora E.
"Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres" Hechos 5-29
Así es, por obedienia a Dios primero hay que obedecer el Magisterio que muestra que JPII cayó en herejía muchísimas veces durante su reinado. El mismo Magisterio dice que entonces el hereje se separa ipso facto de la Iglesia.
O sea, a JPII se le aplica perfectamente esto:
Papa León XIII, Satis cognitum, # 19, 29 de junio de 1896:
“Tal ha sido constantemente la costumbre de la Iglesia, apoyada por el juicio unánime de los Santos Padres, que siempre han mirado como excluido de la comunión católica y fuera de la Iglesia a cualquiera que se separe en lo más mínimo de la doctrina enseñada por el magisterio auténtico”
Canon 2314, Código de Derecho Canónico de 1917: “Todos los apóstatas de la fe cristiana y todos y cada uno de los herejes o cismáticos: 1) incurren ipso facto [“en el acto” o “por el acto”] en excomunión…
"Amaos los unos a los otros como Yo os he amado"
Lo primero que debe tenerse para ofrecer a Dios un sacrificio, ofrenda, limosna o acto caritativo, es la fe. Si no hay fe, es decir, la fe Católica, íntegra, sin mancha ni concesión alguna a la doctrina perversa del demonio, en nada podemos agradar a Cristo. Cualquier acto de reparación estará manchado por la mancha horrorosa de la mentira, la herejía, la apostasía o cualquier otro mal tan odiado por Dios, quien es la Verdad. Dios Nuestro Señor detesta la herejía: la herejía es la aceptación parcial o discrecional de la enseñanza de la Iglesia, la cual contiene en su magisterio la verdad revelada en la Biblia.
San Lucas 11, 23: "El que no está conmigo, está contra mí, y el que conmigo no recoge, desparrama".
Respecto a que se debe preservar la fe para practicar la caridad que manda Nuestro Señor Jesucristo:
1 Reyes (1 Samuel) 15, 22: "Pero Samuel repuso: ¿No quiere mejor Yahvé la obediencia a sus mandatos que no los holocaustos y las víctimas? Mejor es la obediencia que las víctimas. Y mejor escuchar que ofrecer el sebo de los carneros. Tan pecado es la rebelión como la superstición, y la resistencia como la idolatría. Pues que tú has rechazado el mandato de Yahvé, él te rechaza también a ti como rey”.
San Lucas 11, 23: "El que no está conmigo, está contra mí, y el que conmigo no recoge, desparrama".
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