En estos textos del padre Zoffoli se vierten acusaciones verdaderamente graves sobre el Camino Neocatecumenal.

De verdad creo que se le fue la mano en determinados aspectos; ¿qué Cristo no ha llevado a cabo ninguna redención?, ¿Qué no ha realizado ningún sacrificio en la Cruz?, ¿Qué el pecado no existe? Me parece imposible que el Camino enseñe tal doctrina.

El Camino Neocatecumenal no es un movimiento elitista. Ciertamente muchas comunidades, especialmente en zonas marginales, se componen de personas de un nivel intelectual pobre. Pero no nos llevemos a engaños, no todos los miembros del Camino son unos analfabetos sin ninguna idea de doctrina católica. Cualquier creyente normal, que buscase con su entrada en el Camino una mayor participación en la vida de la parroquia por ejemplo, saldría espantado ante estas enseñanzas, y parece que esto no es lo más habitual. Personalmente conozco a un sacerdote que a edad avanzada decidió entrar en el Camino, hasta la fecha nunca me ha comentado nada de estas terribles herejías.

El muy interesante post de Alacrán comienza con el incisivo subtítulo de: “Una herejía aplaudida por los últimos Papas”. Bueno yo diría que lo que este movimiento ha recibido de Juan Pablo II y de Benedicto XVI es algo más que un aplauso.

Juan Pablo II fue siempre un gran impulsor y defensor de este movimiento. Veía en él una fuerza especial que podría ser muy útil para la Iglesia, especialmente en la tarea evangelizadora. Él mismo acudía a las ceremonias de envíos de familias en misión para bendecir a las familias neocatecumenales. Bajo su papado se aprobó ad experimentum el Estatuto del Camino Neocatecumenal.

El por entonces Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Ratzinger conoció bien esos textos. En 2008 se aprobaron definitivamente los estatutos, y en 2011 se aprobó la catequesis. ¿No es precisamente del libro de catequistas de donde Luigi Villa ha extraído las terribles enseñanzas heréticas contenidas en la segunda parte del post?

Ahora yo pregunto, desde la ignorancia y para que ustedes me ilustren, ¿pueden dos Papas de la Iglesia Católica abrigar e impulsar tan groseras herejías conscientemente? Porque tiene que ser conscientemente, no queda otra, ya que hasta un lego en teología como yo entiende la gravedad de lo aquí expuesto, y el padre Zoffoli envió personalmente una copia de sus escritos sobre el Camino a Juan Pablo II, por lo que no puede argüirse desconocimiento.

Y no sólo los Papas. El Camino sólo se implanta allá dónde es solicitado por un obispo. ¿Hay de verdad tantos obispos interesados en predicar esta nueva doctrina que, por lo aquí dicho, rozaría lo luciferino?

Yo sé que me van a decir que estos son los frutos del Concilio. Pero, ¿tan descarnadamente como lo aquí expuesto? ¿con tanta desfachatez?. ¿Con la connivencia de Papas, obispos y párrocos, y la renuncia a su verdadera fe de miles de fieles?

Por último, dos cuestiones: ¿qué pasa con la infalibilidad?; y, ¿debemos los laicos cuestionar a la curia, o acatar su gobierno?