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Irmão de Cá
Sr. Jasarhez, no pretendo con mi comentario criticar su opinión sobre el nuevo Pontífice, así como no respetar su voluntaria decisión de no volver a participar en este hilo. Yo mismo, como ya dejé escrito en este debate, comparto la posición de Valmadian, una posición de reserva e prudencia, de dejar mis preocupaciones para tras y acoger de pecho abierto a un nuevo Papa que, por acción del Espíritu Santo, puede encerrar la mala memoria del Cardenal Bergoglio como Arzobispo de Buenos Aires, en las remotas catacumbas de la historia. Puede que sea naïf al creerlo posible; sin embargo, "Él les dijo: Lo que es imposible para con los hombres, posible es para Dios. Lucas 18:27".
Ahora bien: si el Espíritu Santo puede derramarse sobre los hombres, no significa por ello que a los hombres les quite la libertad de no seguir por el camino que Él ilumina. Para ser claro y para que nuestros lectores lo vean claro: no es el Espíritu Santo que elige los Obispos de Roma. Son los cardenales electores que los eligen. Para tanto invocan la inspiración del Espíritu Santo, es cierto; no menos que el Espíritu Santo accede a la invocación "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos. Mateo 18:20". Ahora que los cardenales sigan Su inspiración, sólo Dios puede saberlo.
Sr. Jasarhez, como el magisterio de la Iglesia y la historia han demostrado, los cardenales no son infalibles. Como no lo son los Papas que eligen, cuando no proclaman ex cathedra. Por eso los Papas nunca podrían ser elegidos por el Espíritu de Dios, infalible, por supuesto.
Así que le ruego Sr. Jasarhez; la defensa de nuestras opiniones sobre SS el Papa Francisco no justifica que tergiversemos al punto de rozar la blasfemia.
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