¡Qué asco de tiempo nos ha tocado vivir!

Y es que, como diría don Enrique Santos Discépolo:

"...Igual que en la vidriera
irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remache
ves llorar la Biblia
junto a un calefón".


¡Es terrible!
Señor ven pronto