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Tema: Hermandad Sacerdotal Española: 7.000 curas franquistas en defensa de la Iglesia

  1. #1
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    Hermandad Sacerdotal Española: 7.000 curas franquistas en defensa de la Iglesia

    Antecedentes.

    El Concilio Vaticano II se había centrado en potenciar y subrayar los derechos de obispos y de laicos, relegando el tratamiento de los sacerdotes y su “problemática”, dejando a buena parte de ellos desencantados, ansiosos y ávidos de aclarar y mejorar su situación y por tanto muy susceptibles a la ideologización.

    Ya en el postconcilio (1966) se producía el escandaloso fenómeno de la «contestación» sacerdotal, tras la infiltración masiva del activismo e ideología marxista en el clero, desde los años 50, en Iberoamérica, con curas guerrilleros (el colombiano Camilo Torres, el español “cura Pérez”, Domingo Laín… , marxistas y cooperadores con el comunismo de la URSS; fenómeno que en España, Francia, Italia, aunque menos violento se manifestaba en colaboraciones con el izquierdismo revolucionario, tercermundismo, sindicalismo subversivo, anticapitalismo…

    Por otra parte, se daba el fenómeno desolador y contagioso de deserciones masivas de sacerdotes (a millares) en todo el mundo, que “colgaban los hábitos” desencantados, especialmente el clero joven, al comprobar que el ideal de vida religiosa, que abrazaron ilusionados, se menospreciaba desde la letra y espíritu tras el Vaticano II; saliéndose del sacerdocio y pasando a rehacer su vida espiritual, laboral y afectiva, y hasta llegando al matrimonio.
    En Francia, especialmente, el movimiento sacerdotal progresista “Echanges et Dialogue” llegaba a constituir un peligro por insinuar formar otra Iglesia paralela (“una de obispos” y “otra de sacerdotes”) exigiendo a sus aterrorizados obispos, para evitarlo, una ‘Asamblea permanente’ nacional.

    Siguiendo la misma onda, en mayo de 1969, en París se celebraba una “Asamblea Obispos-Sacerdotes”: en que curas “progres”, poco menos que amotinados, acusaron a sus obispos de estar “al servicio de los ricos”. Poco después, otra nueva reunión subversiva de 500 curas de «Echanges et Dialogue» pedía “derecho a casarse y a trabajar en la calle”. En una carta enviada a los obispos les trataban de “queridos Hermanos”, en vez de “queridos Padres”.

    El tema era candente y de gran actualidad; para contribuir a aclararlo (… o más bien a liarlo), se trató sobre él a comienzos de julio, en el II Simposio europeo de obispos celebrado en Coire (en alemán: Chur), Suiza, sobre “problemas sacerdotales”, participando 14 cardenales y más de 100 obispos europeos (Tarancón entre ellos). Hubo, por supuesto, presencia “ecuménica” (hereje) del presidente de la llamada “Conferencia de Iglesias Europeas”, el protestante Garfield Williams y atronadora ovación para el “rebelde” cardenal Suenens.

    Aprovechando dicho evento, varios curas contestatarios montaron un numerito, llevando una gran cruz encadenada hasta el seminario donde se reunían los obispos. Varios de ellos fueron detenidos por la Policía suiza. En otro ‘Coire paralelo’, curas contestatarios denunciaban que “la Iglesia hacía el juego a los poderes establecidos”, exigiendo “celibato opcional, y derechos culturales, sindicales y políticos...”. Finalizó el simposio episcopal de Coire (Suiza) con la lectura por el cardenal Suenens de una carta de Hans Küng, en la línea de los curas rebeldes, exigiendo el fin del celibato, una “Conferencia episcopal pan-europea”, etc.

    Estaba claro que el tema sacerdotal se corrompía más cuanto más se manipulaba por el progresismo, y especialmente por las veladas “bendiciones” episcopales a sus desviaciones.

    Por si fuera poco, en España, además, desde mediados de los años 60 venía produciéndose el fenómeno de la contestación sacerdotal no solo a obispos y jerarquía, sino al régimen político del 18 de Julio (el mismo bajo el cual Franco los había salvado del exterminio) y al que, mediatizados por la subversión marxista y separatista, criticaban y se oponían de palabra y de obra, formando en conjunto un cuadro eclesiástico para España escandaloso y desolador. De la aterradora subversión político-clerical de la época, especialmente desde 1966, da idea aproximada este enlace:

    http://hispanismo.org/crisis-de-la-iglesia/28286-listado-no-exhaustivo-de-actos-subversivos-del-clero-contra-franco-1963-1975-a.html


    ***

    Paralelamente, a esa contestación sacerdotal izquierdista y caótica surgió como respuesta otra “anticontestación” de signo tradicionalista, a cargo de la Hermandad Sacerdotal Europea, constituida en diciembre de 1968.

    En ese contexto, los sacerdotes de la Hermandad Sacerdotal Española, se reconocían “católicos, apostólicos, romanos y españoles, que no podía cruzarse de brazos ante el peligro de confusionismo que amenaza al clero; no permaneciendo indiferentes ante el descenso alarmante de vocaciones, la audacia de publicaciones pseudoteológicas que envenenan a la juventud, proclamando los principios inconmovibles del dogma católico y magisterio eclesiástico y manifestando que sus sacerdotes querían permanecer fieles a la revelación del Redentor y ser conductos de la gracia que vivifique sus almas.»
    Última edición por ALACRAN; 09/07/2021 a las 19:24
    DOBLE AGUILA dio el Víctor.
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

  2. #2
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    Re: Hermandad Sacerdotal Española: 7.000 curas franquistas en defensa de la Iglesia

    La Hermandad Sacerdotal Española se dio a conocer oficialmente en Segovia, a principios de julio de 1969, coincidiendo con los desmanes sacerdotales de Coire (Suiza). Sus orígenes procedían de Cataluña: cientos de religiosos y sacerdotes, atendiendo a Pablo VI (decreto Presbyterum Ordinis, de 7-XII-1965), fundaban la “Asociación de sacerdotes y religiosos San Antonio Mª Claret”, para “combatir los nobles combates de la fe”, dirigida por el P. José Bachs.

    Fruto del trato entre el P. Bachs y el franciscano valenciano P. Miguel Oltra, surgía la Hermandad Sacerdotal Española, fundada por el P. Oltra en julio de 1969. Ambas asociaciones sacerdotales formaron un cuerpo unido: la “Hermandad Sacerdotal Española de San Antonio Mª Claret y Beato Juan de Ávila”.

    El P. Miguel Oltra (1911–1982), que ejerció de presidente de la Hermandad Sacerdotal, fue capellán nacional de la División Azul. El secretario general era el P. Venancio Marcos (1908-1978), misionero oblato de María Inmaculada, muy conocido a nivel nacional por sus predicaciones religiosas en la radio.

    La Hermandad Sacerdotal Española mantuvo relaciones amistosas con Monseñor Lefebvre y su FSSPX desde 1971 a 1976, mientras Mons. Lefebvre en Econe (Suiza) era “tolerado” por Roma; pero todo cambió tras la “suspensión a divinis” de Pablo VI (verano de 1976), que produjo la ruptura por parte de la HSE.

    En su entorno hubo conocidos obispos como mons. Guerra Campos (Madrid, y Cuenca), mons. Arriba y Castro (Tarragona), mons Cantero (Zaragoza), mons. Castán (Sigüenza), mons. Marcelo González (Toledo), mons. Morcillo (Madrid), etc. Obispos que, extrañamente, no dudaban en tratar con numerosos herejes de pro que llegaban a España en virtud de contactos y comisiones ecuménicas, implementadas tras el Vaticano II, y a que estaban obligados a asistir. Tampoco se sabe que hicieran ascos, la Hermandad y obispos afines, a la nueva "colegialidad episcopal", a la nueva Misa (más protestante que católica) y nuevos sacramentos que Roma impuso desde 1969.

    Y es que la crítica a los documentos del Concilio Vaticano II, esencial en mons Lefebvre, brillaba por su ausencia en la HSE: para ésta, todos los males eran "abusos" de algunos teólogos y algunos obispos así como "infiltración comunista". Y es que si el Vaticano II y Pablo VI ordenaron urbi et orbi el ecumenismo con herejes, dotados ambos como estaban, diríase, de seráfica unción, no había nada que oponer...

    Obviamente con una “fe” de tan curioso perfil, no asombró que la Hermandad rompiera con el "rebelde" mons. Lefebvre, pero sí continuaron sus obispos, junto a los demás progresistas, recibiendo impávidos a clérigos protestantes foráneos “ecuménicamente”; y así, en definitiva, (asumiendo por obediencia debida, por comodidad, por cansancio, el continuo desmadre eclesial al que no se veía fin y obedeciendo ciegamente a un papa que constantemente predicaba lo opuesto a ellos) acabara la Hermandad desapareciendo al cabo de dos décadas, vista la inutilidad de sus esfuerzos y el fin "biológico" de sus mejores valedores

    Pocos obispos fueron los afines a la HSE, sin embargo, frente el ambiente hostil del más de medio centenar de obispos que pensaban de modo contrario, capitaneados por Tarancón (boicots, condenas, prohibiciones, represalias). Y es que la historia de la Hermandad viene a constituir, en definitiva, la resistencia y la disidencia clerical ante Tarancón y sus argucias, apareciendo con la llegada de éste a Toledo como Primado de España (y poco después a la presidencia de la Conferencia episcopal y al arzobispado de Madrid); y coincidiendo el ocaso de la Hermandad con la vida de Tarancón, en los años 90.

    ***

    La Hermandad llegó a tener hasta 7.000 sacerdotes y religiosos asociados. Todos vestían sotana (frente a los curas rojos y progres, que usaban el clergyman, iban de paisano, o hasta con camisa de cuadros arremangada y vaqueros). El P. Oltra organizó famosas asambleas anuales de carácter nacional, en afirmación de los principios de la Hermandad: las más relevantes fueron en Segovia (1969), Zaragoza (1972), Cuenca (1974) y Granada (1978), con gran difusión en los medios de comunicación, que, obviamente, fueron objeto de duras polémicas desde sectores opuestos.

    Fue constante el apoyo de la Hermandad, y obispos afines, al Régimen de Franco (su última etapa), mediante notas públicas a la prensa y homilías, frente a obispos opositores y clérigos revoltosos, exigiendo contundencia, y a su vez, recordando los principios político religiosos proclamados por la Iglesia que los revoltosos infringían. Ante la continua impasibilidad, distanciamiento y zancadillas de Roma a Franco, la HSE fue la mejor valedora del Régimen, apoyándolo entusiásticamente en momentos conflictivos y críticos, cuando todo le era contrario.

    El fallecimiento del padre Oltra (1982), conllevaría al estancamiento de la Hermandad Sacerdotal; y finalmente, al inicio de la década de los 90, quedó reducida a la mínima expresión.
    Última edición por ALACRAN; 09/07/2021 a las 20:54
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    Re: Hermandad Sacerdotal Española: 7.000 curas franquistas en defensa de la Iglesia

    Unas aclaraciones sobre el texto anterior

    y obedeciendo ciegamente a un papa que constantemente predicaba lo opuesto a ellos) acabara la Hermandad desapareciendo al cabo de dos décadas, vista la inutilidad de sus esfuerzos y el fin "biológico" de sus mejores valedores
    Obviamente, tal papa era Pablo VI; y entre su muerte (1978) y el final de la Hermandad hubo bastantes años bajo Juan Pablo II, que sí predicaba en la línea de la Hermandad; sólo que por entonces (años 80) ya la HSE estaba en decadencia y no se atisbaba solución político-religiosa alguna para la España despedazada y pervertida de la Constitución y sus politicastros y con un episcopado cómplice, que arrastraba una dinámica descristianizadora, opuesta al nuevo "conservadurismo" de Juan Pablo II.

    A los efectos del hilo, valdría la ficción de que la Hermandad Sacerdotal dejó de existir poco después de la muerte de Franco.

    Y es que la historia de la Hermandad viene a constituir, en definitiva, la resistencia y la disidencia clerical ante Tarancón y sus argucias, apareciendo con la llegada de éste a Toledo como Primado de España (y poco después a la presidencia de la Conferencia episcopal y al arzobispado de Madrid); y coincidiendo el ocaso de la Hermandad con la vida de Tarancón, en los años 90.
    Matizando que Tarancón dejó su último cargo de arzobispo de Madrid en 1983, falleciendo en 1994. Y que el auge de Tarancón coincidió el de la Hermandad Sacerdotal, ambos a principios de los años 70, en vida de Franco, su época más polémica e interesante.
    Última edición por ALACRAN; 10/07/2021 a las 13:10
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    Re: Hermandad Sacerdotal Española: 7.000 curas franquistas en defensa de la Iglesia

    Esto recogía la prensa en aquellos días, julio de 1969, sobre la presentación de la nueva Hermandad:


    REUNION DE UN GRUPO DE SACERDOTES QUE SE SIENTE "CATÓLICO, APOSTÓLICO, ROMANO Y ESPAÑOL"

    Declaración de fray Miguel Oltra Hernández

    Segovia, 7. — «Ante el lamentable espectáculo de confusionismo doctrinal que estamos presenciando, no podemos cruzarnos de brazos», se dice en la carta de convocatoria para la reunión que se celebrará en Segovia organizada por la Hermandad Sacerdotal «San Antonio María Claret y Beato Juan de Avila».

    Dicha reunión se celebrará el próximo miércoles, día nueve. Ante el ejemplo, de otro grupo de sacerdotes reunidos en Vich (Barcelona) la Hermandad Sacerdotal —ha dicho a «Cifra» fray Miguel Oltra Hernández, O.F.M.— quiere también demostrar al pueblo español que hay un grupo de sacerdotes que se siente católico, apostólico, romano y español» agregando «que no pueden cruzarse de brazos ante el peligro de confusionismo que amenaza al clero».

    En la carta de convocatoria se dice que «como sacerdotes de Cristo no podemos permanecer indiferentes ante el descenso alarmante de vocaciones, ante la audacia de publicaciones pseudoteológicas que envenenan a una juventud a quien «el Señor llama para que trabaje en el reino de Dios, su Santa Iglesia».

    «Para ello —se agrega en el documento— nos reuniremos, como lo han hecho nuestros hermanos eh Vich, el día 9 de julio, día de Nuestra Señora de la Paz, y miércoles, ante el sepulcro de San Juan de la Cruz, y protegidos por el manto de Nuestra Señora de la Fuencisla, en Segovia».

    «Allí rezaremos juntos —continúa diciendo— el Credo, proclamaremos los principios inconmovibles de nuestro dogma católico y magisterio eclesiástico y manifestaremos a nuestro pueblo católico y español que sus sacerdotes, aunque indignos, quieren permanecer fieles a la revelación del Redentor y ser conductos de la gracia que vivifique sus almas.»

    Entre los actos programados para esta reunión sacerdotal el próximo día nueve, en Segovia, figura, a las once de la mañana, una misa, con homilía doctrinal, por el doctor don Ángel Temiño Saiz, obispo de Orense, en la iglesia de San Juan de la Cruz; una Salve cantada a la Virgen de la Fuencisla, patrona de Segovia y, a las cuatro de la tarde, un acto eucarístico en el que se dará lectura a los principios y criterios que tienen que dar vida a la Hermandad Sacerdotal de «San Antonio María Claret y Beato Juan de Avila». — Cifra.

    Edición del martes, 08 julio 1969, página 10 - Hemeroteca - Lavanguardia.es


    Última edición por ALACRAN; 10/07/2021 a las 12:49
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    Re: Hermandad Sacerdotal Española: 7.000 curas franquistas en defensa de la Iglesia


    SE REUNIÓ EN SEGOVIA LA HERMANDAD SACERDOTAL «SAN ANTONIO MARÍA CLARET Y BEATO JUAN DE AVILA»

    Obediencia rendida al magisterio pontificio. – Condena al comunismo materialista y al liberalismo capitalista. «Nuestro patriotismo es católico»


    Segovia, 9. — Se han celebrado hoy en esta ciudad los actos organizados por la hermandad sacerdotal «San Antonio María Claret y Beato Juan de Avila».

    A las once de la mañana se efectuó, en el Santuario del Carmen, donde reposan los restos de San Juan de la Cruz, una misa concelebrada. La iglesia aparecía llena de sacerdotes y religiosos que en número cercano al medio millar iban llegando desde distintos puntos de España, destacando igualmente una delegación de Méjico, encabezada por el padre Joaquín Sáenz y Arriaga (*), figurando también miembros del clero regular y secular de Segovia y su provincia. Igualmente se hallaban presentes el obispo de Segovia, doctor don Daniel Llorente de Federico, y algunos grupos de fieles segovianos y procedentes de otras provincias.

    Después del Evangelio, el obispo de Sigüenza pronunció una homilía, en la que comenzó diciendo que la fe se está nublando en algunos sectores del pueblo cristiano y su luz se está debilitando y oscureciendo. Hay crisis no sólo en el magisterio doctrinal, sino como consecuencia en el magisterio ascético, principalmente en lo referente a la dirección espiritual.

    Añadió el doctor Castán Lacoma que hemos de volver al Sumo Pontífice. Hay que revalorizar el magisterio eclesiástico y, en concreto, el magisterio del Papa, en el sentido de que hemos de aceptarlo rendidamente, lo mismo que el magisterio ascético, dé la dirección espiritual, para evitar los falsos profetismos.

    Al finalizar la misa los presentes recitaron una fórmula de consagración del clero al Corazón de Jesús, dirigida por el cardenal Arriba y Castro.

    Desde el convento del Carmen los asistentes al acto religioso se dirigieron al seminario diocesano, donde se celebró la asamblea sacerdotal. Ocuparon lugares destacados en el interior de la iglesia del seminario el cardenal arzobispo de Tarragona y los obispos de Segovia y Sigüenza. El resto del templo era ocupado totalmente por los sacerdotes.

    Habló el padre Miguel Oltra O.F.M., quien subrayó el alcance de los actos que se estaban celebrando y dirigió un mensaje de salutación a los representantes de los sacerdotes del clero mejicano, catalán, vasco y de otras regiones españolas.

    Seguidamente, el padre Venancio Marcos, secretario general de la Hermandad Sacerdotal, actuó de moderador en el desarrollo de la asamblea en la que tuvieron intervenciones varios oradores. En el transcurso de la misma se adoptaron diversas conclusiones que serán dadas a conocer en fecha próxima.

    Finalmente, a las dos de la tarde, dio comienzo en la catedral, ante el altar mayor, en el que se encuentra entronizada una imagen de la Virgen de la Fuencisla, patrona de Segovia, un acto eucarístico.

    En el transcurso de este acto se leyeron los «Principios y criterios de la Hermandad sacerdotal» que contiene ocho apartados.

    El primero trata de las «Fuentes doctrinales» y comienza con una declaración de firme adhesión a la silla de San Pedro y afirma su fe en la escritura, respecto a la cual se afirma que «llevados por un falso celo en muchos ambientes, la escritura ha monopolizado las fuentes reveladas y se ha marginado tradición y magisterio. Seguidamente confiesa ser la tradición fuente de revelación y afirma su adhesión inquebrantable al magisterio expresado en el amor a Cristo.

    El segundo está dedicado a «Nuestro sacerdocio, su dignidad, celibato y afirmación sacerdotal». Respecto al celibato dice que «nos unimos al sentir de la Iglesia, a las razones de nuestro Santo Padre en su "Sacerdotalis celibatus" y pedimos a la Santa Sede y al Episcopado que asegure en los seminarios y casas de formación el verdadero amor a la pureza sacerdotal».

    En el apartado tercero, el documento denuncia las inmoralidades públicas en espectáculos, calles, playas, libros y revistas y se dice: «Pedimos que las autoridades, tanto religiosas como civiles, tomen enérgicas medidas para detener la creciente ola de inmoralidad, pública antes de que sea demasiado tarde».

    Autoridad y obediencia es el tema del apartado cuarto. En él, los miembros de la Hermandad afirman: Consideramos que no se puede callar cuando se debe hablar. Creer una verdad y permitir, sin protesta alguna, que sea pisoteada y escarnecida, es una falta de fe y una cobardía sin límites».

    El apartado quinto está dedicado a la justicia social. «No cerramos los ojos —se escribe— a los problemas vitales de nuestro tiempo. Sólo queremos solucionarlos con el testimonio de nuestra fe, sin programas facilones, que a nada conducen, y sin dejarnos llevar por interpelaciones sociológicas ajenas al Evangelio».

    En el apartado sexto se condena al comunismo materialista y al liberalismo capitalista, ambos explotadores del hombre. Respecto a los «grupos proféticos», son calificados de «gangrena dentro de la misma Iglesia».

    El apartado séptimo trata del ecumenismo y del patriotismo. «Respetamos las virtudes de los demás pueblos —se afirma—, pero no toleraremos que. so pretexto de un falso ecumenismo, se desprecien las propias. Nuestro patriotismo es católico y la vida católica es la que nutre el auténtico ecumenismo».

    Finalmente, el apartado octavo contiene una acción de gracias al Señor por la vocación sacerdotal a los hermanos catalanes, reunidos en Vich, y termina con una invocación a la Virgen Inmaculada y a San Juan de la Cruz (Cifra).

    Edición del jueves, 10 julio 1969, página 8 - Hemeroteca - Lavanguardia.es



    (*) Sacerdote mejicano, al que "excomulgó" por "integrista" la modernista Conferencia Episcopal de su país, poco después, en 1972.
    Última edición por ALACRAN; 10/07/2021 a las 12:49
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    Re: Hermandad Sacerdotal Española: 7.000 curas franquistas en defensa de la Iglesia

    (El título de este hilo también pudiera haber sido, indistintamente, "7.000 sacerdotes tradicionalistas en defensa del Régimen del 18 de Julio")

    A continuación, los principios de la catalana Hermandad San Antonio María Claret, matriz de la Hermandad Sacerdotal Española


    DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS Y CRITERIOS SACERDOTALES DE LA HERMANDAD DE "SAN ANTONIO MARÍA CLARET"


    Revista
    FUERZA NUEVA, nº 125, 31-May-1969

    DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS Y CRITERIOS SACERDOTALES

    Con representación de los siete obispados de Cataluña, se celebró una jornada de espiritualidad sacerdotal, organizada por la Asociación de Sacerdotes y Religiosos de San Antonio María Claret, ante el sepulcro de su celestial patrón.

    El acto culminante lo constituyó la publicación de un importante documento: DECLARACIONES DE PRINCIPIOS Y CRITERIOS SACERDOTALES, en el que todos los sacerdotes presentes y los que ya se habían adherido, con un total de más de mil, toman posición decidida ante los problemas que tienen planteados los sacerdotes en la hora actual.

    FUERZA NUEVA publica íntegro el texto de este importante documento, para no incurrir en error u omisión, como sucedido con los extractos aparecidos en la mayor parte de la prensa nacional.

    “Junto al sepulcro del gran arzobispo y misionero popular, San Antonio María Claret, que recristianizó Cataluña, Canarias, Cuba y España entera, en este día del beato Juan de Ávila, patrono del clero secular español, y en su año centenario; en esta ciudad de Vich, cuna de santos, de mártires, de fundadores de congregaciones religiosas de hombres y de mujeres, y sede de sabios y virtuosos prelados, nos hallamos reunidos sacerdotes y religiosos que, sin dramatismos impropios de la serenidad de sacerdotal, pero con humilde sentido de nuestras responsabilidades queremos reafirmar los grandes ideales y deberes, principios y criterios de nuestro sacerdocio.

    Vocación

    "Sentimos la alegría de haber seguido la vocación sacerdotal. Con gozo saboreamos las palabras de Jesús: “No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros” (Jo. 15, 16). Damos gracias al Señor por los bienes que recibimos de nuestros superiores, directores espirituales y profesores en los años de formación. Revivimos la emoción única de nuestra ordenación sacerdotal y primera misa. Y anhelamos que aquellos sentimientos que entonces nos embargaban permanezcan en nosotros mientras vivamos.

    Acción de gracias

    “También entonamos nuestro himno de agradecimiento por todas nuestras misas, predicaciones, bautismos, últimos sacramentos, confesiones, enseñanza del catecismo, asistencia a enfermos y ministerios todos. Sólo nos remuerde la indignidad y el poco fervor con que tantas veces los habremos ejercido.

    Celibato

    “Renovamos la ofrenda de nuestro celibato eclesiástico, convencidos de ser la suprema muestra de nuestro amor a Dios, una liberación de mil ataduras materiales que impiden la plena entrega a las almas, y un feliz anticipo de lo que es la bienaventurada ciudadanía de la Gloria. Ante los ataques contra el celibato, nosotros, apoyados en la Tradición de la Iglesia y en la ejemplaridad de tantos y tantos sacerdotes y religiosos, repetimos que el celibato es posible y fácil para los que cuentan con la gracia divina. La misa bien celebrada, el breviario debidamente rezado, la devoción a la Santísima Virgen, la huida de las ocasiones de pecado, son medios infalibles para conservar intrépidamente la virtud angélica. Por ello, frente a los vanos pretextos que se vienen esgrimiendo, nos unimos a las razones de Paulo VI en su “Sacerdotalis coelibatus”. Y pedimos a la Santa Sede y al Episcopado que aseguran en los seminarios y casas de formación el cultivo verdadero del amor a la pureza sacerdotal.

    Formación eclesiástica
    “Estamos muy convencidos que es en balde la defensa del celibato si al mismo tiempo no se asegura la formación filosófica y teológica, siguiendo a Santo Tomás de Aquino y apartándose totalmente de autores más que sospechosos que destruyen los fundamentos del saber racial y las bases de los motivos de credibilidad. Mucha pérdida de fe y lamentables apostasías tienen origen en estos autores que desgraciadamente consiguen demasiada audacia e incomprensible tolerancia, agravadas por las audacias públicas de tantos profesores incompetentes por su inseguridad doctrinal.

    “Si no se restauran con acierto los estudios eclesiásticos siguiendo autores seguros y con profesores dignos de confianza, los peligros de herejía y de cisma, así como el desprestigio público del celibato son no sólo previsibles sino en cierta manera queridos por aquellos que han de evitarlos, cuya responsabilidad sólo Dios puede medir.

    “Se dice que la pedagogía moderna exige nuevas modalidades en la disciplina y métodos de formación eclesiástica. Pero la ascética del Evangelio pide, en todo tiempo, la huida de las ocasiones, la guarda de los sentidos, la oración mental, la mortificación. Si la mundanidad en sus diversas expresiones tiene vía libre en los seminarios y en ellos se cultivan experiencias que ponen en peligro normal la virtud de los jóvenes, en esto y no en teorías capciosas está la causa de las defecciones y progresivo descenso vocacional.

    Tradición

    “No canonizamos con estas afirmaciones todo lo que ocurría en seminarios y casas de formación de otra época. Es una sutil tentación actual caer en la dialéctica de contraponer mayores y jóvenes, inventar tensiones y problematizar situaciones claras y evidentes. No. No canalizamos viejos moldes. Sí veneramos y amamos la tradición de la Iglesia, manifiesta en el ejemplo y vida de grandes formadores sacerdotales como San Vicente de Paúl, mosén Sol, San Antonio María Claret, el Venerable Olier, San Carlos Borromeo. La fórmula estriba no en inventar contraposiciones artificiales entre tendencias viciosas, expresadas como “integrismo y progresismo”, “aperturismo e inmovilismo”, sino en volver todos a las fuentes de la mejor escuela de formación, cuyo fruto, siempre será un amor encendido al sagrado celibato y a todas las virtudes sacerdotales.

    Autoridad

    “No menos sentimos el impulso de expresar el más profundo convencimiento de que la autoridad en la Iglesia no se funda ni puede basarse en los procedimientos de algunas concepciones políticas. La constitución divina de la Iglesia abona la autoridad pontificia y episcopal, no por la fuerza de los votos, ni el consenso de una mayoría, ni la recogida de unas firmas como báculos del gobierno eclesiástico. Su fuerza radica en el Espíritu Santo y quienes están colocados para regir la Iglesia, en Él exclusivamente han de encontrar su fortaleza.

    “Hoy el pueblo cristiano advierte con angustia muchos silencios magisteriales y observa que existen unos complejos que condicionan el ejercicio del gobierno. eclesiástico con grave detrimento de las almas y de toda la Iglesia. Seria y humildemente pedimos a nuestros pastores reflexionen ante Dios si los conceptos de colegialidad y corresponsabilidad que se vienen utilizando son compatibles con las definiciones del Concilio Vaticano I y con la constitución dogmática “Lumen Gentium” del Vaticano II, cuya exégesis únicamente válida en esta materia nos la da la Nota Explicativa Previa adjunta al Documento. Quizás en este aspecto se haya abierto una fisura en la autoridad de la Iglesia mutilando su misión sobrenatural y convirtiéndola en un sistema de poder constitucional al servicio de clanes, partidos y los llamados grupos de presión, cuya existencia es completamente ajena a las enseñanzas del Evangelio.

    Temporalismo

    “También los sacerdotes, en esta hora del mundo de tanta apostasía corremos el peligro de minusvalorar nuestros deberes sobrenaturales y entregarnos a temporalismos alicortos. Decimos con el gran obispo doctor Torras y Bages: “Nunca hemos de olvidar que Jesucristo no nos hizo ordenadores de pueblos, ni confeccionadores de sociedades, sino piscatores hominum… Hemos de buscar las almas por las almas en cuanto son redimidas por Jesucristo, no en cuanto a los elementos de una sociedad; acordémonos que no somos sociólogos, sino sacerdotes de Dios. Quisiéramos que nuestro estado respirarse sobrenaturalismo por todos sus poros y que en la práctica de la vida social todas sus acciones ejerciesen siempre está divina influencia.

    “No propugnamos, empero, una versión angelista de los problemas políticos y sociales. El mismo Torras y Bages dice también: “Nunca la política ha creado ni ordenado la sociedad; quien lo ha hecho ha sido siempre la religión, que es su madre. Cuando la política, o lo que llamamos política, ha desorganizado los pueblos, ha deshecho la sociedad y ha pervertido, a los ciudadanos, se presenta otra vez la religión, y con entrañas de madre empieza el trabajo oscuro y difícil de recoger los fragmentos, unir y proporcionar las partes y restaurar el edificio. El sacerdote es el eterno restaurador de la vida social por la impresión del espíritu sobrenatural que cura los individuos, los ata entre sí y vivifica el conjunto con la caridad, único vínculo social verdadero, contrapuesto al egoísmo del Estado salvaje.

    "Cuando dice el gran obispo de Vich es luz para entender el decreto conciliar “Praesbyterorum ordinis” y para una recta interpretación de la “Gaudium et Spes”. En consecuencia, creemos que el sacerdote debe fundamentalmente ser el “alter Christus”, o sea, el hombre de lo sobrenatural. Y que el “orden político y social brota espontáneamente como una flor de la doctrina del Evangelio”, como enseñaba el propio doctor Torras y Bages. Sí, los sacerdotes debemos iluminar los grandes conceptos de sociedad y estado, de poder y libertad, de propiedad y trabajo, de organización profesional, de las sociedades subsidiarias. Pero todo esto según los principios del derecho natural, de la ética y de los documentos pontificios.

    "Por esto, jamás los sacerdotes podremos colaborar, ni directa ni indirectamente, con el comunismo, que por naturaleza es intrínsecamente perverso, y aun en el supuesto. de que pudiera separarse de su congénito ateísmo -lo que realmente no es posible- siempre es antinatural. Nos parece inconcebible que el esfuerzo y el trabajo de algún sacerdote pueda significar en ningún momento una colaboración para que se implante el ateísmo y la tiranía comunista.

    "En este sentido, lamentamos en la formación sacerdotal una laguna: la ausencia de doctrina. social y política según los principios de la Iglesia enraizados en la doctrina teológica de la realeza de Cristo en la sociedad. Tal vacío en mentes no suficientemente formadas da lugar a obsesiones de sociologismos desenfrenados y a caer en compromisos con los peores enemigos de la Iglesia de Dios, mintiendo pretextos evangélicos conciliares.

    "Esta actitud nos separa totalmente de todo conservadurismo egoísta, de todo silencio pecaminoso ante las injusticias sociales, de toda concomitancia con poderes plutocráticos. No es admisible ni cristiana la lucha liberal de la vida social aunque muchas veces sus fórmulas vengan recomendadas y etiquetadas como mercancías cristianas. Creemos que las gloriosas figuras del cardenal Mercier y del cardenal Gomá, de San Antonio María Claret, de Jaime Balmes y del obispo Torras y Bages ofrecen un raudal de definitivas lecciones de intervencionismo social y político tan alejados de enfeudamientos innobles y servilismos pegajosos como de violencias injustas y agresividades incompatibles con los mismos conceptos del Decálogo.

    Situación de escándalo

    "El celo que, como sacerdotes, sentimos por la salvación de las almas nos provoca terribles angustias hoy. Muchos errores circulan impunemente no solo en libros del todo anticristianos, sino aun en revistas llamadas católicas y en autores que publican con o sin censura eclesiástica. Nos duele en el alma la creciente marea de amoralismo y corrupción de costumbres en la niñez, en la juventud, en el matrimonio, en la vida pública, en los medios de comunicación social. Esta situación de escándalo, con ser tan gravemente perjudicial a la fe y a la vida cristiana, no se ve atajada ni denunciada siquiera doctrinalmente. Todo ello explica el descenso que advertimos en la práctica religiosa de nuestros pueblos y ciudades en medio de un silencio culpable y de un acomplejamiento mundano.

    Pastoral

    "El problema, visto con ojos sacerdotales, se agrava al comprobar cómo se permiten ciertos experimentos mal llamados “pastorales”, que son la negación de lo que siempre se entendió por evangelización. Se difumina la parroquia institucional, sustituida por acciones arbitrarias y ajerárquicas de clara erupción “profética”. Los ataques a la devoción a la Santísima Virgen, a los santos, a las imágenes, a las misiones populares, a los ejercicios espirituales ignacianos, a los cursillos de cristiandad, a las asociaciones piadosas, culminan ya en atrevidas y arbitrarias innovaciones litúrgicas, cuando no verdaderas profanaciones y desprecios del Señor Sacramentado. Añadamos la casi supresión de la enseñanza del Catecismo, de la confesión frecuente, de la dirección espiritual y habremos constatado un panorama desolador y árido de la vida espiritual de nuestros fieles.

    "Sentiríamos verdadero entusiasmo por unos medios pastorales que incrementaran la piedad y el amor a Dios y a la práctica de todas las virtudes. Pero la realidad de conjunto es completamente diversa.

    "No nos aferramos a los medios tradicionales por tradicionales, sino por la eficacia que en todo tiempo han tenido y tendrán. Flexibles a todas las adaptaciones que vengan verdaderamente del Espíritu Santo, no tenemos otro criterio para discernir que el mismo de Jesús: “Por sus frutos los conoceréis”. Al comprometernos a trabajar apostólicamente en nuestras parroquias y comunidades y centros de actividad, queremos reivindicar con toda su fuerza, la pastoral con que gigantes de santidad como el Cura de Ars, el beato Juan de Ávila y nuestro San Antonio María Claret, santificaron generaciones y pueblos.

    Ecumenismo y libertad religiosa

    "Fieles a estos principios, deploramos ciertas interpretaciones prácticas del ecumenismo y de la libertad religiosa, entendida ésta muchas veces y tolerada como asalto a la sencillez cristiana de nuestras gentes, ejercida con medios potentes financieros y propagandísticos de sectas y fuerzas subversivas que no tienen otra idea que el de destruir la fe católica, negando los dogmas y verdades patentes en el mismo Evangelio y doctrina verdadera. Es muy lamentable que algún día, por no haber puntualizado en qué estriba el genuino ecumenismo, que jamás debe degenerar en un sincretismo babélico, caiga sobre éstos y sobre las aplicaciones hechas de la doctrina conciliar sobre la libertad religiosa, la triste apostasía de muchos y quizá la pérdida eterna de muchas almas. Tales extremos eran los que temían santos como Ignacio de Loyola y Teresa de Jesús. Que algunos, ahora, no sientan así, solo dice en realidad que ya no se sintoniza con los que han sido amigos de verdad de Dios. Y nosotros, con firmeza, queremos sentir como ellos.

    Confesión pública

    "No podemos por menos que sentirnos confundidos por nuestros pecados, pecados sacerdotales, no sólo individuales sino colectivos. Ante Dios Nuestro Señor y ante el pueblo fiel, pedimos públicamente perdón por nuestra falta de oración, nuestros malos ejemplos, nuestros silencios en descubrir el pecado y sus consecuencias, por tantas apostasías que hacen vacilar y quizá hundir la fe de los sencillos, por los consejos desacertados que se dan a nuestra juventud, por las actitudes públicas indignas de nuestro carácter sacerdotal; por la poca caridad y unión entre los mismos sacerdotes, por las desobediencias a la Jerarquía; por nuestros lujos provocativos y faltas de pobreza; por nuestros orgullos, envidias y perezas; por los gravísimos daños que causan la desorientación doctrinal y las ambigüedades y cobardías en la exposición y defensa de la verdad dogmática, moral y disciplinar de la Iglesia en quienes tienen el deber sagrado de mantenerla aun a costa del martirio. Por todo esto, nosotros, humillados y confusos, pedimos a Dios nos dé a todos los sacerdotes contrición y propósito de enmienda.

    Asociaciones Sacerdotales

    "Hacemos un llamamiento a cuantos piensan y sienten como nosotros, para que en todas las diócesis de España se establezcan, según la mente del Concilio Vaticano II (P. O., II, 8), asociaciones de sacerdotes y religiosos que se unan en vínculo fraternal, bajo la advocación de San Antonio María Claret o del Beato Juan de Ávila o de otros santos esclarecidos de nuestra Patria, para la defensa de la Fe, el mejor servicio de Dios y de su Pueblo y la más inquebrantable fidelidad al magisterio del Papa y de los obispos en comunión con él.

    María, Madre sacerdotal

    "Queremos vibrar con los ideales y sentimientos de San Antonio María Claret y de los sacerdotes santos que nos han precedido y por ello, en el dilema de nuestra divina dignidad sacramental y nuestra pavorosa miseria personal, sólo nos queda dirigirnos y consagrarnos al Corazón Inmaculado de María. Ella, la Madre de los sacerdotes, nos puede y quiere dar las gracias necesarias para que nuestro sacerdocio responda totalmente a lo que Jesucristo espera de nosotros. Con ella confiamos ser sacerdotes santos, celebrar dignamente la Santa Misa, predicar el Evangelio entero, hacer el bien sobrenatural y temporal que el mundo de hoy necesita. Y esperamos también en la intercesión de tantísimos sacerdotes, mártires. Nuestro sacerdocio, que no puede apoyarse en sabidurías humanas ni en medios naturales, nos exige vida divina y ésta pasa por María. Por esto nos comprometemos a ser sacerdotes de María, apóstoles de sus glorias para llegar a ser en la hora actual lo que sería, de vivir en estas circunstancias graves de la Iglesia, un San Antonio María Claret de nuestros días.”

    ***
    Última edición por ALACRAN; 23/09/2021 a las 15:31
    "... Los siglos de los argumentadores son los siglos de los sofistas, y los siglos de los sofistas son los siglos de las grandes decadencias.
    Detrás de los sofistas vienen siempre los bárbaros, enviados por Dios para cortar con su espada el hilo del argumento." (Donoso Cortés)

  7. #7
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    Re: Hermandad Sacerdotal Española: 7.000 curas franquistas en defensa de la Iglesia

    Una periodista da cuenta de aquella reunión sacerdotal de Segovia:



    Revista FUERZA NUEVA, nº 133, 26-Jul-1969

    SEGOVIA: “EN NOMBRE DE CRISTO, PEDIMOS LIMPIEZA DOCTRINAL”

    Más de 500 sacerdotes se reunieron ante la llamada de la Hermandad Sacerdotal San Antonio María Claret y beato Juan de Ávila. El lugar elegido fue Segovia, la bella ciudad castellana de eterno cielo azul, donde reposan los restos del Santo-Poeta-Místico, en una pequeña y recoleta capilla: la de la Virgen de la Fuencisla. Un acto de proclamación de fe al que asistimos.

    Detente, caminante hemos llegado a Segovia, la bella ciudad castellana donde el cielo es un milagro de azul purísimo y la piedra una sinfonía completa de ocres. ¿Ves el acueducto? Estamos de acuerdo, es una maravilla. Los romanos construían bien, quizá algún arquitecto de nuestros días, con toda su técnica, con los adelantos de la época, no sabría hacer una obra tan importante, que además ha resistido el paso de los siglos y está lozano y fragante como una flor salpicada de rocío.



    La mañana ha comenzado. El aire se rasga con retazos de viento. Y me maravilla volver a mirar al cielo azul, tan azul. Un sacerdote, sotana negra, tez curtida, ojos repletos de eternidad, me pregunta el camino. Yo también voy para allá, donde se van a reunir muchos sacerdotes, en unos actos organizados por la Hermandad Sacerdotal San Antonio María Claret y Beato Juan de Ávila. Le invito a subir a mi coche blanco y pequeño. Luego preguntamos el camino de santuario de la Virgen de la Fuencisla, donde reposan los restos de aquel inolvidable místico y poeta que se llamó San Juan de la Cruz. Y no sabemos el camino. Preguntamos, como lo hacían los peregrinos que iban a Tierra Santa… Una matrona, amable, piadosa, nos lo señala: es por allí, por la izquierda, por la vereda orlada de árboles altos, viejos, de troncos añosos… La iglesia donde reposan los restos del Santo-poeta-místico, está en un alto, casi al final del camino; hay que subir unas escalinatas de piedra ocre y ya estamos a la puerta de la iglesia.

    Dios mío, son muchos. Se alegra el corazón de ver a tantos sacerdotes, reunidos, unidos en oración. Son sacerdotes que quieren recuperar la bandera de la FE en Cristo, confesarle públicamente y con valentía; son sacerdotes que han sido convocados, ante el lamentable espectáculo de confusionismo doctrinal que estamos presenciando en nuestros días, y ante el que ellos y los cristianos auténticos no pueden cruzarse de brazos. No cabe tampoco -como decía la convocatoria a estos actos- el minimizar la situación por no tomarse la molestia de abrir los ojos: Se pretende sustituir la Fe teologal por unas fórmulas de pacificación social, desacralizando la Iglesia y reduciéndola a una sociedad al servicio de todos los egoísmos humanos. Por otro lado, y muy importante, los sacerdotes de Cristo no pueden permanecer indiferentes ante el descenso alarmante de vocaciones, ante la audacia de publicaciones pseudoteológicas, que envenenan a una juventud a quien el Señor llama para que trabaje en el Reino de Dios, su Santa Iglesia.