Revista FUERZA NUEVA, nº 148, 8-Nov-1969
EL “HAZME-LLORAR” DE MARTÍN DESCALZO
Admiro la habilidad de M. Descalzo en titular y subtitular sus crónicas, para llevar las aguas al molino que le interesa. El día 18 de julio dice el título: “La Asamblea Europea de Sacerdotes, un movimiento que puede servir de fermento si controla su radicalismo”. A continuación, y en el cuerpo del artículo, expone objetivamente los puntos doctrinales del futuro “fermento”, en donde los contestatarios atacan, con todo veneno, a la Iglesia: “La Iglesia está al servicio de los ricos”, “no es apoyo para los oprimidos, no rompe con los gobiernos que oprimen la libertad, es una potencia financiera que traiciona el evangelio de los pobres, que no permite el comunismo y predica el anticomunismo; que la Iglesia en materia sexual oprime a los hombres con complejos de culpa, que no respeta la libertad de los teólogos y condena sin oír al imputado…” Martín Descalzo hace una crítica suave de este contenido y añade: “Es indudable que su celo y su amor al Evangelio son evidentes y conmovedores y los momentos de oración son serios y profundos”. ¡Con semejante “fermento” vamos listos!
Si a estos textos añadimos el “Dossier” Preparatorio alla Riunione di Roma”, y que sin duda conocerá Martín Descalzo, no me explico las grandes esperanzas del informador de ABC. Porque no me negará que los trabajos o tesis de la “Asamblea Europea de Sacerdotes” pueden ser estudiados en una Asamblea general del partido marxista. “Indudable celo y amor al Evangelio”-dice-… y ¿la Iglesia? ¿Para ella no existe ni amor ni respeto alguno, al ser “una potencia financiera que traiciona al Evangelio”?
¿Quién me compra este misterio Rdo. Martín Descalzo? Porque aquí no se trata de “peccata minuta” sino de la misma esencia de la Iglesia, a la que asignan la misión, no de salvar las almas, sino de construir el hombre nuevo, que no es el de San Pablo sino el “nuevo” porque sí, sin relación ninguna con lo eterno. Esta manera confusa y contradictoria de enfocar las crónicas religiosas del ABC nos hace llorar de pena.
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Pero cuando Martín Descalzo trata a los anticontestatarios (tradicionalistas) llegados a Roma, cambia el disco: “Los grupos ultra-conservadores mostraron más buena voluntad que conocimiento de los reales caminos de la Iglesia”. ¿Se puede saber que “caminos reales” son esos? ¿Por qué no copia literalmente los manifiestos de esos “ultraconservadores”, como él nos etiqueta, para que el público vea de qué se trata y en lo que no se puede transigir? Pero Martín Descalzo, con habilidad, deja el fondo del asunto dogmático y lanza una crítica fuerte contra “Una Voce”.
Recuerdo que, en la Plaza de S. Pedro, se nos preguntó si se podía asistir a las reuniones de “Una Voce” y les dije a los dos o tres periodistas, entre los que se encontraba Martín Descalzo, que podían asistir y que las puertas estaban abiertas a todos. Ignoro si asistieron; yo no los vi por allí. Si hubiesen hecho una visita de cortesía hubiesen informado mejor. Porque los de “Una Voce” no atacan a la Iglesia y aceptarán lo que esta diga, por obediencia, pero tienen derecho a estudiar el “Novus Ordo”, exponer sus dificultades con respeto, las interpretaciones a que pueden dar lugar las nuevas direcciones litúrgicas y que Mons. Celada magistralmente ha estudiado científicamente, y después… “doctores tiene la Iglesia”. ¿Es que le extrañan a Martín Descalzo las infiltraciones de todo género peligrosas, dentro del cuerpo humano de la Iglesia? El Santo Padre lo está predicando todos los días, no es secreto para nadie. Pero los “ultraconservadores” no se metieron en cuestiones de liturgia, sino de dogma, que es diferente, y pasarse de una cuestión a otra no es lícito, dentro de una lógica elemental.
Así, no es extraño que, llevado Martín Descalzo de la poca simpatía hacia la Hermandad Sacerdotal Española (*) escribiera en una de sus crónicas (11 octubre): “Los grupos contracontestatarios, que también han llegado a Roma, y cuyos actos y palabras son hoy el hazmerreír de la Prensa italiana. Un escrito de la “hermandad sacerdotal” española –y que ahora se presenta aquí como europea- y dice contar entre sus miembros a cuatro mil sacerdotes y dieciocho obispos españoles… es clasificado por diversos periódicos como obra de los “ultras”…
Le puedo decir al sr. Martín Descalzo que tengo toda la prensa romana de esos días, sobre todo, los grandes rotativos. En ninguno de ellos se nos trata de “hazmerreír”, sino todo lo contrario. Y esto no es necesario discutirlo, cuando se puede cotejar a la hora que se quiera. Que le conste que tengo esa prensa, que nos tomó muy en serio y agradeció que, por fin, se hiciera frente a tanta nebulosa contestataria. Que sepa que “esos ignorantes de los reales caminos de la Iglesia” aunque “con buena voluntad” fueron aceptados y alabados por altas Jerarquías de la Iglesia, por haber desarrollado una actividad “sabia, eficaz y de mérito extraordinario”. También le podría dar los nombres a Martín Descalzo… pero esto es secreto del sumario; y eso quisieran muchos, saberlos para atacarlos.
Ignoro la prensa que lee el sr. Martín Descalzo. No es un alarde ingenuo el decir que contamos con 4.000 miembros y 18 obispos. Esto es considerarnos muy lerdos y tontos. Puede, cuando guste, pasar por nuestras oficinas y ver las cartas de cordial adhesión, acompañadas siempre de una profesión de fe… pronunciada solemnemente y delante de Cristo Sacramentado en Vich (Barcelona) y en la catedral de Segovia, el 9 de julio (1969). Allí no había ni trampa ni cartón, la decisión era firme.
Invocando no sé qué clase de “espíritu conciliar” propio y elaborado por M. Descalzo, se indigna porque esa Hermandad Sacerdotal Española se negara a “dialogar” con los contestatarios. Pierre Debray “tuvo una confrontación con ellos. Los españoles se negaron rotundamente…” Pero ¿no se ha enterado el sr. Descalzo del arrepentimiento del sr. Debray de haber hablado con ellos? La realidad nos dio la razón, quedaron en retractarse por escrito y en la prensa. Pero ¿es que a estas horas tenemos que repetir la inutilidad del “diálogo” con los que conscientemente atacan a la Iglesia y dicen las mismas palabras con sentido completamente diferente? Cuando se trata de cuestiones serias, no podemos estar cayendo en los mismos defectos y empezando cada día “ab ovo”. Es lo mismo que si dialogara con un chino, cuyo lenguaje no entiendo ni él el mío. La comparación resulta débil, ya que no se trata de palabras, sino de actitudes frente a la Revelación.
Nos importa muy poco a la Hermandad Sacerdotal el que Martín Descalzo nos tenga o no simpatía. Lo que exigimos es respeto y objetividad en la información. No hace el cronista ningún buen papel en la empresa que representa, si la información es tendenciosa. Sería bueno que cotejase el contenido de las notas y manifiestos doctrinales de la Hermandad Sacerdotal y los resultados del Sínodo.
Ni estamos pasados de moda ni hacemos reír; sabemos el terreno que pisamos y no manejamos “slogans” publicitarios ni frases ambiguas. Ni somos viejos ni jóvenes, ni antiguos ni modernos. Somos sacerdotes católicos, a secas, que creen en su Iglesia y en la fecundidad vivificante de la Revelación para solucionar los problemas humanos. Y para que Vd. no nos tache, D. Martín Descalzo, de pasados de moda, apelo al número, por si le impresiona: los 4.000 compañeros de la Hermandad y los 18 obispos que se han adherido merecen más respeto y consideración. Nosotros la tendremos para Vd. Pero, por favor, ¡no nos haga llorar!
Fray Miguel Oltra, O.F.M.
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