Imagino al persojane de la "sentida" frase, "humillarse hasta la obediencia plena" y "obedeciendo en todo" la orden del Obispo de Beauvais, acercar la tea y encender la hogera en la que sería quemada Santa Juana de Arco, y mientras "se le partía el alma" contemplar el suplicio de la doncella de Orleans.
Con defensores y "obedientes" como estos, "que Dios nos pille confesados"!!
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