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LA INFLACION Y EL HOMBRE
I
“DECIR QUE UN ESTADO NO PUEDE LLEVAR A CABO SUS METAS
PORQUE NO HAY DINERO ES COMO DECIR QUE UN INGENIERO NO
PUEDE CONSTRUIR CARRETETAS PORQUE NO HAY KILOMETROS”
EZRA POUND
Es evidente que existe un azote permanente y constante sobre la humanidad que muchas veces se expresa a través de la inflación, los ciclos económicos, depresión y crecimiento y tantas otras variables que llevan al hombre común, estudiantes y profesionales a elaborar infinitas elucubraciones siempre acotadas por la misma matriz.
Así, como las guerras, provocan masacres interminables para muchos, también representan ingresos exultantes para quienes las provocan y las sufragan.
Muchos se rasgan las vestiduras encontrando soluciones quiméricas, rayando con lo demagógico, pero nadie se atreve a incursionar en los vericuetos de los orígenes de este mal.
A los pobres se los sustenta, cuando es así, de una manera efímera, pero jamás se tocan las causas de la pobreza.
Sin ir muy lejos, el llamado padre de la Economía –Adam Smith – simple empleado de tercera línea de la Compañía de Indias Orientales, como su cara opuesta – aparente -, Carlos Marx, empleado de la dinastía Rothschild, se encontraron en un mismo eje medular: jamás atacaron las finanzas.
El primero, ideó, a pedido de su jefe Mr. Silburne, la teoría de las ventajas comparativas, por lo cuál ellos – Inglaterra - elaboraban las materias primas, y las colonias solo las producían. Este antecedente del ecologismo actual, - promovido por la Reina de Inglaterra a través de Schellnhuber -apoyado por Laudato Si, se inspiraba en la consolidación de un orden mundial hegemónico de dominación.
Marx, promovía la lucha de clases entre el patrón y el obrero, pero jamás osó hablar de la causa de los males, la moneda, pues los financistas eran quienes lo promovían.
Ante estos antecedentes, es indudable que el concepto de inflación que se impone es el propuesto por el imperialismo internacional de la usura.
¿Qué pasa en el mundo?
Siguiendo a Louis Even podemos compartir:
¿Funciona mal la producción? ¿No es ya capaz el labrador de producir las cosechas necesarias?
¿El fabricante de los vestidos, de zapatos, el que fabrica instrumentos y objetos de todas clases, no sabe ya trabajar?
¿Los distintos servicios, los médicos, los profesores, etc., han olvidado atender a la humanidad?
O bien ¿no será el dinero quien mal anda?
Un ser tiene mala conducta cuando no cumple su función. No se puede decir que el labrador, el obrero, el transporte, el profesional no saben, o no quieren cumplir con sus deberes. Sin embargo ¿qué es del dinero?
¿Cual es la función del dinero? ¿Para qué ha sido inventado sino para facilitar la venta de la producción? ¿Lo hace hoy? ¿O sirve sólo para castigar y frustrar a la humanidad? ¿Qué concluimos nosotros de eso, qué...?
Si el dinero tuviera buena conducta o fuera administrado conforme a su papel, tendríamos más de él cuando aumentamos la producción útil. Y tendríamos menos cuando hay disminución de ella.
Ahora bien ¿Qué es lo que comprobamos? El dinero sirve sobre todo para la guerra, esto es, para la destrucción de la producción y de los productores.
Y desaparece en pleno desarrollo de la producción de bienes pedidos por todo el mundo.
El dinero es cualquier instrumento generalmente aceptado en cambio de productos. No importa mucho la naturaleza del instrumento sino que se lo acepta universalmente en el país.
La moneda no puede estar al servicio del sistema financiero, sino debe acudir a la satisfacción de las necesidades humanas.
¿Qué se necesita para restablecer el orden en el sistema monetario?
Sólo alcanza con ajustar la función del dinero según la producción del país y según el bien común.
¿Quién puede hacerlo? Seguramente no el banquero ya que su razón es la del provecho para su institución y su bolsillo.
Sola la sociedad por sí misma, a través de su comunidad, del gobierno, puede solucionar el problema conforme a su propio bien.
La inflación no se puede reducir a un análisis insidioso e incoherente sosteniendo que la causa es la emisión desmedida de moneda.
La teoría cuantitativa de la moneda, impuesta como verdad de fe, adolece de una deficiencia básica. Confronta la cantidad de moneda con los bienes existentes, pero sin diferenciar el destino de la moneda emitida.
Por el contrario, la teoría cualitativa de la moneda sostiene que el valor del dinero depende, en una economía monetaria, esencialmente de cuál fue el “destino productivo” con que dicho dinero fue insertado en la economía, antes que la relativa abundancia o escasez del mismo respecto del cúmulo de bienes y servicios que aquel dinero - o moneda - tiene por objeto movilizar en todo género de transacciones y en su carácter de “intermediario de los cambios”.
El valor del dinero depende, en una economía monetaria, esencialmente de cuál fue el “destino productivo” con que dicho dinero fue insertado en la economía, antes que la relativa abundancia o escasez del mismo respecto del cúmulo de bienes y servicios que aquel dinero - o moneda - tiene por objeto movilizar en todo género de transacciones y en su carácter de “intermediario de los cambios”.
Prof. Roberto E. Franco
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