Resulta verdaderamente escalofriante el manto de silencio que el mundo académico y mediático mantiene sobre este asunto, un silencio cómplice y vergonzante claramente impuesto y dirigido.


Se han dado cuenta que ante la incapacidad de refutar los argumentos es preferible no mencionarlos como sino existiesen, ni siquiera se atreven a atacarlos con la maquinaria de la propaganda y la mentira que dominan, prefieren un silencio orweliano.


En este sentido el silencio de eso que se autodenomina izquierda es todavía mucho mas vergonzante poniendo en evidencia su verdadera naturaleza : la de ideología creada por la finanza para distraer y confundir a los trabajadores.