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Tema: José Tomás Boves

  1. #41
    Avatar de Ordóñez
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    Re: José Tomás Boves


  2. #42
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    Re: José Tomás Boves

    Cita Iniciado por Rodrigo Ver mensaje
    La segunda parte enlaza a GigaSize, tampoco hay que darle al botón "BAJAR" sino introducir un código y darle a "Descargar" a la derecha (creo que salta una ventana y hay que darle a "continuar con la descarga". Redirecciona a otra página y transcurrido el tiempo de espera le damos a DESCARGAR (donde aparecía el contador de segundos)
    Cuando le doy a descargar me vuelve a la página para introducir el código, hace tiempo que pasa ésto con las descargas de Gigasize; no sé porque este tío no las puso todas en Megaupload

    Link alternativo, la película en un solo enlace, gentileza de usuario de Taringa!:

    Taita Boves (2010, Cine Venezolano) - Taringa!

    También se puede ver online en Megavideo:

    MEGAVIDEO - I'm watching it



    Imperium Hispaniae

    "En el imperio se ofrece y se comparte cultura, conocimiento y espiritualidad. En el imperialismo solo sometimiento y dominio económico-militar. Defendemos el IMPERIO, nos alejamos de todos los IMPERIALISMOS."







  3. #43
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    Re: José Tomás Boves

    Ya vi la película, gracias por vuestros enlaces. Bien, tiene escenas muy logradas pero en líneas generales no me ha gustado. Más que una película parece un tripi, una mezcla de alegoría, pesadilla, flashback....No sé. Creo que a la figura de Boves y sus llaneros, y a la novela misma de Herrera Luque, se le podría haber sacado muchísimo más partido.

  4. #44
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    Re: José Tomás Boves

    Otro detalle, como el que no quiera la cosa: Cuando Boves muere en la batalla de Urica, sus soldados, entre lágrimas, le hacen un cerco para que no se le toque un pelo hasta que no es enterrado en la iglesia. No se le encontró dinero alguno, tenía 300 pesos que no llevaba ni encima. No fue el caso de Miranda, Bolívar y San Martín, por poner 3 ejemplos de los muchos más que me dejaría en el tintero.

  5. #45
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    Re: José Tomás Boves

    El mejor libro que hasta la fecha he leído de Boves en particular y del realismo americano en general (Pues también se habla de Agualongo y etc.) es

    I.S.B.N.
    Estado
    Título
    Autor
    Editorial
    Colección
    P.V.P. 978-84-930446-3-3

    División infernal. Boves, vencedor de Bolivar, (La)
    Semprun, José Falcata Ibérica, Ediciones
    , Sep/2002 21,00

    :: Librerías Ojanguren ::

    Por las dudas que pueda presentar, no es un libro que "disculpe" a Boves,no es una leyenda rosa. Se trata de una obra histórica"desapasionada", contestando punto por punto a dos siglos de leyendas negras y embustes embaucadores. Entre otros, contesta a Juan Uslar en sus teorías sobre Boves como "revolucionario social" y como"rebelde a la corona en el fondo"; esto es muy, muy importante. Y digo leyendas negras y embustes embaucadores porque hasta en las descripciones físicas se nos ha pintado a los líderes secesionistas como apuestos y bellos mientras que a Boves, Rosete, Agualongo, etc., son ejemplos de fealdad. Durante mucho tiempo se nos ha presentado a Boves como un bestia sanguinario-"rebelde sin causa", y durante alguna franja del siglo XX, para algunos Boves es un fortuito precursor de la lucha de clases que por circunstancias se acoge a la bandera del rey. Señores, ¿en qué quedamos? ¿Tan difícil es valorar la actitud de Boves, como la de buena parte del pueblo hispanoamericano, en su justa medida?

    Y es que volviendo a Juan Uslar,vemos que cae en contradicciones flagrantes. ¿Cómo se explica que subraye el papel de Boves como "revolucionario social" y sin embargo abomine del os ademanes demasiado plebeyos de Rosete? Y no por ello dejamos de subrayar su obra como importante.


    Con documentación contrastada, José Semprún nos va a enlazar el decurso vital de Boves desde la Península a Suramérica, hasta que por las circunstancias se va a convertir en adalid de los Llanos Venezolanos. Hay varias cuestiones a subrayar:

    -La "asombrosa" falta de documentación sobre hechos de la vida de José Tomás Boves que se dan por sentados.

    -Boves no sólo le jugó a Miranda y Bolívar en su propio terreno con atraerse a los esclavos negros a su causa, sino que fue aliado fundamental de masas de pardos libres, amén de contar con importantes canarios en sus filas, como Yáñez,Rosete, "Chepito" González (Ex-republicano), o como Tomás Morales, a través de cuya documentación no se nos presenta como rechazando a Boves precisamente. El papel de los indios también es de máximo relieve.

    -La"adjetivación" de los llaneros como "cosacos del Nuevo Mundo" me parece sencillamente genial.

    -El análisis del memorial del padre Llamozas también es fundamental. Memorial que fue rechazado en la Corte y que el autor va deshojando en su justo valor.Memorial que, por cierto, pudo haber presentado estando Boves vivo....



    -Los estudios vexilológicos me parecen de singular importancia. Los llaneros de Boves, entre otras insignias, usaron la bandera roja y gualda. Así como los estudios sobre la uniformidad de las tropas, muchas veces en el olvido de tantos historiadores.

    -Las constantes "disculpas" de historiadores como Lecuna a las proclamas y a los actos de Briceño, Bolívar, Campo Elías, Arismendi o Ribas;con eso que "claro, es que era una guerra". Por lo visto era guerra sólo para ellos, en el caso de Boves, va a ser sólo el odio por el odio.Proclamas que por cierto, en más de una ocasión se nos tilda a los"españoles europeos" de "raza maldita". Así, ¿nos extrañamos que uno de los gritos de guerra de las huestes de Boves fuera el de"mueran los blancos"? Por ejemplo se achaca que Boves no respetaba capitulaciones....Así es, en más de una ocasión no las respetó. Y no las respetó porque cuando lo hizo sufrió algún intento de atentado por la espalda que fue sofocado por soldados fidelísimos. Ojo que no justificamos nada, pero refrescamos la memoria: Bolívar no respetó el armisticio de Santa Ana, en los días de la campaña sobre Quito; y aprovechó para tomar por la fuerza la muy realista Maracaibo. ¿Por qué esto en Bolívar es un acto de heroicidad y desprendimiento y en Boves no es más que maldad absoluta? Pues porque estamos ante ideología y no ante historia. Porque no se quiere entender que un"blanco de orilla" (No un "mantuano ilustrado") se despejara como buen militar en uno de los conflictos más dolorosos de nuestra historia. Ello no significa que neguemos las terribles campañas de Boves; pero es que volvemos una y otra vez: Si analizamos las campañas de Bolívary sus adláteres, son mucho peores. La misma proclama de Pasto nos dice que no respetaron la capitulación, y tampoco vacilaron en convertir los altares en regueros de sangre y en improvisadas casas de putas.

    Al menos historiadores como Juan Vicente González han puesto el dedo en la llaga al denunciar a las claras los terribles asesinatos masivos de españoles en las bóvedas de La Guaira.

    -El mismo capitán general Juan Manuel de Cagigal reconoce que a pesar de los feos que Boves le hizo (Como por ejemplo echarle en cara su incompetencia,"recobrando el honor de las banderas de España que él mancilló", en palabras del astur-llanero), nunca discutió su mando porque sabía que sin él no se ganaban las batallas. Lo mismo corrobora el mentado Morales.

    -Y otro detalle que me parece radicalmente clave: Boves murió en la batalla de Urica; sus soldados, entre lágrimas, le hacen un cerco para que no se le toque un pelo hasta que es enterrado en la iglesia. No se le encontró dinero alguno, tenía 300 pesos que no llevaba ni encima. No fue el caso de Miranda,Bolívar y San Martín, por poner 3 ejemplos de los muchos más que me dejaría en el tintero, ejemplos extremadamente opuestos en cuanto a compañía y peculio.

    -Con todo y con eso, nuestro autor sí profundiza en la confusión y desazón que provocó en los realistas americanos el fenómeno revolucionario en España; pero a mi juicio, se queda corto en la figura de Pablo Morillo, que entre otras"brillantes ideas", indultó a Arismendi (Por ser blanco...) en contra del parecer de Morales, y destruyó en muy buena medida la obra de los llaneros realistas que habían puesto en jaque a las "dos repúblicas". Morillo jugó un papel nefasto, no supo ser "pacificador" y no entendió (O no quiso entender) lo que pasaba en América. El aumento de las deserciones y de cambio de bando de muchos realistas corajudos en buena medida se debe a Morillo y "sus circunstancias". A veces acaba pensando uno que en los deméritos de España hay más razón para la victoria de los secesionistas que otra cosa, sin desmerecer la constancia y el genio militar de Bolívar.

  6. #46
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    Re: José Tomás Boves

    Otro dato de vital importancia:

    El "bestia" Boves, al entrar triunfalmente en Caracas, salvó el tesoro botánico de Celestino Mutis que el "santito" Bolívar tenía apalabrado para vender a Gran Bretaña.

  7. #47
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    Re: José Tomás Boves

    Otro dato como el que no quiere la cosa: Juan Manuel de Cagigal, el Capitán General de Venezuela, apodado según parece por Tomás Morales como "viejo tonto", tiene también una historia turbia. No porque presumiera de su amistad con George Washington, a quien conoció cuando Bernardo de Gálvez derrotó a los ingleses en Norteamérica...Más allá de eso: Éste era el que estaba complicado en los negocios de contrabando con Miranda. Por su amistad, Gálvez quemó los papeles que le implicaban, papeles donde Cagigal le decía a Miranda "ponerse a sus órdenes". ¿Cómo así cuando Miranda era su subordinado en el ejército? Pues porque seguramente Miranda seria su superior en la logia. Pablo Victoria habla bastante bien de este tema. No obstante, yo creo que Gálvez hubiera obrado mejor tirándolo al mar.

    Este era el ilustradísimo que no ganó ni una batalla en Venezuela y al que Boves echó en cara "haber recuperado el honor de las banderas de España que él perdió". Y a pesar de los desencuentros, "dejó hacer" a Boves porque sabía que si no no ganaba nada ni al parchís haciendo trampas.

    El caso es que seguimos estando en manos de gente así. Como Cagigal, me refiero.

  8. #48
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    Re: José Tomás Boves

    El siglo XIX en Hispanoamérica: José Boves contra la insurgencia venezolana







    El siglo XIX en Hispanoamérica: José Boves contra la insurgencia venezolana


    A finales de 1813 en Venezuela los realistas han sido rechazados a la zona costera de Coro y Maracaibo, donde cuentan con el apoyo mayoritario de la población. A todo esto, Simón Bolívar ha lanzado su célebre decreto de "guerra a muerte" contra los peninsulares y los venezolanos partidarios del Rey, lo que da lugar a grandes matanzas de prisioneros dirigidas por el propio Libertador que en febrero de 1814 ordena la ejecución de 800 prisioneros en Valencia y sus lugartenientes, entre los que se distinguen Briceño y sobre todo Arismendi, que por orden de Bolívar ejecuta a un millar de españoles prisioneros en Caracas y La Guaira.
    Pero mientras tienen lugar estos acontecimientos, se fragua, tanto a espaldas de los insurgentes como de los principales jefes de las fuerzas regulares realistas algo hasta ese momento casi inimaginable para todos: uno de los fenómenos más originales y terribles del conflicto americano. Se trata del movimiento organizado y dirigido por Boves en los Llanos del Orinoco.
    Es José Tomás Boves (o Bobes) un español peninsular, nacido en Asturias y de origen muy modesto, establecido en esa región venezolana desde hace años. Sumado a las fuerzas realistas en los últimos tiempos de la lucha contra la primera república (en Venezuela), en la que ya toma parte en alguna acción, recibe un nombramiento, inicialmente poco más que simbólico, de oficial de Caballería de la Milicia urbana de Calabozo, una de las pequeñas poblaciones de los Llanos, y el encargo de movilizar una fuerza de Caballería en esa región, actividad que inicia en agosto de 1813, tras separarse del contingente realista de Juan Manuel Cagigal.
    Buen conocedor de la zona y de sus habitantes los llaneros, pronto su carisma y dotes de mando consigue reunir aproximadamente 700 de éstos; aunque el contingente crece a velocidad gracias a la activa recluta a que se entregan Boves y sus lugartenientes, empleando para la finalidad tanto argumentos políticos e ideológicos de servicio al Rey de España y combate contra la odiada oligarquía de la provincia, como promesas de carrera en el Ejército y participación en el botín de guerra; también duras medidas contra los prófugos y los desertores.

    En octubre de ese 1813, ya con un millar de efectivos combatientes, de los que sólo unos sesenta son europeos, Boves actúa contra Calabozo. Con sus llamados "hombres vagos", gentes acostumbradas a una vida de corte selvático, infunde por primera vez temores a los jefes insurgentes.
    Poco después, el jefe militar español al servicio de los insurgentes, Juan Vicente Campo Elías, derrota a Boves en la sabana de Mosquitero y lleva a cabo diversas acciones punitivas contra las poblaciones y habitantes de los Llanos, que no consiguen sino favorecer la recluta de su oponente que improvisa todo lo necesario para la guerra que sostiene e igualmente todo tipo de pertrechos de utilidad bélica.
    Recobrado enseguida de la derrota, en diciembre es él y sus llaneros quienes vencen en la reiteración de la batalla, ocupando Calabozo; ya reúne a tres mil hombres. Mientras, su segundo, Tomás Morales, capta en nuevas reclutas contingentes de cierta relevancia en la Guayana.
    Pese al revés, Bolívar no acaba de dar importancia a este nuevo oponente, y desde esa actitud despreciativa hace pública su reflexión de que lo que no ha logrado contra sus fuerzas un ejército disciplinado como era el de Domingo Monteverde, no lo van a conseguir los contingentes que aparecen fantasmales y de improviso en la sabana apureña.
    Pero en esta ocasión Bolívar yerra en sus planteamientos. Las fuerzas de Boves, a las que su jefe entrena en el médano de Cazorla en marchas, cargas y combates, no paran de crecer y a lo largo de los primeros meses de 1814 obtienen sucesivos éxitos contra los insurgentes. En febrero, Rosete figura apocalíptica según los insurgentes, uno de los lugartenientes de Boves, derrota a Arismendi, y poco después el propio jefe del Ejército Real de Barlovento, título con el que se proclama y autoconcede el jefe realista José Tomás Boves desde finales del año anterior, combate en San Mateo contra Simón Bolívar.
    El jefe realista cuenta entonces con aproximadamente 6.500 hombres, de ellos 4.000 de Caballería armados con lanzas; en cambio apenas dispone de artillería, únicamente seis piezas ligeras, cuando la proporción adecuada en la época se considera de tres piezas por cada mil efectivos humanos.
    La acción de Boves en San Mateo facilita la recuperación de la iniciativa por parte de las fuerzas regulares realistas (los españoles peninsulares y aquellos seguidores del Rey Fernando VII en el continente americano, foráneos y autóctonos) que operan desde sus fortalezas en la costa.
    En paralelo a estas maniobras bélicas, en febrero de 1814 tiene lugar en la región de Barlovento una sublevación de los esclavos de las haciendas en contra de las fuerzas republicanas (las de Simón Bolívar y otros jefes insurrectos contra el gobierno español). Asume la jefatura de este movimiento Juan José Navarro, que derrota a Arismendi y dirige una campaña en la retaguardia republicana que supone un nuevo inconveniente grave para las fuerzas de Bolívar.
    Las victorias de Boves presentan además el correspondiente efecto moral en los elementos favorables al mando realista en las zonas dominadas por los insurgentes, lo que se traduce en una agitación creciente con la subsiguiente aparición de guerrillas.

    En el mes de junio de ese 1814, Bolívar logra una victoria en Carabobo contra las fuerzas regulares de Cagigal, pero pocos días después es materialmente deshecho por Boves en la segunda batalla de la Puerta. Explotando el éxito, Boves ocupa en julio Valencia y Caracas, donde asume en la práctica las funciones de capitán general, ignorando ex profeso a Cagigal al cual, tras la victoria de la Puerta, ha enviado una misiva de la que se extrae el siguiente párrafo: "He recobrado las armas y el honor de las banderas que vuestra excelencia perdió en Carabobo". Boves se revelará en esta etapa y en su nueva faceta como un buen administrador de los territorios ocupados.
    En los meses siguientes su ejército alcanza el máximo desarrollo. Cerca de 20.000 hombres, de ellos seis o siete mil operativos, organizados en regimientos de Caballería que constituyen la mayor parte del contingente de fuerza variable y vinculación a diversas poblaciones y zonas de los Llanos: Tiznados, el preferido por Boves, Guayba, Guardatinaja; lo que origina una útil emulación entre sus componentes. Boves dirige personalmente la Caballería, la mejor del mundo, tomando parte en las cargas y en los combates cuerpo a cuerpo asumiendo el mayor riesgo, con resultado de heridas en varias ocasiones. Autores hostiles a su causa lo califican como el más grande jefe de Caballería que haya conocido Venezuela.
    La Infantería, contando unos 2.500 hombres, está formada por dos regimientos a tres batallones cada uno, mandados por Guía Calderón y Manuel Machado, y el denominado Batallón de preferencia, mandado por Rafael López. En las marchas de esta tropa a pie se acostumbra a organizar un cuerpo de vanguardia, bajo el mando de Ramón González, que avanza doce horas por delante del grueso de la fuerza expedicionaria.
    Boves también cuenta con partidas de guerrilleros, configuradas como unidades de guerrilla compuestas por indios y mestizos principalmente, actuando bajo su exclusiva dirección estratégica. En cambio, utiliza poco e indirectamente a los cimarrones (esclavos refugiados en los montes buscando su libertad), unos 25.000 en la Venezuela anterior a la revolución, y otros esclavos huidos al compás de los acontecimientos.
    Los combatientes llaneros no lucen uniforme habitualmente. Van vestidos a la manera del país: calzón corto, sandalias, sombrero; los jinetes usan unas grandes espuelas características, y a guisa de escarapela una pluma negra o una oreja humana colgada del sombrero. También se decoran y anuncian con banderas negras, a diferencia de la blanca española del momento.
    Dominada gran parte de la provincia, Boves inicia la creación de una flotilla que inicialmente sólo tiene un bergantín, bautizado General Boves. La flotilla en ciernes está financiada mayormente por particulares, al frente de los cuales figura un realista de origen vizcaíno, íntimo amigo del padre de Simón Bolívar.

    Dadas las características de la lucha, las fuerzas de José Boves, el caudillo llanero, llevan a cabo frecuentes saqueos en las zonas o ciudades conquistadas donde hay para cometerlo; pues más bien tales saqueos quedan en intentos y limitados a los bienes de carácter mueble. Los bienes de auténtico interés propiedad de los insurgentes: los productivos, las fincas rústicas y urbanas, las explotaciones agrícolas, son confiscados por la autoridad realista y arrendados o vendidos en beneficio de la Hacienda de la provincia. Los premios de orden material que Boves entrega a aquellos de los suyos distinguidos en la lucha son de tipo simbólico o en relacionados con el servicio de armas: elección de los mejores caballos o armas capturadas y similares. Para Boves tampoco había réditos más allá de la satisfacción, pues nunca cobró un sueldo y años después se gestionará una pensión para su madre residente en Asturias.
    La represión contra los insurgentes responde a la proclama de guerra a muerte proferida por Bolívar al comienzo de su campaña. Es usual la matanza de los jefes políticos y militares insurgentes vencidos y la de muchos oficiales. La generosidad para con los prisioneros es aleatoria, graciosamente dispensada por quien puede. Conviene recordar que la lucha en Venezuela ofrece el aspecto de una contienda social-racial en esta etapa de la guerra entre realistas e insurgentes-independentistas.
    La circunstancia acaso curiosa para algunos que nos e aproximan a la realidad de la situación y los hechos cotidianos, es que los defensores del Rey de España encuentran su principal apoyo en los sectores populares de la población. Sectores que en el continente americano suman un porcentaje de indígenas y mestizos en diverso grado proporcionalmente superior al de las clases pudientes, acomodadas y dirigentes, que son en las que básicamente da inicio la insurgencia. Por supuesto, contando siempre con las excepciones en uno y otro bando.

    Con la derrota de Bolívar la causa independentista en la provincia sucumbe. Las fuerzas de Boves actúan en las postrimerías de 1814 sobre la zona oriental, todavía en poder de los insurgentes, cuyos últimos restos a la defensiva son aniquilados.
    Pero desgraciadamente para la causa realista, en la última batalla importante ya en el mes de diciembre, en Urica, Boves cae víctima de una lanzada al dirigir cual su costumbre una carga de su Caballería. Le sucede en el mando su hasta entonces segundo, el canario Tomás Morales, que tomará parte en las sucesivas campañas en la provincia hasta la conclusión de la lucha regular.
    José Tomás Boves, el taita, como le llamaron sus hombres, es una de las figuras más originales y merecedoras de estudio con las que contó el bando realista, y en general la contienda americana de emancipación. Al frente de su Ejército Real de Barlovento, pone fin a la segunda república venezolana (1813-1814) tras derrotar repetidas veces a Simón Bolívar y otros jefes secesionistas. Su temprana muerte a los treinta y un años supuso un sesgo importante, quizá decisivo, en el desarrollo de la misma.
    José Tomás Boves

  9. #49
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    Re: José Tomás Boves

    JOSÉ TOMÁS BOVES Y LA LEGIÓN INFERNAL
    Este asturiano de Oviedo se asentó desde bien joven en la venezolana región de Los Llanos y en ella se dedicó al comercio de ganado.


    Aprovechándose con ruindad y de manera harto traidora de que la metrópoli estaba invadida por las tropas del Emperador Napoleón Bonaparte se desató, sobre todo entre la población criolla (descendiente de españoles) de muchas de nuestras colonias americanas, un movimiento insurgente de carácter independentista que no podía, a fin de cuentas, ocultar los verdaderos intereses –de índole económica- de dichas clases criollas dirigentes. Unos intereses que pretendían, entre otras aspiraciones, un libre comercio (para beneficio propio de estos privilegiados criollos) con otros países (léanse Francia o Inglaterra) que la metrópoli tenía prohibido.

    La imposibilidad de enviar tropas desde España (totalmente dedicadas a la resistencia contra el ejército francés invasor) para sofocar la sediciosa rebelión fue, decíamos, harteramente aprovechada para orquestar el levantamiento en armas contra la Madre Patria.

    La masonería y sus ideales antitradicionales jugaron un papel primordial en este levantamiento de alta traición. Así lo podemos comprobar en la adscripción de personajes como Simón Bolívar.

    En esta situación encontramos a nuestro insigne compatriota: Boves organiza un ejército de leales a España con un considerable contingente de humildes llaneros (de la región de Los Llanos). Su carisma, su arrojo y su conocimiento de la región lo convierten rápidamente en todo un caudillo.

    Será a finales de 1813 cuando Boves consigue formar su definitivo gran ejército, conocido como la “Legión Infernal”, que derrota a las tropas rebeldes de Bolívar en la batalla de La Puerta. Esta victoria abre el paso hacia Caracas (en poder de los independentistas; éstos habían declarado la II República en los territorios que controlaban) y en el camino hacia la capital las tropas bolivarianas que ven llegar a la “Legión Infernal” se prestan a abandonar rápida y temerosamente las ciudades. Caracas se entrega a las tropas de Boves y tras ella caen Valencia y Barcelona y se levanta el sitio al que los insurgentes habían sometido a Puerto Cabello; éstos, presas del pánico, abandonan –tras levantar el asedio-, sobre el terreno, un gran botín.

    El hoy en día por tantos magnificado y glorificado Simón Bolívar es, pues, derrotado, una y otra vez por nuestro valeroso José Tomás Boves. Estos triunfos provocan que el Ministro Universal de Indias, en nombre del Rey de España -Fernando VII- eleve al ovetense al rango de coronel.

    Con la victoria definitiva en esta guerra prácticamente asegurada se enfrenta a los separatistas en la Batalla de Urica. Fiel a su valiente actitud de no rehuir nunca la vanguardia en las batallas el infortunio caerá sobre nuestro militar, siendo mortalmente herido, el 5 de diciembre de 1818, de un lanzazo en esta batalla; lo cual no impedirá la victoria de las tropas leales al Rey de España y la desaparición de la sediciosa Segunda República.

    Lastimosamente, ese reconocimiento a su valía plasmado en el ya comentado nombramiento a coronel, que le llegaba a través de una expedición salida desde la metrópoli, arribó tarde y no le alcanzó, pues, en vida, pero la gloria del héroe sí.

    Fuente: AZUL MAHON

  10. #50
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    Re: José Tomás Boves

    Desde luego, como un papagayo baboso y analfabeto repite las consignas marxistas que nunca quieren explicar por qué una buenísima parte del pueblo venezolano se acogió a la causa realista. Boves fue realista hasta la muerte como lo fue su sobrino Benito, que murió codo con codo defendiendo la causa de Agualongo. En fin....

    Presidente Hugo Chávez habla de Boves y Bolívar. Día de la Juventud Venezuela 2012 - YouTube

  11. #51
    Avatar de Mexispano
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    Re: José Tomás Boves

    "Boves se postró frente al ejército realista, aquella legión infernal que tanto esfuerzo le había costado construir; 8200 bestias tenían su mirada en él. Sus ojos eran como los de un tigre. Con gran fuerza exclamó:


    — ¡Allá están los mantuanos! Aquellos que por siglos han sostenido el látigo que les azota. Yo, José Tomás Boves, soy la única esperanza de libertad para ustedes, aquí ya no mandarán más los blancos… Aquí y ahora muere la República mantuana, que no quede nadie con vida ¡Acaben con esos malditos insurgentes! ¡A la carga mis llaneros!"


    Extracto de la novela "Reliquias Olvidadas: La legión Infernal", del escritor venezolano Juan Carlos Díaz Quilen.

    Capítulo XV: El último ejército patriota.

    A 202 años de la legendaria Batalla de Urica, realizada el 05 de Diciembre de 1814, donde murió el polémico José Tomás Boves. Este es un Hecho Criollo.








    _______________________________

    Fuente:

    https://www.facebook.com/hechoscriol...type=3&theater

  12. #52
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    Re: José Tomás Boves

    LA RAZA HISPANA Y SU CONCEPTO VIDA

    Paralelismos entre José Tomás Boves y Ramón Cabrera


    Hace tiempecillo fui forjando con el yunque de la atrevida intuición una teoría que parecía peregrina. No obstante, con el paso de los días fui madurando aquella volátil idea hasta transformarla en un esquema de pensamiento que se me antojaba medianamente congruente. Dicen que las comparaciones son odiosas…. Y dicen bien. Empero, no podemos evitar los paralelismos dados en la Historia, y más cuando se coincide en el siglo y en ambientes harto parecidos –sorprendentemente-; siempre, por supuesto, salvando las lógicas distancias. Así pues, yendo directamente a nuestro propósito, podemos decir lo siguiente:

    -Ambos vienen de ambientes marineros y, sin embargo, se enrocan en el interior, en el corazón de una tierra que aman y comprenden y a cuyos moradores más profundos atraen a su bandera. Ambos son marineros en tierra, valga la poetización.

    -Sin experiencia militar previa, logran organizar un ejército de miles de hombres, de la nada, sin medios a priori de la logística oficial. Dicen que Cabrera llegó a movilizar un ejército de 30.000 hombres. No somos muy aficionados a las “cifras exactas” en según qué apartados de la historiografía; empero, creo que nos pueden ayudar al menos a hacernos una idea, más cuando Boves y Cabrera coinciden en despertar a todo un pueblo por el entusiasmo de la causa que defienden.

    -Ambos se ponían con su caballo y su espada al frente de sus hombres, con ellos comían, con ellos compartían en primera línea la dureza de la guerra, con ellos se divertían en las pocas ocasiones festivas que le tocaron. Ambos encarnaron el caudillismo pero al servicio de una institución: La Monarquía Católica. Tienen talento innato, felino, como conductores de masas. Son líderes naturales, brotados en momentos de desorden, de terremotos físico-emocionales. Como decía el polígrafo luso Joaquim Pedro de Oliveira Martins, los pueblos ibéricos acuden como por instinto a sus tradiciones más primigenias. Ahí surge la Devotio Iberica que ellos conducen y engrandecen, reiteramos, al servicio de una institución política. No estamos hablando, pues, de “militarismo”.

    -Como gobernantes son austeros, prácticos, resolutivos. Son conscientes del tiempo que les ha tocado y entienden que pueden aprovechar lo mejor de una tradición que bien conocen sin renunciar al progreso. A pesar de su apriorística inexperiencia, no son improvisadores. Tampoco tienen aires de grandeza, no tiran la casa por la ventana, no gastan más de lo que ingresan.

    -Ambos son hijos del mérito y por eso mismo, se ganan la enemistad y la envidia de los políticos de la camarilla, de la retaguardia. Camarilla de torpes e indeseables, sin más mérito que el descarado enchufismo y el “peloteo” y las amaneradas poses. Por desgracia, esto es algo muy común en la cultura hispana, y quizá se ha ido agudizando más con el tiempo. Muchos no entienden que un hombre, a base de su esfuerzo, de su valía, de su tesón, prospere en la vida frente al que todo lo tuvo y sin embargo nada hizo. Y no sólo es ése el que desprecia al hombre meritorio que está dispuesto a dar su vida por una causa noble, es buena parte del común la que actúa también como tal. En España mismamente esta situación es burdamente trágica, con tantos héroes olvidados y/o vilipendiados y, por la contra, tantos personajillos ensalzados desde el Estado y la televisión…. Muy relacionado con este tema, podemos decir que ambos fueron víctimas de las élites revolucionarias, élites en verdad venidas del régimen anterior y que para limpiar –supuestas- culpas de sus antepasados se distinguieron con terrorífico celo sobre buena parte de la población. Estas élites revolucionarias emergen utilizando su poderío e influencia, y van a tener la habilidad no sólo de clarificar el destino de estos brillantes militares, sino también de ir causando la ruina en las hispanas tierras, y cuando parece que la ruina se va a despejando, otro grupo de presión de este estilo se viene y nos devuelve a la miseria. La élite liberal golpista va a ir a cazar a Cabrera y a tipos de su gremio, esto es, católicos y realistas; años antes, el mantuanaje “ilustrado” la tomó con Boves con muy malas artes.

    -Tanto Boves como Cabrera son víctimas de una leyenda negra que les hace muchos enemigos, e incluso los que fueron sus amigos mayormente los relegaron al olvido al “adaptarse a las circunstancias”. Boves al menos siempre tuvo en Tomás Morales su “reivindicador”, con mayor o menor éxito. La verdad es que Ramón Cabrera y Griñó dejó patidifusos a propios y extraños en uno de los últimos actos de su vida, después de tantos sacrificios personales y económicos por el carlismo, para acabar ¿reconociendo? en medio del fragor bélico (De una guerra que él, uno de los hombres mejor informados de España, siempre insistió en que estaba perdida de antemano) a un Alfonso al que llamaron el XII del que él conocía su incurable ilegitimidad tanto de origen como de ejercicio. Pocos amigos le quedaron a Cabrera y no sólo en el carlismo, pues la propia camarilla liberal que creyó convencerlo jamás reconoció su valía más que de boquilla. Nunca creímos que Cabrera fuera un ingenuo y que se dejara engañar, reiterando lo bien informado que estaba, por una camarilla alfonsina que algunos dicen que engañó hasta al Vaticano. Creemos que a Cabrera, por la contra, le jugó peor tanto su carácter bronco y vanidoso como la insoportable política de camarilla que tanto daño había hecho a su causa y que a veces había hecho que el movimiento político más antiguo del país casi quedara en caricatura, haciendo inútiles sus muchos esfuerzos, así como los de muchos de sus hombres con los que compartió penas y durezas. Esperamos que no se confunda nuestra postura y que no se caigan en otras comparaciones, pues jamás se comparará a Cabrera con Maroto. En ese sentido comparto la opinión de Román Oyarzun en “Historia del Carlismo” y por parte propia pensamos que Cabrera fue un campeón de la legitimidad, un campeón abnegado y enhiesto, que tal vez estuvo envanecido al ser más reconocido en el resto de Europa que en la España a la que tantísimo amó (Como tantos otros catalanes; como los catalanes que iniciaron el levantamiento de Cumaná contra los insurgentes, por ejemplo) y que una vez más, entre una camarilla y otra le amargaron la vida, hasta tal punto de que murió profundamente afectado por propios y extraños. Quienes fueron más vocingleros contra Cabrera usando la palabra “traidor” luego resultaron ser, cuanto menos, muy sospechosos de eso mismo…. ¡Qué cosas!

    Para nos, amén del mentado R. Oyarzun, Fernando Martínez Laínez (1) hace una buena disección del valiente tortosino, aunque demasiado a su libre estilo, lo cual deforma muchas veces tanto la realidad como la personalidad del personaje. Con todo, la biografía de Javier Urcelay (2) es sencillamente genial. Ambas lecturas son complementarias y han ayudado a que nos atrevamos a definir estas comparaciones nacidas al alimón de la intuición. Difícil es calibrar si la leyenda negra se ha ensañado más contra Cabrera o contra Boves, hasta tal punto de desfigurar sus vidas para la historia hispánica. Y en esa leyenda negra se suele omitir la brutal represión sufrida por Boves, azotado públicamente y acusado sin trámites por la oligarquía venezolana…. ¿Y qué diremos de Cabrera, a quien por ventura de la brutalidad de Nogueras asesinaron a su pobre y piadosa madre? Y no con ello estamos “disculpando” acciones posteriores. Lo que sí subrayamos es la cantidad de mentiras y deformaciones vertidas sobre dos personajes que tanto y tan bien lucharon contra los enemigos de España, de una España que, valga la paradoja, siempre parece premiar a sus enemigos.

    ¿Fue Boves, pues, el Cabrera americano? Más bien por tiempo sería Cabrera el Boves del Maestrazgo. Y con todo y con eso, añadimos un dato curioso: La mucha probabilidad de que el padrastro de Cabrera hubiera conocido a Boves en América(3). No sabemos si este hombre le contó algo del León de los Llanos al entonces joven Ramón, de qué manera le pudo influir en caso de que pasara…

    Y es que creemos que se ha hecho justicia con Cabrera al erigirle una estatua en Morella, su bastión. Boves apenas cuenta con una calle en Oviedo. De los pocos que lo han reivindicado, hacia la segunda mitad del siglo XX se encuentra su paisano J. Evaristo Casariego. No sólo pedimos estatuas y recuerdos para él, sino para todos aquellos valientes que en América se jugaron la vida y la hacienda contra la desgracia separación; y no pedimos ni estatuas ni recordatorios para la camarilla y los enviados directos de ésta que con su miopía mandaron al garete al mejor ejército de la Tierra Firme. Más memoria por los hombres que lucharon por España y menos Leyenda Negra, complejo de inferioridad y auto-odio. Y Boves y Cabrera son dos ejemplos de la Historia que deben guiarnos hacia el futuro.

    (1) El rey del Maestrazgo. Luces y sombras del caudillo carlista Ramón Cabrera, de Fernando Martínez Laínez. MR Ediciones. Madrid, 2005.

    (2) Cabrera. El Tigre del Maestrazgo, de Javier Urcelay Alonso. Editorial Ariel. Barcelona, 2006. (3) “Coronel Bobes: La epopeya de un infante de marina”. Por José A. Fernández-Acero.

    Antonio Moreno Ruíz

    http://www.dignidaddigital.com/notic...era-21920.html
    «¿Cómo no vamos a ser católicos? Pues ¿no nos decimos titulares del alma nacional española, que ha dado precisamente al catolicismo lo más entrañable de ella: su salvación histórica y su imperio? La historia de la fe católica en Occidente, su esplendor y sus fatigas, se ha realizado con alma misma de España; es la historia de España.»
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    Re: José Tomás Boves

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    José Tomás Boves, el León de los Llanos

    Cesáreo Jarabo 28/12/2021




    José Tomás Millán de Boves y de la Iglesia

    (Oviedo, 18 de septiembre de 1782-Urica, 5 de diciembre de 1814)

    José Tomás Millán de Boves y de la Iglesia,estudió Náutica durante cuatro años y se graduó de piloto de 2.ª clase de la Marina Mercante. Después, a partir de 1798, navegó por el Mediterráneo y luego en uno de los buques-correo de Ultramar.

    Pero ¿quién era José Tomás Boves? Si Bolívar era un señorito, un terrateniente, un ilustrado, fiel servidor de sus benefactores británicos, Boves no era nada de eso; era un honesto trabajador que las circunstancias lo llevaron a dejar su oficio de pulpero en los Llanos de Guárico, y a convertirse en jefe de los llaneros, con la única idea de combatir al tirano. Si cometió excesos, si mereció ser llamado por Bolívar la cólera del cielo vomitando rayos contra la patria, no pueden recibir la misma condena que los cometidos por el señorito Bolívar, que sin lugar a duda era la cólera del Infierno vomitando muerte sobre la Patria; pero es que, llegado el caso, demostró una misericordia que no cabía en la mente del libertador, y con su espíritu llanero, a pesar de ser asturiano de nacimiento, consiguió poner a raya a los terroristas de Bolívar.




    En este período la actividad militar del ejército patriota en el que, además de Boves, debemos reseñar la especial actuación de Francisco Morales y Francisco Rosete entre otros, acaba destruyendo la Segunda República separatista de Venezuela, cuyos generales, Santiago Mariño, José Félix Ribas, Rafael Urdaneta, y otros, con Simón Bolívar incluido, fueron sucumbiendo ante la acción de los ejércitos patriotas.

    En esos mismos momentos (1813-1814), los llaneros de José Tomás Boves, derrotaban a los separatistas venezolanos comandados por Bolívar y Miranda. La acción de Boves, llevada más de forma personal que bajo una estricta subordinación al estamento jerárquico español, aplicó una feroz represión contra los insurgentes, lo que fue utilizado por la propaganda separatista en su contra y resulta de difícil defensa, pero en definitiva no era más que la réplica a la guerra a muerte proclamada por Bolívar al comienzo de su campaña. En esa acción, señala José Semprún Bullón, la lucha sin cuartel que se desarrolló:

    Es usual la matanza de los jefes políticos y militares insurgentes que caen prisioneros, y la de casi todos los oficiales, y aun simples soldados. Aunque en ocasiones el jefe realista es generoso con los vencidos. (Semprún)

    Generosidad que no tiene réplica en Bolivar. Y es que los métodos utilizados por Boves se vieron condicionados por la actividad del enemigo desde un principio, y esos métodos, forzosamente, fueron variando con el tiempo. Así, José Tomás Boves, en un principio, vio con buenos ojos la independencia y hasta celebró con alegría el avance de la Primera República; pero algunos comentarios sin mayor importancia lo derivaron ante un tribunal que acabó condenándolo, con tan buena fortuna que, antes de llegar a ejecutarse la pena, tomó la ciudad de Calabozo el teniente general Eusebio Antoñanzas y Boves pasó a militar en el ejército nacional, donde desempeñó su empleo de oficial y encabezó una partida de caballería con la que iniciaría a causar estragos entre las tropas separatistas, trufadas en gran número por mercenarios ingleses.

    El agente británico Bolívar, proclamó la Guerra a Muerte en la ciudad de Trujillo el 15 de junio de 1813 manifestando cómo sería su actuación:

    Españoles y canarios, contad con la muerte aun siendo inocentes si no obráis decididamente en favor de la independencia americana. Americanos, contad con la vida aun siendo culpables.

    Pero ese decreto de la guerra a muerte no era nada nuevo; sencillamente se daba cuerpo de ley a lo que ya venía aconteciendo desde el 13 de Agosto de 1811 cuando otro agente británico, Francisco de Miranda, tomó Valencia por capitulación, tras lo que ordenó la ejecución a sablazos de los cabecillas sublevados; una actuación que traería graves consecuencias también para Bolívar.

    El tirano encontraría en Boves la horma de su zapato, que desde finales de 1813 conformó un gran ejército con criollos, indios y negros con los que acometió acciones de gran osadía como la batalla de la Puerta, su primera victoria notable. Esas acciones no tardarían en convertirlo en el gran caudillo llanero que, conocedor de su entorno, fue conocido como la Bestia a caballo por sus adversarios ingleses y separatistas, y como Taita (voz infantil referida al padre) por sus tropas.

    Pero Boves debía sufrir las ejecuciones de los vencidos llevadas a cabo por ingleses y separatistas, a machetazos para ahorrar munición. Esas ejecuciones tuvieron un verdugo a destacar entre otros: Vicente Campo Elías, casi paisano de Boves, pues era riojano.

    El 14 de octubre de 1813 ambos se enfrentaron en Sabana de Mosquiteros, donde Boves recibió una terrible derrota de la que sólo sobrevivieron Boves y diecisiete soldados patriotas.

    Acto seguido Campo Elías asoló Calabozo, donde la tradición cuenta que mandó asesinar a machetazos (para ahorrar munición), a más de 3.000 personas, la cuarta parte de la población, demostrando estar dispuesto a cumplir su juramento, que no era otro que acabar con todos los españoles y, luego, cuando no quedara ninguno, suicidarse para que no quedara ni uno solo de su raza…, incluidos los que no estaban comprendidos en el Decreto de guerra a muerte.

    El genocidio iba tomando cuerpo, y el número de muertos de Calabozo incluía la práctica totalidad de la partida de Boves, en número que se acercaba a los mil, de los cuales no eran europeos más de sesenta.

    Este hecho fue determinante para que el ejército de Boves comenzase a crecer espectacularmente. Los reclutados a punta de bayoneta con los que los “libertadores “ completaban el ejército británico que se enfrentaba a Boves aprovechaban la menor ocasión para desertar y engrosar las fuerzas nacionales, que veían en el enemigo un conglomerado de señoritos ansiosos por hacerse con las propiedades que la legislación española garantizaba a los indios.


    Los llaneros ante la tumba de Boves


    Los éxitos de los Llaneros de Boves granjearon una fama que desde diciembre de 1813 llegó a ser titulado «general en jefe del Ejército Real de Barlovento«. Contaba con un ejército de 6.500 hombres (4000 de caballería, 2500 de infantería y seis piezas de artillería) que contaban sus actuaciones por victorias, todo lo cual lo condujo a hacer público un bando que vio la luz el 1 de noviembre de 1813 en el que llamaba al pueblo a tomar las armas en defensa del Rey, la Religión y la Santa Causa.

    En defensa de esos principios, en enero de 1814, Boves había crecido su ejército hasta juntar más de 7.000 llaneros, con los que ocupó Calabozo al carnicero Campo Elías, que moriría pocos días después.

    La reacción de Bolívar no se hizo esperar, y puso en funcionamiento su principal maquinaria de guerra: Entre los días 13 y 16 de febrero ordenó el asesinato de 1253 personas que se encontraban presos en las cárceles de Caracas… Naturalmente, a machetazos.

    A finales del mismo mes, Rosete, un lugarteniente de Boves, derrotó al rebelde Arismendi, quien había aplicado los métodos de Bolívar en La Guaira.

    Estas actuaciones, como no podía ser de otro modo, enervaban el ánimo de Boves, que en 1814 vio incrementadas sus fuerzas hasta los 20.000 soldados.

    El 15 de junio de 1814, y mientras una parte del ejército marchaba contra Caracas, derrotó a los ejércitos unidos de Bolívar y Mariño, que no lograron rehacerse. Sitió Valencia, cuyos ocupantes, miembros del ejército que había decretado la “guerra a muerte”, pactaron la entrega de la plaza. Misteriosamente creyeron que Boves iba a ser más condescendiente con ellos de lo que ellos habían sido hasta el momento con los patriotas. Se equivocaron. Todos fueron pasados por las armas. Este hecho, que ni de lejos es equiparable a la acción de Bolívar, le granjearía la fama que al fin sería el argumento para deshacer su obra.




    En su avance espectacular, el 8 de julio de 1814 tomó Caracas, liquidó la segunda república venezolana y organizó un nuevo gobierno. Desconoció a Juan Manuel Cajigal, que había sido designado Capitán General de Venezuela, y asumió el mando con el título de «Comandante General del Ejército Español».

    Persiguió a los separatistas que huían y presentaron batalla en Barcelona, Cumaná y Urica donde fueron derrotados el 5 de diciembre de 1814. Pero la batalla de Urica sería su última victoria ya que sería herido de muerte. Tenía 31 años. Fue enterrado en la iglesia del pueblo de Urica.




    El dominio de la provincia venezolana por parte de Boves fue tal que llegó a fletar un barco de guerra, el «General Boves», financiado con capital particular, y su grandeza se aprecia en su testamento de muerte cuando indica que solo deja un caballo, una espada y 300 pesos, que de hecho le adeudaba a don Juan Vicente Delgado quien había sido Teniente de Justicia en la Villa de Todos los Santos de Calabozo.

    Allí nunca refirió que dejaba grandes tesoros producto de saqueo alguno; más bien dejaba como herencia a un pueblo el sagrado derecho a la defensa legítima en contra de sus opresores; esa es la máxima de enseñanza que dejaba este caudillo.
    Pero las acciones victoriosas de José Tomás Boves quedarían sin producir fruto, y es que, por fin, en la Península se decidieron a enviar un contingente militar. Sería comandado por el masón Pablo Morillo que, a la vuelta de Fernando VII, fue impuesto en el cometido por los ingleses, en concreto por Wellington. A lo largo del mes de febrero de 1815 partió de Cádiz la expedición del ya nombrado general Morillo hacia Montevideo; la componían 10.400 hombres. Pero en alta mar, al abrir las órdenes, se observa que su destino había variado, debiendo dirigirse, no a Montevideo, donde existía resistencia separatista, sino a Venezuela, donde ya estaba controlada la situación. El motivo: controlar la supuesta represión desatada por Boves; lo que significó el arresto de unos y la defección de otros, que pasaron a engrosar las filas separatistas.


    https://espanaenlahistoria.org/perso...l-leon-de-los-





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