Tema: La inmundicia sodomita ataca con todo en Uruguay

Es un disparate.

El matrimonio verdadero, auténtico y genuino solamente puede darse entre un hombre y una mujer.

Por eso es que Dios le dio al hombre un pene y a la mujer una vagina, de manera que lo que tiene el hombre encaja con lo que tiene la mujer.

Y de esa manera en lo biológico y sexual el hombre y la mujer forman una sola carne. Solamente le falta a esto lo espiritual para ser también una sola carne y un solo cuerpo con Jesucristo, Nuestro Señor y Dios, y eso espiritual viene del sacramento del matrimonio.

A diferencia de lo que ocurre entre dos mujeres o dos hombres, dos mujeres tienen lo mismo, por lo cual nunca podrán unirse en una sola carne. Y dos hombres se pueden unir pero contranatura, porque el recto no fue creado para ser penetrado. El recto fue creado por Dios para expulsar las excreciones del intestino.

Y el propósito por el cual Dios hizo que el hombre y la mujer se unieran en lo sexual es para tener hijos. Porque el hombre tiene la mitad de la semilla y la mujer la otra mitad. Al hombre y la mujer unirse en el sexo, el hombre pone en la mujer la otra mitad de la semilla que hace falta para dar vida, tener un hij@.

Por eso el matrimonio solamente puede darse entre un hombre y una mujer. Y llamar matrimonio a la unión entre dos hombres o dos mujeres es contrario a la naturaleza del ser humano (si dos polos positivos o dos polos negativos de baterías no interactúan, menos dos hombres o dos mujeres hacen un matrimonio) y a la finalidad creadora de Dios.

Javier Irrizary:
Clarito y al pie, lo has explicado. Bien explícito, para que hasta un retrasado mental pueda entenderlo, pero hoy mucha gente no puede (o no quieren y se hacen los mongólicos) comprender eso tan sencillo...

Nicus:

Estoy seguro de haber dicho la verdad, aunque dijera algunas cosas demasiado gráficas.

¿o no es verdad lo que he dicho?

Es lamentable lo que pasa en Hispanoamérica donde el lobby gay el progresismo están cada día teniendo más poder. Ojalá fuera como en Rusia o en Europa del Este, donde las marchas del orgullo gay son duramente reprimidas por la policía. Miren este video:



O también este:



En Rusia tienen las cosas más claras que nosotros en hispanoamérica. Es curioso, en Rusia se da un fenómeno sociológico inverso al que se dá acá en América del sur. En Rusia vienen saliendo de años de dictaduras comunistas, y la gente allá está harta de cualquier cosa que huela a izquierda y progresismo. En cambio aquí en América del sur, los países vienen saliendo de años de dictaduras del otro bando político y la gente también está harta de autoritarismo militarista de derecha y por eso aquí la opinión de la izquierda y del progresismo tiene tanto peso y es la que tiene más poder, cosa que no pasa en Rusia y en Europa del este.

Iniciado por Javier Irrizary

Nicus:

Estoy seguro de haber dicho la verdad, aunque dijera algunas cosas demasiado gráficas.

¿o no es verdad lo que he dicho?

¡Claro que has dicho la verdad!

Aliocha:

Aunque no entendí ni jota, lo que decían, sí entendí más o menos de qué se tratan los videos. Por lo que veo, en Rusia tienen todavía el sentido común; algo que aquí está casi desaparecido.

En cambio aquí en América del sur, los países vienen saliendo de años de dictaduras del otro bando político y la gente también está harta de autoritarismo militarista de derecha y por eso aquí la opinión de la izquierda y del progresismo tiene tanto peso y es la que tiene más poder, cosa que no pasa en Rusia y en Europa del este.

Que lástima que yo nunca viví esas épocas... ¡Ya volverán!

Iniciado por Nicus

¡Claro que has dicho la verdad!

Gracias, Nicus.

Quiero ser honesto y decir las cosas como son.

Estimado Javier, lo que has dicho es una verdad del porte de una catedral, pero más la malicia que la estupidez han impuesto esta tiranía de los depravaciones de estos degenerados.
La sodomía es simplemente la más grosera bestialidad que pueda haber.

Y por supuesto, cuánto anhelo los 17 años de civilización que tuvimos en Chile con el Gobierno Militar.

CRISTIÁN YÁÑEZ DURÁN:

No sé tú, pero yo siento lástima y compasión de los homosexuales, de las lesbianas y de los sodomitas.

No quisiera verlos en el infierno. Tengo amistades homosexuales y lesbianas, y creéme, sufro al pensar que ellos se encaminan al infierno.

He pedido a Dios que tenga piedad de nosotros, de toda la humanidad. Porque nada más pensar en el infierno salgo aterrado y acongojado.

Por supuesto que hay que sentir compasión por ellos. Pero en caso de que sean escandalosos ya sabes lo que Nuestro Señor a dicho de ellos, y no podemos pretender ser más a Él.
No entiendo tu amistad con esta gente, salvo que sea gente que lleve esta condición espantosa muy a su pesar y conforme a la castidad que Dios exige. Esta gente produce un mal mucho mayor que cualquier criminal, corrompe las almas. El homosexual que se enorgullece de su condición es digno de la más completa abyección y el Bien Común, al cual debe ordenarse la caridad, exige que sea apartado de la sociedad.

LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI

Jesucristo comía con publicanos, hablaba con prostitutas, compartía con leprosos.

Jesucristo dice: no he venido a buscar a los sanos (justos) sino a los enfermos (pecadores).

El pasado domingo en la misa, el sacerdote que oficiaba dijo: la cizaña (el mal) puede convertirse en trigo (bien).

¿Acaso no era San Agustín antes de convertirse promiscuo y mujeriego?

Uno no sabe si de entre esos homosexuales y lesbianas puede salir en el futuro un gran hombre o mujer, incluso futuros santos.

Como la oruga que al pasar por la crisálida se convierte en mariposa.

El juicio a los hombres y las mujeres yo se lo dejo a Dios, que es Juez supremo.

Hay que convertir a los demás, pero con el corazón lleno de caridad y misericordia.

De lo contrario, seremos como fariseos.

Iniciado por Javier Irrizary

Jesucristo comía con publicanos, hablaba con prostitutas, compartía con leprosos.

Jesucristo dice: no he venido a buscar a los sanos (justos) sino a los enfermos (pecadores).

Claro. Pero no les decía: "Seguid en vuestro pecado", sino que los convertía. Cuando salvó a la adúltera de que la apredrearan, le dijo: "No peques más".

Javier, caes en el típico error modernista que reduce a Dios a escala humana y filantrópica, puro amor y paz (humanos claro está), que nada tienen que ver con el único y verdadero Dios.

Iniciado por Hyeronimus

Claro. Pero no les decía: "Seguid en vuestro pecado", sino que los convertía. Cuando salvó a la adúltera de que la apredrearan, le dijo: "No peques más".

Es verdad. Pero es verdad también que Jesucristo tuvo misericordia de la adúltera. De lo contrario hubiera dejado que la apedrearan.

Es verdad que Dios es justo. Pero por encima de la justicia Dios es amor, como decía San Juan el Evangelista.

Si Dios no fuera amor, no nos perdonaría nunca nuestros pecados.

Lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica del año 1995:

"El amor de Dios es 'eterno' (Isaías 54, 8). "Porque los montes se correrán y las colinas se moverán, mas mi amor de tu lado no se apartará" (Isaías 54, 10). "Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti" (Jeremías 31, 3).

Pero San Juan (nota mía: el Evangelista) irá todavía más lejos al afirmar: "Dios es amor" (1 Juan 4, 8.16); el ser mismo de Dios es Amor. Al enviar en la plentitud de los tiempos a su Hijo único y al Espíritu de Amor, dios revela su secreto más íntimo; Él mismo es una eterna comunicación de amor: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y nos ha destinado a participar en Él."

(Catecismo de la Iglesia Católica, pág. 67 1997 Librería Editrice Vaticana, Citta del Vaticano.Traducción al español.)

Lo que dice la Biblia: Cortesía de Vatican.va

7 Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.

8 El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor.

9 Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él.

10 Y este amor no consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero, y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados.

11 Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.

12 Nadie ha visto nunca a Dios: si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros.

13 La señal de que permanecemos en él y él permanece en nosotros, es que nos ha comunicado su Espíritu.

14 Y nosotros hemos visto y atestiguamos que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo.

15 El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios, y Dios permanece en él.

16 Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él.

17 La señal de que el amor ha llegado a su plenitud en nosotros, está en que tenemos plena confianza ante el día del Juicio, porque ya en este mundo somos semejantes a él.

18 En el amor no hay lugar para el temor: al contrario, el amor perfecto elimina el temor, porque el temor supone un castigo, y el que teme no ha llegado a la plenitud del amor.

19 Nosotros amamos porque Dios nos amó primero.

20 El que dice: «Amo a Dios», y no ama a su hermano, es un mentiroso. ¿Cómo puede amar a Dios, a quien no ve, el que no ama a su hermano, a quien ve?

21 Este es el mandamiento que hemos recibido de él: el que ama a Dios debe amar también a su hermano.

(El libro del Pueblo de Dios - IntraText)

Un conjunto de citas no constituye una respuesta.
Lo que es claro e indiscutido es que Cristo perdonó a la adúltera pero condenó su pecado. Y, como todos sabemos se sentó a la mesa con publicanos y todo tipo de pecadores, pero lo hizo para que se convirtieran no para confirmarlos en su error. En cambio, a los recalcitrantes y duros de corazón los condenó con palabras durísimas ("raza de vívoras", "sepulcros blanqueados", "Os aseguro que no entrareis en el Reino de los Cielos", etc), respecto a los degenerados, nos consta que a Herodes ni siquiera le dirigió la palabra.
No se puede decir que la justicia de Dios esté sobre su misericordia. Su misericordia es infinitamente justa y su justicia es infinitamente misericordiosa; porque Dios siempre castiga, pero siempre lo hace con mucho menos rigor del correspondiente a la falta.