“Chuponeada masiva” este sábado frente a boliche
16.07.2011 | 14.21
Son casi 6.500 personas que adhirieron a través de las redes sociales para concurrir a una protesta que se realizará desde las 23.00 horas frente al boliche “Viejo Barreiro”.
Esta “Chuponeada masiva” se llevará a cabo en la intersección de las calles Rodó y Jackson, donde se encuentra el boliche.
Según las diferentes organizaciones que luchan por los derechos de los homosexuales, son crecientes los casos de homofobia que se están registrando, sobre todo en la capital.
Mientras esto sucede, el MPP recoge firmas en el Parlamento entre los sectores del Frente Amplio para impulsar el proyecto de ley sobre matrimonio igualitario.
Además de esta movilización fueron publicados mensajes en el muro del Facebook del boliche, entre ellos varias amenazas.
“Hay que prender fuego el boliche de mierda ese y matar a los dueños”, escribió alguien que luego borró su comentario. Otros, menos amenazantes pero igualmente ofensivos como, por ejemplo, “soy negro, soy mujer, soy moro, soy sudaca. El diferente eres tú, imbécil”.
A raíz de esta situación, el boliche pasó de ser denunciado por discriminación a ser denunciante por acoso público.
El encargado de relaciones públicas de Viejo Barreiro, Mariano Gambaro, dijo a Subrayado que no estaban arrepentidos de lo que pasó. Sostuvo que la pareja que fue retirada del local había incurrido en una “conducta inapropiada”.
Este hecho se inscribe en lo que desde el colectivo Ovejas Negras se ha descrito como una ola de homofobia en los boliches de Montevideo.
También el reverendo y escritor, Fernando Frontan, fue víctima de discriminación, cuando en otro boliche fue invitado a retirarse por portar una caravana.
El actual panelista del programa “Esta boca es mía” de Canal 12, relató a El Espectador que estando en un boliche, al que prefirió no identificar para no hacerle publicidad, uno de los guardias se acercó para decirle que tenía que quitarse la caravana.
Entonces reclamó hablar con las autoridades del lugar pero el guardia adujo que “el dueño del local no se dedica estas cosas, para eso estamos los de seguridad. Yo le dije que no me iba a quitar la caravana y me dijo que entonces él me tenía que retirar del boliche. Y me fui sin que me dijeran nada”, dijo Frontán.
Ante lo sucedido, presentó una denuncia penal. Y aseveró que “cuando se da en estos locales públicos que no cumplen con la reglamentación y que atienden a un público que pretende un espacio exclusivista, no hay que hacer escarche o publicidad para que la gente que busca esa exclusividad vaya a esos boliches”, dijo.
Y estimó que “si se cumple la ley, va a haber una sentencia. Y lo que va a quedar condenado es el tipo de acto, que es lo que me interesa”.
Por su parte, la doctora Michelle Suárez, abogada del colectivo Ovejas Negras, indicó que años atrás había unas pocas denuncias por mes y que ahora son varias por semana, a las que accede como abogada independiente y como integrante de ese colectivo.
El último caso se dio en el boliche Viejo Barreiro. La doctora Suárez dio como versión que “se estaban dando un beso y fueron sacados de una manera bastante agresiva por la seguridad del boliche. Ese es el raconto de hechos que todos tenemos”, aseveró.
Este hecho no se dio de forma aislada, sino que aducen que habría una ola discriminatoria que ha venido creciendo. “Estos casos estaban llegando en un ritmo de uno o dos por mes. Y ahora han habido un rebrote de conductas homofóbicas, transfóbicas y lesbofóbicas, y llegan tres o cuarto consultas por semana. Toda estas situaciones se han dado casi todas en boliches”, dijo Suárez a El Espectador.
Suele justificarse este tipo de actitudes en el derecho de admisión que tiene el local. Según la abogada de Ovejas Negras, no es correcto interpretar de esa forma el llamado derecho de admisión.
“En caso de que la persona no afecte a terceros, de ninguna manera puede ser quitada aludiendo a un supuesto derecho de admisión. Además, existe normativa de mayor jerarquía que un decreto municipal, que son leyes y normas constitucionales. Las cuales prohíben y castigan civil y penalmente cualquier conducta de exclusión, de menoscabo de derechos humanos o libertades fundamentales”, dijo Michel Suárez.
Uno de los propietarios del boliche, Diego Fernández, dijo a la República que el jueves se reunió con los trabajadores y testigos que presenciaron lo ocurrido. Los pasos que sigan dependerá de la respuesta de Ovejas Negras a una carta en la que solicitaron al colectivo "llegar a una solución". "No quiero esta publicidad", dijo Fernández.
En el sitio de Facebook de esta convocatoria se lee “Les recordamos que esto no es un escrache a Viejo Barreiro, sino una manifestación pacífica donde nuestro cometido es protestar de la misma forma que se generó esto: con un beso.
Luego de esa concentración se realizará una cuenta regresiva con un gran beso final que desembocará en una marcha hasta el callejón de la Universidad de la República. Hasta el momento, la convocatoria cuenta con 6.420 adherentes.
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