Entiendo el comentario como crítica a la justicia tal como es administrada hoy, que más bien se ha transformado en una farsa de la justicia (en la cual, los delincuentes y terroristas se vuelven "luchadores sociales"; se avala el genocidio llamado aborto; se da respaldo a las aberraciones sexuales, como la homosexualidad, etc.). Pero, creo, se debe distinguir entre el método y el contendido. El método no es el problema, lo es el contenido, que no es hoy otro sino la pérfida ideología liberal. Porque -ese es el problema- los que tienen que administrar justicia, tanto en Europa como en América, están contaminados de la ideología liberal. Esa es a la que hay que combatir, de eso es de lo que debemos vaciar a la justicia. Para poner un ejemplo, hoy se construyen esperpentos que se hacen pasar por obras arquitectónicas. Bien, por culpa de esos mamarrachos no vamos a postular la eliminación de las matemáticas o del dibujo arquitectónico de la arquitectura; lo que se debe buscar es eliminar las ideas estéticas disparatadas y promover el buen gusto (en los arquitectos).
Que los jueces resuelvan evaluando los hechos de cada caso y sopesando los argumentos que son dichos por cada parte (y no lo que -supuestamente- le dicen las hojas de coca, las entrañas de los bichos o las nubes en el cielo). Ese debe ser el método. Pero,que la interpretación (el contenido) la den a la luz de la recta razón y no siguiendo las descarriadas ideas liberales. Al rey Salomón, a los jueces de la Inquisición o a los oidores nunca se les pasó por la cabeza usar plantitas, abrir un huevo o un conejo, o lanzar los dados para resolver un juicio.
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