El impacto de las nuevas tecnologías transmitidas a través de ellas fue verdaderamente espectacular, pues si es un hombre con sus solas fuerzas necesita cuarenta días para preparar una hectárea, este tiempo se reduce a un día cuando lo hace con un arado y dos caballos; hasta el temprano 1570, de la Metrópoli se habían despachado 20.000 rejas para arados. El tiempo de corte de un árbol con hacha de acero descendía de dos meses a dos días, por lo cual los indígenas se batían a muerte por su adquisición; y una herradura de acero valía más que su peso en oro.

De ahí que con José Vasconcelos, insigne ensayista mexicano, pueda concluirse:
"La liberación de las espaldas de los indígenas por la introducción de bestias bien merecen, como el asno, más estatuas que tantos de nuestros libertadores."
FUENTE: Corsi Otálora, Luis, Los realistas criollos, Ediciones Nueva Hispanidad, Buenos Aires, 2007.






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