Concuerdo con su idea de una Comunidad Hispánica de Naciones, pero el problema es que no tenemos a un rey como Dios manda. Con un rey legítimo, un rey verdaderamente cristiano, y que no se limitara a ser una mera figura que firma las leyes así vayan estas leyes contra Dios y contra España como lo que tenemos ahora, se podría hacer. El que actualmente detenta el puesto no creo ni que estuviera muy por la labor.
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