En abril de 1967, hablando por experiencia, resumió su idea homicida de la justicia en su "Mensaje a la Tricontinental": "El odio como factor de lucha, el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones naturales del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal." Este uso del odio en fomentar la deshumanización de los enemigos, no es sino otra manifestación de la doctrina encontrada a través de los siglos para justificar el asesinato en masa y la tortura.
Che gritó a sus captores en Bolivia, "No disparen-Yo soy el Che, valgo más para ustedes vivo que muerto". Entonces, ¿por que el no guardo su ultima bala para si mismo? Él solamente rogó por su vida. El asesino, cobarde y estúpida pequeña comadreja llamada Che Guevara en Bolivia recibió una gran dosis de su propia medicina. La justicia nunca había sido mejor servida.
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