Re: El milagro de la Virgen de Guadalupe

Iniciado por
ortodoxo
Claro que tiene razón don Valmadian, por supuesto que debe ser un chiste decir que Sixto de Borbón es rey de España y de las Indias, inca del Perú y tlatoani de México o a poco creen que semejantes "chorras" y "asaderos de manteca" son serios.
No hay chiste que valga, me estoy refiriendo a la normativa, a las leyes seculares que regulan la Monarquía Hispánica y que en España se han venido pasando por la entrepierna desde 1830 hasta nuestros días. Hablo de algo que provocó nada menos que tres guerras civiles en el XIX y la participación activa en una cuarta en el XX, y en los que muchos dieron su vida por los ideales de la Monarquía Católica, al grito de ¡Dios, Patria, Rey!, cuyo representante actual es Don Sixto, frente a una impostura ilegal, liberal-masónica. Tiene pelotas que el Auto-acordado de 10 de mayo de 1713, nunca derogado frente a las mentiras de los liberales y masones, incorporado a la Novisima Recopilación de Autos Acordados de 1805 en su Ley 5ª. del Título I del Libro III, sea hoy reproducida en el artículo 57 de la vigente Constitución española de 1978, lo que viene a demostrar que toda la rama dinástica reinante desde Isabel II hasta hoy no son los legítimos titulares de la Corona , sino que el derecho histórico asiste a la rama a la que pertenece Don Sixto Enrique de Borbón-Parma.
Por tanto, y considerando que las consecuencias (efecto dominó) de ello han marcado todas las circunstancias de la vida en España, la cuestión no es un chiste en modo alguno. Si es en cambio triste la traición de un pueblo hacia sus reyes legítimos, dejado llevar de toda clase de intereses, excepto por un grupo minoritario de fieles. Por supuesto, la acumulación títulos es habitual y costumbre entre la nobleza. No necesariamente a una situación de iure ha de acompañar otra de facto, así es común que tal o cual marqués o conde, sean titulares del topónimo de un lugar y, sin embargo, no tener señorío o jurisdicción alguna sobre tal sitio, más aún, en muchas ocasiones ni siquiera haberlo visitado. Así, los reyes, todos los reyes de todos lo países, ostentan títulos que resultan hasta sorprendentes, pues son acumulaciones debidas a las políticas matrimoniales, además de conquistas, o incluso como trofeos de guerra. Para su estudio y conocimiento existen las disciplinas que se ocupan a nivel universitario del Derecho Nobiliario, o los estudios de Genealogía y Heráldica.
Ahora bien, yo entiendo su postura, pues vive y se ha educado en una república, la cual siento tener que recordarle a usted, persona católica, que persiguió a la Iglesia durante muchas décadas hasta el extremo de no permitir que los curas fuesen vestidos como tales por la calle, en el ejercicio de su libertad, o que sus revoluciones hayan sido siempre ideadas e instigadas desde los ámbitos más anticristianos habidos y por haber.
Le puedo asegurar que es serio, y no una chorrada, ver a 500 ó 600 carlistas reunidos en los salones de un hotel de Madrid aclamando a Don Sixto como Rey Legítimo, porque entre esos asistentes había, además, catedráticos de universidad, militares (de paisano), abogados, profesionales de diversos campos, estudiantes, obreros y hasta polícias, ¿cree usted que eso es una chorrada? Un rey lo es para su pueblo, porque su pueblo así lo quiere y reconoce, un rey cuenta con el amor de su pueblo y si no cuenta con eso no es rey de nada, bueno tal vez de su casa.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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