Cita Iniciado por Valmadian Ver mensaje
Creemos en los milagros los 1.200 millones de católicos, porque ya, desde un mismo comienzo, el propio Universo entero es un milagro en si mismo, su existencia y su finalidad. Pero ¿ quién en su sano juicio va a creer en la existencia de gravitones, con masa en reposo y carga nulas, hadrones y mesones o en el bosón de Higgs que si tiene masa para cederla a cualquier otra partícula cuántica? ¿Y que me dice usted de la presunta existencia de un multiverso que nadie ha visto ni, según las leyes de la física newtoniana, jamás verá? Y sin embargo, los relativistas, los materialistas, lo ateos, se tragan sin chistar los "cuentos tártaros" de la inventiva de unos cuantos cosmólogos y matemáticos aburridos, cuya actividad no puede rebasar el nivel de combinar metafísica con fórmulas en una pizarra.

No hay ni vergüenza, ni desdoro, en la creencia de la Voluntad de Dios para manifestarse como considere más oportuno...

Y ahora ¿qué pruebas aporta usted, pruebas físicas, no comentarios ni pareceres? Más aún, ¿en que grado de concreción se considera usted moralmente superior a esos científicos que si han aportado dichas pruebas empíricas dentro de lo que son sus propios campos de experimentación?, es decir, ¿qué aporta usted?

Pues bien, ya que como no encuentro una respuesta esperada, la daré yo mismo. Con la misma fuerza argumental con la que se puede entender que la Ciencia nos muestra las maravillas del Universo y la indubitable Voluntad del Creador de todo ello, se puede creer con la más completa fe, es decir, la máxima confianza puesta en que somos sus criaturas y en Él y por Él vivimos. Por tanto, si inconmensurable es el Universo y resulta clara su causa, del mismo modo un milagro, es decir, todo aquello que carece de causa lógica, que no es analizable y que no se puede manifestar como natural, es algo que se puede atribuir a causas que están fuera de la comprensión humana, después de haber sido desechados los resultados de todas las pruebas científicas más fiables y exhaustivas que se pueden realizar, (debiendo callar quien no sepa con certeza en qué consisten tales métodos y cómo se lleva a cabo todo el proceso de análisis y contrastación), es cuando la Ciencia se rinde a la evidencia de que no existe explicación racional, en ese momento es cuando se determina la existencia de un milagro. Con los medios científico-técnicos de hoy, cualquier milagro cierto y no fraudulento, en lugar de resultar más dudoso le sucede precisamente lo contrario gracias a la rigurosidad de las pruebas a las que se somete el fenómeno.

¿Pero qué es un milagro visto desde la fe? pues, un milagro sólo es una pequeña muestra que sirve para ayudarnos en nuestra debilidad, y, paradójicamente, los más débiles entre los débiles, son aquellos que niegan a Dios y no reconocen su obra. No obstante, al igual que la Ciencia no ordena aceptar sus resultados ( si no dejaría de ser Ciencia), los milagros sirven para la devoción privada y no forman parte del Dogma, por tanto, nada obliga a creer en ellos. Descalificar a quienes quienes si asienten a la posibilidad de la existencia de tales manifestaciones no naturales es, simplemente, inadmisible.

La Física cuántica es un hecho, lo que aún da mayor esplendor y coherencia a la Creación, la posibilidad de un multiverso sólo es producto de la especulación, cuando no de la fantasía de la ficción disfrazada de cientifismo, y la fe es la mayor manifestación antropológica que visiblemente diferencia al Hombre del resto de las criaturas del mundo, ninguna es capaz de conocer a Dios.