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Tema: El genocidio lingüístico filipino: así se impuso el inglés

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    El genocidio lingüístico filipino: así se impuso el inglés

    ESTADÍSTICAS: EL IDIOMA ESPAÑOL EN FILIPINAS
    Por Guillermo Gómez Rivera, de la Academia Filipina
    grgomez@digitelone.com

    1. INTRODUCCIÓN
    2. DE AGUSTÍN DE CAVADA A MALOLOS
    3. MANUEL ARELLANO REMONDO
    4. LUCIANO DE LA ROSA, KATIPUNERO
    5. EL PRIMER GENOCIDIO
    6. EL CENSO DE 1903
    7. TIRSO DE IRRURETA GOYENA EN 1916
    8. DAVID P. BARROWS DESDE 1908
    9. AUMENTAN, EN VEZ, LOS HISPANO-PARLANTES
    10. LOS CHINOS HABLAN ESPAÑOL
    11. EL INFORME FORD DE 1916
    12. PRENSA EN ESPAÑOL, NO EN INGLÉS
    13. ¿DESESPERACIÓN?
    14. FORZANDO EL INGLÉS POR LEY
    15. UNA AGENDA GENOCIDA
    16. DEMANDA POR EL CINE EN ESPAÑOL
    17. DESPUÉS DEL SEGUNDO GENOCIDIO, ¿QUÉ HACER?
    18. UNAS HUMILDES SUGERENCIAS
    19. QUE SE ENSEÑE LA VERDADERA HISTORIA DE FILIPINAS
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    1. INTRODUCCIÓN.
    Es verdad que nunca fueron todos los habitantes de las Islas Filipinas los que tuvieron el idioma español como su lengua materna. Pero tampoco es justo decir que este idioma nunca se habló en Filipinas en escala nacional.
    El mero hecho de que el idioma español empezó a ser el idioma oficial de las Islas Filipinas desde el 24 de junio de 1571, día de la fundación de Manila como la ciudad cabecera del Estado Filipino bajo la Corona de España, hasta en 1987, año en que se promulgó la cuestionable constitución de la presidente Corazón 'Cory' C. Aquino,----bien puede poner en solfa a todos aquellos que digan que este idioma nunca se habló en Filipinas.
    Siendo idioma oficial desde el 24 de junio de 1571 debe entenderse que fue el idioma de la judicatura, de la legislatura y de las escrituras y las publicaciones oficiales, como judiciales, de este Archipiélago.
    También es inegable que existe un cuerpo de obras literarias, en fin una tradición literaria, por autores filipinos desde 1593, año en que se fundó la primera imprenta en estas islas, hasta el presente.
    Todo esto es evidencia de que el idioma español se habló en Filipinas, y no en la extensión regateada en que los cuestionables documentos norteamericanos nos quieren decir.
    Y decimos cuestionables documentos porque es un hecho que los colonialistas usenses han tenido una "language agenda" a favor del inglés desde 1898 y en contra del idioma español al que miran como un obstáculo latente a sus objetivos "lingüísticos" y de imperio económico, hasta nuestros días.
    2. DE AGUSTÍN DE CAVADA A MALOLOS
    Pasemos ahora al campo de las estadísticas. Es verdad que cuando Filipinas tan solamente tenía una población de un poco más de cuatro millones y medio (4,500,000), Agustín de la Cavada y Méndez de Vigo, señaló que los que hablaban español en Filipinas no rebasaban el 2.8 por ciento del número de la población citada.
    Pero este libro de tal estadística salió a la luz en 1870 o tan solamente siete años después de que por decreto de la Reina Isabel II, en el año 1863, se establecía el sistema de instrucción pública en todas las islas cuyo medio de instrucción era predominantemente el español, ----con los idiomas principales del archipiélago sirviéndo de medios auxiliares de educación.
    Al llegar el año de 1898, en que se separó Filipinas de España, el porcentaje de los filipinos de habla española tendría que haber aumentado considerablemente. Y si, de hecho, el aumento del número de hispano-hablantes no hubiese crecido en proporciones más altas y de extensiones más profundas en todas estas islas a partir del dado 2.8 por ciento en 1870, los delegados filipinos a la primera convención constituyente celebrada en Malolos, Bulacán, en 1898, no hubiesen declarado al idioma español como la primera lengua oficial de la República de Filipinas, ----tal como nos lo tiene provisto la Constitución de Malolos.
    Tampoco hubiesen utilizado, los gobernantes filipinos bajo el Presidente Emilio Aguinaldo, al idioma español en todas sus proclamas y sus publicaciones oficiales, ----entre los cuales se encuentra el diario denominado "La Independencia". Y José Rizal, un políglota que bien sabía siete lenguas, incluyendo la tagala, no hubiese escrito sus obras fundamentales en español. Los hubiese escrito en inglés y en tagalo. Pero no. Todo lo escribió José Rizal en español para sus compatriotas que naturalmente podían leerle en esta misma lengua.
    3. MANUEL ARELLANO REMONDO
    En un libro publicado en 1908 por la Tipografía del Colegio de Santo Tomás de Manila, titulado Geografía General de Las Islas Filipinas, cuyo autor es el Muy Reverendo Padre Fray Manuel Arellano Remondo, se encuentra el siguiente dato en la página 15. "La población disminuyó por razón de las guerras, en el quinquenio de 1895 a 1900, pues al empezar la primera insurrección se calculaba en 9,000,000 y actualmente (1908) no llegarán a 8,000,000 los habitantes del Archipiélago."
    La referida "primera insurrección" fue la que ocurrió el 29 de agosto de 1896 en contra del gobierno español. En ese caso, la población de Filipinas en ese año llegaba a los nueve millones de habitantes. Los censos norteamericanos de 1903 y 1905, dicen de soslayo que los hispano-hablantes de este archipiélago nunca han rebasado, en su número, a más del diez porciento (10%) de la población durante la última década de los mil ochocientos (1800s).
    Esto quiere decir que 900,000 filipinos, el diez porciento de los dados nueve millones citados por el Fray Manuel Arellano Remondo, tenían al idioma español como su primera y única lengua.
    4. LUCIANO DE LA ROSA, KATIPUNERO
    Además de esos nueve cientos mil, Don Luciano de la Rosa, katipunero y el abogado defensor de los demandados por libelo a raiz del editorial Aves de Rapiña del diario EL RENACIMIENTO FILIPINO de 1907, concluye, en un estudio que citamos en el libro: Filipino: Origen y Connotación, Manila, 1960, "que es el 60% de los filipinos" de su tiempo "los que tenían al idioma español como su segunda lengua".
    Si añadimos a los 60% los anteriores 10%, tenemos al 70% de la población filipina como usuaria cotidiana del idioma español entre 1890 y 1940.
    Unos recientes estudios por el Dr.Rafael Rodríguez Ponga, señalan que los filipinos de habla-española, al liquidarse la presencia peninsular en este arhipiélago, llegaban al catorce (14%) porciento de la población de la década 1891-1900. Es decir, el 14% de una población de nueve millones (9,000,000).
    5. EL PRIMER GENOCIDIO
    El Padre Fray Manuel Arellano Remondo, al informarnos que "la población disminuyó por razón de las guerras", se refiere indudablemente a las víctimas de la Guerra entre la primera República de Filipinas de 1898 y Estados Unidos de Norteamérica.
    Esa disminución de la población filipina nos lo señala luego otra fuente, esta vez norteamericana, como constituyendo "la sexta parte de la población filipina".
    La fuente norteamericana a la que nos referimos es la del historiador James B. Goodno autor del libro The Philippines: Land of Broken Promises, Nueva York, 1998, cuya página 31 nos suministra esa importante cifra y dato. Si hemos de creer que fue la sexta parte de la población filipina la que pereció como víctima de las sangrientas masacres perpetradas por la soldadesca invasora de Estados Unidos entre 1898 y 1902, las bajas de una población total de nueve millones sumarían, de hecho, a un millón y medio (1,500,000). Y, diga lo que se diga, este hecho histórico es evidencia de nada menos que un genocidio cometido en contra del pueblo filipino que precisamente es de habla española.
    Si ahora se puede inclusive decir que el español nunca se habló en Filipinas, ese resultado es la evidencia misma del genocidio perpetrado durante la guerra filipino-usense que se prolongó hasta 1907, ----incluyendo la masiva resistencia armada puesta frente a la invasión militar de Estados Unidos, por parte del segundo presidente y general de la República Filipina de 1898, Macario Sacay y de León.
    (El Presidente Sacay asumió el poder tras la captura y arresto domiciliar del Presidente Aguinaldo; pero en 1906 fue engañado, mediante políticos filipinos (que empezaron a creer en la "benevolencia" norteamericana), con una falsa oferta de amnistía y un puesto a la proyectada Asamblea Nacional. Fue calladamente ahorcado en 1907 de una forma injusta y totalmente criminal en comparación con el caso de José Rizal. ¡Ahorcaron criminalmente al segundo presidente de la República de Filipinas!)
    El citado Don Luciano de la Rosa nos informa que "es de esperar que una enorme proporción de esas bajas sean filipinos de habla hispana ya que eran los de este habla los que mejor entendían los conceptos de independencia y libertad y los que escribierón obras en idioma español sobre dichas ideas".
    6. EL CENSO DE 1903
    Es por eso que es el mismo libro del P. Arellano Remondo el que nos da la siguiente información estadística, para la primera década de los mil nueve cientos (1900s), en los siguientes términos: "----6to. Población. ---El censo oficial de 1903 obtuvo el siguiente resultado en su conjunto: 7,635,426: de estos eran civilizados o cristianos unos 7,000,000 y salvajes o no cristianos 647,000." (Página 15, Op. Cit.)
    Ese mismo censo de 1903 informa que los mestizos de español eran 75,000 o apenas un porciento de la población. Se quiso dar a entender que éstos eran los que primordialmente hablaban español. Al decir mestizos de español se entiende que el padre es penínsular y la madre es indígena. No se contaron como también de habla española a los que eran hijos de matrimonios entre mestizos de español e indígenas que, por cierto, eran más numerosos que los dados 75,000 de mestizos a razón del 50 al 50.
    Tampoco se contaron a los descendientes de los chinos cristianos, muchos de ellos siendo mestizos terciados por ser mezcla de español, indígena y chino, que constituían el grupo más numeroso que tenía al idioma español como su primera lengua.
    Tampoco se clasificaron como de habla española a los indígenas que componían las comunidades de habla criollo, o chabacano, de Cavite y los de Extramuros de Manila, (Ermita, Pacó, Binondo, San Miguel y Quiapo), amén de los de Zamboanga, Cotabato, Davao, Joló y Basilan en Mindanao que muy facilmente sumaban a otros 500,000.
    7. TIRSO DE IRRURETA GOYENA EN 1916
    En 1916, el escritor y abogado Don Tirso de Irrureta Goyena hace la siguiente observación en el capítulo titulado 'El Castellano, Único Idioma Nacional' de su libro Por el Idioma y Cultura Hispanos, Imprenta de Santo Tomás, Manila, 1917, (Pp.38y38).
    "----Hay una minoría de filipinos, descendientes de individuos de raza española que tienen el castellano naturalmente como idioma propio y casi por decir único."
    "----Hay algunas localidades donde filipinos indígenas, de pura raza nativa, como Cavite, San Roque, Caridad, Zamboanga, y aun muchos de los que en Manila y en otras capitales importantes viven, que no poseen asimismo otro idioma que el castellano más ó menos adulterado."
    "----Y, los mestizos de americanos son una minoría microscópica, en muchos de cuyos descendientes, se ve el curioso fenómeno de adoptar el castellano ó alguno de los idiomas nativos, dejando por completo el idioma inglés."
    8. DAVID P. BARROWS DESDE 1908
    En el Octavo Informe Annual (Eight Annual Report) del Director de Educación, David P. Barrows, fechado 1 de agosto, 1908, (publicado por el Bureau of Printing, 1957, Manila) se encuentran las siguientes observaciones sobre el idioma español:
    "----Of the adult population, including persons of mature years and social influence, the number speaking English is relatively small. This class speaks Spanish, and as it is the most prominent and important class of people in the Islands, Spanish continues to be the most important language spoken in political, juornalistic and commercial circles." (P.94. Op.Cit.)
    Esta observación señala que la población adulta del país, que incluye a personas de años maduros y de influencia social, "tenía al idioma español como su lengua por lo que el mismo idioma español continuaba siendo la lengua más importante hablada en todos los círculos comerciales, políticos y de prensa."
    Esta observación confirma el dato dado por el abogado Don Luciano de la Rosa sobre el español siendo el segundo idioma del 60 por cien de la población total de Filipinas durante las primeras cuatro (4) décadas de 1900.
    9. AUMENTAN, EN VEZ, LOS HISPANO-PARLANTES
    Lo más curiosamente significativo es que la supuesta alfabetización o escolarización en inglés, dada en las escuelas públicas establecidas por los norteamericanos desde 1900, tendía a producir a un número mayor de filipinos de habla española y no de habla inglesa. Es por eso que es el mismo Director de Instrucción, Mr. David P. Barrows, el que, alarmado y casi indignadamente, escribe lo que sigue:
    "----It is to be noted that with the increased study and use of English, there has been an increased study of Spanish. I think it is a fact that many more people in these islands have a knowledge of Spanish now than they did when the American occupation occurred." (Los subrayados son nuestros.)(p.96. Op.Cit.).
    Tras pedir más fondos con miras de presupuestar "night schools", o escuelas que también tengan classes nocturnas, por las que se tenía que redoblar la enseñanza e imposición del inglés sobre los niños y adultos filipinos con el objetivo de no dejarles dentro de la influencia del predominante idioma español, asegura dicho Mr. Barrows, y muy a la manera de un autoconsuelo para si mismo y para sus superiores en Washington D.C., que el idioma español, con ciertas medidas tomadas en su contra, tendría que desaparecer a la larga porque los filipinos están lejos de los países de habla española por lo que no podrían tener ningun apoyo por parte de aquéllos en su afán de conservar su idioma español..
    "----But in spite of these facts, it is believed that the use of Spanish will wane. It is unsupported by Spanish speaking countries adjacent to us." (Pero, a pesar de estos hechos, a favor suyo, el idioma español va a desaparecer porque carece del apoyo de los países de habla española adyacentes a nosotros.)(p.96, Op. Cit.)
    En esta observación bien puede espigarse la política de los WASP usenses de adrede aislar a Filipinas del mundo hispánico al que pertenece.
    10. LOS CHINOS HABLAN ESPAÑOL
    Por otro lado, el memorándum-informe sometido por Don Carlos Palanca a la "Schurmann Commission" de 1906 señala que:
    "----fuera de las ocho (8) provincias tagalas a quienes describe como de habla-española, todavía viven otras ocho (8) provincias más, fuera de aquéllas, que son igualmente de habla española." (Tomado de Tulay (Puente), semanario de la comunidad china de Manila, en su edición del 19 de abril de 1997, en un artículo escrito por el historiador Pío Andrade.)
    Además de estas dieciseis provincias de habla-española, añade el mencionado artículo de Tulay, Don Carlos Palanca nos señala a cinco (5) otras provincias más donde "se habla poco el español".
    Los datos dados por Don Carlos Palanca fueron considerados como de "mucho peso" por la Comisión Investigadora y Legislativa de Schurmann porque venían del chino cristiano más rico de las islas y que encabezaba el poderoso Gremio de Comerciantes Chinos que, a su vez, tenía al día todos los datos pertinentes al mercado local que servía.
    11. EL INFORME FORD DE 1916
    Otra fuente reveladora de la extensión nacional en que se utilizaba el idioma español en Filipinas es el Informe de Henry Ford de 1916 al Presidente de Estados Unidos.
    Aunque el Censo de 1903, preparado por el gobierno de ocupación usense, dió a entender que el idioma español lo hablaría tan solamente el diez (10) porciento de los filipinos, el citado Informe de Ford nos lo desmiente con sus observaciones. Dice:
    ----Hay, sin embargo, otro aspecto en este caso que se debe considerar. Este aspecto se me presentó a mi mismo cuando yo iba viajando por las islas, usando la trasportación ordinaria y mezclándome con toda clase de gente de todas las condiciones. Aunque a base de estadísticas escolares se hace la declaración de que son más (numerosos) los filipinos que hablan inglés frente a cualquier otro lenguaje, nadie ha de estar de acuerdo con esta declaración si ha de depender del testimonio de lo que le llega al oido.
    ----En todas partes el español es el idioma del negocio y del intercambio social.
    ----Para que cualquiera pueda conseguir una pronta atención de quienes sea, el español resulta ser más útil que el inglés. Y fuera de Manila, es casi indispensable. Los Americanos que viajan por todas las islas lo usan de costumbre. . (The Ford Report of 1916. #3. The Use of English. Pages 365-366.Op.cit.)
    12. PRENSA EN ESPAÑOL, NO EN INGLÉS
    Como ya lo hemos señalado con las observaciones, en 1908, del Director de Educación, Mr. Barrows, la preponderancia del español seguía alarmando a los WASP usenses puesto que su agenda, de tiránicamente imponer el idioma inglés sobre el pueblo filipino, corría el peligro de fracasar.
    Bien seguros estaban de imponer el inglés en sólo diez años más a partir de 1916, año en que también se aprobó la supuesta ley Jones de independencia para Filipinas. Pero, es el mismo Henry Ford, el que, en 1916, dió la segunda voz de alarma. Y la dio en los siguientes términos.
    ----Mientrastanto, el uso del español, en vez de disminuir ante la propagación del Inglés, parece expandirse por su propia cuenta. Este hecho ha merecido la atención oficial. El informe del Director de Educación para el año 1908 dice en su página 9 lo que sigue:
    ----El español continúa siendo la lengua más prominente e importante hablada en los círculos políticos, periodísticos y comerciales. El inglés tiene rivales activos como el lenguaje de intercambio y de instrucción. Es igualmente probable que ha ocurrido una disminución de interés por parte de la población adulta de aprender el idioma inglés. Creo que es un hecho el que mucha más gente ahora conoce más el idioma español que cuando los norteamericanos zarparon a estas islas y ocurrió su ocupación La demanda general de los despachadores es que sepan el inglés y el español. A través del gran aumento en número y circulación de diarios y periódicos, hay mucha más lectura ahora en español que antes
    ----Hay un significado inconfundible en el hecho de que en todas estas islas no exista un periódico filipino publicado en inglés. Todos los periódicos indígenas se publican en español y en el vernáculo. La Vanguardia, el diario de Manila de mayor circulación, tiene su sección en español y su sección en el vernáculo y la mayoría de los periódicos isleños siguen esta práctica. La Philippine Free Press, el periódico de más circulación bajo control norteamericano se publica en inglés y en español y todo el resto de los periódicos norteamericanos usan el español en conjunción con el inglés. El único periódico puramente bajo control filipino que también usa el inglés es el órgano revolucionario The Philippine Republic que se publica en Hong Kong. Está en inglés y en español siendo su meta llegar a lectores norteamericanos en su interés de fomentar la independencia filipina.
    ----El informe del Director de Educación en 1908 atribuye la rémora, en la propagación del inglés, a la acción del gobierno de extender el tiempo durante el cual se siga permitiendo el uso del español en los documentos oficiales. Dice el Director en la página 30 de su informe:
    ----.la fecha fijada para que el inglés sea la lengua de los tribunales fue aplazada hasta el 1 de enero de 1911. Esta acción, aunque recomendada por el hecho de que un mayor número de juéces y abogados quedan insuficientemente entrenados en inglés, ha tenido un efecto desventurado sobre la confianza pública en la adopción final del inglés como la lengua oficial del gobierno.
    ----Sin embargo, el Director de Educación expresa la creencia de que la ascendencia del español era tan solamente temporaria. Dijo: La nueva generación, que se impondrá en los asuntos de estas islas dentro de diez años más, no va a usar el español para sus propósitos de ordinario y su influencia será decisiva. El español cesará de ser la lengua de los tribunales el 1 de enero de 1911.
    Está rápidamente cesando como medio de la correspondencia administrativa. Es probable que tardará más aun su uso oficial como la lengua de los legisladores.
    ----Esto se dijo hace cinco años, pero los sucesos desde aquella fecha no han cumplido con estos vaticinios. El uso del español como lengua oficial se ha extendido hasta el 1 de enero de 1920. Su uso general parece expandirse más aun.
    13. ¿DESESPERACIÓN?
    ----Los indígenas lo adquieren como una lengua viva. Lo oyen de gente que acaudilla a la comunidad y su oido está acostumbrado a su pronunciación.
    ----Por otro lado este pueblo está prácticamente sin la menor base fonética de adquirir el inglés y el resultado es que lo aprenden como un lenguaje de los libros en vez de aprenderlo como un idioma vivo. El inglés queda valorado como una cualificación importante para ganarse un empleo, particularmente en el servició del gobierno, pero es cierto que hasta la fecha no demuestra la menor tendencia de haberse impuesto por encima del español o del vernáculo de uso común. (OP. Cit.)
    Uno de los importantes aspectos del Ford Report, es la desesperación por parte de los WASP usenses ante el continuado uso oficial del idioma español en Filipinas. Esa desesperación es la razón tras los siguientes pasos legales que tomaron en contra del idioma español en estas islas.
    14. FORZANDO EL INGLÉS POR LEY
    Sigue diciendo el Ford Report.
    ----El archivo sobre la acción oficial en cuanto al idioma demuestra una serie de pasos de rendición frente al continuado uso del español ante el stress, o el apuro, de la necesidad. La intención original fue imponer la rápida substitución del inglés.
    ----La ley No. 190 de la Comisión tenía provisto que el inglés debe imponerse como la lengua oficial de todos los tribunales y todos sus archivos después del 1 de enero de 1906. La ley No. 1427 extendió ese tiempo al 1 de enero de 1911.
    ----La Ley No. 1946 extendió ese tiempo a enero 1 de 1913. Por Orden Ejecutiva No. 44, fechada 8 de agosto de 1912, el requisito legal fue enmendado y terminó siendo nada más que una expresión de preferencia por el inglés. Este documento instructivo se incluye aquí (Anejo B).
    ----La imposibilidad de sustituir el español con el inglés en el proceso judicial y en los gobiernos provincial y municipal es de tal índole que aun queda la probabilidad de que aunque se declare oficial el idioma inglés el 1 de enero de 1913, el español ha de continuar usándose por conivencia oficial.
    ----Esta situación anormal fue terminada por una ley pasada el 11 de febrero de 1913. Esta ley tiene provisto que mientras el inglés es la lengua oficial, el español también será una lengua oficial hasta el 1 de enero de 1920. (Vea el Anejo C)
    ----No existe ninguna perspectiva en el tiempo actual que nos indique que el español pueda ser descartado en 1920 o en otro año futuro ya que, por lo visto, su puesto como lengua oficial queda aseguradamente establecido. (Ford Report of 1916, #4. Increasing the use of Spanish, páginas 366 y 368; #5. Legislation as to Language. Páginas 368-369, Op. Cit.).
    15. UNA AGENDA GENOCIDA
    Al leer estas quejas en contra del uso preponderante del idioma español por parte del pueblo filipino, lo que siempre se hubo señalado como una existente agenda genocida por parte de los WASP usenses de asesinar disimuladamente a la población filipina de habla-hispana de Manila y cercanías, sopretexto de la guerra de liberación de 1945 en contra de los ocupantes japoneses, viene confirmándose.
    El bombardeo, estilo alfombra, que en 1945, adrede se ordenó sobre un Intramuros de habla española (juntamente con los distritos de Ermita y Binondo, donde también se hablaba el idioma criollo, o chabacano del español), queda considerado como una medida genocida tomada, no tan solamente en contra de las existentes iglesias católicas sino en contra también de la población filipina que rezaba en español en esas mismas iglesias.
    La resistencia, por parte del piloto usense, Major John A. Cox, de obedecer la orden "de arriba" de bombardear a la iglesia de San Agustin de Intramuros, puesto que en la misma ya no había japoneses sino gente de habla hispana, ya es prueba suficiente del genocidio que se hizo. (Vea la p-gina 34 del libro "San Agustin, Art & History, 1571-200," publicado por "Solutions" en Hong-Kong, ISBN 971-91571-8-6, escrito por Pedro E Galende, OSA, y Regalado Trota José.)
    También queda como otra prueba contundente del referido genocidio, el proyecto WASP usense de precisamente aterrizar sus tropas en Filipinas, en vez de Okinawa o Formosa, para destruir al pueblo filipino que hablaba español y establecer una "reocupación neocolonial" de Filipinas con miras de truncar la independencia asegurada por las leyes Tydings MacDuffie y Jones. (Vea el ensayo en tres partes del Dr. y Ex-Diputado Jesús B. Lava titulado: "Liberation or Reoccupation?", (1.a) "Was the destruction of Manila during WW II necessary?", (2.a) "MacArthur's main mission: Install a US puppet gov't.", (3.a) "Lack of nationalism did us in". Philippine Daily Inquirer, Feb. 2,3, y 4, 1995.)
    Se cometieron, por lo visto, dos verdaderos genocidios (uno entre los años 1899-1907 y otro en 1945) cuyos resultados posteriores todavía los podemos ver en la circular #59, serie de 1996, expedida por la actual "Comission on Higher Education", o la "Comisión de alta Educación", (CHED) por la que no se le quiere dar el menor espació a unas asignaturas regulares de español, a escoger frente al árabe, en el programa universitario de la "educación" de Filipinas. El truco consiste en no darle créditos en unidades a las asignaturas de español, o de árabe.
    16. DEMANDA POR EL CINE EN ESPAÑOL
    La preponderancia del idioma español no solamente nos lo atestigua su uso cuotidiano y oficial por la inmensa mayoría de los filipinos de los años 10 y 20 sino que hasta en los años 30 y 40 cuando la industria holiwoodense del cine norteamericano encontraba un potente mercado filipino para sus películas habladas en español.
    La revista Excelsior de Manila, en su número para Julio de 1930, censura la práctica adoptada por las oficinas de la Metro-Goldwyn-Mayer en Manila de devolver a Estados Unidos las películas holiwoodenses que se producían en español. La devolución se hacía para ayudar a las autoridades WASP usenses de Manila en su campaña genocida de suprimir el uso de este idioma en Filipinas. Dice el artículo titulado "Talkies en Castellano" de la mencionada revista mensual publicada en la Calle Potenciana de Intramuros de Manila.
    "----respecto al cultivo y difusión del idioma castellano en Filipinas, una vigorosa protesta del Círculo Cervantino, Círculo Escénico, Asociación Talía, Cultura Hispánica, Peña Ibérica y otras instituciones y centros docentes cuyos nombres no se mencionan, contra el proceder de la "Metro-Goldwyn-Mayer" de no exhibir películas habladas en español, devolviéndolas "inéditas" (es decir, sin antes estrenarlas en Filipinas como era el objetivo de su envío a estas islas) devolviéndolas a los Estados Unidos."
    -----De injusto califican (dichas entidades y pueblo en protesta) semejante proceder, pues hablando y poseyendo un cuarenta por ciento de la antigua y de la actual generaciones, el idioma de Cervantes mucho mejor que el de Shakespeare, no hay razón alguna para imponerles sólo el inglés, contra todos los cánones de la equidad; y menos aun cuando, olvidándose la mencionada empresa de que "la cultura y la civilización hispanas en este país han echado hondas raíces en el alma filipina" y de que puede facilmente, sin prejuicio para ella, satisfacer a esa respetable porción del público insular, llevada de un mal entendido egoismo o de una economía peor comprendida, si se considera que las películas habladas en castellano "hallan franca acogida en el público de Filipinas", como lo demostró, según los protestantes manifiestan, la última cinta de la "Metro Goldwyn Mayer', titulada "In Gay Madrid", rodada en el Cine Ideal, que se proyectó durante varias semanas con llenos constantes y sin precedentes.
    El artículo, después de comentar sobre el atropello que la "Metro Goldwyn Mayer" hacía a la "tan cacareada Democracia y la libertad de expresión, termina con el siguiente párrafo. (Los subrayados son nuestros.)
    "----Confíamos en que volverá de su acuerdo y tornaremos a ver en el Cine Ideal películas totalmente hechas y habladas en castellano, como sucede en otros cines que no son tan exclusivistas, sino que atienden, como puede apreciarse en su programa, al público gustoso en ver películas habladas en español." (p. 11, Op. Cit.)
    17. DESPUÉS DEL SEGUNDO GENOCIDIO, ¿QUÉ HACER?
    Después de la terrible segunda guerra mundial, en 1945, mediante el bombardeo WASP usense de Manila y de cabeceras provinciales de Filipinas, el censo de 1950 todavía decía que los filipinos de habla-española constituían un seis (6%) porciento de la población, por la que la legislatura pasó dos leyes por las que se incluyeron 24 unidades de español y literatura filipina en el nivel universitario puesto que este idioma seguía siendo oficial a la par del inglés y del tagalo. Pero vino la nefasta Constitución Cory de 1987 y unilateralmente suprimió la oficialidad como la docencia regular de este idioma en los colegios filipinos. Esta medida "legal" constituye, a sabiendas o no, otra fase más de la agenda genocida en contra de los filipinos de habla-hispana, estén vivos o muertos; porque lo que se persigue, como objetivo final, es privar al entero pueblo filipino de su memoria como pueblo para luego entorpecerlo y económicamente explotarlo de forma absoluta.
    A pesar de esas medidas genocidas, quedan casi medio millón de filipinos que todavía son de habla hispana fuera de los de habla criolla que suman más de un millón aparte. Éstos se reparten entre Zamboanga, Basilan, Cotabato y Cavite. Su ventaja es vivir como una comunidad separada.
    Estos actuales supervivientes de habla-hispana podrían potenciarse mediante un atinado programa recastellanizador por parte del gobierno español de nuestros días mediante la Agencia Española de Cooperación Internacional y el Instituto Cervantes de Manila. Porque si lo hacen, España e Iberoamérica tendrían una nueva base amistosa en el Asia del futuro.
    18. UNAS HUMILDES SUGERENCIAS
    El gobierno español de nuestros días es el octavo país del mundo con un programa de cooperación y ayuda extranjera. Bien se conocen las inversiones españolas en Latinoamérica y no han sido pocas las veces en que se publicó que Filipinas ha sido uno de los paises del Asia que ha recibido alguna asistencia en forma de cooperación o aparcería financiera para proyectos sociales como el desarrollo de la Islita de Camiguin para que sirva de atracción turística y proyectos de restauración cultural como la microfilmación de los archivos nacionales de Filipinas y la reparación de casas ancestrales de la época española en la Ciudad de Vigan en el norte de Luzón.
    Pero, hasta la fecha en que se escriben estos renglones, la asistencia y cooperación extendidas a Filipinas nunca han tenido por primordial objetivo la reintroducción del idioma español en una escala decisiva más allá de la labor inicial del Instituto Cervantes en Manila. Teniendo en cuenta la crecida población actual de Filipinas, que se va aproximando a los ochenta millones, la cooperación española para la reintroducción del castellano pueden limitarse a dos sencillos proyectos.
    Uno. La fundación de cuatro universidades privadas en Filipinas para respectivamente las ciudades de habla-criollo como lo son Cavite, Zamboanga, Cotabato y Basilan. El idioma español será, con el inglés o el tagalo, un principal medio de instrucción en todos los cursos ofrecidos por estas cuatro universidades desde el nivel primario o elemental hasta los niveles secundarios y terciarios. Los graduandos de las mismas podrían luego ir a trabajar en España por espacio de unos años despues de los cuales, con algún capital acumulado, han de regresar a sus respectivas comunidades para colaborar en su desarrollo lingüístico, cultural y económico.
    Dos. Entrar en un acuerdo con, por lo menos, dos universidades privadas de Manila, como lo son la del Centro Escolar y la de Adamson, para fortalecer en ellas sus ya existentes departamentos de lengua española y además de abrir un curso para la formación de nuevos profesores de idioma. Con un plantel inicial de maestros traidos de España y Latinoamérica, amén de idóneos profesores filipinos, el objetivo de restaurar luego la asignatura española como una de las lenguas a optar por parte del alumnado filipino, bien podría realizarse con un método de enseñanza que se acople a las circunstancias y sicología de dicho alumnado.
    La cooperación por parte de la actual presidente del país, Gloria Macapagal de Arroyo, consistiría en nada más que una orden a la Commission on Higher Education (CHED), oficina que se encuentra directamente bajo la presidencia del país, para que enmiende su Circular Memorandum Order #59, serie de 1996, con una adjudicación de un crédito de doce unidades en todos los existentes programas de estuidios universitarios para acreditar el aprendizaje de una lengua extranjera tal como nos lo tiene provisto el Artículo XIV, sección 7 de la actual ley orgánica de Filipinas.
    La misma Presidente Arroyo también podría ordener al Departamento de Educación, Cultura y Deportes que adjudique un crédito de cuatro unidades para la inclusión de la enseñanza de lenguas extranjeras en la secundaria para que el idioma español sea una de las lenguas a escoger por los alumnos.
    19. QUE SE ENSEÑE LA VERDADERA HISTORIA DE FILIPINAS
    El que estudie más a fondo las motivaciones que ayudaron a efectuar la actual decadencia del idioma español en Filipinas, ha de descubrir que el odio en contra de los españoles ha desempeñado un papel muy importante. Ese odio es el resultado de una tergiverzada historia filipina donde el español siempre queda pintado como el cruel y mezquino antagonista y el norteamericano como el generoso y amante libertador del supuestamente super-brutalizado pueblo filipino. El nortamericano todo lo dio mientras que el español todo lo destruyó cuando no se lo apropió injustamente. En breve, la historia se convirtió en una leyenda negra en contra de todos los españoles como pueblo, como raza, como cultura y como idioma.
    No se quiere, desde luego, cambiar a la historia filipina para trocar los papeles adjudicados a sus actores. Lo que sencillamente se pide es justicia. Que también se señalen cuales son los beneficios que los filipinos derivaron de su unión con España y cuales son los daños que también experimentaron, y que posiblemente sigan experimentando, bajo la insolicitada tutela y la poderosa influencia por parte de los WASP usenses.
    Esta corrección histórica tendría que efectuarse mediante los mismos medios populares de comunicación a fin de borrar injusticias en el tratamiento de la historia filipina.
    Entonces, se establecería a la larga un sincero, por fraterno, reencuentro entre filipinos y españoles amén de iberoamericanos.

    Don Guillermo es miembro de la Academia Filipina, corr. De la RAE; Presidente de CONAPE,Inc. y Director de los semanarios NUEVA ERA (en español), The Listening Post (inglés) y Tagalog Chronicle (en tagalo). Es miembro de los Caballeros de Rizal y consultante e investigador para el Ballet Nacional Filipino, Bayanihan Dance Company.

  2. #2
    Avatar de Hyeronimus
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    Re: El genocidio lingüístico filipino: así se impuso el inglés

    ¡Qué pena! Por culpa del omnipresente y opresor idioma inglés, hasta los filipinos que defienden su identidad hispánica, como el autor del artículo que acabo de reproducir, no pueden evitar numerosos anglicismos de vocabulario y de construcción. De todos modos, a pesar de su aislamiento respecto del mundo hispánico, está excelente. Lástima que la web de la que lo saqué hace unos años ya no exista. Sería interesante conocer a más hispanistas filipinos e integrarlos al foro.

  3. #3
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    Re: El genocidio lingüístico filipino: así se impuso el inglés

    La cantidad de Filipinos con apellidos Hispanos es asombroso, de Velazquez, Velasco, a Floresca, De Leon, Que no se olvide nunca la Hispanidad en Asia! A ver si podemos encontrar mas articulos o material sobre Formosa, Filipinas, etc. es muy interesante.

    Aqui se puede encontrar mucha informacion sobre este tema
    http://books.google.es/books?q=filipinas
    Última edición por Morantelapuebla; 22/05/2007 a las 12:34

  4. #4
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    Re: El genocidio lingüístico filipino: así se impuso el inglés

    Tengo entendido que la razón última por la que el español no se afianzó en Filipinas, fue porque la Iglesia no los españolizó-lingüísticamente, como sí hizo en América, para mantener el control total sobre la población.

    No sé si esto es cierto o carece de fundamento...

  5. #5
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    Re: El genocidio lingüístico filipino: así se impuso el inglés

    Primera noticia de que la Iglesia españolizó lingüísticamente en América. Se evangelizaba en las lenguas autóctonas, y por eso actualmente hay millones de hablantes de náhualt, quechua, aymará, mapudungún, guaraní, etc. Aunque también se enseñaba español, e incluso latín, no era impuesto. Más bien se impuso solo por ser una lengua más rica que permitía expresar mejor conceptos abstractos y matizar más. El español (aunque ya muy extendido) se impuso tardíamente, con los Borbones, sobre todo a partir de Carlos III, que con sus ministros masones (aunque al parecer él mismo no lo era) cambió muchas cosas. Entonces empezaron a abrogarse algunas de las Leyes de Indias, creando naturalmente descontento. Y, por supuesto, Miranda, Bolívar, Sucre, San Martín, O'Higgins y todos esos pasaban olímpicamente de los indios y de sus lenguas. Y eso de mantener el control total sobre la población suena a discurso políticamente correcto leyendanegrista.

  6. #6
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    Re: El genocidio lingüístico filipino: así se impuso el inglés

    Gracias por la aclaración.

  7. #7
    Avatar de Arnau Jara
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    Re: El genocidio lingüístico filipino: así se impuso el inglés

    Estimado Hyeronimus:

    Se conoce la fecha y el nombre de la publicación del presente artículo. Gracias por tan magnífica aportación.
    Vita hominis brevis:
    ideo honesta mors est immortalitas

    Que no me abandone la Fe,
    cuando toque a bayoneta,
    que en tres días sitiamos Madrid
    y en otros quince la capital, Lisboa.


    Sic Semper Tyrannis

  8. #8
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    Re: El genocidio lingüístico filipino: así se impuso el inglés

    Aunque es un poco extenso, da más detalles de la despiadada imposición lingüística y cultural.
    LA AMERICANIZACION DE FILIPINAS
    LA IMPOSICION DEL IDIOMA INGLES

    EN EL PERIODO 1898-1901

    Por Alfonso L. García Martínez
    Profesor de Derecho, Ex-Magistrado

    REVISTA DEL COLEGIO DE ABOGADOS DE PUERTO RICO

    (Volúmen 43, Mayo 1982, número 2, páginas 273 a 270)

    1. INTRODUCCION
    En vísperas de la mal llamada guerra hispano-americana de 1898, el imperio español era todavía un imperio universal. No estamos de acuerdo con la designación de la mencionada contienda bélica porque las operaciones militares se desarrollaron en los dos grandes océanos, Atlántico y Pacífico, o sea, en América y en Asia y en ella se vieron envueltos cubanos y filipinos en forma indirecta, además de los españoles y norteamericanos.
    La guerra entre españoles y norteamericanos comenzó, de acuerdo con la declaración del Congreso de Estados Unidos, el 25 de abril de 1898, pero manifestando al mismo tiempo que había existido un estado de guerra desde el 21 de abril. Esto se hizo para justificar el apresamiento ilegal de barcos españoles realizado antes del 25 de abril. Las hostilidades propiamente hispano-americanas terminaron el 12 de agosto de 1898 con la firma del Protocolo de Paz. El tratado de paz entre España y Estados Unidos se firmó en Paris el 10 de diciembre de 1898 y las ratificaciones finales ocurrieron el 11 de abril de 1899.
    Los cubanos y filipinos trataron infructuosamente de participar en la negociación del tratado. Justificadamente se sentían postergados ya que desde 1895, en Cuba, y desde 1896 en Filipinas se habían desatado guerras de independencia contra España, de las cuales se aprovechó Estados Unidos para adelantar sus propósitos expansionistas. Cuando la guerra hispano-americana estalló en Cuba, existía, desde 1895, un gobierno independiente, en armas contra España; en 1897 España había decretado la autonomía para Cuba y Puerto Rico. En Filipinas se había establecido la república independiente el 12 de junio de 1898 cuando todavía las tropas norteamericanas permanecían embotelladas en los alrededores de Cavite. En el resto del archipiélago las tropas filipinas avanzaron y ocuparon territorio. La firma del protocolo de paz del 12 de agosto de 1898 no llegó a conocimiento de las autoridades españolas en Manila que capitularon el 13 del mismo mes ante los norteamericanos. Estos, que mantenían un doble juego ante los filipinos, no permitieron que tropas filipinas participaran en la ocupación de la capital. Firmado el tratado de paz entre España y Estados Unidos, los filipinos que dominaban mucho territorio fuera de Manila, dieron nueva forma constitucional a su gobierno independiente y proclamaron la Constitución de Malolos, población situada al norte de Manila, el 22 de enero de 1899.
    Los norteamericanos no reconocieron al gobierno independiente filipino y bloquearon todos sus esfuerzos por conseguir el reconocimiento internacional. A pesar de que la ratificación del tratado de paz demoraría hasta el 11 de abril de 1899, los norteamericanos, ya eliminada para todos los efectos la presencia de España como parte activa en Filipinas, procedieron a la conquista del archipiélago y a la destrucción de su gobierno independiente. La guerra filipino-americana comenzó al terminar el día, el 4 de febrero de 1899, cuando los centinelas norteamericanos en el perímetro de Manila dispararon contra los soldados filipinos que patrullaban sus líneas frente a la ciudad.
    Más adelante nos ocuparemos en detalle de la guerra filipino-americana y de sus consecuencias desastrosas para la lengua española en esa parte del imperio. De momento, vamos a recordar que el 30 de junio de 1899 España cedió al Imperio Alemán las Islas Marianas menos Guam que había sido cedida a Estados Unidos unos meses antes; las Islas Palaos, Carolinas y Marshall, todos territorios dependientes del gobierno general español con sede en Manila y que constituyan, como parte del Imperio Español, avanzada y baluarte de la hispanidad en el Océano Pacífico y en Asia.
    La avanzada y baluarte de la hispanidad en el Océano Pacífico y Asia. Esta expresión es la clave de este trabajo. En síntesis, el idioma español quedó sin la protección oficial de un estado de habla española. Como veremos, en aquellas partes donde la hispanidad lingüística estaba consolidada, como en Cuba y Puerto Rico, estas nacionalidades siguieron hablando y protegiendo el español por derecho propio; el español era tan de ellas como lo era para España. En Filipinas ocurrieron las cosas de una manera distinta porque no estaba hispanizada en el mismo grado que Cuba y Puerto Rico pero donde el idioma español pudo haber tenido mejor suerte si la independencia filipina no hubiera sido destruida por la conquista norteamericana. Sin embargo, la destrucción de la herencia lingüística hispánica en Filipinas fue resultado de un designio imperial lingüístico de Estados Unidos que llevó a un filipino prominente a declarar que en Filipinas el idioma español había sido asesinado (21). Fue un proceso inexorable donde se emplearon toda clase de recursos y presiones. En este trabajo examinaremos todos los pormenores del mismo con especial énfasis en los aspectos jurídicos pero destacando siempre los factores militares y políticos que determinaban la política pública lingüística.

    3. LA DESHISPANIZACION (Quijano de Manila)
    Un tratamiento literario de la deshispanización que ocurrió ‘después' lo constituye un ensayo de un autor filipino que lo suscribe con el castizo nombre Quijano de Manila (19, 43 a 47).
    Nos informa el autor que en 1917 se estrenó una comedia titulada Solo entre las Sombras, en Manila, obra de Claro M. Recto. La obra constituía una protesta contra la violenta sajonización de la juventud filipina. Era una forma de señalar los excesos de la llamada "Americanización" que no era otra cosa que la deshispanización y destrucción del idioma español en Filipinas. (Lo mismo se trató de hacer en Puerto Rico pero allí fracasó el intento.) El planteamiento de Recto provocó una gran controversia, como es natural que ocurra en estos casos en países objeto cultural de colonización. Citamos, traduciendo, a Quijano de Manila:

    "Lo que el drama favorecía, decían los defensores de Recto, era una combinación de las corrientes culturales entonces en conflicto, la vieja y la nueva, a través de la atemperación de lo moderno con los ideales clásicos de la educación –una síntesis de las tradiciones hispánicas y anglosajonas."
    "Desgraciadamente, como todos sabemos ahora, eso no fue lo que sucedió. Nunca se intentó una síntesis; ni siquiera se estimuló una coexistencia. Simplemente una cultura fue totalmente des-cartada mientras que la otra fue totalmente adoptada. Y aunque entonces los defensores de Recto no lo sabían, todos los escrito-res que lo hacían en español, de hecho estaban luchando por su supervivencia. Tal como ocurrió, Recto fue el último escritor de importancia en la línea directa de sucesión de Rizal –'una verdadera rama del Gran Árbol', según expresión de Varona– porque de seguro, ni el más nacionalista entre nosotros puede sostener que los escritores actuales, bien sea en inglés o tagalo, puedan vincular con Rizal su linaje literario. De hecho, es muy probable que la única razón por la cual los libros de Rizal no han caído en el olvido como los de Guerrero y Apóstol es por el hecho de que él es nuestro héroe nacional. Tal como es, solamente lo conocemos traducido; el Rizal original es un extranjero para nosotros –de hecho un extranjero muerto."
    "Nada es más útil que argumentar sobre lo que pudo haber sido’ –pero supongamos que no hubiera habido una ruptura cultural; supongamos que la literatura desarrollada por Rizal y Recto hubiera continuado desarrollándose– y no hay duda de que hubiera continuado desarrollándose, si los norteamericanos no se hubieran quedado. Aquellos que repiten el dicho vulgar de que las más en 50 Filipinas progresaron años bajo Estados Unidos que en tres siglos bajo España no captan el punto de nuestra historia en lo más mínimo. Para los años 1890 las Filipinas habían llegado a un punto en su cultura en la que ésta por fuerza tenía que florecer –como floreció. Y tal era el impulso de la Revolución y el del movimiento intelectual a la vuelta del siglo que con o sin norteamericanos, las primeras décadas de este siglo por fuerza tenían que ser tiempo de grandes y portentosos avances en las Filipinas. La ocupación norteamericana aceleró nuestra modernización y nuestro desarrollo político pero iba a impedir el completo florecimiento de la tendencia cultural representada por Rizal y los otros ilustrados –una tendencia que pudo haber conducido a una más rica y autónoma cultura que la que de hecho recibimos. El cambio del español al inglés fue un golpe mortal a nuestro crecimiento cultural; nuestro desarrollo cultural sufrió –y todavía está sufriendo– puesto que la literatura es la pura alma del lenguaje y nosotros fuimos forzados a abandonar el lenguaje en que nuestra literatura se había desarrollado para comenzar desde el principio otra vez en inglés."
    "Las víctimas, principales de este cambio de idioma fueron, por supuesto, los escritores en español de los años 1900, quienes privados de una audiencia, decayeron o, como Recto, que pudo haberse convertido en una de nuestras grandes figuras literarias, y que sin embargo abandonó la literatura, totalmente. Todos estos escritores habían adquirido dominio tal del español que es evidente a la razón que la generación subsiguiente hubiera llevado esta perfección a mayores logros y hubiera producido una gran literatura. Lo que la siguiente generación realmente produjo fueron unos tanteos exploratorios y esfuerzos en inglés de los años 1920 –una labor valiosa y heroica pero que se desviaba radicalmente del desarrollo indicado por nuestra historia, y que, por consiguiente, no podía y no produjo la gran literatura que la tremenda vitalidad de los 1890 y 1900 parecía presagiar. Esto es así porque el escritor filipino en inglés ha sufrido enormemente también por la incoherencia de nuestra cultura, y aquí el mejor ejemplo es José García Villa.”
    "Lógica y cronológicamente, Villa –junto a los escritores en inglés de los años 1920– debió ser el desarrollo ulterior de Rizal y Recto; él pudo haber sido, tan indudablemente es su genio, la culminación de 300 años de español en las Filipinas. Si Rizal fue el Marlowe, Villa pudo ser el Shakespeare –si no hubiera habido una interrupción en el desarrollo de nuestra cultura. Desgraciadamente la hubo; y cuando Villa llegó, tuvo que construir, en vez de continuar y culminar una tradición literaria. El debió haber sido el florecimiento; él tuvo que convertirse en la semilla, Rizal y Recto debieron haber sido sus mentores pero Villa tuvo que empezar desde la nada –y los mentores literarios que adoptó fueron Sherwood Anderson y E.E. Cummings. Pura poesía ha sido el resultado, muy bella pero sin raíces y la cual, en lo que guarda relación con las Filipinas pudo haber sido escrita por un esquimal. Esto no ha sido culpa de Villa sino de la historia que lo cercenó de sus verdaderas raíces; y, como Villa, todo escritor filipino tiene necesariamente que sufrir como consecuencia de la pérdida de una tradición, de esta enajenación de los escritores 'clásicos de su propio país."
    "Tan grande ha sido la enajenación que la gente de la vieja cultura ahora nos parecen casi extranjeros –o mestizos– y en nuestros tiempos ha surgido la increíble necesidad de explicar que la cultura, que produjo a Rizal y Aguinaldo, los Lunas y Guerreros y a Apóstol, Bernabé y Recto era una cultura tan verdadera, y auténticamente filipina como la Ifugao, Moro, colonial Yanqui o el actual sajonismo ilustrado. Si esa cultura –si Dewey se hubiera alejado inmediatamente– se hubiera podido desarrollar como la cultura filipina, (tal como la cultura Hispánica en América se desarrolló en los tipos mejicano, guatemalteco, argentino, etc.) nunca lo sabremos. De cualquier modo, el drama de Recto que le mereció un premio en 1917 puede servir para indicar las potencialidades de la literatura que perdimos."
    Hemos hecho y seguiremos haciendo extensas citas de fuentes de diversas procedencias para demostrar que lo que estaba envuelto en la llamada guerra hispanoamericana no era meramente la cesión de territorios con unos desdibujados habitantes. La expansión imperial de Estados Unidos en 1898 cualitativamente fue distinta a las anteriores por parte de las potencias europeas porque el proceso imperial se había producido casi siempre a expensas de naciones y pueblos no europeos o claramente atrasados.

    4. LA GUERRA DEL 98 Y LA CULTURA HISTORICA HISPANA
    En la guerra del 98 los Estados Unidos se habían beneficiado atacando un imperio controlado por pueblos con una cultura histórica (22, 31 y 32). Ninguna persona que estudie desapasionadamente el estado cultural de Cuba, Filipinas y Puerto Rico en 1898 puede negar la densidad cultural y desarrollo de estas naciones. Ya señalamos en el caso de Cuba que allí el español no sufrió menoscabo. También señalamos las vicisitudes que el español ha sufrido en Puerto Rico (22, passim). Estamos examinando acuciosamente el caso de Filipinas por razones obvias y evidentes.
    Una de las razones que las naciones interventoras en los asuntos de otras aducen para justificar la interferencia es el “atraso” del país intervenido. Bajo esa etiqueta se enumeran deficiencias del país pupilo que tranquilizan los escrúpulos del país dominante que de este modo "salva" al país dominado aún contra su voluntad. Así William Howard Taft, quien presidió la segunda Comisión Filipina de la cual trataremos más adelante y que fue el primer Gobernador civil de Filipinas a partir del 4 de julio de 1901 estaba convencido de que los filipinos eran incapaces de disfrutar de gobierno propio. En un informe al Secretario de la Guerra de Estados Unidos en julio de 1900 califica a la población del archipiélago de masa de gente ignorante y supersticiosa pero al mismo tiempo reconoce que existe una elite de mestizos educados pero poco confiables y engañadores del pueblo.
    De esta forma se justifica el dominio total del país y su gente ya que, unos por ignorantes y otros por inescrupulosos, todos deben ser gobernados por los “virtuosos” norteamericanos. Hablaba de que el cielo había bendecido la causa de Estados Unidos y de que la misión era regenerar a los filipinos de sus propios vicios y de los vicios de la administración española. Entendía que el gobierno debía ser para el bien de los filipinos pero en modo a1guno debía ser de y por los nativos. Por ú1timo, estaba convencido que no era cierto que el gobierno propio era mejor en todos los casos que el gobierno por otro pueblo (24, 52 y 53).
    Retrocedamos al principio de la dominación norteamericana en Filipinas. Habíamos dicho anteriormente que la imposición del idioma inglés era parte consustancial de las operaciones militares que comenzaron en firme el 4 de febrero de 1899. Es necesario, por lo tanto que examinemos con bastante detalle las derivaciones lingüísticas de dichas operaciones bélicas.
    5. OPERACIONES MILITARES Y DECISIONES LINGÜISTICAS
    La magnitud y ferocidad de la conquista norteamericana queda reflejada en los siguientes datos, obtenidos todos de fuentes norteamericanas.
    Oficialmente las hostilidades en la parte cristiana de las Filipinas terminaron el 4 de julio de 1902. Se emplearon más de 100,000 efectivos militares norteamericanos que participaron en 2,811 encuentros y que perdieron en muertos un total de 4,243 y 2,818 heridos. Los filipinos tuvieron aproximadamente 16,000 muertos y más de 100,000 murieron a consecuencia del hambre y las enfermedades(11, 92 y 93). De acuerdo con otras fuentes se necesitaron 63,000 tropas norteamericanas, 4,300 muertos norteamericanos y tres años de sucia guerra para aplastar a los filipinos. De acuerdo con esta segunda fuente, un general norteamericano calculó que como consecuencia de la guerra en Luzón solamente, 600,000 habitantes perecieron en total como consecuencia de la guerra (26, 285con fotos del US Sgnal Corps). A pesar de la proclama oficial de la cesación de hostilidades en la parte cristiana de Filipinas la guerra de guerrillas contra la ocupación norteamericana continuó en Luzon hasta 1911 (20, 19). En Mindanao la lucha contra los musulmanes (moros) continuó hasta el año 1913.
    Así se describe el final de la lucha:

    "Sin embargo, fracasaron todos los esfuerzos para convencer a las mujeres y los niños de que abandonaran el cráter de Bud Dajo. El 15 de junio de 1913, después de una lucha de tres días que requirió el uso de artillería, la posición fue asaltada. Casi todos los trescientos combatientes así como el mismo número de mujeres y niños murieron. Así terminó la resistencia de los moros a la ley y el orden.(11, 99)"
    Un autor norteamericano resume así la situación:

    "Las Filipinas se convirtieron en una posesión de Estados Unidos en 1898, como resultado de una guerra de conquista, librada primero contra España y después contra los propios filipinos, que se habían rebelado contra España para ese tiempo y quienes habían proclamado su propia república independiente. En la supresión de esa república, para someter a los filipinos a la dominación de Estados Unidos, algunas de las atrocidades de la guerra de Vietnam, que horrorizaron al mundo, fueron practicadas por el Ejército de Estados Unidos durante los años desde 1899 hasta 1914 –conduciendo a la población de las aldeas hasta pueblos vigilados donde el hambre y la enfermedad mató a miles y donde cualquiera encontrado fuera de los limites era muerto, torturado y matando prisioneros y heridos, quemando y arrasando áreas cultivadas, llamando a los patriotas y partidarios de la independencia criminales y bandidos o ejecutándolos o reduciéndolos a prisión. Se envió un ejército de 126,000 hombres a las Filipinas; mataron más de 200,000 filipinos para convencerlos de que estarían mejor bajo el dominio de Estados Unidos que bajo sus propios líderes. (11, 92 y 93)"
    El mismo mesianismo que señalamos en Taft –fingido o sincero, no sabemos– lo exhibió el presidente William McKinley cuando se decidió por la anexión de Filipinas. Según él, aún no estaba decidido. Recuérdese que la cesión de Filipinas no figuraba en el Protocolo de Paz de 12 de agosto de 1898. Esta cesión fue forzada sobre España cuando concluían las negociaciones del Tratado de Paz de 10 de diciembre de 1898. La siguiente declaración la hizo McKinley a una delegación del Comité Misionero de la Iglesia Metodista Episcopal el 21 de noviembre de 1899:

    “Recorrí los pasillos de la Casa Blanca noche tras noche hasta la media noche; y no me avergüenzo de decírselo, caballeros, que me arrodillé y recé al Dios Todopoderoso más de una vez que me diera luz y guía."
    "Y una noche vino de esta manera –no sé cómo pero vino: 1) que no podíamos devolvérselas a España –eso sería cobarde y deshonroso; 2) que no podríamos dárselas a Francia o Alemania –eso sería un mal negocio y vergonzoso; 3) que no podíamos dejarlos solos –no tenían capacidad de gobierno propio porque pronto tendrían allí una anarquía o desgobierno peor que el que tuvieron bajo España: y 4) que no podíamos hacer otra cosa que quedarnos con todo, y educar a los filipinos y levantarlos, civilizarlos y cristianizarlos, y, por la gracia de Dios, hacer lo mejor que pudiéramos por ellos, nuestros semejantes, por quien Cristo también murió. (16, 7)"
    En esta etapa del comienzo del contacto de los filipinos y los norteamericanos a través de sus fuerzas militares es necesario precisar el idioma de comunicación que usaron los filipinos en sus relaciones con el mundo exterior. Esta determinación es muy importante para el examen crítico del argumento que se adujo para justificar la imposición del inglés en forma draconiana desde el comienzo de la conquista norteamericana el 4 de febrero de 1899. El argumento era que el español era muy poco conocido y no era una lengua común en las Filipinas. Por lo tanto surgía el corolario de que la conversión de la gente filipina en angloparlantes –la anglicización si se nos permite el neologismo– empezaría desde una tabula rasa ya que no había ni una lengua europea ni un idioma nativo que se opusiera a la imposición del inglés como idioma oficial y como idioma de comunicación.
    Como paréntesis diremos que en el caso de Puerto Rico se esgrimió una variante de este argumento. En este caso, ante el hecho contundente de un idioma común de los puertorriqueños se atacó la calidad de ese idioma. Se calificó al mismo de dialecto (patois) sin literatura y con escaso valor como medio de cultura (22, 63 a 64). Volviendo a Filipinas veamos los hechos.
    En un informe del cónsul de Estados Unidos en Manila, fechado 12 de mayo de 1898, se describe una visita que hizo a Cavite, al Sur de Manila, ocupada por tropas de su país. Dice que los nativos gritaban en español Viva (sic) los Americanos (6, 327). El 20 de mayo de 1898 el cónsul de Estados Unidos en Singapur (Singapore) envía al Secretario de Estado la proclama de los líderes filipinos independistas en Hong Kong a sus seguidores. Esta proclama está redactada en perfecto español (6, 345 y 346). El 9 de junio de 1898 ese mismo cónsul informa de nuevo al Secretario de Estado que los filipinos residentes en Singapur le entregaron un memorial en español (6, 350). En ese memorial los filipinos, no empece sus expresiones pronorteamericanas, recalcaron que su aspiración irrenunciable era la independencia y daban a entender que sus simpatías hacia Estados Unidos partían de la premisa de que este país los estaba ayudando en esa dirección. El cónsul fue severamente reprendido por haberle dado acogida y por ende haber estimulado las esperanzas y expectativas independentistas filipinas.
    Por supuesto, la historia ha demostrado que aún antes del inicio de la guerra hispano-americana el Archipiélago filipino figuraba como objeto del expansionismo norteamericano. En la correspondencia que el general Emilio Aguinaldo y Famy, Presidente de la República Filipina proclamada desde el 12 de junio de 1898 sostenía con los comandantes norteamericanos siempre usó el idioma español que habla sido adoptado como idioma oficial de la República y como idioma de comunicación común entre los filipinos y con el exterior. Por supuesto, los idiomas del Archipiélago recibían reconocimiento en los pronunciamientos de las autoridades filipinas y ya existían planes de adoptar, junto con el español, un idioma nacional filipino. No olvidemos que las ordenes religiosas que tanta influencia ejercieron en Filipinas hasta 1898, estudiaron acuciosamente los idiomas nativos y prepararon gramáticas, diccionarios y otras obras de cultura en los idiomas del Archipiélago. De nuevo vamos a recurrir a un ilustre patriota, jurista e intelectual filipino que hemos mencionado antes. Nos referimos a Claro M. Recto. Resume así la situación en vísperas de la conquista yanqui:

    "Acaso, si al triunfar la revolución no hubiera interpolado el destino en el texto de la historia patria el capítulo de la conquista americana, el gobierno revolucionario y los que habrían venido a sucederle, olvidando ofensas y agravios coloniales, hubiesen hecho del español idioma oficial juntamente con el tagalo y declarado obligatoria su enseñanza. Prueba mi supuesto el hecho de que, al tiempo en que filipinos y españoles estaban empeñados en una guerra sin cuartel, la Constitución de la primera República se debatía y redactaba en español, el Congreso de Malolos llevaba sus deliberaciones en español, las proclamas de Aguinaldo se expedían en español, los peri6dicos revolucionarios se publicaban en español, y Mabini, el consejero y primer ministro de Aguinaldo, empleaba exclusivamente el español, en aquel estilo que era milagro de vigor, justeza y precisión, para trasladar al papel sus sublimes concepciones de estadista. Sus Memorias de la Revolución Filipina las escribió en español mientras estaba en Marianas a donde le habían deportado los americanos por negarse a prestar juramento de lealtad a la bandera de Estados Unidos. (3, 42)"
    Volvamos de nuevo al comienzo de la conquista. Habíamos dicho que la imposición del inglés en las Filipinas era parte consustancial de las operaciones militares. Igualmente lo era el rechazo total del español. Es revelador de las actitudes lingüísticas de las autoridades norteamericanas el siguiente hecho. Cuando los filipinos de Singapur presentaron el memorial en español a que aludimos antes, el cónsul lo recibe traducido al francés y les replica en este idioma. El asunto no tendría mayor trascendencia si no se mirara el conjunto de las actitudes lingüísticas. El cónsul de Estados Unidos en Manila, O.F. Williams, a quien aludimos antes, en una comunicación al Secretario de Estado, Mr. Day, de 2 de julio de 1898 se expresaba de la siguiente manera y traducimos:


    "Cada empresa norteamericana en cada uno de los cientos de puertos y populosos pueblos de las Filipinas será un centro comercial y escuela para nativos dóciles conducentes a un buen gobierno según el modelo, de Estados Unidos. El español o idioma nativo no es esencial. Con la expulsión de los españoles, sigue que nuestro idioma se adopte inmediatamente en los tribunales, puestos públicos, escuelas e iglesias nuevamente organizadas y que los nativos aprendan inglés. (6, 330 a 331)"
    De nuevo es de rigor que hagamos, un paréntesis en el tema filipino para señalar las expresiones del cónsul de Estados Unidos en Puerto Rico hasta la guerra hispano-americana, Mr. Philip C. Hanna, el 25 de noviembre de 1898:

    “Lo mejor para esta isla es que todo lo español sea totalmente cambiado; la forma de gobierno española, el Derecho español, .los tribunales españoles, los métodos españoles de tributación, las costumbres españolas, el sistema de educación español de ignorancia entre los pobres, Las supersticiones españolas y yo espero que también el idioma español sea cosa del pasado en esta isla. (22, 8-9)"
    No es necesario insistir en el mesianismo lingüístico paralelo e idéntico en las antípodas. Volvamos a las Filipinas. La política lingüística absorbente anglicizante se imponía sobre el terreno por los conquistadores norteamericanos. Citamos del Informe Anual del Gobernador Militar Arthur MacArthur de 4 de julio de 1901:

    "El Coronel Kennon, 34 de Infantería, informa sobre las condiciones en el subdistrito de Ilocos Norte, solicitando maestros de inglés y urgiendo que el español sea eliminado de los programas de estudios. (13, 353)"
    Otro ejemplo:

    "El Coronel Burt, que comanda el 25 de Infantería y la provincia de Zambales se ha tomado un gran interés en establecer escuelas, ayudado por el Capitán O’Niel y el. Capellán Steward. Grandes delegaciones de la provincia asistieron a la Escuela Normal de Verano de Manila [1900] y la continuación del trabajo normal de esta provincia sigue bajo el Profesor Squire. Se planea reunir maestros y aspirantes de distintos pueblos en San Felipe para instruirlos en el idioma inglés hasta septiembre, cuando se espera que ellos sean capaces de enseñar en inglés en sus escuelas. (13, 354-355)" (El subrayado es nuestro y también la traducción. Salvo que se diga otra cosa las traducciones son nuestras).
    Hemos subrayado la expresi6n en inglés para recalcar que no se trataba, al igual que en Puerto Rico, de enseñar el inglés como idioma sino de convertirlo en el idioma total y oficial de la enseñanza. Iguales objetivos se perseguían en todos los aspectos de la vida de los países mencionados. En Cuba, por supuesto, debido a que la ocupación militar terminó al constituirse la Republica Cubana el 20 de mayo de 1902, no ocurrió ninguna agresión lingüística de nota. Aunque hubo vacilaciones de parte de Estados Unidos en cuanto a la concesión de la independencia debido a los sueños anexionistas que impulsaron poderosos círculos estadounidenses, entre ellos la camarilla del Gobernador Militar Leonard Wood, la independencia cubana que supuestamente llevó a Estados Unidos a la guerra con España, tuvo que ser reconocida.
    ¿Qué efecto tuvo en los filipinos que recibían el impacto aterrorizante de las operaciones militares norteamericanas de conquista en el aspecto del idioma? Afortunadamente esta pregunta puede ser contestada gracias a las investigaciones dirigidas a dilucidar estos ángulos y sinuosidades de la gran historia. La lingüista norteamericana Mary I. Bresnahan se expresa de la siguiente manera:

    "En cuanto a si su deseo [de los filipinos de aprender inglés] era genuino o si era un gesto sumiso de supervivencia para aplacar a los norteamericanos seguirá siendo un asunto especulativo en todo caso. Los documentos contienen historias de filipinos temblando aterrorizados en sus casas de madera sobre pilotes esperando la llegada de los crueles norteamericanos, reputados sangrientos gigantes decididos a matar a los confiados filipinos. Inseguros en cuanto a los motivos de los norteamericanos, los filipinos hicieron lo que pensaron que agradaría mas a ellos –aprender su idioma. (7, 66)"
    Como los aspectos políticos y militares están tan imbricados en el periodo que media entre la capitulación de Manila el 13 de agosto de 1898 y la pacificación oficial de la parte cristiana de Filipinas, anunciada el 4 de julio de 1902, examinemos los aspectos políticos del periodo.
    Poco después del comienzo de las hostilidades yanqui-filipinas el 4 de febrero de 1899, arribó a Manila la llamada primera Comisión Filipina, presidida por el Presidente de la Universidad de Cornell, Jacob Gould Schurman. Permaneció en el Archipiélago desde marzo de 1899 hasta enero de 1900. Sometió un informe de 4 tomos. Ante la situación anómala que surgió por la cesión española a Estados Unidos y la presencia de la República Filipina se nombró esta comisión para que obtuviera información que pudiera orientar la actuación estadounidense. También se esperaba que la comisión pudiera conciliar a los patriotas filipinos con la dura realidad de un nuevo amo.
    La Comisión Schurman no dejó huella permanente de índole legislativa-lingüística como dejó la segunda Comisión presidida por Taft. Sin embargo, su informe merece un capítulo aparte que en este momento no emprenderemos. La razón para este interés es que aparentemente surgieron serias discrepancias entre los miembros de la Comisión en cuanto a la política de "americanización" cuyo objetivo supremo era convertir a los filipinos en personas angloparlantes. Según el escritor filipino, Manuel V. Gallego, condenó la americanización de los filipinos. También otros norteamericanos prominentes. Así, nos informa Gallego, el Vice-gobernador Butte, Nicholas Roosevelt, el Profesor Jones Ford, de Princeton, en 1913, el Dr. Salesby, y el Profesor Cecilio López (25, 15-17).
    De acuerdo con Gallego era el sentir correcto el que se siguiera el método español en el cual los misioneros aprendían el idioma nativo y en ese idioma se conducía la instrucción. Es de rigor señalar que en el caso de Puerto Rico el primer Comisionado de Instrucción Pública en el primer gobierno civil norteamericano, Martin C. Brumbaugh, implantó la política lingüística de enseñar el inglés como asignatura en la instrucción primaria y utilizando el español como vehículo de enseñanza de las demás materias (28, 343). Esa política duró durante su incumbencia (1900-1903) pero fue revocada después cuando en Puerto Rico se implantó precisamente el llamado Plan Filipino donde toda la enseñanza se conducía en inglés. En Filipinas, como veremos más adelante, el plan fue más drástico que en Puerto Rico, pues mientras en el en el último siempre se conservó al español como asignatura aún en las épocas de más feroz "americanización", en Filipinas el idioma español fue totalmente erradicado del sistema de instrucción pública en julio de 1901, tanto como vehículo de instrucción como asignatura.

    6. LA SITUACION EN MANILA
    Por ser Manila la capital de Filipinas, esta ciudad era el corazón de la hispanidad en el Oriente. La capital y la isla de Luzon eran las partes más hispanizadas y por ende, merecen un examen detallado para los propósitos de este escrito. Ofrece paralelos con lo que sucedía en Puerto Rico. Sin embargo, había una diferencia fundamental y ésta era la guerra que se libraba en el Archipiélago. Como veremos más adelante, la anglicización empezó en firme en Manila después de la captura del Presidente de la República Filipina, Emilio Aguinaldo, el 22 de marzo de 1901.
    Recordemos que oficialmente, desde el punto de vista norteamericano, las hostilidades en la parte cristiana de Filipinas terminaron el 4 de Julio de 1902. En el informe del General Ewell S. Otis, sucesor del General Wesley Merrit en el mando de las operaciones militares, fechado 25 de julio de 1899, figura a su vez el informe de Mr. George P. Anderson, Superintendente de Instrucción Pública de Manila. El informe es iluminador por cuando demuestra entre líneas las perplejidades y hasta escrúpulos que sentía un educador en vísperas de la puesta en práctica de una política lingüística que buscaba erradicar el idioma español en Filipinas y su sustitución por el inglés. Comienza el informe diciendo que las escuelas públicas reabrieron después del 13 de agosto de 1898, cuando ocurrió la capitulación de la ciudad. A continuación traducimos del informe:

    "De hecho las labores se reanudaron en las reabiertas escuelas alrededor del primero de septiembre, salvo dos de las escuelas más grandes que lo hicieron más tarde. Las labores entonces fueron simplemente una continuación de la instrucción española. El capellán Mckinnon contaba con siete instructores norteamericanos de inglés, y aspiraba poder ofrecer una hora de inglés en cada escuela."
    "Desde el primero de junio se han conseguido diez maestros adicionales de inglés y los niños están aprendiendo con mucho entusiasmo. Pero esta base de una hora diaria de inglés por día no es suficiente; debe ser doblada en muchas de las escuelas, especialmente en aquellas dedicadas exclusivamente a la instrucción primaria..."
    "Bajo las condiciones actuales se presentan constantemente inte-rrogantes nuevas e inquietudes (‘novel and perplexing ques-tions') pero, sobre todo, el departamento procura establecer, a la larga, el sistema norteamericano de escuelas públicas comunes, aunque la discreción aconseja demoras en la implantación de muchos cambios necesarios que no podrían ser comprendidos ahora. Todo debe venir como una culminación. (29, 31-33)" (Traducción y subrayado nuestros).

    Compárese esto con expresiones relacionadas con Puerto Rico sobre el mismo asunto:

    "Una educación que busca el cambio del idioma nativo envolverá el cambio de la religión y un cambio de todo el cúmulo de tradiciones del pueblo." Carta del año 1900 dirigida por W. T. Harris, Comisionado de Educación de Estados Unidos al Dr. Victor S. Clark, Presidente de la Junta de Educación bajo el Gobierno Militar, absoluto y supremo en Puerto Rico durante el periodo 1898-1900. (22, 55-56)"
    Hemos subrayado en la anterior cita para llamar la atención a dos aspectos de la llamada "americanización". Uno era el supuesto clamor porque se enseñara inglés de parte del pueblo filipino, y el otro es que la política lingüística se concentró en primer lugar en las escuelas primarias. La- cercenación del idioma español en las Filipinas, como caracterizó el hecho D. Rodolfo Barón Castro, empezó en las raíces.
    7. POLITICA LINGÜISTICA DEL PRESIDENTE McKINLEY
    El Presidente McKinley, en relación con el idioma, dio las siguientes instrucciones a la segunda Comisión Filipina, presidida por Taft:

    "La comisión tendrá la obligación de promover y extender, y, cuando sea necesario, mejorar el sistema de educación ya inaugurado por las autoridades militares. Al hacer esto será primordial la expansión de un sistema de instrucción primaria libre para todos y que deberá preparar a la gente para cumplir los deberes ciudadanos y las funciones ordinarias de una comunidad civilizada. La instrucción se dará en primera instancia en todas partes en el idioma de la gente. En vista del gran número de idiomas hablado por las diferente tribus, es de suma importancia para la posteridad de las islas que se establezca un medio común de comunicación, y es obvio que este medio debe ser el idioma inglés. (30, 10)" (Subrayado y traducción nuestra).
    Teniendo en cuenta la fecha de las instrucciones resalta la discrepancia entre la política de utilizar el idioma de la gente filipina, según las instrucciones presidenciales, y la política furiosamente americanizante que practicaban sobre el terreno las tropas conquistadoras. Es notorio el contraste por cuanto el Comandante en jefe de esas tropas era el Presidente de Estados Unidos. En el curso normal de los acontecimientos es increíble que las tropas realizaran por su cuenta algo que chocaba con las ideas de su jefe. La única explicación era el doble juego que con los filipinos practicaba el conquistador.
    Otro punto de las instrucciones que resulta chocante e insólito es la manera de referirse al pueblo de las Filipinas como las diferentes tribus. Esto significaba una depreciación del pueblo en sí y además ignoraba el alto grado de desarrollo político que había tenido lugar en el Archipiélago y muy especialmente en la segunda mitad del siglo XVIII. El desarrollo no sólo fue político sino que lo fue en todos los órdenes de la cultura (18, 51-58. Para el periodo antes de 1700, ver 21).
    Otra observación en cuanto al uso del inglés como medio de comunicación y de unificación. Las instrucciones dan la impresión de que en Filipinas existían compartimientos estancos en relación con los diferentes grupos lingüísticos lo cual no es cierto. En Filipinas han existido elementos unificadores desde antes de la presencia española. Apolinar B. Parale se expresa sobre el particular:

    "En fecha tan temprana como 1618 los misioneros españoles se expresaron de la siguiente manera sobre la eficacia comunicativa del tagalo a través de todo el Archipiélago:
    'El tagalo se habla y entiende en todas partes, no sólo por los habitantes de la isla de Luzon, sino por todos los nativos de todas las isla. (Re: Descripción de las Islas Filipinas: (Anónimo) Manila 1618, p. 101, Vol. XXIII).’
    "Clifford Prator del Consejo Económico Social de las Naciones Unidas en su libro (Language Teaching in the Philippines/ Enseñanza de idiomas en las Filipinas), p. 3 dice así:
    'Recientemente el autor realizó una serie de excursiones por las islas, visitando nueve regiones diferentes. Lo acompañó un representante del negociado de Escuelas Públicas, un tagalista, que hablaba el idioma nacional a todo el mundo menos a los norteamericanos. Es interesante notar que este hombre se hizo entender en todas partes por los botones, taxistas, dependientes en las tiendas, etc.’ (31, 213-214)"
    Por supuesto, al ocurrir la guerra de 1898, existía el elemento unificador del idioma español. Si lo que se perseguía por los norteamericanos era la unificación del pueblo filipino no existía una tabula rasa en el Archipiélago. Si se empezó de nuevo, por imperativos lingüísticos de naturaleza mesiánica imperialista, es otra cosa. Hemos citado a Quijano de Manila y a Rodolfo Barón Castro sobre las consecuencias de las decisiones de política lingüística tomadas por los norteamericanos al ocupar Filipinas. Cambiar el idioma de una nación no es tan sencillo como cambiar de camisa. Las consecuencias de esas decisiones repercuten en nuestros días de descolonización en todos los sentidos.
    Vamos a seguir con el examen de la política lingüística en las escuelas públicas primarias. Le damos preferente atención porque la socavación de la estructura lingüística hispana, su corte a cercén, empezó por ahí. En el curso de nuestro trabajo veremos que la anglicización avanzó desigualmente pero en forma inexorable. En otras esferas de la actividad gubernamental el avance fue lento y encontró diversos grados de resistencia, tanto de parte de los hispanófilos como de los nacionalistas lingüistas filipinos. En este sentido la situación fue distinta a la de Puerto Rico, donde el español, después de 1898, junto con toda la herencia hispánica se convirtió en lo puertorriqueño.
    También, en relación con la cautela que expresaban los jefes norteamericanos de la instrucción pública ante el cambio de idioma que se proponían forzar, es muy necesario tener en cuenta que en el año 1900 la guerra filipino-yanqui continuaba con todo su furor. No puede ser mera coincidencia, como veremos más adelante, que la anglicización de la enseñanza empezó de lleno después de la captura del General Emilio Aguinaldo y Famy el 22 de marzo de 1901. La política de enseñanza en inglés y total erradicación del español empezó en julio de 1901. Pero retrocedamos al recuento cronológico del desarrollo de la política lingüística.
    En su informe de 1900 que continuaba el correspondiente al año 1899 y del cual citamos y tradujimos anteriormente, el Gobernador Militar Otis dice:

    "Los anteriores métodos españoles requieren modificación pero la acción orientada a tales fines debe esperar hasta que se haga una investigación cuidadosa de los intereses del gobierno y se determine en cuanto a los métodos apropiados que se seguirán a los fines de salvaguardar el bienestar de los habitantes en general. (29, 295)”
    Pasa entonces a citar del anterior informe a que hemos aludido. En cuanto al punto específico de la instrucción pública, cita el informe del jefe militar del Departamento de Instrucción Pública.

    "Esperamos que los suministros se harán cargo de las necesidades de las escuelas durante un periodo aproximado de tres meses; y en cuanto a los libros por un periodo más largo a base del sistema actual de instrucción."
    "Tal como se deduce del último párrafo, creo que al principio sólo debe intentarse la lectura, escritura y conversación del inglés, salvo en Manila y posiblemente en algunos otros pocos lugares. Considero que una adecuada familiarización con la lengua inglesa, leerla, escribirla y hablarla es de primaria importancia y es lo más que debemos exigir del esfuerzo de las fuerzas educativas. La geografía, la historia, la aritmética, sin mencionar sus aspectos mas avanzados, son lo mismo en todos los idiomas y no se considera conveniente o necesario que se preparen textos especiales para estas asignaturas, en español o en los diferentes dialectos nativos, o que se compren en grandes cantidades. Sin embargo, se deben proveer cuanto antes diccionarios, cartillas, cuadros y libros de lectura. Aunque en algunos casos será necesario utilizar el español como medio, se cree que, generalmente, el inglés puede enseñarse directamente desde los dialectos y con ese fin en mente deben ser escritos los libros."
    "A los fines de obtener copias de todas las leyes escolares, informes, etc., de los diversos estados de la Unión [Estados Unidos] y también muestras de libros de texto y otros efectos escolares, esta oficina ha actuado correspondientemente. Hay que darse cuenta, por supuesto, que todavía este gobierno está en el umbral de la educación pública en las Filipinas y entiendo que es mejor reunir opiniones expertas de modo que puedan prepararse planes factibles y bien comprendidos. Los suministros ordenados iniciarán la labor, pero el futuro exigirá grandes gastos y el trabajo de educadores diestros y competentes."
    A renglón seguido continúa el informe del General Otis:

    "En relación con la naturaleza de los textos en lo que al lenguaje especial se refiere, la voluntad del pueblo está expresada en la respuesta de un filipino representativo a quien le comentó que era dudoso el que se obtuvieran suficientes textos tanto en español como inglés: 'Dele a los niños los libros en inglés y lo aprenderán más rápidamente. Se me informa que este modo de proceder se sigue en Hong Kong y que ha tenido mucho éxito. Estos métodos elementales de instrucción, han sido implantados precipitadamente en muchas de las islas para enfrentarse a las importunidades de los padres nativos. El sistema es crudo, por supuesto, pero dará una satisfacción y resultados relativos hasta que pueda iniciarse uno mejor. (29, 296)”
    Es necesario destacar el pensamiento central de este informe preparado por militares. El mismo lenguaje usa expresiones de corte militar, de campaña ardorosa. El informe es de mediados del año 1900. Todavía está vigente el sistema español. Tan vigente está que se han encargado a Estados Unidos a principios de 1901 los siguientes textos:
      • Lecciones de Lenguaje
      • Spanish Grammar, Edgren
      • Spanish Grammar, Knapp
      • Spanish/English Dictionary
      • Guías para maestros
    No sólo se encargaron estos textos sino que en la campaña de reclutamiento de maestros en Estados Unidos se les pedía que en los formularios de solicitud informaran si conocían el español o dialectos nativos. En una carta dirigida a autoridades escolares de instituciones públicas y privadas de Estados Unidos se les informaba que los maestros que arribaran a las Filipinas, una vez aprendieran español o dialectos nativos serían ascendidos. (13, 368, 380-381)"
    Sin embargo, y no empece lo señalado que implica un reconocimiento de la presencia masiva del español en la vida filipina, se deja ver el propósito último de sustituirlo totalmente por el inglés. También debe notarse la alusión a los deseos de los filipinos en relación con sus preferencias lingüísticas a través de lo que dijo "un filipino representativo".
    El informe del Departamento de Instrucción Pública de las Filipinas del cual hemos citado, tiene fecha de 5 de noviembre de 1900. El 27 de mayo de 1901 ese mismo departamento reanuda la narración con lujo de detalles. Destacaremos, citando y traduciendo los pasajes más importantes de este informe alegato cuyas recomendaciones culminaron con la aprobación por la Comisión Filipina de la Ley 74 de 21 de enero de 1901. Recuérdese que esta comisión, presidida por Taft, llamada también la segunda comisión para distinguirla de la primera presidida por Schurman, asumió el gobierno civil el primero de septiembre de 1900. Era por lo tanto el órgano legislativo del gobierno colonial norteamericano absoluto implantado en el Archipiélago. Las operaciones militares, por supuesto, continuaron bajo la dirección absoluta del general Arthur MacArthur.
    La Ley 74 preceptuaba en su articulo 10 lo siguiente:

    "El idioma inglés se convertirá gradualmente en la base de toda la instrucción en las escuelas públicas. A tales fines se dispondrá por ley para la instrucción en inglés ('for English instruction') en todas las escuelas sostenidas con fondos públicos." (subrayado nuestro)
    A su vez el articulo 11 rezaba de la siguiente manera:

    "En lo posible, se destacarán soldados como instructores de inglés hasta que puedan ser reemplazados por maestros regulares" (subrayado nuestro).
    Esta política lingüística en Filipinas -enseñanza en inglés, exclusión total no sólo de la enseñanza en español sino del español como asignatura, aseguró la extinción casi total de la lengua española en Filipinas. Ese llamado Plan Filipino llegó a imponerse casi en su totalidad en Puerto Rico. Decimos casi porque como dijimos antes, en Puerto Rico se mantuvo la enseñanza del español como asignatura afín durante la incumbencia del Comisionado de Instrucción Pública que implantó dicha política lingüística, Roland P. Falkner (22, 81; 25, 344; 32, 199; 34, 9). En Filipinas, esa exclusión de ]a lengua castellana en las escuelas públicas, por disposición de ley, duró hasta el año 1952, cuando, el 21 de mayo se aprobó la Ley 709, patrocinada por el senador Magalona. Entonces se empezó a enseñar, en forma muy limitada, como asignatura. Pero de esto, así como de las vicisitudes o mejor via crucis de la lengua de Cervantes en todos los aspectos de la vida filipina públicos y privados, judiciales, legislativos, ejecutivos, etc. –nos iremos ocupando en otros trabajos de acuerdo con la cronología de los sucesos y su ubicación en el desarrollo y culminación de la soberanía y nacionalidad filipinas.
    Mientras tanto, sigamos destacando los aspectos sobresalientes del largo informe del Departamento de Instrucción Pública de 27 de mayo de 1901. Tan pronto se decretó la enseñanza en inglés y la proscripción del español y de los idiomas nativos en las escuelas públicas, se importaron desde Estados Unidos enormes cantidades de materiales educativos, todos por supuesto en inglés. También llegaron centenares que se convirtieron en miles, de maestros norteamericanos. Los soldados licenciados también se convirtieron en maestros. Para la fecha del informe se habían recibido más de 8.000 solicitudes de aspirantes al magisterio en Estados Unidos. Para junio próximo –1901– dice el informe, habría 500 maestros listos para embarcar en Estados Unidos. Como el idioma oficial escolar era el inglés, todo aquel que lo ignorara o que no pudiera enseñar en él era excluido. Lo mismo ocurría en las otras esferas de actividad; como dijimos anteriormente, en todos los aspectos de la vida filipina que más adelante examinaremos. Citamos del informe,

    "Antes de la aprobación de la Ley 74 y bajo la autoridad de la Comisión Filipina y del gobernador militar se habían nombrado nueve maestros de Estados Unidos y once filipinos. Después de la aprobación de dicha ley y de acuerdo con su articulo 15 se ha nombrado permanente y provisionalmente ocho superintendentes, ocho directores y ayudantes para adiestramiento normal, agrícola y manual y setecientos ochenta y un (781) maestros en Estados Unidos y dos superintendentes y ochenta maestros de solicitantes en las Filipinas. (13, 350)”
    Un historiador filipino resume la situación de la siguiente manera:

    "Se usaba el inglés porque los maestros [norte]americanos apodados Tomasitos (Thomasites) por haber llegado a bordo del transporte Thomas, no sabían español y porque los libros venían de Estados Unidos. Muy pronto solamente serían colocados aquellos que conocieran el inglés. (18, 144)"
    Veamos cómo se verificó el cambio del español al inglés en Manila. El jefe del Departamento de Instrucción Pública cita del informe del superintendente escolar de Manila:

    "El que suscribe fue nombrado superintendente de las escuelas de la ciudad el 26 de octubre de 1900 y como éste es el primer informe requerido por esta comandancia este examen abarcará los seis meses transcurridos desde entonces".
    "El cambio mas significativo es el que ha tenido lugar en la actitud de los maestros filipinos. Debido a la incertidumbre que ha acompañado la ocupación [norte] americana de estas islas, hasta hace seis meses apenas se habían introducido cambios en las escuelas públicas de Manila. Pocos de los maestros habían adquirido conocimiento alguno del inglés ni se había operado cambio alguno en el carácter de los estudios. Los textos estaban en español y solamente se oía el español en los edificios escolares. El inglés se enseñaba, pero por una fuerza de maestros [norte] americanos totalmente inadecuadas, en muchos casos pudiendo el maestro dedicar solamente una cuarta parte del día a una escuela."
    "En diciembre se adoptó el plan que consistía en que los maestros de inglés dedicaran por lo menos la útima media hora de la tarde a la instrucción de los maestros filipinos y al mismo tiempo se hizo saber que muy pronto se abandonaría el uso del español como medio de instrucción. Los maestros filipinos que habían adquirido suficiente destreza en inglés empezaron a enseñar los primeros grados. Con muy pocas excepciones los maestros aceptaron el cambio de idioma y su actitud ahora se ha convertido en una de verdadero interés en favor de la adopción del inglés. Han progresado tanto en su conocimiento del inglés que es posible que al reanudarse el curso en junio solamente se use el inglés. (11, 356)”
    Sobre el aspecto religioso de la enseñanza continúa el informe:

    "La cuestión de la enseñanza religiosa en las escuelas también se ha arreglado sin que haya habido conflictos o pérdida de estudiantes. Tan pronto se recibió una copia oficial de la Ley 74 de la Comisión Filipina, que prohibe todo tipo de instrucción religiosa por parte del maestro, se emitió una amplia orden prohibiendo la práctica de devociones religiosas o su empleo como medidas disciplinarias, el cese de toda enseñanza de catecismo o doctrina religiosa y la remoción de la escuela de todos los libros que contuvieran tales materias y la remoción de los salones de clases de crucifijos, emblemas religiosos, imagenes sagradas, carteles, etc. Estas órdenes fueron en todos los casos acatadas y cumplidas inmediatamente y al pie de la letra. Ni los padres ni los maestros protestaron y como se dijo antes no disminuyó la asistencia a clases y por el contrario el curso teriminó con la más grande matrícula registrada en estas escuelas públicas. Para muchos de los maestros el cambio aparentemente fue bien recibido. (13, 356-357)”
    El Superintendente General de Instrucción Pública. de Filipinas resume de este modo la labor realizada:

    "Como breve resumen de la labor realizada durante el periodo abarcado por este informe se ha estructurado la base de un plan educativo y se ha aprobado legislación al efecto; se ha seleccionado y comprado una gran cantidad de textos y efectos escolares [norte] americanos y se han distribuido en los pueblos habiéndose removido los viejos textos escolares y se ha puesto cada una a cargo de un superintendente [norte] americano; se está aboliendo gradualmente toda instrucción religiosa durante el curso escolar; se ha introducido el inglés como base de toda la instrucción pública... y toda la política en relación con la inauguración de un sistema de instrucción pública completamente [norte] americanizado se ha esbozado. (13, 359-360)"

    8. LA IMPOSICION DEL INGLES EN TODOS LOS ASPECTOS DE LA VIDA OFICIAL FILIPINA
    Como hemos visto, la política que perseguía erradicar de cercén el idioma español en Filipinas, ignorando al mismo tiempo los idiomas nativos y combatiendo su uso por razones que luego examinaremos en cuanto a sus méritos, comenzó con especial virulencia en las escuelas públicas primarias. Esta política se extendió simultaneamente a otros departamentos del gobierno. Así, la Escuela Náutica se convirtió en la "Nautical School". La Academia o Escuela Náutica se estableció en 1862 a instancia del consulado de Comercio. El programa de estudios, adaptado a las necesidades del Achipiélago, incluía Aritmética, Geometría elemental, Trigonometría plana y esférica, Cosmografía, Pilotaje, Geometría prácticamente aplicada a la construcción de cartas y planos hidrografficos y modo de dibujarlos, etc (41, 381). En los informes del gobierno civil correspondientes al periodo 1900-1903 se da cuenta del cambio de idioma en la siguiente forma:

    "Al principio la instrucción se daba en español, pero debido a la inferior calidad de los textos españoles es conveniente sustituir tan pronto sea posible el español con el inglés. (42, 127-128)"
    Vamos a detenernos a examinar la "razón" esgrimida para descartar el idioma español en la Escuela Náutica. En el Informe de la Primera Comisión Filipina, de cuyas gestiones hemos hablado antes, se hace la siguiente apreciación sobre la calidad de la mencionada escuela:

    "Una escuela náutica existió en Manila para adiestrar a los Pilotos de la Marina Mercante. Los cursos teóricos ofrecidos duraban tres años, y estaban acompañados por instrucción práctica en la navegación. Se dice que el carácter de la labor desempeñada era muy bueno. Esta escuela, que fue clausurada por un tiempo durante la guerra, ha sido reabierta bajo un oficial naval [norte] americano. (43, 49)"
    La verdadera razón para cambiar los textos de la Escuela Náutica aparece en los informes del gobierno civil para el periodo 1900-1903 anteriormente citados:

    "No es practicable hacer de los lenguajes nativos la base de la instrucción, porque esto haría necesaria la traducción, no sólo de las cartillas sino de muchos textos de toda clase, a los principales dialectos nativos. La mayor parte de los comandantes militares en las provincias que han enviado informes, declaran que 'no es deseable que se imparta instrucción en los dialectos nativos' y también no hay necesidad de perpetuar el idioma español ya que éste es entendido por una pequeña parte de la población nativa. Los nativos desean el inglés e indudablemente debe ser la base lingüística de la labor en las escuelas públicas pero debe ser introducido gradualmente Se debe estimular a los maestros que se envían a las provincias a que aprendan los dialectos de la gente con la cual están relacionados. Los textos en existencia, comprados por las autoridades militares, han sido seleccionados en su mayor parte con la idea en mente de que lo que es adecuado para Manila lo es para las otras partes del Archipiélago. Las ediciones en español de la Aritmética de Wentworth, de la Historia de Estados Unidos de Barnes y de la Geografía de Frye se han ordenado en grandes cantidades. Estos textos en español, que fueron ordenados por el departamento militar de educación, son impropios ya que tienden a perpetuar el idioma español y a demorar la introducción del inglés como base, de la instrucción. (42, 152)”
    Nótese que estamos citando continuamente de fuentes oficiales norteamericanas que, por supuesto, tratan de juistificar sus "diktats" con argumentos, si es que merecen ese calificativo, que solo pueden entenderse en vista de la política lingüística de imposición del inglés a toda costa. No hay sustancia pedagógica en ellos.
    Continuamente los gobernantes norteamericanos de Filipinas trataban de justificar la política lingüística anglicizante a base de un supuesto reclamo, de la gente y de una casi total ignorancia del español por parte de los filipinos. Sin embargo en los mismos informes oficiales de las autoridades que esgrimían esos argumentos asoman los datos que los contradicen. Asi, la oficina a cargo de la transportación terrestre en informe de 4 de mayo de 1901 saca a relucir cuáles eran los idiomas que los obreros entendian:

    "Se llama la atención de todos los empleados que trabajan en este corral [en español en el original] a la siguiente reglamentación que rige el trato que deben recibir los nativos aquí empleados. Los guarda-almacenes y todos aquellos a cargo de la madera, el forraje y el trabajo general en el patio tratarán a los trabajadores nativos con la misma consideración como si se tratara de hombres que hablaran su idioma y fueren del mismo color.”
    "No se permite violencia personal y cada empleado [norte] americano debe ser lo más benévolo posible al tratar con los empleados nativos.”
    "Bajo, ninguna circunstancia se permitirá que un empleado de esta oficina golpee o abuse de los obreros nativos mientras estos trabajen aquí, y cualquier violación de esta naturaleza se me informará inmediatamente."
    A renglón seguido, el informe general del Jefe de Surninistros del Ejército ("Quartermaster") indica lo siguiente:

    "Los nativos hicieron que esto se pusiera en español y tagalo y con el sentir de que sus derechos serían protegidos parece que trabajan más contentos... (13, 153)" (Subrayado nuestro).
    Hemos señalado anteriormente que la imposición a todo trance del inglés empezó en las escuelas públicas primarias y que esta política que contemplaba borrar el español en todos los aspectos de la vida filipina avanzó desigualmente pero en forma inexorable en todas partes, sujeto todo al gobierno absoluto y supremo que estableció Estados Unidos en Filipinas. Veamos algunos ejemplos. El Negociado de Minas en su informe al Secretario del Gobernador Militar revela la política lingüística del negociado:

    "Esta fuerza [de trabajo] debe incrementarse ahora, a mi juicio, con tres ingenieros nativos e inspectores que puedan hablar inglés, dos delineantes, un dependiente nativo a cargo e la propiedad y uno a cargo de los registros. Aunque tanto el español y el inglés se hablan en el negociado, se ha establecido como regla del negociado, que todos los empleados deberán aprender inglés y se ha encontrado que esta regla funciona satisfactoriamente y ha contribuido enormemente a la eficiencia de los empleados."
    "Los mejores libros y autoridades sobre minería se escriben y publican en lengua inglesa y los ingenieros nativos, que eventualmente se harán cargo de los subdistritos del Archipiélago, deben entender los más recientes y mejores sistemas de minería, en lugar de los anticuados y primitivos sistemas hasta ahora en efecto... (13, 403)"
    Como puede apreciarse, los argumentos de toda clase nunca faltaban cuando de erradicar el idioma español se trataba. Y cuando no se esgrimían argumentos se utilizaba la coacción de todo tipo que como vimos anteriormente ocurría bajo los "maestros" soldados y como veremos más adelante en las actividades del gobierno bajo el dominio absoluto y supremo de las autoridades norteamericanas.
    Veamos lo que sucedía en el servicio civil de Filipinas. En su informe de 7 de junio de 1901 la Junta de Servicio Civil Filipino explica el sistema de pagos y cualificaciones en el mismo a base de criterios lingüísticos que establecen el discrimen contra los que aprueban los exámenes en español. Por supuesto, los jefes del servicio civil son norteamericanos que no solamente desconocen el idioma español sino que son hostiles al uso de este idioma por los nativos. Sin embargo, el informe reconoce que el idioma de los filipinos en ese momento es el español. Citamos del informe:

    "Aunque ninguno de los filipinos tomó los exámenes en inglés, se ha informado a la junta que se están organizando clases de servicio civil en varias escuelas de Manila con el propósito de prepararlos para tomar los exámenes en inglés. Se entiende que cuando se ofrezcan los próximos exámenes un número de aqueIlos que los han tomado lo tomará en inglés. En este momento, con el rápido cambio del modo de hacer negocios del método español al norteamericano, el conocimiento del inglés es prácticamente esencial para poder desempeñar eficientemente los deberes de los puestos del servicio civil en Manila, y por esta razón los filipinos en este momento están trabajando en condiciones muy desventajosas. Sin embargo, ellos están adquiriendo rápidamente conocimiento del inglés y la Junta está convencida de que tan pronto ellos adquieran más dominio del inglés y se familiaricen con las exigencias del servicio serán capaces de ocupar los puestos mayormente ocupados por norteamericanos. Es un hecho significativo que el examen regular de escribientes, que estaba destinado a norteamericanos principalmente, fue aprobado por filipinos que tomaron el examen en español. Más de la mitad de los filipinos que tomaron el examen de escribiente de primer grado lo aprobaron y es evidente que desde el punto de vista de su preparación general si ellos hubieran tenido conocimiento del inglés podrían ocupar un número de puestos en el servicio que todavía no están disponibles para ellos (13, 416-417)" (subrayado nuestro).
    La franqueza de estos informes oficiales nos permiten imaginar los mecanismos de coacción de índole psicológica que se utilizaron para. erradicar el español e imponer el inglés en las Filipinas además de otros métodos más crudos. Esto nos ilustra también sobre la falacia de que un idioma proscrito de la vida oficial puede sobrevivir en la intimidad del hogar. En Puerto Rico algo parecido sucedió en los primeros años de dominación norteamericana. Especialmente en el campo de la instrucción pública. Se llegó a implantar el Plan Filipino, como señaláramos anteriormente y se discriminó contra los maestros que enseñaban en español hasta. conseguir en un momento dado su casi total proscripción (39, 91-92). Por supuesto, la política. lingüística oficial afecta. directa e indirectamente el mundo privado por cuanto la vida. nacional es un todo. En Filipinas la política de cortar de cercén el idioma español en las escuelas públicas eventualmente se extendió a las escuelas privadas. La. Universidad de Santo Tomás, universidad hispánica privada. en el lejano oriente, baluarte del idioma español en Asia, fue obligada. por las autoridades norteamericanas a suprimir la enseñanza en español en la década del 1920. Sobre esto abundaremos en futuros escritos.

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    Re: El genocidio lingüístico filipino: así se impuso el inglés

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    La persecución del uso oficial del idioma español en Filipinas
    por Guillermo Gómez Rivera
    Tras la invasión de Filipinas por los Estados Unidos se pesiguió la lengua Española y la fe Católica. Solo en el primer asunto han tenido relativo éxito

    La primera estrategia: negar que el idioma español se habló, y se habla, en filipinas Es verdad que nunca fueron todos los habitantes de las Islas Filipinas los que tuvieron al idioma español como su lengua materna. Pero tampoco es justo decir que este idioma nunca se habló en Filipinas en escala nacional o "que nunca tomó tierra".
    El mero hecho de que el español empezó a ser el idioma oficial de las Islas Filipinas desde el 24 de junio de 1571, día de la fundación de Manila como la ciudad cabecera del Estado Filipino bajo la Corona de España, hasta en 1987, año en que se promulgó la cuestionable constitución de la presidente Corazón 'Cory' C. Aquino, bien puede poner en solfa a todos aquellos que digan que este idioma nunca se habló en, o que nunca llegó a, Filipinas.
    Siendo idioma oficial durante tantos siglos debe muy bien entenderse que fue el idioma de la judicatura, de la legislatura y de las escrituras y las publicaciones oficiales, como judiciales, de este Archipiélago.
    También es innegable que existe un gran cuerpo de obras literarias, en fin una tradición literaria, por autores filipinos desde 1593, año en que se fundó la primera imprenta en estas islas, hasta el presente.
    Todo esto es evidencia de que el idioma español bien se habló en Filipinas, y no en la extensión regateada en que los cuestionables documentos usenses o norteamericanos nos quieren decir.
    Y decimos ‘cuestionables documentos’ porque ya es un hecho que los colonialistas usenses han tenido, ---¡y tienen!---, una "language agenda" a favor del inglés desde 1898 y en contra del idioma español en Filipinas al que miran como un obstáculo latente a sus objetivos "lingüísticos" y de imperio económico.
    En cuanto a la irresponsable aseveración de que el idioma español "nunca tomó tierra en Filipinas" reproducimos las palabras de un prohombre filipino, Rafael Palma, socio fundador, en 1924, de la Academia Filipina y, más tarde, Presidente de la "University of the Philippines" fundada en 1908 por el colonialismo WASP usense. Escribe el antiguo, y arrepentido, revolucionario filipino, señor Rafael Palma:
    "¡Aun vive la vieja alma de España aquí! En todas partes veo su sombra, proyectándose como desde una inmensa altura y ocupándolo todo. Rastrea su influencia en todas nuestras poblaciones, en los monumentos, en los templos, en las calles, en los cuadros de las casas, en los libros del que aprendimos, en nuestras maneras, en el lenguaje, hasta en lo último, en nuestros vicios y defectos. Se nos ha trasvasado en las venas la sangre de aquella España decadente que nosotros despojamos aquí…
    "La sombra de España peregrinará por nuestra tierra años y años. Aun hablaremos su lenguaje los que crecimos odiándola por sus instituciones y sus hombres, los que con la pasión de la libertad masónica deshicimos su cabeza con el hacha de la revolución. Por eso, me empequeñece el hablar mal de España y los españoles.
    "Siento rubor y vergüenza cuando injurian a esa vieja nación los hijos de esta tierra… España no es ya más que una sombra en tierra filipina é injuriar a una sombra es propio de pequeños y cobardes. (Fragmento de su artículo: "¡Saludo a esa vieja España!" (Palma, 1914, 127-129, en el periódico de Cebú, ‘El Nuevo Día’, editado por Sergio Osmeña, luego presidente de Filipinas.)
    Otro escritor filipino de gran renombre, Tirso de Irrureta Goyena, en un artículo que publicó en la segunda década de los 1900, no solamente corrobora lo que el rebelde katipunero Rafael Palma escribió en 1914, sino que define al idioma castellano, o español, como el verdadero idioma nacional de los filipinos. Dice:
    “El idioma castellano no tiene ni puede tener en Filipinas la misma consideración que el inglés, con merecerla, y mucho, este idioma. El castellano en algo más. Es, en la actualidad, un idioma tan filipino como lo son el tagalo y el bisaya. Y lo es, porque en ese idioma se ha moldeado la nacionalidad filipina.
    “Antes del descubrimiento de las islas había en el archipiélago un sistema de gobierno primitivo en relación con el de los países occidentales. Sí, pero gobierno al fin, que integraba un principio de autoridad, un derecho y una persona que era el símbolo de la soberanía. Pero esta soberanía no era única, porque existían varias, tan independientes unas de otras, como lo son en la actualidad los distintos estados sud-americanos. No existía entonces una verdadera nacionalidad filipina, sino que existían una nación cebuana, una tagala, una mora ó mahometana, er cétera. Y aun dentro de estas agrupaciones, la división política se fraccionaba de una manera múltiple. Tres cientos años de dominación hispana, hicieron desaparecer esas soberanías independientes y borraron el fraccionamiento político del archipiélago. Las distintas nacionalidades, como la tagala, la bisaya, la ilocana dejaron de ser tales nacionalidades y dejaron de ser tales soberanías políticas independientes, y separadas entre sí, para convertirse en meras regiones de una nacionalidad superior que es la actual filipina.
    “El descubrimiento y la conquista obraron en Filipinas el mismo fenómeno que en America. En México, por ejemplo, no existía la nacíon mexicana. Existian los mexicanos, los tlascaltecas, los zempoales. La invasión hispana borró esas diferencias y la entidad México surgió por primera vez como un sólo cuerpo ante la Historia. Así también surgió aqui, en estas islas, por obra de la conquista, la nacionalidad mayor, la nacionalidad filipina.
    “Quizás se arguya que lo que se creó fué, no una nacionalidad nueva, sino una especie de estado nuevo. Pero no es así. Un estado no representa más que la unidad política, como la que existe en la India, donde los ingleses han creado un veirreinato colonial a explotar, pero han tenido buen cuidado de conservar las diversas religiones, costumbres y aún gran parte de las soberanías políticas limitadas que había antes de la ocupación, llegando al extremo de poner unos sultanatos frente á otros, para dominar sobre las bases de la división interna y de las luchas intestinas.
    “La unidad establecida por el dominio hispano en Filipinas fué una unidad más alta, más noble y más desinteresada. Fué una unidad de religion, de costumbres y de tradiciones. Esa religión no era ninguna de las anteriormente existentes en el país antes del descubrimiento. Algunas de esas costumbres fueron importadas directamente de España y los Virreynatos de América, y, sí, el resto lo constituyeron las mismas costumbres autóctonas, fueron profundamente modificadas en el troquel de la civilización hispana. Las tradiciones son también un producto resultante de las leyendas nativas y las españolas, y durante el transcurso de tres centurias se creó un acervo tradicional natamente hispano-filipino. . Se creó, en realidad, la verdadera nacionalidad é historia de Filipinas.
    “Ninguno de los lenguajes del archipiélago habia hecho sentir su predominio sobre los otros. Pues vino este último, el castellano, á estas islas, y constituyó el nexo de unión entre todos los miembros de la naciente nacionalidad filipina. Fué el medio de que pudieron servirse para entenderse entre sí el tagalo con el bisaya, el ilocano con el bicolano.
    “Si asi no hubiese ocurrido, la literatura revolucionaria del país hubiera sido tan solamente tagala ó pampanga, pero no fué asi. Los patriotas de la época revolucionaria, para inflamar á su pueblo, emplearon el idioma castellano. Este fué el vehículo espiritual de la guerra libertadora. Esto no puede dudarse. No puede suponerse que lo hicieron los insurgentes tan solo para hacerse oir y entender del gobierno de la metrópoli contra la cual luchaban, porque los patriotas de la revolución redactaban en ese mismo idioma sus proclamas, sus órdenes, sus arengas, sus decretos, sus resoluciones y sus leyes. Gobernaban y dirigían al pueblo filipino en castellano.
    “Y al cristalizar aquel movimiento en un gobierno formal, ese gobierno redactó su constitución política y deliberó, resolvió y dió fé de vida de todos sus actos oficiales en el idioma de Castilla. Las relaciones contractuales y demás documentos representativos de las diversas transacciones de la sociedad filipina durante la época revolucionaria y hasta mucho después, se realizaron, en su mayor parte, en castellano.
    “¿Y por qué lo hicieron así? Porque, sencillamente, consideraban al castellano como el idioma nacional de todos los filipinos. Si hubiesen tenido al castellano como extrangero, no hubieran redactado en castellano los filipinos su código fundamental, sus leyes, sus decretos, su prensa, sus documentos; todos los actos de su vida. En fin, no habrían hablado ni escrito en ese idioma.
    “Pretender ahora que ese idioma desaparezca de aquí y sea suplantado por otro, sea el inglés ó sea cualquier otro, sería pretender borrar la verdadera historia, la verdadera nacionalidad filipina y la verdadera vida del país. Hay que conservar el castellano, porque es uno de nuestros idiomas, y como lazo de unión, como factor común, es nuestro idioma superior, nuestro idioma filipino, nuestro idioma genuino y verdaderamente nacional.” (Fragmento de su artículo de prensa que luego fue recogido como parte de su libro “Por el Idima y Cultura Hispanos en Filipinas”, página 40, Imprenta UST. Manila, 1917.)
    La razón de ser del idioma español en Filipinas
    Por cierto que esa razón de ser, como queda muy bien señalado, es mucho más de lo que el idioma inglés pueda tener ya que los habitantes de Filipinas se convirtieron, además, en plenos ciudadanos españoles mientras que los mismos, bajo la férula de EE.UU., jamás fueron aceptados por los neocolonialistas WASP usenses como plenos ciudadanos de ningún Estado de Norte-América, durante todo el tiempo que duró el directo régimen colonial norteamericano, (de 42 años), sobre este archipiélago.
    Esta misma verdad sobre la razón de ser del idioma español en Filipinas con relación al status de ciudadanos españoles otorgado a todos los filpinos es un hecho que se ve citada, aunque renuentemente, por un historiador WASP usense, John Leddy Phelan, en su libro "The Hispanization of the Philippines" (La Hispanización de Filipinas, -- Imprenta de la Universidad de Wisconsin,1953, EE.UU.).
    En medio de su visceral hispanofobia, Mr. Phelan, no pudo ocultar del todo el hecho de la ciudadanía española de los habitantes de estas islas cuando sus mismos reyezuelos indígenas libremente aceptaron al Rey de España como su "natural soberano" ("natural sovereign" Op.cit. pp. 23-25) a cambio de los servicios que la corona española les iba de dar y que, de hecho, les dio, tales como la fundación y la organización del Estado Filipino desde los tiempos del Adelantado Miguel López de Legazpi que, para empezar, fundó Manila como la Capital y asiento del gobierno del Estado Filipino.
    Al aceptar al Rey de España como su natural soberano, los habitantes aborigínes de estas islas se convirtieron en plenos sujetos españoles, es decir ciudadanos españoles.
    Y, al hacerse ciudadanos de España, (específicamente entre 1810 y 1830 con la Constitución Democrática de Cádiz), tenían de hecho la necesidad de aprender el idioma español, idioma de sus leyes, y utilizarlo como el idioma oficial de su Estado Filipino cuyo nombre es Filipinas. Ésa, en breve, es la razón de ser del idioma español en Filipinas puesto que tras casi cuatro siglos, los tagalos, los visayos, los ilocanos, los chinos del Mayí, etcétera, se desarrollaron y se convirtieron en filipinos por precisamente hablar en español hasta que la ya existente nacionalidad filipina pensó en su independencia política con la fundación de la Primera República de Filipinas en 1896. Y la razón de ser del idioma español en estas islas no pudo negarse ni por la República revolucionaria de 1898 porque tuvo este mismo idioma como su lengua oficial.
    Cuando los Estados Unidos se anexionaron las Islas Filipinas en 1900, tras despiadadamente destruir en una guerra injusta a la mencionada República de Filipinas, forzó el idioma inglés sobre los habitantes de estas islas, mediante un sistema de educación pagado por dichos habitantes, sin hacerles, a los mismos, ciudadanos de Estados Unidos.
    De Agustín de Cavada a Malolos
    Pasemos ahora al campo de las estadísticas. Es verdad que cuando Filipinas tan solamente tenía una población de un poco más de cuatro millones y medio (4,500,000), Agustín de la Cavada y Méndez de Vigo, señaló que los indios, o indígenas, que hablaban español en estas islas no rebasaban el 2.8 por ciento del número de la población citada.
    Pero este libro de tal estadística salió a la luz en 1870 o tan solamente siete años después de que, por decreto de la Reina Isabel II en el año 1863, se establecía el sistema de instrucción pública en todas las islas cuyo medio de instrucción era predominantemente el español, ----con los idiomas principales del archipiélago sirviendo de medios auxiliares de educación.
    Al llegar el año de 1898, en que se separó Filipinas de España, el porcentaje de los filipinos de habla española tendría que haber aumentado considerablemente. Y si, de hecho, el aumento del número de hispanohablantes no hubiese crecido en proporciones más altas y de extensiones más profundas en todas estas islas a partir del dado 2.8 por ciento en 1870, los delegados filipinos a la primera convención constituyente celebrada en Malolos, Bulacán, en 1898, no hubiesen declarado al idioma español como la optada lengua oficial de la República de Filipinas, ---- tal como nos lo tiene provisto la Constitución de Malolos.
    Tampoco hubiesen utilizado, los gobernantes filipinos bajo el Presidente Emilio Aguinaldo, al idioma español en todas sus proclamas y sus publicaciones oficiales, ----entre las cuales se encuentra el diario-vocero denominado "La Independencia".
    Y José Rizal, un políglota que bien sabía siete lenguas incluyendo la tagala y la inglesa, no hubiese escrito sus obras fundamentales en español. Las hubiese escrito en inglés y en tagalo. ¡Pero no! Todo lo escribió José Rizal en español para sus compatriotas que naturalmente podían leerle en esta misma lengua.
    Manuel Arellano Remondo
    En un libro publicado en 1908 por la Tipografía del Colegio de Santo Tomás de Manila, titulado Geografía General de Las Islas Filipinas, cuyo autor es el Muy Reverendo Padre Fray Manuel Arellano Remondo, se encuentra el siguiente dato en la página 15.
    "La población disminuyó por razón de las guerras, en el quinquenio de 1895 a 1900, pues al empezar la primera insurrección se calculaba en 9,000,000 y actualmente (1908) no llegarán a 8,000,000 los habitantes del Archipiélago".
    La referida "primera insurrección" fue la que ocurrió el 29 de agosto de 1896 en contra del gobierno español. En ese caso, la población de Filipinas en ese año llegaba a los citados nueve millones (9,000,000) de habitantes, según esta fuente, aunque hay otras fuentes que dicen diez millones (10,000,000).
    Las estadísticas de 1903-05 se hicieron a base de una adrede equivocación
    Los censos norteamericanos de 1903 y 1905, calculan de soslayo que los hispanohablantes de este archipiélago nunca han rebasado, en su número, a más del diez por ciento (10%) de la población durante la última década de los mil ochocientos (1800s).
    Esto quiere decir que 900,000 filipinos, el diez por ciento de los dados nueve millones citados por el Fray Manuel Arellano Remondo, tenían al idioma español como su primera y única lengua.
    No es verdad que ese 10% de aludidos filipinos tenía al idioma español tan solamente como una segunda, o una tercera, lengua. Subrayamos, a riesgo de repetirnos, que lo tenían como su única lengua. Su primera lengua. Su lengua materna.
    Además de esos nuevecientos mil (900,000), Don Luciano de la Rosa, katipunero y el abogado defensor de los demandados por libelo a raíz del editorial "Aves de Rapiña" del diario manileño, ‘EL RENACIMIENTO FILIPINO’ de 1907, concluye, en un estudio que citamos en el libro: Filipino: Origen y Connotación, Manila, 1960, "que es el 60% de los filipinos" de su tiempo "los que tenían al idioma español como su segunda lengua".
    Si añadimos a los 60% los anteriores 10%, tenemos al 70% de la población filipina como usuaria cotidiana del idioma español entre 1890 y 1940.
    Dean C. Worcester, verdugo de la prensa libre en Filipinas
    El dato dado por el abogado Luciano de la Rosa queda corroborado por la declaración jurada del Secretario del Interior y el demandante en aquel escandaloso caso contra el diario "El Renacimiento" , Dean C. Worcester, cuando éste reveló bajo juramento judicial que:
    "El español se habla y se lee a un grado más o menos alto en todos los pueblos; en prácticamente todos los barrios importantes, y, a un grado limitado, en el territorio habitado por las tribus no-cristianas". (Vide: página 86 de "TRIAL TECHNIQUE AND PRACTICE IN COURT" Vol. IV, 3ra Edición, Por el abogado Vicente J. Francisco (fundador del famoso "Francisco Law School"), que contiene el archivo del célebre caso de libelo contra el diario El Renacimiento sobre su editorial "Aves de Rapiña" en 1908.)
    Por otro lado, unos recientes estudios por el Dr. Rafael Rodríguez Ponga señalan, sin embargo, que los filipinos de habla española, al liquidarse la presencia peninsular en este archipiélago, llegaban al catorce (14%) por ciento de la población de la década 1891-1900. Es decir, el 14% de una población de nueve millones (9,000,000), que serían un millón (1,260,000) y dos cientos sesenta mil de filipinos que eran primordialmente de habla hispana. (Vea Cuadernos Hispanoamericanos, enero de 2003).
    El primer genocidio fue verdaderamente sangriento
    El Padre Fray Manuel Arellano Remondo, al informarnos que "la población disminuyó por razón de las guerras", se refiere indudablemente a las víctimas de la Guerra entre la primera República de Filipinas de 1898 y el invasor Estados Unidos de Norteamérica. Esa disminución de la población filipina nos lo señala luego otra fuente, esta vez usense norteamericana, como constituyendo "la sexta parte de la población filipina".
    La fuente norteamericana a la que nos referimos es la del historiador James B. Goodno autor del libro The Philippines: Land of Broken Promises, Nueva York, 1998, cuya página 31 nos suministra esa importante cifra y dato. Si hemos de creer que fue LA SEXTA PARTE de la población filipina la que pereció como víctima de las sangrientas masacres perpetradas por la soldadesca invasora de Estados Unidos entre 1898 y 1902, las bajas de una población total de nueve millones sumarían, de hecho, a un millón y medio (1,500,000). Y, diga lo que se diga, este hecho histórico es evidencia de nada menos que de un genocidio cometido en contra del pueblo filipino que precisamente es de habla española. Si ahora se puede inclusive decir que el español "nunca se habló en Filipinas", ese resultado es la evidencia misma del genocidio perpetrado durante la guerra filipino-usense que se prolongó hasta 1907, ----incluyendo la masiva resistencia armada puesta frente a la invasión militar de Estados Unidos, por parte del segundo presidente y general de la República Filipina de 1898, Macario Sacay y de León.
    El Presidente Macario Sacay asumió el poder tras la captura y arresto domiciliar del Presidente Emilio Aguinaldo. Pero en 1906 Sacay fue engañado, mediante políticos filipinos (que empezaron a creer en la "benevolencia" norteamericana), con una falsa oferta de amnistía y un posible puesto en la proyectada Asamblea Nacional de 1907.
    Tras capturado durante un baile dado en su honor, el Presidente Macario Sacay fue calladamente ahorcado en 1907 de una forma injusta y totalmente criminal en comparación con el caso de José Rizal. ¡Ahorcaron criminalmente al segundo presidente de la República de Filipinas! Pero ningún libro de texto para la enseñanza de la historia filipina denuncia este crimen de la misma forma en que se denuncia el fusilamiento de José Rizal.
    El citado Don Luciano de la Rosa también nos informa que "es de esperar que una enorme proporción de esas bajas sean filipinos de habla hispana ya que eran los de este habla los que mejor entendían los conceptos de independencia y libertad y los que escribieron obras en idioma español sobre dichas ideas"
    El manipulado censo de 1903-05
    Es por eso que es el mismo libro del P. Arellano Remondo el que nos da la siguiente información estadística, para la primera década de los mil nueve cientos (1900s), en los siguientes términos:
    "6o. Población. ---El censo oficial de 1903 obtuvo el siguiente resultado en su conjunto: 7,635,426. Y, de éstos eran civilizados o cristianos unos 7,000,000, y salvajes, o no-cristianos, 647,000". (Página 15, Op. Cit.). Ese mismo censo de 1903 informa que los criolos, luego mestizos de español eran 75,000 o apenas un por ciento (1%) de la población. Se quiso dar a entender que éstos eran los que primordialmente hablaban español. Al decir ‘mestizos de español’ se entiende que el padre es peninsular y la madre es indígena.
    No se contaron como también de habla española a los que eran hijos de matrimonios entre mestizos de español é indígenas que, por cierto, eran más numerosos que los dados 75,000 de mestizos a razón del 50 al 50.
    Tampoco se contaron a los descendientes de los chinos cristianos, muchos de ellos siendo mestizos terciados por ser mezcla de español, indígena y chino, que constituían el grupo más numeroso que tenía al idioma español como su primera lengua.
    Tampoco se clasificaron como de habla española a los indígenas que componían las comunidades de habla criollo, o chabacano, de Cavite y los de Extramuros de Manila, (Ermita, Pacô, Binondo, San Miguel y Quiapo), amén de los de Zamboanga, Cotabato, Davao, Joló y Basilan en Mindanao que muy fácilmente sumaban a otros 500,000. Filipinos de raza española
    En 1916, el ya mencionado escritor, miembro de la Academia Filipina de la Lengua Española y abogado, Don Tirso de Irrureta Goyena hace esta otra observación en su citado libro “Por el Idioma y Cultura Hispanos" (Pp.38 y 39).
    “Hay una minoría de filipinos, descendientes de individuos de raza española que tiene el castellano naturalmente como idioma propio y casi por decir único”.
    “Hay algunas localidades donde filipinos indígenas, de pura raza nativa, como Cavite, San Roque, Caridad, Zamboanga, y aun muchos de los que en Manila y en otras capitales importantes viven, que no poseen asimismo otro idioma que el castellano más ó menos adulterado”.
    “Y, los mestizos de americanos son una minoría microscópica, en muchos de cuyos descendientes, se ve el curioso fenómeno de adoptar el castellano ó alguno de los idiomas nativos, dejando por completo el idioma inglés”.
    Y en otro capítulo de su mismo libro, Don Tirso concluye como sigue:
    "No necesitó del inglés el pueblo filipino para dar el grito de Caloocan y luchar con Bonifacio en Balintawak; ni conocía el idioma de Shakespeare aquella hueste heróica que en los llanos del centro de Luzón hizo frente, con tanta grandeza de corazón como escasez de balas y fusiles, a los ejércitos de Norteamérica dotados de todos los medios de combate y provistos de numerosa artillería.
    "Y el Congreso de Malolos, que promulgó una Constitución para el pueblo entre el silbido de los proyectiles y el estruendo de las bocas de fuego, deliberó en castellano y lo declaró idioma oficial de la República Filipina.
    David P. Barrows o los informes wasp usenses sobre el español frente al inglés.
    En el Octavo Informe Anual (Eight Annual Report) del Sr. Director de Educación, David P. Barrows, fechado 1 de agosto, 1908, (publicado por el Bureau of Printing, 1957, Manila) se encuentran las siguientes observaciones sobre el idioma español:
    "Of the adult population, including persons of mature years and social influence, the number speaking English is relatively small. This class speaks Spanish, and as it is the most prominent and important class of people in the Islands, Spanish continues to be the most important language spoken in political, journalistic and commercial circles." (P.94. Op.Cit.).
    Esta observación señala que la población adulta del país, que incluye a personas de años maduros y de influencia social, "tenía al idioma español como su lengua por lo que el mismo idioma español continuaba siendo la lengua más importante hablada en todos los círculos comerciales, políticos y de prensa".
    Esta observación confirma el dato dado por el abogado Don Luciano de la Rosa sobre el español siendo el segundo idioma del sesenta (60%) por cien de la población total de Filipinas durante las primeras cuatro (4) décadas de 1900.
    Aumentan, en vez, los hispano-parlantes con el inglés
    Lo más curiosamente significativo es que la supuesta alfabetización o escolarización en inglés, dada en las escuelas públicas establecidas por los norteamericanos desde 1900, "tendía a producir a un número mayor de filipinos de habla española y no de habla inglesa". Es por eso que es el mismo Director de Instrucción, Mr. David P. Barrows, el que, alarmado y casi indignadamente, escribe lo que sigue:
    "It is to be noted that with the increased study and use of English, there has been an increased study of Spanish. I think it is a fact that many more people in these islands have a knowledge of Spanish now than they did when the American occupation occurred." (Los subrayados son nuestros.)(p. 96. Op.Cit.).
    Tras pedir más fondos con miras de presupuestar "night schools", o escuelas que también tengan clases nocturnas, por las que se tenía que redoblar la enseñanza é imposición del inglés sobre los niños y adultos filipinos con el objetivo de no dejarles dentro de la influencia del predominante idioma español, dicho Mr. Barrows se pone a asegurar al mundo, y muy a la manera de un autoconsuelo para si mismo y para sus superiores en Washington D.C., que el idioma español, con ciertas medidas tomadas en su contra, tendría que desaparecer a la larga porque los filipinos están lejos de los países de habla española por lo que no podrían tener ningún apoyo por parte de aquellos.
    Afirma Mr. Barrows:
    "Pero, a pesar de estos hechos, a favor suyo, el idioma español va a desaparecer porque carece del apoyo de los países de habla española adyacentes a nosotros…" (p.96, Op. Cit.).
    En esta observación bien puede espigarse la política de los WASP usenses de adrede aislar a Filipinas del mundo hispánico al que pertenece.
    Un verdadero caso por el que abiertamente se prohibe la enseñanza del español, ocurrido en Silay, Negros occidental, en 1914.
    Reproducimos la crónica del caso que habla por si sólo. SILAY, Y EL ESPAÑOL. Página 142, del libro CRÓNICAS VISAYAS Por Iturriaga de Panay, Ciudad de Iloilo, Filipinas, julio de 1914. Escribe el Señor de Panay.
    "Recordarán ustedes que el pueblo de Silay, Negros Occidental, sintiéndose filipino por derecho propio, acordó cultivar y defender el idioma español que modela y define la personalidad nacional de estas Islas, aunque el cobeto se dibuje siempre con sus dialectos propios. Y para tan noble empresa, fundó el pueblo de Silay la primera Escuela de la Lengua Española que registra el amor nacional filipino.
    "Pues bien. Esa Escuela que hace muy poco tiempo empezó a trabajar con un altruismo incomprensible para los científicos modernos de a tanto el kilo de meollo, y que ha sido, y está, siendo objeto de alabanzas, donativos y estímulos generales, resulta ahora, nada menos que amenazada de muerte por el elemento que asi mismo se llama director de la educación escolar filipina, ---bien que ese elemento, por ser oficial, niega la intención del crimen, aunque no puede ocultar sus deseos.
    "El diario de Bacolod, El Atalaya de Negros, (dirigido por D. Aurelio Locsin y Lacson) ha publicado el primer acto de ese drama pasional, que nosotros, sin ser los autores, dedicamos especialmente al Honorable (Rafael) Palma, el mismo que, discurriendo en español, (porque de otro modo discurriría menos que un colchón), aconsejó a los maestros de las Escuelas Públicas (puestas por los WASP usenses con dinero filipino, ggr) que velasen por la enseñanza del idioma inglés, para hacer méritos y obtener medro personal. El argumento es el siguiente:
    "En Silay se ha dicho, hasta en los más apartados bahais (cabañas de bambú y palma de nipa, ggr), que los alumnos de las Escuelas Públicas que asistan en horas libres a la Escuela de Lengua Española, serán expulsados de dichas Escuelas Públicas… Y, naturalmente, la enormidad del dicho provocó de las partes interesadas reclamos y explicaciones".
    “Porque, si por medios indirectos y ventajosos se tira a inutilizar la acción legal, cultísima y patriótica de la Escuela de la Lengua Española de Silay, es evidente la indigestión de español que padecen los que, prometiendo dejar libre a Filipinas antes de nada, le impiden el libérrimo derecho de estudiar el romance castellano, que es, aunque el Honorable (Sr. Secretario de Instrucción) lo disimule, el único en que Palma puede ser útil a su patria.
    En 1913, un secretario de instrucción wasp usense desautoriza al “Centro Escolar de Señoritas de Manla” por seguir utilizando el idioma español como medio de instrucción
    Anterior al caso, en 1914, de la Escuela Española de Silay, Negros Occidental, por el que el Secretario norteramericano de Instrucción Pública, amenazó expulsar de las escuelas públicas a los alumnos que por voluntad propia se apuntaran en unas clases privadas de idioma español, ocurrió el escandaloso caso ”de opresión lingüística” (en 1913) por el que Gilbert Newton, el aludido Secretario WASP usense del “Bureau of Education”, canceló el permiso de “escuela pública” otorgado al Centro Escolar de Señoritas de Manila, por seguir utilizando el castellano como medio de instrucción.
    La carta oficial de Newton W. Gilbert, fechada 16 de junio de 1913, dirigida a la Srta. Librada Avelino, Directora del mencionado Centro Escolar, principia de la siguiente manera: “Asistí la noche del sábado último, durante una hora aproximadamente, a la apertura del curso de su colegio, celebrada en el Grand Opera House, y sufrí una gran decepción al ver que el colegio del que se me había hecho pensar que daba a sus alumnas una enseñanza en inglés principalmente, celebraba en castellano los números de la velada de apertura. Voy a hacer una minuciosa investigación de la clase de trabajo que se cumple en su colegio y a averiguar si los profesores pueden o no explicar bien sus asignaturas en inglés… Si la enseñanza en inglés que se da en su colegio fuese suficiente, como no parecen indicar los resultados de su curso, se habría usted visto precisada a celebrar en inglés los números de su velada inauguaral.. Si ese colegio fuese pequeño y de escasa reputación, el caso no sería tan grave; pero teniendo una escuela de gran importancia y reputación como la que usted regenta, el caso queda muy infortunado..”
    La Srta. Librada Avelino en vez de contestar de inmediato la carta que se le dirigió, convocó una asamblea general de su plantilla de administradoras y profesoras, y mostró la carta de Mr. Gilbert. Además de avisar a su inmediato personal y colegas, informó también a la prensa de Manila y convocó a los padres de sus miles de estudiantas que, a su vez, la apoyaron unánimemente en su uso del castellano como medio de instrucción principal. Doña Librada Avelino, se llegó a decir después, inadvertidamente organizó un plebiscito por la retención del idioma español en Filipinas. Sus colegas, casi todas maestras filipinas formadas en español como ella, indignadas escribieron y firmaron la siguiente resolución dirigida a Mr. Gilbert con copia a todos los periódicos de Manila que, en aquel entonces, estaban todos redactados en español. La referida resolución lee en parte:
    “Por cuanto, los cargos que en la presinserta carta se formulan son completamente infundados, puesto que el colegio, ademas de las claes de enseñanza puramente inglesa, enseña en inglés, pero se ven obligados sus maestros a usar el castellano, después de haber explicado en inglés las lecciones, para beneficio de aquellas alumnas que no comprenden bien este lenguaje norteamericano;
    “Por cuanto, los números del programa inaugural se tuvieron que ejecutar en castellano, menos uno que estuvo en inglés, por la sencilla razón de que el público, que en masa acudió a tal acto, no conoce el inglés, pues es un hecho que muchos de los colegios particulares de Filipinas se ven igualmente precisados a celebrar sus veladas escolares en castellano porque saben que la concurrencia, formada principalmente por los padres de las alumnas, conoce el castellano y no el citado idioma inglés.
    El resultado final de este conflicto es la separación del Centro Escolar de Señoritas de Manila del Departamento Americano de Instrucción Pública. El colegió se incorporó como una fundación privada y de esa manera se vió libre en muchos aspectos de los dictados del mencionado “Bureau of Public Schools”. Pero el encuentro entre la Directora Librada Avelino de este colegio y el mencionado Secretario norteamericano, fue un auténtico escándalo que tuvo un considerable eco en la prensa filipina de aquel tiempo. Entre los más señalados comentarios, presentamos el siguiente.
    “Y aquí, en este país, que unos hombres de habla castellana desubrieron y evangelizaron; en este país que se abrió á la luz de la civilización en el idioma de Castilla; que ha vivido oyendo durante tres cientos años, (que es el doble de la vida de independencia de los Estados Unidos), por diez generaciones enteras, el idioma español; donde sus pensadores, sus revolucionarios, sus guerreros, sus poltícos y sus mártires, han hablado, han escrito y han luchado en español; donde un Rizal, tagalo, escribió sus obras inmortales y despidióse, en el trance supremo de su holocausto, en el idioma de Castilla; donde sus médicos, sus abogados, sus jueces, sus periodistas, sus literatos, sus hombres de ciencia y de cultura, hablan español; donde la Cámara Baja, la representación popular, habla castellano y redacta sus leyes en dicho idioma; en este país, cuyo estado de sumisión y coloniaje dícese que no es indefinido; donde se pregonan á los cuatro vientos las palabras libertad, igualidad, tolerancia, “equal opportunity for al,” (idéntica opurtunidad para todos); donde no se hace más que abominarse, á cada paso, de la supuesta tirania y del supuesto despotismo del antiguo régimen, y se le ha hecho una guerra indigna en periódicos, folletos y libros de texto; en este país, que la nación norte-americana no considera como de su propiedad absoluta, sino como un sagrado fideicomiso, se trata de arrancar por la fuerza, y en el perentorio plazo de veinticinco años, de una generación escasa, el idioma español; de borrar en los corazones filipinos el habla castellana.
    “Porque el español es, según algunos funcionarios conloniales, un idioma latino, inferior, un idioma que incapacita á los que lo hablan para el “self-government”, y el que solo posea el español dentro de diez años, por ese solo y único hecho, por ese horrible delito de no hablar el inglés, se le amenaza con satiarlo por hambre, con aislarlo como un apestado. Y, sin embargo, en los Estados Unidos, en la propia Norte-América, hay miles y decenas de miles de chinos y japoneses, de polacos y de bohemios, de rusos, de alemanes y de italianos que hasta ahora no conocen el inglés.
    “Ya que en Filipinas ha habido un modesto colegio particular que se resiste valientemente á esa imposición del idioma inglés; que no quiere sajonizarse bajo la presión oficial, negándose de un modo gallardo á doblar la rodilla ante la gradas del trono, debemos rendirle, todos los Filipinos amantes de la libertad, ( y creo que lo somos los millones de habitantes de este archipiélago, salvo la denigrante excepción de unos cuantos lacayos), nuestro más respetuoso homenaje; debemos enviar á esas ilustres maestras filipinas el testimonio de nuestra adhesión más ardiente, y prometernos sequir su gallardísimo ejemplo cuanto de meternos el inglés en el cuerpo á viva fuerza se trate.
    “Los idiomas no se imponen con leyes ni con cañones; y á la sajonización avasallante hay que responder con aquella firme serenidad que oponen los alsacianos á Germania y los polacos á Rusia. El imperio de las armas domina los cuerpos, pero no llega á los espíritus, no hay poder en la tierra que pueda forzar á un hombre á hablar contra su voluntad un idioma determinado.
    Como un tremendo recuerdo de tan injusta y violenta persecusión, un educador filipino de origen chino cristiano, Don Mariano Jócson, fundador de la Universidad de Manila, compuso el conocido “Himno Filipino al Idioma Español” cuyas letras, escritas por su sobrino, el poeta Remigio Jócson, son las que siguen:
    “Vibre la lengua divina de Cervantes inmortal
    En la nación filipina, de Burgos y de Rizal.
    Cantemos filipinos, un himno de homenaje
    Al idioma glorioso de nuestra libertad.
    Que retumbó en nuestros valles
    Y en las selvas ignotas,
    Triunfe su ritmo sonoro con rumor de tempestad,
    Noble lengua del decoro del amor y la verdad.
    ·- ·-· -······-·
    Guillermo Gómez Riverar


    http://www.arbil.org/119fili.htm


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  1. 07/06/2011, 13:44

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