No creo que fuera comparable al 36, básicamente porque entonces no había un Frente Popular, ni el Parlamento estaba dividido.
Hacia 1980, lo que había era un sistema parlamentario penoso y endeble y frente a él, la amenaza velada de una intervención militar.
Esos serían los dos bandos en liza.
De hecho, la frase tópica entonces de los demócratas era la de que unos y otros querían "desestabilizar la democracia" . "Unos": ETA y GRAPO y "otros" "el bunker", los militares y la extrema derecha, o sea, (los defensores de la unidad católica, para entendernos aquí)

Lo que sí había era una sensación grandísima de falta de autoridad, y de pasteleo entre políticos (con el agravante de ser, la mayoría de ellos, tránsfugas del Regimen) a costa de lo que se venía considerando como intocable; la unidad nacional en entredicho con la aparición de las autonomías, la falta absoluta de orden público, las huelgas, la crisis económica espantosa, la aparición del radicalismo callejero vasco (inexistente con Franco y fomentado indirectamente por la cobardía del gobierno central), los atentados terroristas de ETA, sobre todo entre 1977 y 1980 con cientos de muertos cada año, la debilidad diplomática, las capturas de barcos pesqueros por Marruecos, gente de la OUA investigando in situ sobre si en las Canarias había o no negros; el MPAAIAC canario de Antonio Cubillo, atentados del GRAPO; la vuelta de exiliados con el puño en alto; la aparición de banderas (y propaganda) separatistas donde antes solo había existido la española, etc.

Todo ese caos era considerado por muchísimos españoles, inclusive militares como intolerable, y un fruto de la "democracia".
Ello produjo un cierto rebrote de patriotismo hacia 1979, provocando que Blas Piñar obtuviera un escaño por Madrid.
A ello contribuían El Alcazar y El Imparcial, periódicos de tono catastrofista y apologistas de la intervención militar.