Re: El día que se perdió España

Iniciado por
Valmadian
Vamos a ver Audax, unas consideraciones:
1.- Empiece a redactar correctamente, respete usted nuestra lengua, no hay forma de leer un mensaje de usted sin que resulte un atentado a la gramática y la ortografía. Usted dirá que no le importa, pero a mi sí. Y no me venga con el cuento de que no lea, porque mi derecho a leer lo que considere oportuno es mío y solamente mío, ¿queda claro?
2.- Deje usted de soltar barbaridades relacionadas con el Catolicismo, ejemplo de los cuales son esas expresiones suyas de equipararlo con el Islam. No tiene usted ni una idea coherente sobre lo que escribe al respecto.
3.- Es usted cansina hasta la extenuación con este tema que ya aburre y hiede. Deje de repetir lo que dice su texto dogmático que ha adoptado. ¿Cree usted que los demás estamos tragándonos sus especulaciones sin sentido sólo porque las dice un heterodoxo y usted las reproduce aquí? Le garantizo que los textos que manejo en mis clases son muy superiores al que a usted mantiene en una obnubilación perpetua. Casi da hasta apuro iniciar cualquier posible tema relacionado con esta etapa de nuestra historia, o con la del Islam, por temor a que nos salga el señor o señora, o lo que sea usted, en plan censor.
En mi opinión ya ha agotado usted todas sus opciones con un tema que aburre. Saludos.
Es que usted ya ha afirmado que responderá a cualquier tema que trate sobre esta época, y no me haga perder mi tiempo buscándolo en el marasmo de mensajes al respecto que ha colgado en varios hilos. Esa es la justificación de ese comentario mío. Si a usted le gusta el tema, a mi y a otros también, pero lo que usted hace es "reventar" cualquier argumentación a base de especulaciones subjetivas sobre el tiempo de expansión del Islam, ¿tiene usted alguna noción de matemáticas? y ¿qué sabe usted de etnohistoria? La expansión musulmana está sobradamente documentada, usted podrá reproducir y reproducir ese texto que tanto le gusta, pero eso no le dará la razón, particularmente porque el número de investigadores que sostienen las tesis admitidas representan una apullante mayoría en todos los campos historiográficos y ni "su" autor ni usted están en condiciones de descalificarlos como si fueran lerdos, es decir, incurrre usted en falacias inadmisibles.
Y déjese de sentimientos personales que yo no he hecho mención alguna al respecto. Si, en cambio, lo repito, ya está bien de sus prejuicios contra los católicos, no sólo lo que dice es absurdo y falso sino que además demuestra no saber de qué habla y adopta un tono paternalista. Y, más de lo mismo, redacte usted bien.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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