No soy un experto en el tema, pero basta con escuchar el propio himno actual de Holanda,
el Wilhelmus, para darse cuenta de que efectivamente no fue más que una guerra de religión y que de no haber habido protestantismo los holandeses habrían estado satisfechos con la corona española.
Algunos versos de dicho himno, que data de la propia época de Guillermo de Orange, dicen así:
(...)
al Rey de España
siempre le he honrado.
Y especialmente su última estrofa, que no suele ser cantada ya que el himno es muy largo, lo deja bien claro:
Voor God wil ik belijden
en zijne grote macht,
dat ik tot gene tijden
de Koning heb veracht,
dan dat ik God de Here,
de hoogste Majesteit,
heb moeten obediëren
in de gerechtigheid.
(que viene a significar: Ante Dios, lo confieso/ y ante su omnipotencia,/ que nunca jamás/ he despreciado al Rey [de España],/ pero a Dios nuestro Señor,/ la más alta majestad,/ debo primero obediencia/ por justicia.)
Queda claro pues que era un problema más religioso que político y se debió a que Felipe II, como el mismo dijo, no quiso ser rey de herejes.
Por cierto, que un holandés católico y leal al rey,
Gerards, fue quien dio muerte a Guillermo de Orange. Cuando sus captores le llamaron traidor respondió «No soy un traidor, soy un sirviente leal de mi señor». «¿Qué señor?»-le preguntaron. «De mi amo y señor, el rey de España».
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