Así es Como se Gestó y Sostuvo el Imperio Español.

Año 1601








PANORAMA INTERNACIONAL EN 1.601:
Prosiguen los viejos conflictos en Europa. Los Habsburgo alemanes siguen combatiendo contra los turcos que amenaza penetrar en su casa: Austria donde se suceden las revueltas protestantes (serán sofocadas en 1.602)
Tras 13 años de conflictos, larvados o abiertos se firma la paz (17 enero) entre Francia y Saboya.
El tratado franco-saboyano supone, en la práctica, la desaparición del llamado CAMINO ESPAÑOL entre Milán y el Franco-Condado. Ahora España necesita abrir una nueva vía hacia Flandes a través de territorios suizos. El tratado permite a la república teocrática-calvinista de Ginebra, tierra de asilo para los anticatólicos, una frontera con Francia.


El nuevo Camino (pasa por Vachiavenna, el Alto Lario, los valles de la Valtelina, Engadina y lago Como. Hay tres pasos de montaña principales: Zernetz, Fraele y Spluga). Esta nueva ruta permite a la vez ir a Flandes y Alemania, pero supone un extraordinario rodeo para las fuerzas españoles.


Pese a todo España no considera que sea una ruta peor, es más segura y aumenta su control sobre Italia al perder los franceses la base de Saluzzo y pequeños estados italianos como el ducado de Toscana buscan acercarse a Valladolid (donde se ha trasladado la corte).
Lo malo es que la situación geopolítica ha cambiado y Saboya ya no podrá ser neutral en caso de conflicto España-Francia.


Respecto a Inglaterra la política de Felipe III no cambia, se apoya la sublevación de los católicos de Irlanda.


Una embajada persa parte desde el oriente del imperio español llegando el 13 agosto a Valladolid en 1.602 tras constatarse los deseos del sha Abbas I de debilitar al enemigo turco común. Más tarde se enviarán dos embajadas españolas a Irán.






INCURSIÓN INGLESA EN EL ISTMO DE PANAMÁ.
El Caribe empieza a recibir, cada vez con más frecuencia, la indeseada visita de buques ingleses y holandeses que desatan acciones piratas desde la isla de Santa Lucía (al sur de Martinica) y base ideal para hostigar el tráfico mercantil que llega desde la Península Ibérica.


Y a la amenaza pirata hay que sumar las desgracias civiles, como los fuertes temporales (cerca de Veracruz se perderán 14 naves con más de 1.000 hombres).

Los ingleses de William Parker, tras ser rechazados en la isla de Cozumel (a 50 kms. del actual Cancún) saquean la isla de Cubagua, pero pierden 30 hombres y se retiran a Margarita, los vientos contrarios les impiden progresar hacia el oeste y deciden atacar Portobelo, en la costa caribeña de Panamá (a 30 kms. actual Colón), que es el principal puerto de esa costa.
Aunque Parker sabe que Portobelo goza de nuevas fortificaciones (terminadas en 1600) y una guarnición (al mando del gobernador Pedro Meléndez), pero Parker cuenta con dos galeones (Prudence como nave capitana y elPeral de 60 toneladas, dos pinazas de 20 toneladas cada una, dos lanchas y tres buques menores capturados anteriormente)
Cuando llega ante la villa (7 noviembre) con 400 hombres hace ya dos días que ha partido hacia España una flotilla.
Antes de entrar en la bahía, Parker envía de noche una chalupa al puerto y al pasar ante el fuerte de San Felipe obliga a unos prisioneros españoles a hacerse pasar por mercaderes que navegan hacia Cartagena de Indias. El truco tiene éxito y consiguen permiso para anclar en la rada, ante el pequeño castillo de Santiago.
En la oscuridad desembarcan 200 hombres, saquean todo lo que encuentran hasta llegar a Portobelo. En ese momento otros 150 ingleses penetran en la rada prendiendo fuego a todas las casas que encuentran.
Hay una feroz resistencia ante un número de atacantes superior. Los ingleses llevan 40 horas saqueando, logran conquistar la casa del gobernador que es herido varias veces en la lucha, ya cuerpo a cuerpo. Pero ante la superioridad inglesa deben retirarse a la casa del tesoro.
Pero los ingleses se convencen que su ataque no va a dar ya ningún fruto y al llegar refuerzos españoles se reembarcan (9 noviembre). Serán perseguidos por los españoles que les causan más bajas, hiriendo al propio Parker, pero logran escapardejando 40 bajas entre los atacantes por 5 españoles muertos y 22 heridos, el botín es prácticamente nulo.




INCURSIONES EN LAS FRONTERAS DE NUEVA ESPAÑA.
Una expedición de 75 soldados, 10 frailes y unos 50 colonos españoles, junto 150 guerreros y auxiliares indios, con 300 mulas y caballos, al mando de Juan de Oñate se adentran en las grandes praderas al este del actual Nuevo México.
Sufren varios pequeños asaltos de apaches atraviesan el Colorado y se topan con los indios kaw, tribu de unos 5.000 dedicados a la caza del bisonte que viven seminómadamente en unos 600 tipis. Los kaw están en guerra con otra tribu (los rayados), también de la gran tribu wichita situados cerca del río Arkansas.
Los kaw engañan a los españoles que les ofrecen ayuda para derrotar a los rayados, pero los kaw los rodearán (unos 1.500 guerreros) y tratarán de eliminarlos. Tras dos horas de batalla han caído 50 españoles y unos 300 indios. Aunque no son exterminados las bajas tan elevadas imposibilitan la expedicón que está acabada allí mismo, deben volve al sur, llegando a San Gabriel (México) el 24 de diciembre, tras pasar más de 6 meses en territorio indio.




MÉXICO, 14 diciembre, en TOPIA:
Los indios acaxees habitaban los actuales Sinaloa y Durango y están rebelados contra la dominación española desde 1591, pero es en 1601 cuando estalla una violenta revuelta general, dirigidos por el chamán que los españoles llamarán Perico, además la sublevación de los acaxees coinciden con la que efectúan los indiso guachiles (actualmente Jalisco, San Luis de Potosí y Zacatecas) guiados por una hechiceea de Tlaxcalilla que dice representar a los antiguos dioses.


Los indios sobaibos, uno de los más belicosos asalta (14 diciembre) sorpresivamente, de noche, el pueblo de Topia y matan más de 20 españoles, durante los meses siguientes asolaran la zona, matarán otros 50 españoles, destruirán más de 30 iglesias y arrasaran los asentamientos mineros (zona Durango).
La zona montañosa con sierras cubiertas de bosques permite una fácil ocultación en sus grandes cañadas y quebradas y las persecuciones españolas son infructuosas. Tras el fracaso de un intento pacífio para acabar con la revuelta (Alfonso Martínez, obispo Guadalajara) se efectúa una acción militar de pacificación.
El capitán español Francisco de Urdiñola con 60 soldados e indios aliados (tepehuánes y conchos) conseguirá la pacificación.
Al mismo tiempo los acaxees son atacados por sus acérrimos enemigos los xiximes (o chichimecas) y no podrán defenderse de los españoles y las tribus enemigas siendo vencidos.
Tras la pacificación (1604) el jesuíta Andrés Pérez empezará la cristianización en la zona convirtiendo a unos 10.000 indios ahomed y suaquid del norte de Sinaloa.






ATAQUE HOLANDÉS A LA CHINA DE FELIPE III:
Desgajado de la flota de Olivier van Noort, llega a la isla de Tidore el filibote holandés Trouw con apenas 25 supervivientes de los ataques a los asentamientos españoles en las costas del Pacífico, pero en la isla serán hechos prisioneros por la guarnición del Gobernador Rui González de Sequera y enviados a Goa.
Otros dos filibusteros llegan en junio a Ternate pero son rechazados. Son dos barcos de la flota de 6 buques y 600 hombres de Jacob Corneliszoon van Neck que en mayo intentaron conquistar Hitoe siendo repelidos con fuertes pérdidas.


Con los dos barcos reincorporados, la flota de Neck continúa hacia Macao, que presumen es una plaza mal defendida. Desde 1556 que la ocuparon los portugueses es un puerto estratégico (ruta comercial Malaca y Japón, además de base de operaciones para comerciar con China, especialmente con Cantón) también es la puerta de entrada del cristianismo en el imperio chino.
En la plaza hay medio millar de peninsulares y una importante población católica malaya e india y misioneros: franciscanos, agustinos y dominicos españoles.


El 8 de agosto aparece al completo la flota holandesa ante Macao donde, aprovechando la sorpresa capturan un mercante portugués en el muelle. Envalentonados ante lo que parece una fácil conquista deciden desembarcar unos 400 hombres en la costa. Mala decisiión, porque los apenas 200 defensores (contando religiosos y marinos españoles que están comerciando en el puerto) recuperados de la sorpresa se reorganizan y contraatacan causando unas 20 bajas antes de que los desembarcados se hayan organizado y avanzado hacia el puerto.
Los holandeses reembarcan dirección Malaca dejando en llamas la iglesia de Sao Paulo pero también 15 prisioneros.
Durante todo el tiempo en que Portugal pertenece al Imperio Español, Macao no pagará ningún tributo a China, y las autoridades chinas no permitiran a los holandesescomerciar con ellos, será a partir de 1670 cuando Portugal se independiza que empezará a pagar tributo a China por su presencia.






SUBLEVACIÓN EN LAS FILIPINAS.
La revuelta de Magalat, cacique filipino puesto en libertad gracias a los dominicos y que tantas muertes a nativos ha causado junto con su hermano en la zona, hace ya cinco años que se cree pacificada por Pedro Chaves. Pero no es del todo cierto, en 1601 se extiende a las zonas contiguas y ahora son los igorrotes los que se rebelan ante la cristianización y atacando a los colonos españoles de las actuales Cordillera Central, Carballo y Sierra Madre (Luzón).
Las tribus igorrotes: ibaloyes, kankanaeyos, ilocos, ifugaos, apayaos, kalingas y bontoses, son todas cortadoras de cabezas.


Es enviado el capitán Mateo de Aranda a sofocar la revuelta, cuenta con solo 50 hombres armados, un pequeño destacamento mixto de españoles y filipinos que se adentran en las espesuras de la cerrada sierra para acabar con la revuelta.
Tras varias semanas buscando los escondites de los guerreros indígenas, consiguen derrotar (27 noviembre) una partida de 200 revoltosos, causándoles unas 100 bajas, lo que hace que remitan en sus ataques y a final de año puede darse la zona por pacificada de los feroces ataques de Igorot.






ENFRENTAMIENTO NAVAL EN AGUAS INDONESIAS.
En abril zarpan desde Goa hacia el este, al mando de André Furtado de Mendoça 4 galeones, una galera, 18 fustas con 1.000 marineros y soldados del virrey de la India y 1.500 hindúes de la zona de Malabar con el objeto de destruir los recientes asentamientos holandeses en Ambon y en las islas de Banda, (diez islas a 2.000 kms. Al este de Java).


En mayo un gran temporal separa la flota a la altura de Ceylán y hace naufragar además algunas fustas. De hecho sólo los galeones y una fusta (unos 600 hombres) logran alcanzar el 8 junio la costa de Aceh y anclar, finalmente, en Malaca el 25 de agosto.
Allí se juntarán 6 galeones, 2 galeotas, 2 fustas, y 8 lanchas a remo, vuelven a zarpar (3 diciembre) hacia la isla de Panaitan (estrecho entre Java y Sumatra) donde llegan dos semanas después.
En la isla, el 20 diciembre se les juntan otros 8 navíos del sultán aliado de Pandeglang (extremo más occidental de la isla de Sumatra y controlador del tráfico naval en el estrecho de Sunda).


La flotilla avista al día siguiente a los buques holandeses Midelburg y Zon, pero son más rápidos y maniobrables y consiguen darse a la fuga avisando al resto de holandeses.
Al amanecer de la Navidad, una armada de 5 filibotes (similres a los galeotes españoles, pero de cubierta más estrecha y mástil más alto, son más rápidos) holandeses, al mando de Wolfert Harmenszoon es avistada por los españoles.
Al ser descubiertos, los holandeses, ordenan el ataque. El combate es breve y esquivo porque los holandeses sufren certeros disparos en su buque que queda desarbolado en su trinquete, tienen más de 20 bajas y su cubierta está muy dañada.
Tras apenas una hora de combate se dan a la fuga derrotados cuando llega al teatro de la batalla Furtado con el resto de la armada. Los españoles se alinean y ordenan el ataque pero los holandeses logran mantenerse a 2 millas de distancia por su mayor velocidad. Furtado sabe que no puede alcanzarlos por lo que envía a André Rodríguez a la isla de Pandjang con una galeota, una fusta y cuatro lanchas que desde allí consiguen aprximarse a los holandeses a los que intentan abordar (27 diciembre).
Tras una salva de cañonazos se le aferran, abordan y suben a la cubierta holandesa donde empieza una feroz lucha cuerpo a cuerpo, pero ante la inferioridad numérica los españoles no pueden mantener el espíritu atacante y son rechazados.
Mientras otro grupo similar al mando de Francisco de Sousa ha atacado al Utrech por popa, pero tampoco consigue reducirlos.
Otro intento de aproximación se hace al día siguiente (28 diciembre) por la noche cuando dos brulotes intentan incendiar los barcos holandeses.
Pese a los fallidos ataques españoles los holandeses están agotados y no tienen intención de proseguir con los combates y tras cuatro días de lucha huyen (29 diciembre) de la zona hacia el oeste.
Sin posibilidad de alcanzarlos, Furtado se limita a perseguirlos de lejos verificando su huída definitiva.






CHILE.
Desde Chile se pide, insistentemente, ayuda militar a la Corte española ante la sublevación mapuche.
En mayo, Francisco del Campo ha decidido el traslado de los colonos de Osorno a Castro donde concentra todos los pobladores de la isla de Chiloé. Mientras reúne embarcaciones para cruzar a la isla. Un erro le cuesta la vida. Con 55 soldados ha llegado para preparar la evacuación de los colonos, mientras sus soldados buscan piraguas para cruzar el brazo de mar, Campo se queda en su campamento con unos pocos soldados, momento que aprovecha el mestizo, desertor, Lorenzo Baquero, para atacarlo con unos 800 indios.
Repentinamente los jinetes indios lanzan una lluvia de flechas y lanzas cargando contra el campamento español, sin apenas guarnición y al que arrasan tras una encarnizada y breve lucha de media hora.
Cuando los soldados alertados por los disparos regresan, ya es tarde, y aunque los indios huyen los hombres del campamento están muertos. Se arrojan los cadáveres al mar, atados con piedras para que los indios no puedan usar las cabezas como trofeos y se da por finalizada la misión.


En noviembre, hay unos 1.200 soldados españoles en Chile y el nuevo capitán general: Alonso de Ribera parte hacia el sur. Catorce días después (3 diciembre) llega a Concepción y construye el fuerte de Talcahuano para proteger la costa y otro fuerte en la orilla sur del río Lonquén asegurando las comunicaciones en la zona.


Desde Concepción han zarpado (9 septiembre) el buque La Pintadilla y la fragata de Francisco de Rosa rumbo a Valdivia, llevan 200 soldados. Tras anclar en Valdivia marchan los soldados a Osorno y a Chiloé, encontrándose en Carelmapu con el capitán Peraza, que desde Castro viene marchando hacia Osorno con unos 180 hombres.


En diciembre los españoles han cruzado el río Bueno hacia el norte, desapareciendo, de facto, el corregimiento español de Chiloé.






LA INVASIÓN ESPAÑOLA DE IRLANDA.
Desde inicios de año recrudecen las tensiones anglo-españolas a lo que no es ajeno el fracaso, en Londres, de una sublevación (8 febrero) contra Elizabeth I, dirigida por el Conde de Essex que será ejecutado (25 marzo) tras ser acusado de querer instaurar en el trono inglés a una infanta española.


La rebelión en el Ulster, desde 1594 (guerra de los 9 años) está apunto de ser aplastada por Londres. Por lo que, incluso ingleses como William Parker, V barón de Monteagle, apoyan para convencer a la corte española para que invada Inglaterra en socorro de los irlandeses.
La última esperanza de los rebeldes es que España se implique más en el conflicto y les envíe tropas.
En 1601 la monarquía española ha virado su política y apoya, decididamente a los católicos irlandeses, y se piensa enviar una expedición militar a Irlanda aunque en la corte hay opositores a tal medida.


En julio tropas inglesas desembarcan en Derry para atacar a los irlandeses. Cuando la noticia llega a España se decide la invasión y se da la orden (8 agosto) de empezar la operación contra Inglaterra enviándose tropas de socorro a Irlanda.
Pertrechadas las tropas zarpan desde Lisboa (2 septiembre) hacia irlanda. Son 20 naves y 13 urcas al mando de los almirantes Diego Brochero y Pedro de Zubiaur, con 4.430 infantes (tercio de la Armada del Mar Oceáno) al mando de Feranndo Girón de Salcedo. El mando supremo de la expedición lo detenta Juan de Águila.
Los soldados embarcados son menos de los 6.000 que los irlandeses consideran mínimo imprescindible para un desembarco con éxito.
Desgraciadamente, una vez más, el mal tiempo se enfrenta a la invasión española. Fuertes vientos contraros evitan que la flota llegue a la costa irlandesa en cuatro semanas. Por fin llegan el 27 septiembre, frente a Brest, a la entrada sur del Canal de la Mancha.
Para mayor desgrcia el día siguiente (28 septiembre) se desata un fuerte temporal nocturno que separa los navíos de la flota, quedan separados 2 galeones (uno la capitana) y 7 urcas. Son más de 1.100 soldados que pierden el contacto con la expedición. Otras naos con 550 infantes aunque separados logran desembarcar en Baltimore.
Azotados por otra gran tormenta y vientos desfavorables, el reto de la flota, intenta entrar (2 octubre) de noche en la bahía de Cork, fuertemente guarnecida por ingleses y la tempestad vuelve a separar 2 galeones y 6 buques menores.
Pese a los contratiempos Águila ordena los preparativos para desembarcar a la mañana siguiente (3 octubre) en el pequeño puerto de Kinsale. Ante la llegada de españoles la reducida guarnición huye a Cork.
Sólo han pasado 10 años desde el fallido intento de invasión de Inglaterra por Felipe II y otro ejército español vuelve a intentarlo.
Las malas noticias para los españoles continúan, nada más desembarcar se enteran los españoles que varios cabecillas irlandeses han sido capturados por los ingleses y varios clanes han jurado luchar contra los españoles.


Entre tanto, Águila ha desembarcado 2.500 españoles, pero el almirante Brochero tiene que regresar a España (4 octubre) y el otro grupo naval, al mando de Zubiaur, aún sigue intentando el desembarco de las tropas que lleva. Los vientos le son desfavorables durante cinco días más y tendrá que volver a España, llegando el 22 de octubre a Ferrol, para colmo de males transporta la mayoría de las municiones de Águila y sus tropas que están a más de 1.000 kms.


Al ver el desembarco español, el líder rebelde Donell Cam O'Sullivan llevará 2.000 hombres, mil armados, para bloquear una posible llegada de tropas inglesas, pero Águila sospecha de O'Sullivan que ya ha jurado, en varias ocasiones, lealtad a los ingleses.


El 31 de octubre se unen a los españoles unos 900 irlandeses junto al río Bandon y construyen dos fortines exteriores al conocer que unos 7.000 ingleses al mando de George Carew han acampado (26 octubre) en Coolcarron, al norte de Kinsale.
Ahora la cabeza de puente española está, técnicamente, bloqueada por tierra, mientras que por mar una escuadra, al mando de Richard Levison acaba de bloquear la bahía aprovechando la partida de los buques españoles de Brochero.
Las perspectivas para los españoles son muy oscuras. Pero aún empeoran cuando en la primera semana de noviembre llegan refuerzos ingleses, 1.000 infantes y 100 jinetes.
Los ingleses deciden atacar, tras hacer una brecha en los muros con una mina, 2.000 ingleses asaltan y ocupan (10 noviembre) Dún Rí Shéamuis, uno de los baluartes españoles exteriores aunque pagan un alto precio, más de 200 muertos ingleses.
Cuando el otro fuerte, defendido por 150 españoles, es también tomado (12 noviembre) los españoles carecerán de posible salida a la bahía, bloqueada además por la escuadra inglesa.
La posición de Águila es insostenible de no recibir refuerzos.
Pero por una vez la ayuda llega desde el cielo, una gran tormenta, con fuertes vientos y abundante lluvia con olas muy violentas originan inundaciones y corrimientos de tierras en las obras de asedio inglesas.
Los españoles aprovecharán el deterioro en dichas fortificaciones para hacer una salida (12 diciembre) contra los sitiadores.
Unos 2.000 soldados destruyen las obras de los sitiadores a costa de un centenar de bajas pero los españoles causan más de 700 bajas e inutilizan más de 20 de sus cañones. Una victoria parcial que eleva la moral española.
Pero la alegría durará poco, una semana después los ingleses reciben refuerzos (18 diciembre) con 6.000 nuevos soldados y 500 jinetes, la suerte está echada.