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Tema: Serie : La Persecución Religiosa en la España del XX

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    Re: Serie : La Persecución Religiosa en la España del XX

    3ª Parte : LA PERSECUCIÓN DURANTE LA "DEMOCRÁTICA" II REPÚBLICA (1.931-36)

    La persecución religiosa coincide temporalmente con la vigencia de un régimen político el conocido como la II República.
    Pero para comprender bien el contexto de la persecución realizada hay que tener en cuenta que en el período comprendido entre 1931 y 1939 se sucedieron CINCO Repúblicas diferentes.

    I República.
    Fue fruto de un auténtico GOLPE DE ESTADO aunque camuflado por la inoperancia del gobierno claudicante.
    Independientemente de los pucherazos y del resultado, y aunque se las quiera vender hoy (por los "legalistas y demócratas") con un carácter plebiscitario, eran unas ELECCIONES MUNICIPALES (12 abril 1931) que CARECEN, POR NATURALEZA, DE LEGITIMIDAD NI CAPACIDAD PARA DETERMINAR CAMBIOS CONSTITUCIONALES y en las que fueron decisivas las presiones del COMITÉ REVOLUCIONARIO que actuaba desde meses antes y que dirigió, al día siguiente, un manifiesto junto con manifestaciones y algaradas callejeras.

    En la entrevista de Romanones con Alcalá Zamora, presidente de dicho Comité, éste se negó a aceptar ningún acuerdo y sólo se avino a conceder un plazo para que el monarca (Alfonso XIII) saliera de Madrid, transcurrido el cual NO RESPONDÍA de su seguridad. El rey se dio por enterado de la amenaza y se largó.

    II República:
    Iniciada con la victoria electoral del centro-derecha (noviembre 1933) que en respuesta a la misma recibió un fracasado GOLPE DE ESTADO DE LAS IZQUIERDAS (octubre 1934), iniciativa que republicanos como Salvador de Madariaga reconoce que despoja a dicha facción política de cualquier autoridad moral para condenar la sublevación de 1936.

    La Revolución de 1934 es una prueba más de que, sobre todo para Azaña y los socialistas, NO SE ADMITÍA UNA REPÚBLICA SI GOBERNABAN TENDENCIAS POLÍTICAS DIFERENTES, EN LA PRÁCTICA SE NEGABA EL DERECHO A LA EXISTENCIA POLÍTICA DE QUIENES NO SEGUÍAN SUS MUY DEMOCRÁTICOS POSTULADOS.


    III República:
    Desde febrero de 1936 el Frente Popular se atribuye el triunfo electoral e inicia un proceso de ocupación del poder que pasa por el redondeo de la mayoría en la Comisión de Actas y culmina con LA ILEGAL DESTITUCIÓN DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA ALCALÁ ZAMORA que es sustituído por Azaña.

    Entre febrero y julio hay un desmantelamiento del estado de derecho con manifestaciones como:
    - la amnistía otorgada por decreto-ley,
    - la obligación de readmitir a los despedidos por participar en actos violentos político-sociales desde el 1 de enero 1934.
    - restablecimiento al frente de la Generalitat de Cataluña a los protagonistas del golpe de secesión de 1934.
    - expropiaciones anticonstitucionales.
    - retorno a las arbitrariedades de los jurados mixtos,
    - coacciones al poder judicial, ... etc. etc.

    EL BALANCE DE SEIS AÑOS DE REPÚBLICA es deplorable:
    - innumerables incendios de iglesias y conventos.
    - innumerables incendios de bibliotecas, escuelas y obras de arte.
    - una constitución que el propio Alcalá Zamora define como invitación a la Guerra Civil.
    - leyes como la de Defensa de la República,
    - leyes como la de Vagos y Maleantes (mucho se critica la de Franco, pero de esta ni mutis) por obra y gracia de la cual se convertían en ordinarias las situaciones excepcionales y permitían la reiteración de la censura,
    - cierre de periódicos,
    - detenciones arbitrarias,
    - eliminación de la educación de iniciativa religiosa perjudicando, directamente, a cientos de miles de alumnos.
    - concesión del derecho de autonomía a las regiones, usando el caso de Cataluña para socavar la legalidad y sublevarse contra ella,
    - deterioro enorme de las condiciones de vida (aumento de muertes por hambre) volviendo a índices de inicio de siglo.
    - brutalidad policial, ejemplo en Casas Viejas donde el Gobierno ordenó no hacer prisioneros.
    - aumento espectacular de la delicuencia y deterioro a límites insostenibles del orden público con huelgas, incendios, saqueos, atentados, explosiones, intentonas revolucionarias, ...

    En muy pocos años al República provocó un número de muertes de obreros desconocido hasta entonces, superior a todo el período de la Restauración. Etc. etc.

    IV República
    Es dudoso que podamos hablar correctamente de República desde el 18 julio 1936, de hacerlo así, sería un régimen de naturaleza totalmente diferente al delimitado por la Constitución de 1931 pues en las zonas leales al Gobierno se produjo una REVOLUCIÓN MARXISTA de socialistas, anarquistas y comunistas, grupos que a su vez iniciarían una pugna (auténtica y literal guerra) entre ellos y con los separatistas por la hegemonía que desembocó, gracias al apoyo externo soviético, en el predominio del partido más reciente y minoritario: el comunista de obediencia soviética aunque para ello, entre otras cosas, tuvo que eliminar a tiro limpio al POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) y cuyo dirigente fue "interrogado" por la GRU soviética en España (despellejado vivo, degollado y decapitado)

    V República
    Aquella en que su Presidente: Largo Caballero, (el Lenin español) se veía obligado a precisar (en una carta) nada menos que a Stalin que "cualquiera que sea la suerte que el porvenir reserva a la institución parlamentaria, ésta no goza entre nosotros, ni aún entre los republicanos, de defensores entusiastas" (Carte del 6 de enero de 1937 citada por Ricardo de la Cierva e Historia Actualizada de la II República y la Guerra de España, 1931-1939, Fénix, Madrid, 2003, pgs. 647-651)

    República cada vez más dependiente de la URSS cuya preponderancia se manifestaba en todos los aspectos: la política general, la prensa, la organización del terror, el Ejército Popular (sujeto al comisariado político extranjero y vigilado por la Misión Militar Soviética), la Hacienda pública totalmente fiscalizada desde [B]Moscú a dónde se enviaron las reservas de oro del Banco de España y los BIENES PARTICULARES DEPREDADOS Y SAQUEADOS en domicilios, cajas de seguridad de los bancos, etc. por los revolucionarios o por la PROPIA INTERVENCIÓN ESTATAL[/B] (si es que había alguna diferencia).

    En todos y cada uno de esos CINCO PERÍODOS TUVO LUGAR UNA PERSECUCIÓN RELIGIOSA DE CARACTERÍSTICAS AUTÉNTICAMENTE GENOCIDAS, pues se trataba de conseguir (como define el diccionario de la RAE) EL EXTERMINIO O ELIMINACIÓN SISTEMÁTICA DE UN GRUPO SOCIAL, POR MOTIVO DE RAZA, ETNIA, RELIGIÓN, POLÍTICA O NACIONALIDAD (por muy camuflado de acciones espontáneas que quieran vendernos ahora).

    PRIMERA ETAPA : BIENIO REPUBLICANO - SOCIALISTA.
    En los inicios de la República la cuestión religiosa estaba ausente. Alcalá Zamora (ex ministro de Alfonso XIII) había ofrecido una República conservadora bajo el patrocinio de San Vicente Ferrer y la jerarquía había aceptado el nuevo régimen por EXPRESAS INSTRUCCIONES DE ROMA al nuncio Tedeschini que se mantuvo en Madrid con el aval y reconocimiento de los dirigentes republicanos como Zamora y Miguel Maura.

    Pero las fuerzas que llevaban el timón de la República necesitaban sacar la cuestión religiosa para conseguir sus viejas reivindicaciones laicistas, tenían el plan, arrastrado durante años, de DESTERRAR A LA IGLESIA CATÓLICA de toda presencia social e instaurar un laicismo militar y rabiosamente anticatólico.

    La frase del masón Azaña en las Cortes: "España ha dejado de ser católica" era la expresión explícita de un deseo más que una constatación sociológica.

    El 10 de mayo había tenido lugar en Madrid la apertura, legal, del Círculo Monárquico Independiente, los vivas lanzados al aire en las calles contiguas degeneraron en altercados callejeros, demostrando, otra vez, que el nuevo régimen no estaba dispuesto a permitir que la oposición se organizara cara a las próximas elecciones.

    Al día siguiente, (11 mayo 1931) una comisión presidida por Rada (héroe nacional del vuelo del Plus Ultra) de filiación anarquista se presentó al Gobierno a pedir responsabilidades por los hechos. Y esa misma mañana comenzaron los incendios en el templo y residencia de los jesuítas de la c/ Flor (junto a la Gran Vía madrileña), continuaron toda la mañana en el convento de las Bernardas (Vallecas), la iglesia de Santa Teresa (Pza España), y en el Instituto Católico de Artes e Industrias de los jesuítas (c/ Alberto Aguilera).
    En el convento de las Trinitarias los facinerosos se contentaron con hacer salir a las corrigendas; en el del Beato Orozco y en el Oratorio del Caballero de Gracia se dejan persuadir por la oratoria de algunos espontáneos, también molestan a varias casas religiosas más de las que se alejan tras aterrorizar a sus moradores.

    Por la tarde se reanudan los incendios en Cuatro Caminos y Chamartín: Colegio de los Hermanos de la Doctrina Cristiana; Escuela y Convento de Mercedarias; Colegio de las Salesianas; parroquia de Bellas Vistas; y Noviciado de Religiosas del Sagrado Corazón.

    A última hora de la tarde, un grupo de soldados había conseguido impedir el incendio del Colegio de la Compañía de Jesús en Chamartín aunque ya había sido saqueado.
    El Gobierno permanecía totalmente indiferente antes estas violencias y las fuerzas del orden, por tanto, pasivas.

    Maura, ministro de la Gobernación declaró que otro ministro había dicho: "Todos los conventos de España no valen la vida de un republicano, si sale la Guardia Civil yo dimito" los asesinatos de las turbas y la vida de los que tenían que huir del fuego tampoco le preocupaban mucho.

    Los desórdenes se extendieron a partir de la tarde a diversos lugares. A diferencia de lo ocurrido en Madrid, en Sevilla, Córdoba, Jerez de la Frontera, etc. la fuerza pública si impuso el orden. Pero en Málaga, el propio Gobernador Militar, general García Gómez-Caminero, ordenó la retirada de las fuerzas de seguridad que no actuaron hasta las 13 horas del 12 de mayo el balance fue desolador.
    Sucesos similares ocurrieron "espontáneamente" en Murcia, Alicante, Valencia, etc.

    En pocos días habían quedado reducidos a cenizas un centenar de edificios, algunos auténticas obras de arte, y no solamente iglesias y conventos, también centros de enseñanza como la Escuela de Artes y Oficios (c/ Areneros) donde se habían formado miles de trabajadores o el Colegio de la Doctrina Cristiana de Cuatro Caminos que daba enseñanza a cientos de hijos de obreros; bibliotecas como la de los jesuítas de la c/ Flor, con 80.000 volúmenes entre los que había incunables, ediciones príncipe de Lope de Vega, Quevedo o Calderón, colecciones únicas de revistas, el archivo del historiador padre García de Villada conteniendo años de investigaciones, imágenes de Zurbarán, Valdés Leal, Coello, Alonso Cano ...

    Pero lo peor estaba por venir.

    La pregunta sobre los responsables no tiene respuesta por la AUSENCIA FORMAL DE INTERVENCIÓN JUDICIAL. Al Gobierno no le interesaban aclaraciones de lo sucedido y encubría a los responsables ¿quiénes?
    La propia prensa de izquierdas atribuyó los hechos al pueblo excitado ante unas imaginarias "provocaciones" de los monárquicos.
    Si es injusto identificar al pueblo con bandas de delincuentes, también es difícil compaginar lo ocurrido con "actos espontáneos" especialmente cuando al dar alas al laicismo de los partidos revolucionarios tolerando sus expresiones y manifestaciones violentas, los sectores más radicales del propio Gobierno provisional podían plantear, ahora sí, la cuestión religiosa como un problema candente.

    No pasó mucho tiempo hasta que fueron expulsados de España el cardenal primado Pedro Segura, y el obispo de Vitoria Mateo Múgica.
    Con la pasividad y complacencia ante los saqueos e incendios y ahora con estas medidas, la naciente República se enajenaba el apoyo de la numerosísima masa de católicos que habían quedado, por otro lado, completamente desbordados en el tema político.

    La Constitución (aprobada el 9 diciembre 1931) se ocupaban de la vida de la Iglesia y de los derechos y deberes de los ciudadanos, en unos términos que no estaban conformes con la doctrina o leyes católicas, algo que necesariamente había de convertirse en fuene de conflictos.

    Prolongado arbitrariamente el período de vigencia de las Cortes Constituyentes con posterioridad a la aprobación del texto constitucional, en la misma Cámara (mayoría socialista-republicana) se van a aprobar unas medidas que con las disposiciones del Gobierno ejecutan en la práctica el programa laicista planificado, entre otras:
    - disolución de la Compañía de Jesús (23 enero 1932).
    - la secularización de los cementerios (30 enero 1932).
    - el divorcio (2 febrero 1932).
    - retirada de los crucifijos de las escuelas y la supresión de las clases de religión en todos los centros docentes,
    - la Ley de Confesiones y Congregaciones Religiosas (17 mayo 1933) que mereció la intervención del propio Papa Pío XI en su Carta sobre la injusta situación creada a la Iglesia Católica en España: Dilectissima Nobi (3 junio 1933)

    Unamuno detectó muy bien la raíz de todas estas decisiones con unas palabras aplicables a todas ellas: "la presencia del Crucifijo en las escuelas no ofende a ningún sentimiento ni aún al de los racionalistas y ateos; y el quitarlo ofende al sentimiento popular hasta el de los que carecen de creencias confesionales ¿Qué se va a poner donde estaba el tradicional Cristo agonizante? ¿Una hoz y un martillo? ¿un compás y una escuadra? O ¿qué otro emblema confesional? Porque hay que decirlo claro y de ello tendremos que ocuparnos: la campaña es de origen confesional. Claro que de confesión anticatólica y anticristiana. Porque lo de la neutralidad es una engañifa". (citado por Joaquín Arrarás en la Historia de la Cruzada Española, I, Ediciones españolas, Madrid 1939-1943, pg. 387)

    La sublevación del general Sanjurjo (agosto 1932) aunque reforzó la postura gubernamental que aprobó rápidamente leyes como la Reforma Agraria o el Estatuto de Cataluña, estancadas durante meses en las Cortes acabó favoreciendo una reorganización de las derechas, trascendental para el futuro del régimen, y que permitió la victoria electoral (noviembre 1933).
    El descontento de los trabajadores que no vieron realizadas las promesas que les hicieran las izquierdas, la decepción de las clases medias perjudicadas por muchas medidas adoptadas por el Gobierno, las ofensivas revolucionarias (como la de enero 1933 con dramáticos sucesos como Casas Viejas) encumbraron un nuevo gobierno presidido por Alejandro Lerroux y el apoyo de la CEDA.

    Por supuesto aderezado todo ello con los consabidos atentados, huelgas, incendios, saqueos, altercados, incendios de iglesias, etc.
    Durante meses los sucesos de este tipo son reiterados con profusión dejando presentir lo que se avecinaba con la Revolución de Octubre de 1934
    .


    SEGUNDA ETAPA : EL BIENIO RADICAL-CEDISTA.
    Aunque los socialistas habían prestado apoyo parlamentario y formaron parte del Gobierno de Azaña durante el primer bienio republicano, las siguientes palabras que se pronunciaron en las Cortes, discutiendo el artículo sobre la propiedad privada, revelan que el objetivo era la REVOLUCIÓN SOCIAL, y la táctica a seguir algo secundario: "La República ha venido con una modesta pero real condicionalidad social (decía el moderado socialista Besteiro). Los socialistas toleramos que no se establezcan en la Constitución nuestros ideales, pero no que se cierren las puertas a nuestro futuro desarrollo, porque hemos pensado siempre y pensamos hoy que TENEMOS QUE HACER UNA REVOLUCIÓN SOCIAL; pero que la revolución social puede "ser o no sangrienta", según la posición en que se encuentren nuestros adversarios".
    Si el socialismo tiene posibilidad de captación legítima por medio de la PROPAGANDA, para que alcance el Poder o imponga sus ideales, entonces confiará en el sufragio, el derecho de asociación y en las luchas políticas.
    ¡Ah! pero si vosotros nos cerráis las puertas, entonces TENDREMOS QUE DECIRLES QUE LA REPÚBLICA NO ES REALMENTE NUESTRA REPÚBLICA, Y QUE NO PODRÁ SER SU REPÚBLICA (la de los trabajadores), SINO POR MEDIO DE LA INSURRECCIÓN.
    Y os digo, además, que LAS INSURRECCIONES IRREFLEXIVAS, SIN PLAN, SIN MÉTODO, COMO NO SEA UN PLAN OCULTO E INCONFENSABLE QUE TODOS ESTAMOS PADECIENDO, NOS PARECERÍA UN JUEGO DE CHIQUILLOS AL LADO DE LA MOVILIZACIÓN DEL PROLETARIADO QUE TENDREMOS QUE HACER PARA ABRIR ESE CAMINO QUE NOS CERRÁIS
    "
    Diario de Sesiones de las Cortes (6 octubre 1931)

    (palabras que debían meditar a fondo los que tanto intentan defender, incluso hoy, la "legalidad" y tanto alaban la "democracia y tolerancia" republicana. Palabras dichas por el más moderado de los socialistas (las de José Díaz, la Pasionaria, Largo Caballero, etc. eran mucho más explícitas, violentas y directas con amenazas de muerte, hasta en el Parlamento, al líder de la oposición, amenaza que fatalmente cumplirían, y cuando se le instó a retractarse se negó y las confirmó).

    La ocasión llegó en octubre de 1934, y están íntimamente relacionadas con la falta de resignación del Partido Socialista ante el resultado electoral, que configuraba una cámara con mayoría de centro-derecha.

    La especie de que con la entrada en el Gobierno de Lerroux de 3 miembros de la CEDA (cuando las urnas les daban derecho a más al ser el partido más votado y con más diputados en la Cámara) se preparaba un "golpe fascista" es del todo inverosímil siendo una simple consigna para justificar la ruptura con las instituciones legales democráticas porque ahora, así, les convenía.

    Y aquí está la razón principal, que no única (también Secesión Cataluña, etc.), que ha llevado a varios historiadores y a Gerald Brenan a considerar la REVOLUCIÓN DE OCTUBRE como el auténtico inicio o la primera batalla de la GUERRA CIVIL.
    (Asturias Roja. Sacerdotes y Religiosos Perseguidos y Asesinados (Octubre 1934), A.C.N. de P. de Oviedo, Oviedo, 1935; Joaquín Arrarás en op. cit. pgs. 176-240; Angel Garralda en La Persecución Religiosa del Clero en Asturias, I, Martirios, Avilés, 1977; Enrique Barco Teruel en El Golpe Socialista (octubre 1934), Dyrsa, Madrid, 1984, pg. 248-250, etc.).

    Aunque la revolución estaba bien y metódicamente planificada y se complicó con la secesión de Cataluña (dirigida por Luis Companys) en la mayor parte de España se impuso el Gobierno con total facilidad, los alijos de armas detectados, pero en Asturias se vivió durante días un ambiente de total guerracivilismo.
    Las milicias armadas de las cuencas mineras se adueñaron de la capital (Oviedo) el 8 de octubre. Lerroux reaccionó recurriendo al Ejército que tras unos cuantos millares de bajas reconquistó Oviedo el 13 para obtener la rendición de los revolucionarios el 18 en los últimos focos mineros.
    En esos días de dominio revolucionario se instauraron, siguiendo el modelo soviético: Comités Revolucionarios, Ejército Rojo, Matanzas de civiles, militares y por supuesto eclesiásticos,colectivizaciones y vales ...
    En todo la Revolución de Octubre fue un anticipo de la sublevación de julio de 1936 incluyendo la persecución religiosa.

    A primera horas del 5 de Octubre, vencida la resistencia de las fuerzas de orden público en Mieres se incendia, entre otros, el convento de los padres Pasionistas donde mueren asesinados dos religiosos. Cuando se alejaba del convento el hermano Alberto de la Inmaculada, mujeres y chiquillos gritaban "a por ellos que son frailes" cuatro individuos dispararon a quemarropa y el hermano Cayo con 71 años, huyó corriendo y perseguido. Éste, tras muchos golpes, pudo librarse pero Alberto fue rematado in situ.
    El hermano Salvador de María Virgen, aunque logró vadear el río, cuando mojado y agotado intentaba reincorporarse al convento de Mieres, fue muerto a tiros junto a la vía del tren.

    En la vecina localidad de Santullano, una vez sofocada la resistencia de la Guardia Civil, detuvieron, en el puente a dos jesuítas: el padre Emilio Martínez Martínez y el hermano Juan Bautista Arconada. Los trasladaron de mala forma al Ayuntamiento pero ya no había sitio ni para un preso más, los jefes revolucionarios dijeron a un grupo "llevadlos y haced con ellos lo que os de la gana" ... les deshicieron los pies a golpes de culata y les condujeron a una bocamina, donde los fusilaron y remataron a culatazos (8 octubre 1934)

    En los pueblos de las inmediaciones se reproducen actos semejantes y múltiples escenas de violencia.
    La noche del 5 al 6 se detuvo a un auto ante la casa rectoral de Vadecuna. Llamaron a la puerta del párroco, D. Manuel Muñiz Lobato, que intentó refugiarse en un pajar contiguo pero le mataron allí mismo, a bocajarro.
    El párroco de La Rebollada, D. Luciano Fernández Martínez trató de refugiarse en el monte, fue apresado y conducido el 10 de octubre al cementerio de Laredo (Cantabria) donde le hicieron cavar su fosa, lo colocaron boca abajo y lo asesinaron.
    Ese mismo día fueron fusilados en el cementerio de Olloniego el párroco D. Joaquín del Valle y Villa y el juez (retirado) D. Emilio Valenciano.

    En Moreda los revolucionarios fueron a casa del párroco D. Tomaś Suero Covielles y le obligaron a dirigirse al Sindicato Católico para que se entregara un grupo de muchachos que les hacía frente defendiendo, a costa de su vida, sus ideales católicos y sociales, pero optó por quedarse con los chicos, cuando agotaron las municiones y el edificio en ruinas lo evacuaron los 26 supervivientes y D. Tomás. Se quedaron cuatro voluntarios protegiendo la retirada hasta que entregaron allí su vida.
    El sacerdote se quedó en una casa pero fue delatado, unas mujeres lo arrastraron hasta la escuela (en manos de socialistas) y lo acribillaron a tiros (5 de octubre).
    Ese mismo día los insurgentes quemaron la parroquia.

    En Sama de Langreo estalló la revolución el 5, se apoderaron de la iglesia para atacar desde su torre el cuartel de la Guardia Civil, al ver huir al regente, le hirieron de muerte, dejándolo agonizar durante horas hasta que un miliciano lo remató.
    Profanaron el templo, lo saquearon y lo volatilizaron con dinamita.

    etc. etc. etc. etc.

    El avance sobre Oviedo continúa y tiene uno de sus jalones en el viejo Monasterio de dominicos convertido en Seminario y habitado por unas 40 personas entre profesores y estudiantes. Rodeado el edificio, sin asaltarlo por miedo a que se defendieran, las ventanas y puertas son arrancadas con dinamita, varias voces piden el inmediato fusilamiento de los ocupantes pero los jefes se imponen y los trasladan al Comité que los reservará como rehenes.
    Al día siguiente se incendia el edificio y de la humareda surgen 6 seminaristas que son acribillados a balazos (Gonzalo Zurro, Ángel Cuartas, Mariano Suárez, Jesús Prieto, José Mª Fernández, Juan Castañón, y José Méndez).

    El 8 entran en el monasterio de San Pelayo y la abadesa reconoce entre los asaltantes al hermano de una lega, por su influencia consiguen salir vivas, pero incendian el palacio episcopal.

    etc. etc. etc.

    El 12 aún resiste la Catedral y, como un último y desesperado intento, los revolucionarios vuelan con dinamita la capilla de Santa Leocadia, la Cámara Santa con sus reliquias de mártires y las maravillas de arte medieval que encerraba. Todo sepultado en un montón de escombros.

    etc. etc. etc.

    Pero Asturias no es la única provincia afectada por la Revolución (de la legalidad democrática y republicana): Barcelona, Logroño, Albacete, Lugo, Badajoz, Huelva, Cádiz, Córdoba, Gupúzcoa, Vizcaya, Santander, León, Palencia, etc. se verán afectados en diferentes localidades con desmanes, saqueos, asesinatos, profanaciones, incendios, ...

    Especialmente afectadas son las zonas mineras. Por ejemplo en Barruelo (Palencia) según escribe un economista "se pagan los jornales más altos por la jornada más breve de Europa" con jornales, diarios, de hasta 50 pesetas.
    El 6 la iglesia y el Ayuntamiento arden, al evacuar el colegio amenazado por el tiroteo el superior es "cazado" y rematado a puñaladas ...

    Si bien la dirección y ejecución del Golpe de 1934 fue totalmente socialistas, tras el fracaso se acobardaron y fueron los comunistas los que se lo colgaron como mérito y de ello sacaron una gran rentabilidad política.


    TERCERA ETAPA : EL FRENTE POPULAR.
    Pero la gran ocasión para el PC sería la constitución de una gran coalición de izquierdas (Frente Popular) con vistas a las elecciones de 1936. La idea de la unión electoral era del socialista Indalecio Prieto, apoyada por Azaña.
    La diversidad de criterios del socialismo español probablemente lo hubiera hecho irrealizable, pero entre julio y agosto de 1935 el VII Congreso de la Internacional Comunista adopta una táctica nueva para asegurar la expansión de la Revolución Soviética.

    So pretexto de defender la "libertad democrática" frente al fascismo
    podrían asociarse a partidos burgueses para una lucha conjunta que les permitiera conquistar posiciones no alcanzadas antes (sentar a sus miembros en las Cortes).
    Y Dimitroff, secretario general de la Kommintern definió esa táctica como Caballo de Troya que conseguiría la ascensión de la Dictadura del Proletariado por vía democrática.

    El PC ejecutaba, sin dilación ni titubeos, las consignas recibidas de Moscú, con gran entusiasmo y acogida entre las Juventudes Socialistas empeñadas (por la buena infiltración realizada en ellas) en la bolchevización del PSOE.
    Los sindicatos comunistas también ingresaban en la UGT. Halagando a su líder como figura grata a Moscú, Largo Caballero estaría al servicio del Krenlim en la práctica aunque teóricamente no aceptaba la disciplina soviética. Sus palabras (cine Europa, 12 enero 1936) no dejan lugar a dudas: "declaro paladinamente que antes de la República nuestro deber era traer la República; pero establecido este régimen, nuestro deber es traer el socialismo. Y cuando hablamos de socialismo, no nos hemos de limitar a hablar de socialismo a secas. Hay que hablar de socialismo marxista, de socialismo revolucionario. Hay que ser marxista y serlo con todas sus consecuencias. La República burguesa hay que transformarla en República socialista. A eso no renunciamos" (Historia de la II República, op. cit. pg. 27).

    Tras el primer golpe demoledor contra el régimen republicano (Revolución Asturias de 1934) el segundo sería el comportamiento gubernamental tras las elecciones de febrero de 1936, desde que el Frente Popular se atribuye el triunfo y la Comisión de Actas de las Cortes ignoró las protestas por fraude en numerosas provincias al ser sustituidas las actas, cerrando definitivamente los caminos parlamentarios (pero seguirá la propaganda machacando con la "legalidad democrática republicana")

    Además desde las elecciones brotan, nuevamente, los desórdenes pero acrecentados, imposible aquí hacer un inventario (entre otras razones por la CENSURA impuesta a TODA la prensa que impidió que muchos de los execrables hechos se divulgaran) pero aún así la visita a las hemerotecas es pavorosa:
    innumerables huelgas sin fin: generales, parciales, sectoriales, revolucionarias casi todas. Incendios de iglesias como algo cotidiano, asaltos a la propiedad, rural e industrial quedaban impunnes, enfrentamientos a tiros por las calles, partidas de pistoleros de unos y otros, venganzas sobre venganzas ante la pasividad e inoperancia de la autoridad, aumento vertiginoso de víctimas en atentados, aunque generalmente la autoridad se enseñaba con los falangistas, tuvieran que ver o no con los sucesos (el 14 de marzo, sin deliberación en Cortes, ni figura jurídica alguna que lo avalase, se ordenó por el Gobierno el ingreso en prisión de José Antonio Primo de Rivera y todos los miembros de su Junta Política así como de los dirigentes del SEU) se detuvo a más de 2.000 falangistas en pocos días en toda España, pero los falangistas pasaron a la clandestinidad donde siguieron medrando a mayor velocidad y aumentando su popularidad.

    Los líderes de la oposición Gil Robles y sobre todo Calvo Sotelo denuncian en el Parlamento lo que está sucediendo pero no hay respuesta alguna por el Gobierno.
    En la sesión del 8 de julio el diputado tradicionalista D. Jesús Requejo relata los siguientes atropellos referidos, únicamente, a la diócesis de Toledo:
    - Maqueda, el párroco amenazado de muerte hubo de ausentarse. Idem. en Carmona, Carpio del Tajo, Gerindote, Castilblanco, Sevilleja de la Jara.
    - en Puebla de D. Fadrique se incendió la casa rectoral.
    - en Cazorla se invadió la ermita del Santo Cristo.
    - en Quismondo fue ocupada violentamente la casa rectoral, idem en Burguillos, Carranalejo y Nombela.
    - en Val de Santo Domingo estalla un petardo durante los cultos, maltratan al párroco y le ponen una pistola en el pecho.
    - en Rielves es destrozada la talla de Santiago, apedreada la iglesia y la casa rectoral, debiendo huir el señor cura para salvar su vida.
    etc. etc. etc.

    En resumen la situación es esta:
    - expectativa (declarada explícita, frecuentemente y por varios medios) de una REVOLUCIÓN MARXISTA.
    - firme voluntad de insurrección en importantes sectores del ejército y población civil.
    - una quiebra del Estado incapaz de garantizar el orden en libertad (Calvo Sotelo es sacado de su domicilio por fuerzas de seguridad que lo asesinan).

    Aunque algunos aún quieren negar la EVIDENCIA de que el Frente Popular tuviese intención de "romper la legalidad" y pasar a la dictadura del proletariado para implantar un régimen marxista, en sus mítines, panfletos, prensa y actos está claro que demostraron lo contrario, incluyendo la MILICIA ROJA que habían formado y que desde la primavera 1936 recibía instrucción militar profesional.

    La única diferencia del clima prebélico español con el soviético es que aquí el principal promotor no fue el PC sino el PSOE, no por falta de ganas y ambición de Moscú, sino por no estar aún preparado y carecer del apoyo suficiente.
    ReynoDeGranada y Pious dieron el Víctor.

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    Re: Serie : La Persecución Religiosa en la España del XX

    Serie : La Persecución Religiosa en la España del XX


    4ª Parte : CONCLUSIÓN : REVOLUCIÓN Y PERSECUCIÓN RELIGIOSA.

    La ocupación del poder por el Frente Popular en 1936 así como sus acciones desbordan lo que es posible esperar de un Gobierno legal y democrático, pero su transformación definitiva se consumaría inmediatamente tras la sublevación popular y militar liderada por el Ejército de África el 17 de julio 1936 y secundada en la Península e islas los días siguientes.

    Con el Alzamiento Nacional (nombre aceptado comúnmente para englobar al conjunto de iniciativas protagonizadas por los que en julio 1936 se sublevaron contra un Gobierno, respaldado por el Frente Popular y que no puede reducirse a un simple golpe de estado de militares, a una sanjurjada, englobaba, efectivamente parte del ejército, pero también gran parte de la fuerzas de seguridad, diversos partidos políticos: requetés, falange y JONS, CEDA, Renovación Española, albiñanistas, y todo tipo de republicanos, socialistas, juventudes católicas, sindicatos católicos de obreros y estudiantes, gentes de orden y personas sin filiación determinada, etc.).

    Se inicia con la Cuarta Etapa dentro de la evolución histórica de la II República, en plena EFERVESCENCIA REVOLUCIONARIA y que marca el apogeo de la PERSECUCIÓN RELIGIOSA aunque no se limita, como se ha visto, a esos meses, ni a esos años.



    ALZAMIENTO Y REVOLUCIÓN.
    Durante los primeros días de mediados de julio de 1936 hubo en toda España una terrible confusión. Ni el Gobierno, ni las iniciativas que se iban sumando al Alzamiento podían asegurar (ni prever) de qué parte se decantaría el triunfo.

    Tras varias crisis ministeriales, José Grial accedió a armar a las "milicias obreras" aunque ya se había hecho en parte, con lo que la SUBLEVACIÓN CÍVICO-MILITAR NO PUDO SER LA CAUSA DE LA DEFINITIVA QUIEBRA DE UNA INEXISTENTE LEGALIDAD REPUBLICANA ya desaparecida con anterioridad al Alzamiento.

    Historiadores como Stanley G. Payne hablan de LA IMPLOSIÓN POLÍTICA COMPLETA DE UN SISTEMA PARA DEFINIR LA SITUACIÓN PROVOCADA EN EL ESTADO POR LA REVOLUCIÓN MARXISTA.

    Así, en las zonas leales, o controladas por el Frente Popular, las organizaciones sindicales y partidos de izquierdas PROTAGONIZARON UNA REVOLUCIÓN MARXISTA (o anarcosindicalista) UNA AUTÉNTICA SUBLEVACIÓN PARALELA aunque no se dirigió contra un Gobierno al que ignoraban, ni intentó ocupar o reemplazar a un poder que les era proclive, SIMPLEMENTE EJERCÍAN EL PODER EN LA PRÁCTICA Y DE FORMA VIOLENTA.

    EL GOBIERNO (que aún conservaba medios suficientes, era un Estado acuertelado pero que mantenía intactas todas sus instituciones) NO SE ENFRENTÓ CON LAS FUERZAS POLÍTICAS QUE LO SUSTENTABAN PARA QUE ÉSTAS RESPETARAN LA LEY.

    Tampoco los revolucionarios vieron la necesidad de crear un nuevo orden jurídico o político, así se generó un gran caos en la retaguardia, donde cada grupo, facción o sindicato movilizó milicias, constituyó órganos de gobierno y administración, creó policías y tribunales (más bien checas) y se dedicó a toda clase de ensayos económicos y sociales (Octavio Ruiz Manjón en Historia General de España y América XVII, La II República y la Guerra, Rialp, Madrid, 1986, pgs. 427-8)

    En palabras de García Escudero, que definió la situación creada al inicio de la guerra,: "de la República a la Revolución"
    Así se define bien la coexistencia de dos poderes, el teórico en los organismos estatales ("legal y democrático") y el efectivo de las organizaciones revolucionarias, omnipotentes desde el momento en que estuvieron armadas.

    Por eso sólo tiene un sentido propagandístico, pero no histórico ni real hablar de República y de republicanos para referirse a alguna de las zonas en que quedó dividida España tras el Alzamiento y durante la Guerra.
    Puede usarse alguna vez el término (por inercia, y así se usa aquí alguna vez) pero es del todo incorrecto y esconde un INTENTO DE DISIMULO DE LA RUPTURA REVOLUCIONARIA DEL 18 DE JULIO

    No puede ser denominado republicano un bando integrado por fuerzas hostiles a la II República (y que incumplían la constitución y leyes) así: anarquistas, comunistas, separatistas, PSOE, etc. ya desde 1934 NO PUEDEN DENOMINARSE REPUBLICANOS más que por ignorancia y/o mala fe.

    Entre otras cosas porque también eran republicanos muchas de las víctimas de la represión roja, entre ellos varios diputados y ministros de los gobiernos de Lerroux (dirigente del más veterano de los partidos republicanos)
    Aceptar esa denominación implica compartir lo que hicieron las izquierdas desde 1931 (y antes) y al identificar la República con ellas, instrumentalizar el Estado y no conceder la famosa y propagandística "legalidad republicana" a nadie que no militara en sus filas.

    Fue sobre el 25 de julio cuando unos y otros empezaron a ver clara la situación. Se patentó que la sublevación había tenido un éxito parcial, pero tampoco había fracasado.
    En efecto, superadas las indecisiones y cambios de los primeros días el Alzamiento triunfó en Galicia, Castilla León, Navarra, Álava, La Rioja, casi todo Aragón, pequeños enclaves en la Baja Andalucía, Cáceres, Baleares, Canarias y el Marruecos español.

    La aparente ventaja del dominio por los alzados de estos vitales territorios extrapeninsulares quedó compensada con el dominio marítimo que inicialmente ejercían los rojos que controlaban: Castilla-La Mancha, Madrid, Cataluña, Valencia, Murica, Badajoz, gran parte de Andalucía y la cornisa cantábrica desde Asturias (menos Oviedo) hasta Irún.

    Ambos bandos contaban con fuerzas y apoyos considerables de amplios sectores de la población. Los pocos intentos de conciliación fracasaron porque unos y otros querían una España diametralmente opuesta.
    Es trágico reconocerlo pero LA ÚNICA SALIDA A LA SITUACIÓN ERA EL ENFRENTAMIENTO MILITAR de incierto desenlace con rasgos complejos porque:
    - era la lucha de la Revolución Marxista (rojos) contra la Contrarrevolución (nacionales).
    - una guerra religiosa (genocidio y extermino de la Iglesia y católicos por los rojos lo que dio el carácter de Cruzada a la movilización contraria)
    - pugna entre varias concepciones políticas en que los separatismos catalán y vasco (el gallego quedó inédito) desempeñarían un papel secundario pero no irrelevante.


    MANIFESTACIONES DE LA PERSECUCIÓN RELIGIOSA
    Las teorías y exigencias de las doctrinas marxistas (socialistas, comunistas y anarquistas) se ejecutaron hasta sus últimas consecuencias en la zona roja.
    Como escribía un periódico de la época:
    "el pueblo, con su admirable instinto, olfateó en los primeros días de la revolución, que las personas más dispuestas a traicionarle son los frailes, los curas, los obispos, los canónigos, la clericalla, y por eso destruyó sus iglesias, los templos dorados de la moderna idolatría, y los redujo a cenizas ... no sabemos hasta qué punto podemos hablar de libertad religiosa, porque conocemos de sobra el peligro de la religión. Si no toleramos la embriaguez, la prostitución, el suicidio ¿por qué permitir el fanatismo?
    Para juzgar la religión basta advertir el simple hecho de que se queman las iglesias. Ni una queda en pie; ni una imagen en los altares
    "
    (Cita de Fray Justo Pérez de Urbe en La Guerra Como Cruzada Religiosa, en la Guerra de Liberación, op. cit. pg. 59).

    En su Carta Colectiva, los obispos españoles caracterizaron la revolución española por su crueldad, inhumanidad, capacidad destructora de la civilización y el derecho, antiespañolismo, y sobre todo, anticristianismo. Las cifras de religiosos y sacerdotes asesinados en zona roja avalan las afirmaciones y fueron fijadas con mucha precisión al poco de acabar la guerra.

    En una serie de artículos publicados en 1939 y 1940 el padre Constantino Bayle hablaba de 3.875 sacerdotes asesinados y 139 desparecidos, en total 4.014 víctimas del clero secular y unos 2.500 religiosos. (Constantino Bayle en Estadísticas Sangrientas. Las víctimas del clero secular, Razón y Fe, nº 121, 1940, pgs. 150-165).

    En el libro La Dominación Roja en España, fruto de la investigación promovida por el Ministerio de Justicia se dan los siguientes datos: "el total de asesinatos cometidos en las personas de los Ministros de la religión católica o profesores religiosos por el Frente Popular, en lo que fue la zona roja, asciende a 7.937 entre obispos (13 asesinados), sacerdotes: 5.255 y 2.669 religiosos, correspondiendo a Madrid 1.158 (111 asesinados en la capital) y a Barcelona 1215 por el sólo motivo de su carácter religioso o condición sacerdotal. En Valencia, 705; en Lérida 366; en Tarragona 259, y en las demás provincias sometidas al terror marxista estos asesinatos se cometen también en cifras muy elevadas"

    Con ocasión del homenaje que, por iniciativa del arzobispo de Valladolid, D. Antonio García y García, tuvo lugar los días 11 y 12 de abril 1950 se elaboraron unas detalladas relaciones nominales que permiten situar la cifra de asesinados entre 6.900 y 7.000 (se conservan en el Santuario Nacional de la Gran Promesa de Valladolid y los nombres de los eclesiásticos fueron publicados posteriormente en Guía de la Iglesia en España, Oficina General de Información y Estadística de la Iglesia en España, Madrid, 1954, pgs. 207 y ss)

    En 1953 el escolapio Calasanz Bau, había ultimado un fichero en el que confrontaba las relaciones nominales de Valladolid y de la Causa General con otras procedentes de las diócesis y congregaciones.
    Sus resultados finales fueron: 4.065 sacerdotes seculares. 2.338 religiosos y 270 religiosas.

    Basándose ene ese fichero, a inicios de 1960 Antonio Montero hablaba de 4.184 víctimas del clero secular (incluyendo 12 obispos el administrador apostólico de la diócesis de Orihuela y un centenar de seminaristas)
    2.365 religiosos y 283 religiosas, en total 6.832 que es la cifra comúnmente aceptada.

    Es muy difícil dar cifra de seglares asesinados a consecuencia de la persecución religiosa; no por no disponerse de los datos esenciales para establecer el número de asesinados en la retaguardia roja, sobre 70.000, sino por una razón metodológica, no toda ellas pueden considerarse víctimas directas de la persecución al no poder establecerse una nítida barrera entre la persecución religiosa y la persecución socio política.

    Lo que se define como represión se dio en ambas retaguardias durante la guerra. Pero sólo en una, la roja, había razones de tipo religioso entre la motivación de la persecución de disidentes. Tampoco coincide el concepto teológico de mártir con el más amplio de víctima de una persecución religiosa pues en la vida real no hay, tampoco, una nítida frontera entre lo religioso, lo político y lo social.

    Sorprende lo elevado de las cifras, máxime cuando a inicios de la guerra los rojos controlaban el 59% de la población (Ricardo de la Cierva, op. cit. pgs. 247 y ss). Y hay que restarle la población vascongada en que el PNV y los separatistas "protegieron" en cierta forma al clero (en Cataluña los mosos de escuadra también evitaron varios incendios de templos y edificios por ser obras de arte de incalculable valor, etc.)

    Algunos detalles significativos son:
    - por diócesis, la más castigada (proporcionalmene) fue la de Barbastro, perdió el 88% de su clero. En cifras absolutas la de Madrid-Alcalá (334) seguida de cerca por Valencia (327), Tortosa (316) y Barcelona (279).
    - la familia religiosa masculina con más víctimas fueron los claretianos (259) seguidos de los franciscanos (226) y Escolapios (204). Entre las religiosas, las Adoratrices y Carmelitas de la Caridad, ambas con 26 víctimas.
    - sólo en el mes de julio la bajas fueron de 733, y sólo el día de Santiago (patrón de España) asesinaron y martirizaron a 68 en diversos lugares.
    - en agosto 1936 se alcanzó la cifra más elevada con más de 1.650, una media de 53 diarios, entre ellos 9 obispos.
    - aunque aún no disponían del dato, el 1 de julio 1937, los obispos españoles en su Carta Colectiva, los asesinados alcanzaban la cifra de 5.839 (95% del total con fecha conocida).



    REFERENCIAS RELIGIOSAS EN LA GUERRA.
    Frente a la REVOLUCIÓN el ALZAMIENTO NACIONAL (contrarevolución) manifestó LA CAPACIDAD DE RESISTENCIA DE BUENA PARTE DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA ANTE EL USO DEL ESTADO AL SERVICIO DE UNO PROYECTOS UTÓPICOS (y exterirores a España)en los que además luchaban por la hegemonía cuatro tendencias distintas: anarquistas, comunistas y socialistas (además de los separatistas).

    EL ALZAMIENTO NO FUE UN SIMPLE GOLPE MILITAR, no tuvo relación con los clásicos Pronunciamientos (choques de liberales contra liberales, pugnas entre distintos partidos o facciones de los mismos pero dentro del mismo régimen), AL CONTRARIO FUE EL CIERRE DEFINITIVO DE LOS PRONUNCIAMIENTOS EN LA HISTORIA DE ESPAÑA

    Es incuestionable la veta popular del 18 de julio con una MASIVA MOVILIZACIÓN VOLUNTARIA en toda la zona nacional mediante las Banderas de Falange y los Tercios de Requetés (el 18 de julio ya habían sumado 70.000 voluntarios civiles), los jóvenes universitarios se volcaron y alistaron de forma generalizada y voluntaria (la Universidad de Santiago de Compostela quedó en cuadro) y en fenómenos como el de los Alféreces Provisionales, jóvenes universitarios y de las Escuelas especializadas a los que el ejército ofreció ser oficiales, y pese a que la vida media de ellos era de unas tres semanas (tras llegar al frente) su flujo no menguaba.

    Las palabras del cardenal Gomá describen la entraña religiosa del Alzamiento Nacional: "lo que sí podemos afirmar, porque somos testigos de ello, es que, al pronunciarse una parte del ejército contra el viejo estado de cosas, el alma nacional se sintió profundamente percutida y se incorporó en corriente profunda y vasta al movimiento militar; primero con la simpatía y el anhelo con que se ve surgir una esperanza de salvación, y luego, con la aportación de entusiastas milicias nacionales, de toda tendencia política, que ofrecieron, sin tasa ni pactos, su concurso al ejército, dando generosamente vidas y haciendas, para que el movimiento inicial no fracasara. Y no fracasó -lo hemos oído de militares prestigiosos- precisamente por el concurso armado de las milicias nacionales.
    Es preciso haber vivido aquellos días de la primera quincena de agosto en
    esa Navarra que, con una población de 320.000 habitantes puso en pie de guerra a más de 40.000 voluntarios, casi la totalidad de hombres útiles para las armas, que dejando las parvas en sus eras y que mujeres y niños levantaran las cosechas, partieron para los frentes de batallas sin más ideal que la defensa de su religión y de la patria. Fueron, primero, a guerrear por Dios; y hará un gran bien a España quien recoja, como en antología heróica, los episodios múltiples del alistamiento en esa Navarra que, como fue en otros tiempos madre de reinos, ha sido hoy el corazón de donde ha irradiado a toda nuestra tierra la emoción y la fuerza de los momentos trascendentales de la historia.
    Al compás de Navarra se ha levantado potente el espíritu español en las demás regiones no sometidas de primer golpe a los ejércitos gubernamentales. Aragón, Castilla la Vieja, León y Andalucía han aportado grandes contingentes de milicias que, bajo las diversas denominaciones de las viejas organizaciones políticas, se han solidarizado, en un todo comacto, con el ejército nacional ...
    Es que la Religión y la Patria -arae et foci- estaban en gravísimo peligro, llevadas al borde del abismo por una política totalmente en pugna con el sentir nacional y con nuestra historia ...
    "
    Para acabar concluyendo que "si la contienda aparece como Guerra Civil externamente, en el fondo debe reconocerse como un espíritu de verdadera Cruzada en pro de la religión católica, cuya savia ha vivificado durante siglos la historia de España y es la médula e su organización y vida".

    Y debido a la enorme superioridad material de las fuerzas de que disponía el Gobierno habrían podido ahogar físicamente relativamente fácil una simple intentona militar.
    Al contrario, HUBO EN EL ALZAMIENTO UN FACTOR MORAL Y RELIGIOSO, UN IMPULSO NACIONAL Y POPULAR AUTÉNTICO, LO QUE LE HIZO PODEROSO PESE A SU INFERIORIDAD MATERIAL.

    Si lo anti católico caracterizaba las huestes rojas frente populistas, lo religioso daba el carácter de Cruzada a la contraofensiva, contrarrevolución, de la España nacional.

    Como decían los rojos: "conocemos el peligro de la religión" y, efectivamente, fue la religión quien acabó con ellos (Fray Justo Pérez de Urbel, op. cit. pg. 61).

    De todas las declaraciones de la jerarquía eclesiástica sobre la Guerra que dieron fe de este hecho, (dejando aparte las intervenciones papales: Pío XI y Pío XII) la más importante es la CARTA COLECTIVA DE LOS OBISPOS ESPAÑOLES A LOS DE TODO EL MUNDO CON MOTIVO DE LA GUERRA DE ESPAÑA (traducida a 14 idiomas, con 36 ediciones) y publicada el 1 de julio 1937 como respuesta a la insidiosa e injusta campaña propagandística alentada contra el bando nacional por algunos escritores "católicos" extranjeros (Mauriac, Maritain, Bernanos, Sturzo, etc.) y los nacionalistas vascos y algunos políticos republicanos como Osorio y Gallardo (Vicene Marrero en La Guerra Española ¿Fue una Cruzada?, Punta Europa, 1961, pgs. 73-107)

    El documento redactado (por el aliento del cardenal Gomá está respaldado por la firma de 48 prelados, 8 arzobispos, 35 obispos y 5 vicarios capitulares).
    No firmaron el cardenal Segura (expulsado de España) el cardenal Vidal y Barraquer que le debía la vida al Predient Companys y el obispo de Vitoria, forzado al exilio bajo acusación de permisivo con el clero separatista de su Diócesis).

    Y recordamos, a los que son víctimas de propagandas que el Episcopado español, desde 1931 (proclamación de la República) se puso resueltamente al lado del poder constituido. LA IGLESIA NI QUISO NUNCA LA GUERRA NI NUNCA LA BUSCÓ pero las graves persecuciones de orden religioso de las que fue víctima desde ya mucho antes de la guerra sufriendo la furia de una de las partes justifican sus pronunciamientos (a posteriori) favorables al Alzamiento.

    Finalmente hay que recordar que el Alzamiento Nacional de 1936 NO tuvo únicamente la finalidad de acabar con el estado de revolución y anarquía que hacía peligrar la propia supervivencia del orden jurídico, sino que se hizo con un contenido positivo que buscaba una transformación de la vida española. Es decir, la respuesta al órdago revolucionario no fue una reacción pura y simple de contrarrevolución entendida como una vuelta al pasado y de defensa de intereses particulares y privilegios.

    De hecho la República fracasó por la frustración que originó al no resolver esas cuestiones tan anheladas, por conseguir no consiguió ni las más mínimas bases de convivencia.

    Y desde el primer momento los líderes militares nacionales reconocieron el carácter religioso de la lucha (Franco desde Radio Tetuán, 25 julio 1936, declaraba que "se luchaba por la Patria, la Familia y la religión" .

    "La preponderancia de los motivos religiosos, que fue lo que dio carácter de Cruzada, a nuestra guerra, se dio asimismo en los motivos de la persecución marxista. Los unos tomaron las armas para defender principalmente la religión, los otros encarcelaron y mataron principalmente para exterminarla. Si no se admite lo primero, con dificultad podrá probarse lo segundo" (Rafael Mª de Hornedo, reseña de "La persecución religiosa en España", Razón y Fe, nº 164, pgs. 335-342)
    ReynoDeGranada y Pious dieron el Víctor.

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