2ª Parte : RAÍCES HISTÓRICAS DE LA PERSECUCIÓN RELIGIOSA.
EL CONFLICTO DE LA IGLESIA CATÓLICA CON EL MUNDO MODERNO.
(Gonzalo Redondo en Historia Universal. XII. La Consolidación de las Libertades, EUNSA, Pamplona, 1989, pgs. 25 y ss)
Desde que la REVOLUCIÓN "francesa" dinamita el estado del Antiguo Régimen la Iglesia Católica ha sido objeto de numerosos ataques en todo el mundo fruto del lugar que lo laico le otorga.
En el caso español el conflicto entre Iglesia y Estado moderno se concreta en una PERSECUCIÓN que no sufriría ningún otro estamento, ¿por qué?
PORQUE LA IGLESIA CATÓLICA ES LA ÚNICA POTESTAD REAL Y RADICALMENTE INDEPENDIENTE QUE PUEDE SOBREVIVIR AL PODER del Estado absolutista contemporáneo.
A lo largo del XIX la Iglesia sufrió expolio de sus bienes, censura a su enseñanza, supresiones, exclautrasciones, destierros, asesinatos de buen número de religiosos, como los de julio de 1834 en Madrid, etc.
Resulta ilustrativo el INJUSTO TRATAMIENTO HISTORIOGRÁFICO DE ESOS SUCESOS:
"Queda dicho que la desamortización fue un botón de muestra. Hubo supresión de órdenes religiosas, exclaustraciones de monjas en despiadadas condiciones, destierros, prohibiciones de conferir órdenes o publicar documentos, detenciones por el único motivo de "opinión", asesinatos por igual "motivo", a veces en masa como los de 1834-35, sin que se hiciera nada por evitarlos y/o castigarlos.
Si las víctimas hubieran sido protestantes o masones, gitanos o musulmanes, la historia no hubiera encontrado palabras para calificar dichos crímenes, a los que apenas se alude de pasada, sie es que se alude, en los manuales".
¿No habría ciertos motivos para replantear no sólo los análisis, sino los propios criterios historiográficos encallecidos por esa inicua rutina? (José Luis Comellas en Los Liberales españoles Contra la Iglesia, Razón Española, nº 80, 1996, pg. 335)
Hacia 1870 al enfrentamiento contra ese laicismo se le iba a añadir la difusión del ATEÍSMO MARXISTA y de las Internacionales, ideologías de ambición mundial tras la creación del primer estado de inspiración comunista en la URSS.
Según el propio general Krivitsky la sintetización de las tácticas seguidas por la Internacional Comunista para implantar sus métodos y su programa en el mundo eran:
"Establecer los partidos comunistas por todas partes, sirviéndoles de ejemplo el modelo bolchevique, altamente centralizado y disciplinado, y HACIÉNDOLO DEPENDER DEL CUARTEL GENERAL EN MOSCÚ.
Enviar sus agentes a todos los rincones de la tierra.
Plantear insurrecciones en masa e insurrecciones militares en España.
Finalmente cuando todos sus esfuerzos fracasaron, desarrolló, en 1935, su última maniobra política, el "democrático" Frente Popular" (Yo, Jefe del Servicio Secreto Militar Soviético, Guadalajara, 1945, pg. 51)
El general Walter Krivitsky , Jefe del Servicio Secreto Militar Soviético en Europa Occidental en los '30, en su libro póstumo, comienza diciendo: "la historia de la intervención soviética sigue constituyendo el misterio más trascendental de la Guerra Civil española. El mundo sabe que hubo Intervención soviética, y eso es todo lo que sabe".
En España el período que va desde la Revolución Soviética hasta la formación del Frente Popular (1917-1936) se caracteriza por:
- continua deriva del Partido Socialista hacia la acción directa buscando la REVOLUCIÓN SOCIAL, es decir, IMPLANTAR el sistema socialista seducido por la experiencia de la URSS aunque aún no totalmente sometido a la disciplina soviética.
- incipiente actividad comunista que actuará como elemento continuo de presión para BOLCHEVIZAR el Partido Socialista y el desplazamiento de los anarquistas.
El trienio 1918-1921 se considera por muchos historiadores el trienio bolchevique, especialmente en Andalucía por la gran tensión vivida, reflejando los estallidos que había en el resto de Europa, especialmente en Rusia convertida en la referencia de los revolucionarios españoles: socialistas y anarquistas.
La violencia social en los años anteriores a la dictadura (Primo Rivera) hizo coincidir a la UGT y CNT, en ese contexto surge el Partido Comunista.
Las circunstancias en que se vivió la división entre socialistas y comunistas españoles no implicó la consolidación de una alternativa socialista democrática ante la totalitaria.
Y ambos partidos aspiraban a la REVOLUCIÓN, y el PSOE oscilaba en su conducta únicamente por la táctica (metodología a usar) no por su estrategia (fines a conseguir: revolución socialista).
LOS ELEMENTOS DE LA DESCRISTIANIZACIÓN EN LA ESPAÑA CONTEMPORÁNEA.
(Según Vicente Atard en Cinco Historias de la República y de la Guerra, Edi. Nacional, Madrid, 1973, pg. 41)
Hay una doble cuna laicista en España:
- la intelectual, fruto del subjetivismo liberal y del positivismo científico que considera a la Iglesia enemiga del progreso, y
- la popular, muy pasional que descarga sus emociones en un enconado odio a la Iglesia
Procesos que se culminarán definitivamente durante el gobierno de Negrín durante la Guerra.
Aparte de la falacia e imprecisión de identificar al "pueblo" con un grupo de delincuentes (identificación que favorecerán las izquierdas, especialmente el PSOE, al atribuir al "pueblo" los sucesos que originaron la República, dando cobertura y justificando así la violencia.
Recordamos a los abogados socialistas defendiendo a los asesinos de Castilblanco y pretendiendo justificar lo allí ocurrido con una campaña de prensa que indignó a los que vivían en el lugar, el pueblo extremeño, por la falaz propaganda marxista, verdadera responsable de lo ocurrido).
En ambos casos se manifiesta como antes de que la atmósfera persecutoria se maximice hay toda una etapa previa de legislación ofensiva para las creencias de la MAYORÍA de la población mientras el "pueblo" es objeto de la propaganda hasta que se genera una corriente de oposición al catolicismo.
De todas formas ambos laicismos siempre estuvieron unidos pues cuando el "pueblo" saqueaba, profanaba, incendiaba edificios religiosos, o cuando asesinaba a religiosos y católicos lo único que hacían los "intelectuales" era difundir sus consignas en prensa y todo tipo de publicaciones.
La expansión de ideas anticlericales, las manifestaciones y ataques violentos exteriores, y las medidas legislativas formaban una concatenación hacia el mismo fin.
La propaganda alentaba a la "acción" y ambas impulsaban las "medidas" del gobierno conchabado con todos ellos.
LOS PROTAGONISTAS : BURGUESES Y OBREROS.
Burgueses:
Manuel Revuelta señala dos formas de anticlericalismo: político e ideológico, si bien ambas están estrechamente relacionadas y tienen una base social común (la burguesía) pero en diversas manifestaciones políticas y culturales (partidos republicanos y liberales, la masónica ILE (Institución Libre de Enseñanza), masonería, ...)
Todos unidos por un "laicismo" convencido de que las ideas religiosas, o la falta de ellas, era algo sólo relacionada con la vida privada.
Romanones testimoniaba cómo el anticlericalismo (inicios XX) no había logrado arraigar entre campesinos y obreros, sólo en cierta medida entre la clase media:
"la masar rural no sentía el problema; su falta de cultura le impedía, siquiera, tener una elemental noticia de ello.
Para el obrerismo organizado, el problema religiosos carecía de contenido.
Únicamente la clase media estaba a nuestro lado, más sin unanimidad, sirviendo de instrumento eficaz al poder de la Iglesia"
(Citado por José Andrés-Gallego en Sobre las Formas de Pensar y de Ser, en Historia General de España y América, XVI-2, Revolución y Restauración (1686-1931), Madrid, 1982, pg. 296)
Y según Pedro Laín Entralgo (en La Generación del '98, Espasa Calpe, Madrid, 1975, pg. 62) algunos representantes de todas estas corrientes anticlericales de raíz burguesa pueden encontrarse en la Generación del 98 a cuyos miembros caracteriza apartados de la ortodoxia católica, y también en las generaciones del 14, 27 y 36.
Para Azaña la España católica ya no existía y la Iglesia no era motor creador e impulsor de la nación sino influjo retardatario, un freno al progreso: "mi anticlericalismo no es odio teológico, es una actitud de la razón".
Con el masón Azaña estaban de acuerdo muchos intelectuales del momento que consideraban que el catolicismo era el principal responsable del retraso político, económico e intelectual de España. Para ellos la Iglesia era sinónimo de inmovilismo.
Obreros:
El laicismo proletario sigue las dos corrientes principales del movimiento obrero (revolucionario): anarquismo y socialismo (el peso comunista antes del 31, incluso del 36 era marginal y su lugar ideológico lo ocupaba el socialista extremista Largo Caballero, el Lenin español)
Para el fundador del socialismo español, en sus simplista ideología, el clero era un poderoso auxiliar del capitalismo.
Pablo Iglesias (declaraciones 1902): "yo creo que para un verdadero socialista el enemigo principal no es el clericalismo, sino el capitalismo que en los presentes momentos históricos aparece esclavizando los pueblos. Esto no obsta para que los socialistas hagan todo lo que puedan contra la preponderancia del clericalismo que ha venido a ser, más o menos voluntariamente, según los países, un poderoso auxiliar de las clases explotadoras"
No extraña que acuciados por el bajón de miembros de la UGT y el intento de las sociedades obreras católicas de representar a los trabajadores en el Instituto de Reformas Sociales (1908), los socialistas radicalizaran su laicismo hasta su máxima cota en la II República que servía de nexo de unión con los republicanos de clase media.
La prensa socialista de la época mostraba ilustraciones y gráficas de estas ideas: un obrero bigotudo barre la vieja España representada por un militar, un juez, un capitalista y un sacerdote, bajo el lema de "labor del socialismo" (Portada del órgano central del partido: El Socialista, 24 enero 1902).
Los grupos y sociedades anarquistas la Iglesia constituía una barrera tan importante, al menos, como el capitalismo en su marcha hacia la nueva sociedad e hicieron del anticlericalismo nota indispensable de su proyecto.
Como se expresó claramente en los incendios y asesinatos de la Semana Trágica de Barcelona (1909).
Socialistas y Anarquistas hicieron gran énfasis en la propaganda antirreligiosa en medios obreros con efecto descristianizador donde era mayor el desarraigo, la miseria y la incultura. Presentando a la Iglesia como enemiga del "proletariado" tanto por las ideas (la doctrina pontificia condena el socialismo) como por sus actividades sociales, con numerosos círculos y sindicatos obreros católicos que constituían un obstáculo inasumible para el movimiento obrero revolucionario.
LA MASONERÍA.
Uno de los principales objetivos de la Masonería es la descristianización.
Junto a ella (y con ella) intervienen otras instancias. Así el 2 de noviembre 1930 celebraba su primer acto público la Liga Laica (creada por la Casa del Pueblo de Madrid) en la que se decía: "la próxima República nos concederá este programa mínimo laico ... impedir las infinitas vejaciones de la intromisión de la Iglesia en la vida civil ... Pero ¿basta eso? De ningún modo; no basta separar la Iglesia del Estado, porque significa el reconocimiento de la Iglesia como Estado independiente que no reconoce más soberanía que la de la Roma papal ..."
Otro orador añadiría: "mientras no nos enteréis de que habéis extirpado la influencia del catolicismo, vuestro país no habrá hecho la verdadera revolución espiritual ... Ayer podíamos decir: A defendernos.Hoy hay que gritar: Atacar"
Historia reciente - juventudessocialistas
Luego el 24 de mayo de 1931 llegaría a España Hans Mein para fundar la Liga Anticlerical Revolucionaria, filial de la Internacional de Librepensadores Proletarios.
El programa impuesto por el fundador comprendía un completo plan de aniquilamiento de la Iglesia española. Los tres últimos puntos son los que más vienen al caso:
- incorporación de la lucha anticlerical a la lucha de clases de los trabajadores de España.
- propaganda de un ateísmo consecuente. Creación de escuelas marxistas para los trabajadores.
- organización de mítines revolucionarios y anticlericales entre los trabajadores, campesinos e intelectuales.
La difusión escrita no escatimó recursos de imprenta:
- prensa periódica de todo tipo: diarios, revistas, a veces especializados en tema anticlerical
- literatura menuda: panfletos, folletos, pasquines, hojas sueltas, con toda gama de estilos, desde la carta a lo satírico, la copla o la canción de ciego.
- las obras literarias "serias", novelas y dramas con gran influencia en las masas (como la novela A M don G, o el drama de Electra, etc.).
El padre Constantino Bayle cifra en 146 diarios antirreligiosos existentes en la España de 1936. Madrid, Barcelona, Valencia fueron los talleres más significativos de toda esa turbia prensa de ínfima calidad literaria lo que además favorecía la penetración en las masas menos cultivadas.
La batalla de los libros hacía causa común con la de periódicos y revistas. Editoriales como Bergua, Dédalo, Edella, Internacional, Carceller, España y América, y sobre todo la Biblioteca de los Sin Dios (con títulos como: Dios, padre pedrusco; Cristo no fue cristiano; Jesucristo, mala persona; Los apóstoles y sus concubinas; Las santas garras de la Iglesia, ...) que inundaban librerías y kioskos de toda España con los títulos más blasfemos y procaces.
Tanta actividad incluso se hizo notar fuera de nuestras fronteras, y así la Oficina de la Comisión Internacional Pro Deo de Ginebra publicó, a inicios de 1938, un folleto titulado Les sans Dieu en Espagne, donde fotocopiaban, previniendo la incredulidad del lector, algunas portadas de la Biblioteca de los Sin Dios.
En Alemania se publicó el Libro Rojo sobre España con un facsímil de un número de La Traca (Valencia) y las respuestas a una encuesta planteada a sus lectores por la redacción del periódico: ¿qué haría con la gente de sotana? (las respuestas eran del tenor de la siguiente que vale de ejemplo: ahorcar a los frailes con las tripas de los curas, etc. etc. en que las respuestas recogían toda la gama de odios entre blasfemas, obscenas, ...).
LA ENSEÑANZA.
En le campo educativo dos grandes sectores coinciden con los dos núcleos laicistas:
- grupo laico-burgués: con ideología escolar de raíces krausopositivistas. Se canalizará en instituciones e iniciativas privadas pero con gran influencia en la sociedad española.
- grupo racional-obrerista: las ideologías ácrata y socialista reivindicadoras de una educación "integral" y laica fueron generalmente marginadas por los poderes públicos por lo que tuvieron más dificultades para consolidarse y desarrollarse.
Entre las primeras la ILE formada por un conjunto de profesores radicales (Francisco Giner de los Ríos, Azcárate, Salmerón, Figuerola, Calderón, González Linares) que respondieron así ante la separación de la docencia, por el Estado liberal que por otro lado les permitía actividad y existencia jurídica bajo la nueva fórmula.
Teóricamente la idea del masón Giner de los Ríos era la neutralidad y libre conciencia del educando, en la praxis era un baluarte de laicismo.
Como afirma Andrés Manjón en Las Escuelas Laicas, Barcelona, 1910, pg. 21 "la experiencia enseña que los que entre nosotros y en Francia proclaman la Escuela neutra, es porque no quieren una Escuela cristiana y son SECTARIOS DEL RACIONALISMO. De hecho la Escuela que hipócritamente denominan neutra y laica, es la bandera de todos los renegados de Cristianismo"
La representación más característica de la Escuela catalana obrerista encuadra en el movimiento encabezado por Francisco Ferrer Guardia y polarizado entorno a la Escuela Moderna de Barcelona, proyecto pedagógico que coincide con la ILE en una educación integral, científica, positiva, racional y laica, pero discrepa de ella en la ausencia de toda referencia burguesa y pretendiendo crear una nueva sociedad que nacería sobre las ruinas del Estado, la Iglesia, el Ejército y la Patria. A su desaparición se hallaba condicionado el progreso, y al ser tan esencial su oposición al reinado de la FRATERNIDAD cualquier medio era bueno para destruirlos.
AGRESIONES Y MOVILIZACIONES LAICISTAS.
Las movilizaciones laicistas eran públicas aunque revestidas de "espontaneidad" estaban totalmente planeadas, tanto las burlescas como las violentas.
Se presentaban de diferente manera: reuniones seguidas de mítines o manifestaciones, comidas cívicas en Semana Santa, entierros, bodas y bautizos civiles, desfiles públicos, disturbios callejeros con apedreamiento a iglesias, conventos y actos religiosos, contra manifestaciones revienta procesiones y actos religiosos, motines seguidos de incendios y asesinatos, hasta desembocar en persecución sistemáica (Manuel Revuelta Conzález en El Anticlericalismo Español en sus Documentos, Ariel, Barcelona, 1998, pgs. 13-14).
Fueron tristemente célebres los de la Semana Trágica de Barcelona. Sucesos bien conocidos aunque las causas se difuminan aunque como dijo el gobernador civil Osorio y Gallardo al presidente del gobierno (Antonio Maura) "en Barcelona no hacía falta preparar una revolución porque ésta siempre estaba preparada" (José Luis Comellas, Del 98 a la Semana Trágica, 1898-1909, Biblioteca Nueva, Madrid, 2002, pg. 264)
Por abreviar citaremos solo un caso, en 1906 Alejandro Lerroux lanzaba a sus seguidores, a los que definía como "los jóvenes bárbaros de hoy" consignas que desgraciadamente se cumplirían fielmente: "entrad a saco en la civilización decadente y miserable de este país sin ventura; destruid sus templos, acabad con sus dioses, alzad el velo de las novicias y elevarlas a la categoría de madres para virilizar la especie; penetrad en los Registros de la Propiedad y hace hogueras con sus papeles para que el fuego purifique la infame organización social; entrad en los lugares humildes y levantad legiones de proletarios para que el mundo tiemble ante sus jueces despiertos.
Hay que hacerlo todo nuevo, ... luchad, matad, morir ..."
En 1909 Solidaridad Obrera, un movimiento con predominio anarquista aunque con fuertes núcleos socialistas e incluso republicanos convocó huelga general en Barcelona para impedir el embarque de las tropas destinadas a Marruecos.
Inicialmente era una huelga pasiva pero pronto se transformó en un estallido de violencia que tuvo a la ciudad catalana, y municipios próximos, una semana en manos de los revolucionarios. Y aunque no tenía nada que ver con la religión quisieron atribuir a la empresa (tropas a Marruecos) un sentido religioso que no tenía.
Luego, 27 de julio, los huelguistas asaltaron un convento (maristas de Pueblo Nuevo) con un hermano muerto y varios heridos; luego incendiaron la iglesia de San Pablo y las Escuelas Pías de San Antonio.
Las monjas fueron expulsadas de los conventos, algunas, como las de Arrepentidas se salvaron en el último momento del incendio al poder salir in extremis del edificio. Lo que no impidió que fueran apaleadas y el cura del Pueblo Nuevo cazado a tiros.
Además profanaron las tumbas y exhumaron las momias ... (hay una crónica detallada, para el que tenga tripas de leerla, de Joan Connelly Ullman en La Semana Trágica. Estudio Sobre las Causas Socio-económicas del Anticlericalismo en España (1898-1912), Ariel, Barcelona, 1972, pgs. 167-282)
Llama la atención que del CENTENAR de edificios afectados por los incendios, unos 70 eran centros religiosos (templos, escuelas y conventos) pero los teatros, edificios oficiales, sedes patronales, sedes de partidos, etc. no fueron afectados, que casualidad "mas espontánea", la inmensa mayoría edificios religiosos no afectados por la Ley de Jurisdicciones por lo que los autores, una vez más, quedaron impunes.
Los revolucionarios aprendieron, ya en 1909, algo que se repetiría literalmente en 1931 y 1934: INCENDIAR CONVENTOS E IGLESIAS ERA FÁCIL Y GRATIS, que los curas, frailes y monjas no se defendían ... y no tardaría en oírse la voz de prelados y POLÍTICOS "CATÓLICOS" que tranquilizaban recordando la doctrina del sometimiento al poder constituido (y más siendo "espontáneas" algaradas).
La histografía formada a la sombra de la PROPAGANDA IZQUIERDISTA ha hecho correr el bulo de la existencia de una Iglesia Católica en pie de guerra pero es una imagen que tardaría aún muchos años en ser real.
Sin embargo algo que tenían (y tienen) clara la filosofía de todos los movimientos político-sindicales que respaldaron los sucesos, en especial los anarquistas, (Francisco Cambó en sus Memorias (1876-1936), Alianza Editorial, Madrid, 1987, pgs. 188-189) era la consideración de que LA RELIGIÓN ES EL OPIO DEL PUEBLO Y EL PARAÍSO SÓLO ES RECONQUISTABLE SI SE ELIMINA A LOS SICARIOS DE LA RELIGIÓN.
El gobierno de Maura reaccionó firme: envió tropas de Zaragoza y Valencia que restablecieron el orden, se hizo juzgar en Consejo de Guerra a los responsables (si bien las condenas fueron suaves la propaganda izquierdista, victimista, haría al Gobierno responsable de una represión indiscriminada dejando a la sombra los CRÍMENES REALMENTE COMETIDOS por los revolucionarios. Algo similar ocurriría en 1934)
Pero los sucesos tomarían un giro inesperado con la ejecución de Francisco Ferrer (director de la Escuela Moderna) filo anarquista a la que siguió una campaña propagandística, en España y extranjero, incluyendo Sudamérica, que mereció el siguiente juicio de Cambó: "aquel hombre inculto, grosero, cuyos méritos consistían en haberse apoderado de la fortuna de una dama para consagrarse a darse una vida de holgorio y abrir una escuela anarquista, apareció como el símbolo de la virtud y la cultura" (Francesc Cambó en Memorias, op. cit. Pgs. 188-189).
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