El árbol más cargado de fruto es siempre el que recibe más palos. Ya bendijo el Señor en las Bienaventuranzas a los fueran objeto de insulto y persecución y dijeran toda clase de mal contra ellos mintiendo, por causa de Él. Si tenemos en cuenta la labor evangelizadora que ha realizado España a lo largo de los siglos (incluso a día de hoy, que prácticamente ya no es nada, creo que sigue a la cabeza con más misioneros que otros países, cerca de 20.000 o algo así), yo creo que se puede aplicar muy bien esa bienaventuranza al caso de España. ¿De qué nos vamos a sorprender si nos calumnian? Pero si a los ojos del mundo somos una porquería, Dios debe de tener en muy buena estima a España, aunque desgraciadamente esté tan venida a menos que ya no sea ni sombra de lo que fue. Por lo menos la España del pasado, cuando todavía no había renegado de Él.
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