
Iniciado por
Wellesley
No era, pues, de extrañar que en vista de la política seguida por Enrique de Trastamara en contra de Inglaterra, ésta intentase, veinte años más tarde y al ofrecérsele ocasión propicia, vengarse de Castilla. Nació la lucha por las pretensiones que al trono de Portugal tenían el rey castellano Juan II, hijo político de Pedro I, último soberano de la Casa de Borgoña, y el Maestre de Aviz, hijo natural de Pedro, a quien las Cortes portuguesas habían elegido como su sucesor y cuya esposa eran nieta del rey Eduardo III de Inglaterra. La batalla de Aljubarrota no aparecía, pues, ante los contemporáneos como una victoria inglesa o angloportuguesa sobre Castilla, sino como una derrota de los tres reinos: Castilla, Francia y Escocia, aliados, contra Inglaterra y Portugal, beneficiándose por ella los dos últimos países.
Marcadores