Francisco Vela, autor de «La batalla de Bailén. El águila derrotada»: «La reacción de Napoleón fue iracunda»
M. P. V.
1) En su libro habla de los múltiples errores que se produjeron antes de la contienda y que, casi fortuitamente, dieron la victoria a los españoles. ¿Cómo es posible que dos ejércitos experimentados cayeran en tantos equívocos estratégicos?
Básicamente, el ejército español no supo hacer valer su superioridad numérica ni su condición de jugador local en esta partida, por decirlo de una manera fácil. La parte francesa se aferró a una misión que perdió su objetivo al rendirse la escuadra francesa de Cádiz y no supo retirarse a tiempo a posiciones más defendibles como podría haber sido Sierra Morena en su vertiente manchega a la espera de refuerzos. Esto les llevó a fraccionar sus ejércitos en múltiples columnas y destacamentos buscándose unos a otros hasta que al fin se encontraron en Bailén el 19 de julio, precisamente en el único movimiento de ambos ejércitos en que no se esperaban encontrar.
2) ¿Cree que si Vedel hubiera llegado antes en socorro de Dupont podría haberse decantado la batalla del lado francés?
Sin ninguna duda que habrían vencido. Casi lo hicieron incluso llegando tarde, con más sentido si lo hubieran hecho tan solo un par de horas antes, cuando podrían haber cogido a Reding entre dos fuegos. El ejército español, reducido a tan solo dos divisiones, no disponía de reservas ni de una fuerza en retaguardia suficientemente potente para frenar a las tropas de Vedel, como de hecho ocurrió. Su irrupción en la retaguardia española, mientras ésta hacía frente a uno de los múltiples ataques de Dupont, habría desbaratado esa defensa.
3) ¿Qué significó para el orgulloso Napoleón esta derrota?
Es de sobras conocida la reacción iracunda de Napoleón a la noticia de la derrota, de hecho supuso el final de las carreras militares de generales, hasta entonces de sobrada reputación, como Dupont, Vedel, Barbou o Chabert -entre otros-. Además, llevó aparejada la completa pérdida de un ejército de 22.000 hombres y sus pertrechos de forma irrecuperable. Algo que nunca antes había ocurrido.
4) ¿Fue esta contienda determinante para el devenir de la invasión francesa?
Por supuesto. Esta afrenta al orgullo del emperador le obligó a tomar cartas en el asunto y en apenas tres meses de estancia en España derrotó a cinco ejércitos españoles y echó al mar a otro británico. Afortunadamente acontecimientos de índole político y militar en Europa le instaron a marchar a París delegando el resto de una guerra, que el ya creía ganada, a un rey impuesto e impopular y a una serie de mariscales egocéntricos y sobrados que nunca llegaron al entendimiento en aras de un mando unificado y que hacían la guerra cada uno por su cuenta.
5) ¿Cómo y con qué armas se combatía en 1808?
La infantería, Arma numerosa y sustancial de estos ejércitos, luchaba en grandes masas compactas donde primaba el número de bocas de fuego sobre su efectividad real, en pocas palabras, se disparaba al bulto esperando alcanzar al máximo de enemigos posibles. Esto era así porque, en ésta época, los fusiles no disponían de ninguna precisión, y si bien las características de estas armas decían que tenían un alcance efectivo de 100 o 120 metros, el alcance real en la práctica, el que causaba una baja al enemigo, apenas llegaba a los 50 metros. Son muchos los testimonios que nos cuentan como dos formaciones se podían estar tiroteando a 30 pasos de distancia sin por ello decantar el triunfo sobre uno u otro bando.
6) En su libro explica pormenorizadamente todas las unidades que combatieron aquel aciago día, además de los movimientos concretos de las mismas durante los combates. ¿Cómo le fue posible ser tan riguroso?
Los documentos están ahí, en los archivos militares, históricos y municipales. Solo hace falta tiempo, dedicación y una pasión desenfrenada por nuestra Historia. Es difícil explicar hoy en día la inusitada excitación que uno siente al tener en sus manos los mismos papeles que hace 200 años redactaron o firmaron hombres como Castaños, Reding, o el mismo Dupont. Y por supuesto, disponer de un incontable número de colegas con los que compartir estos papeles, mostrarles tus descubrimientos o agradecerles sus aportaciones, que siempre las hay.
7) ¿Cuánto tiempo le llevó recopilar esa ingente cantidad de información?
El tiempo empleado es sencillamente irrelevante. De hecho, hoy en día siguen apareciendo documentos que siguen aportando información. Básicamente este libro de Bailén me llevó unos seis o siete años. Además no todo es trabajo de biblioteca, también conlleva muchos viajes, llamadas telefónicas, consultas en internet, paseos a la fotocopiadora, etc… todo ello cargando dicho esfuerzo a nuestras cansadas espaldas y escuálidos bolsillos.
8) ¿Cree que actualmente la sociedad le da un reconocimiento e importancia suficiente a batallas tan importantes para España como Bailén?
Está claro que no. En una sociedad tan politizada por un lado como adormecida por otro, la Historia solo interesa a unos pocos, y esos mismos pocos apenas tienen los mecanismos de difusión necesarios para hacerlo llegar a la gente. Son muchos los colegas que se ven abocados al olvido por no haber editoriales que les publiquen, o que apenas pueden salir de un círculo muy reducido de distribución si deciden publicarlo por su propia cuenta. El resultado es el mismo, no suelen llegar a la gente de la calle, y solo en casos muy singulares, como ocurre con Arturo Pérez-Reverte, se descubre cuanto potencial existe en nuestra sociedad cuando se da de verdad una oportunidad a nuestra Historia.
Bailn, la batalla donde Napolen fue cruelmente humillado por el Ejrcito espaol - abcdesevilla.es
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