Cita Iniciado por kurt hausser Ver mensaje
Sí, he leído los libros que te he citado, el de Martos me parece más general y el de Milá más aplicado al caso que nos atañe. Por supuesto, tampoco pretendo que estemos totalmente de acuerdo, que sería muy aburrido, pero el tema puede presentar varios puntos de vista, y yo veo mejor la que tiene connotaciones "marciales", siguiendo la linea de Evola (tampoco comencé a leer sobre ésto ayer), respetando la opinión de los hidalgos de España, pero para mí no es dogma de fé.
Por otra parte, es de agradecer que estés haciendo como veo, un miniresumen del libro, pues en este caso, al estar agotado, está justificado ponerlo a disposición, aunque yo personalmente no tengo problemas morales con la SGAE.
Saludos
Kurt
Obviamente el asunto tampoco es dogma o materia de fé para mí. Lo que pasa es que el enfoque que se hace es desde la antropología de la historia de esta figura y no es la que andas buscando. Incluso, verás que en respuesta a Cruz y Fierro acerca de si el hidalgo, en sentido general, se parece a los gentry, y le digo que a mi también me lo parece, mientras que GARCIA VALDECASAS los asimila con los gentlemen, algo con lo que no estoy tan de acuerdo, pues o bien yo tengo una imagen de los gentry y los gentlemen algo distorsionada, o en su conjunto, tampoco son lo mismo, independientemente de que entre ambos grupos pueda haber numerosas coincidencias.

Respecto al enfoque que más te interesa, es decir el aspecto marcial del tema. Sin duda hubo de haberlo, pero esto se daría más entre los hidalgos segundones que se marchaban de la Casa solar, bien para incorporarse al Ejército, bien para irse a América donde buena parte de ellos se dedicaron a la conquista y descubrimiento de nuevos territorios. Por el hecho de su condición noble, la mayoría debieron ocupar puestos de mando en las unidades en las que sirvieron. Pero, por pura lógica, aquéllos otros que eran los mayorazgos y los segundones que sí se quedaban a trabajar por mantener la Casa solar e incrementar el patrimonio del linaje, pues poco espíritu militar tendrían. Es decir, el enfoque que buscas, como siempre pasa en las líneas de investigación, deberías acotarlo a los casos en los que sí era precisa esa formación marcial. Respecto de Evola, es alguien que me suena, del que he oído su nombre y poco más. Sé que era belga, o de nacionalidad similar, y que es un icono dentro de los círculos NS, pero de ahí a su conocimiento exhaustivo de la antropología de una figura social genuinamente española, se me hace algo extraño.Y todo ello independientemente de que en la práctica todos los estudiosos españoles no coinciden en tratar esa faceta. Quiero decir, que si hubiera sido un rasgo habitual, estaría recogido en la mayor parte de estudios y escritos, y no es así. No obstante todo lo expuesto, supongo que lo más atractivo para tí y relacionado con la parte que más te interesa, será la relativa a la cuestión del Honor, pero este es un concepto distinto según las culturas. Mientras el honor germánico está más referido a los orígenes, a lo militar, al orgullo racial, el honor español es un honor mediterráneo, más relacionado con la casa, las mujeres, el apellido y la propia imagen pública... En fin, que las connotaciones y las motivaciones para ello no son exactamente las mismas, intervienen muchos elementos históricos, sociales y psicológicos. Recuerdo que hay algún estudio socioantropológico publicado sobre el concepto del honor y de como se entiende éste en las diferentes culturas, pero ahora mismo no te puedo dar la referencia del título y autor/a.

Por último, no estoy transcribiendo el libro de GARCIA VALDECASAS, sino parte de un trabajo mío personal que realicé en 1996, del cual tengo el original y para el que me documenté profusamente. Coincido contigo en el hecho de que con SGAE o sin ella, es un libro totalmente descatalogado que no se ha vuelto a editar desde mil novecientos cincuenta y tantos y que para poderlo leer, o encuentras un ejemplar en una librería de viejo por casualidad, o te lo deja alguien o lo fotocopias descaradamente. Si acaso es a los herederos de GARCIA VALDECASAS a quienes corresponde la tarea de reeditarlo, otra cosa es que encuentren un editor interesado.

En cuanto a la posibilidad de escribirlo literalmente aquí, el libro tiene 253 páginas y se me hace un poco largo. Otra cuestión es que hubiera sido un ensayo de 25 ó 30 páginas, entre Tautalo y yo mismo lo hubiésemos transcrito sin inconveniente alguno.

Un saludo.