... Y tienes la noble hidalguía de la madre España...(refiriéndose a la isla), reza una canción popular puertorriqueña.
Si hay algo que simboliza, que define lo hispano, es la hidalguía. La nobleza natural que hoy casi ha desaparecido. El rescatar aquí la idea, el ser, el sentir, de lo hidalgo, no debe ser tomado como clasismo, pretensión fátua de relumbre social, ni ninguna otra de las vanidades humanas pasajeras.
Debe ser un objetivo en nuestras existencias el comportarnos con nobleza, ser nobles y limpios de corazón que, en nuestro caso, es lo mismo que ser hidalgos. Y si esto está anticuado, más antiguo es comer, fornicar, pintarrajearse la cara, cazar o pescar.
"Importan las cosas pasadas porque en algún modo son, como diría San Agustín, "presente de pasado"; y porque en ellas, al menos como lección, puede haber algún "presente de futuro".
Estas palabras que a mi me tienen encandilado, no son mías, desafortunadamente no lo son. Están recogidas en el Prólogo de un libro cuyo título es: El Hidalgo y el Honor, cuyo autor se llama Alfonso GARCÍA VALDECASAS, y fue editado por la REVISTA DE OCCIDENTE (Madrid), allá por 1947.
Se trata, en mi opinión, de un extraordinario ensayo sobre la hidalguía hispana, el ejemplo más sublime de superioridad moral a la que una persona puede acceder. Lamentablemente, el libro que yo sepa no sólo es que esté descatalogado, sino que tengo la idea, -ojalá que equivocadísima-, de que no se ha vuelto a editar. Y, sin embargo, no debería haber un tradicionalista que no lo tuviese por libro de cabecera junto al NT. La intención de GARCÍA VALDECASAS era que su ensayo fuese una guía para las generaciones futuras, para que no volviesen a caer en el desierto espiritual y moral que nos había traído el nefasto Siglo XIX. A la vista está que no logró su sueño, ¿queda algo de hidalguía por las calles de España?
Lo que propongo para este tema es que tratemos de la hidalguía como una de nuestras mayores e importantes señas de identidad, empleando esta boba expresión moderna.
... Y tienes la noble hidalguía de la madre España...(refiriéndose a la isla), reza una canción popular puertorriqueña.
Muchas gracias por la recomendación, Valmadian. ¿Te importaría transcribir el índice aquí para hacernos una idea del ensayo? Gracias de antemano.
Intentaré hacerme con un ejemplar, aunque supongo que no estarán en muy buen estado seguro que se podrá leer.
" el pueblo español fue y es antidemocrático, y para no serlo fue capaz de librar la gran guerra de la Independencia, las tres carlistas y la última guerra de Liberación. Esta fue y es la realidad histórica, quieran los demócratas o no; lo confiesen o no."
Anti-España 1959 Mauricio Carlavilla
" volad a las Armas, incorporaos con los defensores de la más justa y Sagrada Causa; podréis así salvar vuestra vida, a vuestra familia de la mendicidad, y hacer ver a la Nación entera que sois Cristianos Católicos, y que los Gallegos de la generación presente son, como los de las pasadas, leales a su legítimo Monarca "
Proclama carlista do capitán de partida Modesto Varela (1838)
El noble es aquel:
que tiene alma para sí y para otros.
Son los nacidos para mandar.
Son los capaces de castigarse y castigar.
Son los que en su conducta han puesto estilo.
Son los que no piden libertad sino jerarquía.
Son los que sienten el honor como la vida.
Son los capaces de dar cosas que nadie obliga y abstenerse de cosas que nadie prohíbe. Son los...
("El nuevo gobierno de Sancho" Leonardo Castellani)
Gran tema el propuesto por Valmadián, y gran libro el de García Valdecasas, por cierto que muy difícil de adquirir -hay que buscar en librerías de viejo para poder hacerse con algún ejemplar.
García Valdecasas fue discípulo de Ortega y Gasset y formó el Frente Español con algunas personalidades de la cultura española del momento, preocupadas por el sesgo ultra-izquierdista que tomaba la II República, por ejemplo María Zambrano.
Independientemente de la biografía de García Valdecasas el tema propuesto es muy sabroso. Hoy, cuando tan en alza están los estereotipos igualitaristas, recuperar una idea de hidalguía es muy interesante para la causa tradicionalista. Junto a "El hidalgo y el honor" -que tengo en mi mesita de noche- habría que poner "Defensa de la Hispanidad" del mártir vascongado D. Ramiro de Maeztu, alma mater de Acción Española.
Espero que, con el libro en la mano y un poco más de tiempo, ya que tanto trabajo cuesta adquirirlo podamos en este hilo ofrecer una aproximación a todos los interesados en este asunto, yo diría que esencial. Espero que podamos entre todos, y con algunas otras fuentes traídas a colación, perfilar la figura del Hidalgo. En ese sentido, iremos sacando también los textos -posteriores a su conversión- de D. Manuel García Morente que harto reflexionó sobre este tema.
Un saludo
Salvador Dalí es ejemplo de una manifestación reciente de la hidalguía (y genialidad) hispánica.
Hoy ando con el día "apretado" y apenas puedo distraerme cinco minutos, al menos hasta la noche, ya haré, pues, más comentarios y pondré el índice que pides Nova_Hespaña.
Ahora sólo voy a dejar una nueva cita bibliográfica de la que haré un comentario:
La nobleza en la España moderna.
David GARCÍA HERNÁN
Cole., "La Historia en sus textos"
Edit. ISTMO, Madrid 1992.
224 págs., en formato bolsillo.
Muy bueno, muy concreto, claro y documentado, con abundantísima bibliografía.
Para abordar el tema, menester será hacer un repaso por nuestra literatura de los siglos de oro:
Véase el panegírico que Cervantes pone en boca del Caballero del Verde Gabán: un caballero manchego, espléndido, hospitalario, hogareño, amante del suelo patrio y de la familia, preocupado por la salvación de su alma, devoto de la Santísima Virgen María... Magnífico cuadro de lo que era un hidalgo, y de lo que tendrá que ser todo hidalgo.
Además, el más grande de nuestras Figuras Literarias -D. Quijote de la Mancha- era un hidalgo de los de lanza en astillero... etcétera.
Precioso tema el de la hidalguía...
De verdad que es un hilo que promete mucho.
Un saludo
Sería muy conveniente que, para ambientar este tema, pusiéramos una buena galería de retratos -estoy pensando en los del Greco- de hidalgos y caballeros. En esos rostros está quintaesencia España. La en otrora austeridad española, vestida de negro, consciente de la dignidad de su sangre, tesoreros de ejecutorias, orgullosos de sus blasones, de su árbol genealógico, piadosos... El hidalgo es uno de los tipos humanos más logrados de todo el universo.
Mariano Sáez Gámez piensa -así lo escribió en "Hidalguías de Jaén" (Instituto Salazar y Castro, 1979) que: "terminada la Reconquista, su decadencia [la de la hidalguía] es notoria hacia 1500, viéndose los hijosdalgo obligados a nutrir las filas de los tercios imperiales o a pretender cargos de la administración civil, todo como medio de escapar a una situación a que las más de las veces se veían empujados por su estado de pobreza mejor o peor disimulada".
No comparto que hacia 1500 se hiciera notar la decadencia de los hidalgos. Más bien, la decadencia de la hidalguía se puede fechar a mediados del siglo XVIII, constatándose la desaparición de los hidalgos a consecuencia de las políticas fiscales de la administración borbónica.
Sí que comparto con Sáez Gámez la precisión que el mismo estudioso hace sobre los dos tipos de hidalgo, me explico: el hidalgo urbano y el hidalgo rural.
En el "Buscón" nos pinta Quevedo un grupo de "hidalgüelos" asociados por su miseria, formando prácticamente una cofradía de pícaros. Con antelación, el Lazarillo nos había presentado al pobre escudero de la casa sin alhajas al que su mozo Lázaro tenía que llevarle lo que mendigaba el mozo para yantar. Son caricaturas de un modelo de hidalgo que, según Sáez Gámez, pertenecería al ámbito urbano. Allí lo tuvieron que pasar peor.
En cambio, "en los pueblos de corto vecindario el hidalgo solía ser del corte de aquel don Diego de Miranda, o como aquel otro, rústico y erudito a la vez, que Pereda nos retrata en "Peñas arriba", que lo mismo viste blusa y calza zuecos para realizar las más campesinas faenas, que se adorna con las galas de cortesana levita; el señor de la Torre de Provedaño".
Pienso que sería muy oportuno, para ambientarnos, ir poniendo una galería de retratos -pienso en los del Greco. He intentado pegar alguna que otra imagen, pero en balde ha sido.
Un saludo, señores hidalgos.
Contestando a la pregunta de Valmadian: ¿quedan hidalgos por las calles de España? Diré que, por desgracia, hijosdalgo no, pero hijos de otra cosa sí... Seguro que sabéis que hablo de hideputas. Perdón por la palabra.
Una pregunta ¿Hidalgo no es un titulo nobiliario, menor, equivalente al caballero en Inglaterra? Lo digo porque hace unos años conocí aquí en Madrid a un chaval que ostentaba ese titulo, al menos eso me dijeron (en ningún momento se lo pregunte).
Para subir imágenes podéis utilizar la función de adjuntar archivos. Fijaos que tanto el peso del archivo como sus extensiones están limitadas. Si ni adjuntando archivo ni insertando la imagen conseguís subir las imágenes dirigíos a mí que haré lo posible por ayudaros.
Un saludo.
" el pueblo español fue y es antidemocrático, y para no serlo fue capaz de librar la gran guerra de la Independencia, las tres carlistas y la última guerra de Liberación. Esta fue y es la realidad histórica, quieran los demócratas o no; lo confiesen o no."
Anti-España 1959 Mauricio Carlavilla
" volad a las Armas, incorporaos con los defensores de la más justa y Sagrada Causa; podréis así salvar vuestra vida, a vuestra familia de la mendicidad, y hacer ver a la Nación entera que sois Cristianos Católicos, y que los Gallegos de la generación presente son, como los de las pasadas, leales a su legítimo Monarca "
Proclama carlista do capitán de partida Modesto Varela (1838)
DE LO QUE LE SUCEDIÓ A UN HIDALGO EN LEPANTO
"La más alta ocasión que vieron los siglos", escribió Cervantes. Era el 7 de octubre de 1571. A las siete de la mañana de aquel día famoso las dos escuadras, la turca y la cristiana, se divisan.
El alférez Gabriel de Casteñeda lo vio y nos lo contó. Antes de chocar contra el turco, los españoles se disponen en sus barcos. Sobre la cubierta de la nave, el capitán Urbina y el alférez Santisteban se topan con un soldado enfermizo. Ojeroso y con tez macilenta, achacado de cuartanas que contrajo en la isla de Corfú, el soldado enfermo busca un lugar para combatir. El capitán Urbina, viéndole tan indispuesto, le recomienda recogerse pues en ese estado febril no estaba entero para pelear. El soldado que es español, mira a sus mandos y les dice:
-Señores: en todas las ocasiones que hasta hoy se han ofrecido de guerra a Su Majestad y se me ha mandado he servido muy bien como buen soldado, y así ahora no haré menos, aunque esté enfermo y con calentura; más vale pelear en servicio de Dios y de Su Majestad y morir por ellos que no bajarme so cubierta. Póngame vuesa merced, señor capitán, en el sitio que sea más peligroso, y allí estaré y moriré peleando.
El capitán, con pesar del riesgo que correría el soldado, aceptó complacerle y le ordenó que se emplazara en el esquife, encabezando a doce hombres. Combatió con denuedo, como soldado de casta. La fiebre no fue impedimento para que su espada, templada en las aguas del Tajo, tantas veces cantadas por Garcilaso, diera tajos y pinchara enemigos. Sudando, gritando, invocando a Santiago el soldado español dejó en el esquife a más de un berberisco.
Aquel soldado no era un Quijote, no era Don Quijote... Pero como si lo fuese. Aquel soldado se llamaba D. Miguel de Cervantes Saavedra.
Nota Bene: Para los que sostienen la estúpida teoría del origen converso de Cervantes, estas palabras de las que dio fe el alférez Gabriel de Castañeda son palabras de hidalgo que vive con fervor la devoción ibérica a Su Majestad el Rey y la adoración perpetua a Dios Nuestro Señor.
Publicado por Maestro Gelimer
http://librodehorasyhoradelibros.blo...idalgo-en.html
Hidalgo puede que tenga muchas connotaciones, pero lo cierto es que si había un título nobiliar de tal nomenclatura.
Lo que pedías Nova_Hespaña es esto:
El hidalgo y el honor.
Índice:
Prólogo:
EL HIDALGO:
.- Las figuras ejemplares.
.- Herencia y ejemplo.
.- Nobleza y virtud.
.- Virtud y sosiego.
.- La virtud y las obras.
.- Las obras y el éxito.
.- El hidalgo y la técnica.
.- El trabajo.
.- El presente.
HIDALGOS Y GENTLEMEN:
.- Universalidad. Sentido igualitario. Lealtad y mesura. El burgués y el hombre económico. La lección del hidalgo y del gentlemen en la sociedad contemporánea.
CERVANTES Y LA RIQUEZA:
.- Virtud y riqueza, honra y honradez.
HERÁLDICA:
I. Heráldica y arte.
II. Lenguaje simbólico y razón vital.
COSAS DE HIDALGOS:
I. El temple moral.
II. Hidalquía ante la muerte.
III. Hidalquía en el amor.
EL HONOR (Dedicatoria)
EL TEMA:
El honor y el Siglo de Oro. Los dos problemas: naturaleza del honor, significación del honor español.
NATURALEZA DEL HONOR:
I. Dualidad del honor. El Rey Asuero. Honor y poder. Hobbes.
II. El origen de Hacer honor. Honor y virtud. Gloria y gracia. Honor sin poder.
III. Poder sin honor. Irradiación del honor: Fray Luis de Granada, autores teatrales, Saavedra Fajardo.
IV. Honor y comunidad en Grecia, Aristóteles. El ius honorum romano. Honor y honores. Atimia e infamia.
V. Alteridad en el honor. La comunidad como titular de honor: Santo Tomás de Aquino.
VI. Schopenhauer y la significación social del honor. Honor y character. Lo social y lo íntimo. Honor y gloria en la comunidad, Mío Cid. Valor del honor. honor y vida.
VII. Función del honor en la comunidad. Honor y espíritu de cuerpo. El honor en la comunidad cristiana de San Pablo, la comunión de los santos y el Cuerpo Místico.
VIII. Comunidad, sociedad y masa. Honor y forma política. Montequieu, Aristóteles, Saavedra Fajardo.
IX. Honor y moral. Honor e inercia social.
EL HONOR ESPAÑOL.
I. El honor en la mujer. Moral épica y moral cristiana. La comunidad familiar. La Reconquista. Los hábitos caballerescos y el honor. Intensidad y extensión del honor español.
II. El honor y el mando. Garci Fernández el de las blancas manos. El honor familiar y el cuerpo político. El honor y el Rey. Venganza del honor y lealtad al Rey.
III. Celos de honor y amor. Sentido del drama del honor. Lope y El castigo sin venganza. Calderón y los celos de amor. Tirso de Molina.
IV. Crítica del honor, Cervantes, Lope, Alarcón, Gracián, etc.
V. Fragilidad del honor. Conflictos y enigma del honor.
VI. El honor renacentista y el honor clásico español. Eros platónico y honor español. Sentido permanente del honor.
Son 253 páginas en la versión original. Tautalo habla de intentar conseguir un ejemplar en librerías de viejo. Es una tarea ciertamente complicada y que requerirá de mucha paciencia. Otra opción es buscar el libro en algunas bibliotecas y fotocopiarlo. Yo lo encontré en la Facultad de CC Políticas y Sociología de la Univ. Complutense. Tenían un ejemplar como préstamo de sala únicamente, dada la antigüedad de su edición la cual es superior a los 50 años y, por ello, entra dentro de la consideración de patrimonio bibliográfico gozando de especial protección legal. Pero estoy convencido de que en muchas bibliotecas universitarias, particularmente las de Historia y Sociología, deben tener algún ejemplar.
Considero oportuno, a la vista de lo expresado en algunas intervenciones de estimados compañeros foristas, aclarar algunos conceptos previamente.
Nobleza es una condición y una situación que literalmente se ha producido y se da en toda sociedad no elemental (demasiado primitiva), o igualitaria (más que nada muy utópica).
Resulta preciso diferenciar entre nobleza y aristocracia. Si empezamos por la segunda, Aristocracia significa etimológicamente hablando, el gobierno de los mejores, es decir, de los que se supone están más capacitados, procediendo dicho concepto de la Gracia clásica donde era considerada una de las formas puras de gobierno por oposición a oligarquía, o gobierno de unos pocos en su propio beneficio.
Literalmente, la podemos considerar hoy del mismo modo: ¿qué, si no una forma de aristocracia es un parlamento? (visto en su forma teórica, naturalmente, pues luego la realidad suele ser demasiado diferente), igualmente sucede con los miembros de una confederación empresarial, o los miembros de cualquiera de las Reales Academias de España. o los catedráticos que conforman el gobierno de cualquier universidad. En definitiva, todo grupo dirigente en cualquier campo o actividad social es una forma aristocrática de gobernar dicho ámbito. Este concepto ha devenido en los dos últimos siglos en el concepto más ambiguo de élite. No obstante, independientemente de como queramos conceptuarlo, la pertenencia a una forma aristocrática o a una élite, no implica la existencia de nobleza en el individuo o grupo, ni la condición nobiliaria.
Para que se de la existencia de nobleza se han de dar unas condiciones, las cuales, siguiendo a García Valdecasas son las siguientes:
"En este terreno, a lo largo de los siglos, y a pesar de la inevitable transformación de las creencias sociales, hay en el pensamiento español como un eje diamantino inconmovible que, esquemáticamente, podríamos formular así:
1º La nobleza no consiste sino en la virtud. Donde haya o pueda haber virtud habrá o podrá haber nobleza. Toda otra condición es secundaria.
2º La ascendencia noble no arguye nobleza, sino obligación de ser noble y, a lo más, un crédito de confianza: se espera un noble comportamiento de quien tal ascediente tiene.
3º La virtud se prueba por las obras, como por los frutos se conoce al árbol. Por consiguiente, cada cual es hijo de sus obras.
4º Las obras consisten en la acción esforzada, no en el resultado ni en el éxito.
(El hidalgo y el honor. página 17)
Resulta concluyente observar lo que sucede en nuestra sociedad hoy en día. Hay de todo menos virtud, esfuerzo y nobleza.
Es durante la Edad Media cuando se funden las categorías aristocracia y nobleza, y, de hecho, es tal y como aún se siguen identificando. Esta identificación es la que encontramos en muchos textos y opiniones. Y resultan muy interesantes los comentarios de un profesor de Antropología que nos dice:
En su acepción más amplia, por nobleza se entiende un estrato social que goza de derminados privilegios (derechos de honra -en las iglesias, en los oficios religiosos, etc.-, exenciones de obligaciones, de pechas, de tributos y cargas personales, derechos privilegiados -a no padecer tormento, a no ser presos por deudas, a no ser ejecutados...) fundamentados en una herencia proveniente de sus mayores o en su virtud y mérito propio, en el reconocimiento de un servicio prestado a la Corona..."
(Juan ARANZADI Milenarismo vasco. Edad de Oro, etnia y nativismo. 3ª parte Entre la Edad de Oro y el Milenio Cap., 2.C "Túbal, los Fueros y la nobleza universal vasca" 2.C.A.B. P. , 405 Colecc., La otra historia de España. <<edit. TAURUS, Madrid 1982)
En este fragmento, el profesor Aranzadi destaca la fusión de los conceptos mencionados más arriba. Hoy vemos como diputados y senadores, por ejemplo, disfrutan de ciertos privilegios aforados, y disfrutan de dos en particular que antes de la actual Constitución sí existían: la no existencia del mandato imperativo, y el librarse del juicio de residencia.
Tal como Tautalo ha comentado, el tema tiene mucho "jugo", y esta no es sino una primera aproximación que antecede a un desarrollo posterior cada vez más denso.
Para rastrear la decadencia de la hidalguía, que más arriba -sostenía yo- fechaba alrededor de la mitad del siglo XVIII, la Carta XXXVIII de las "Cartas Marruecas" de Cadalso es elocuente.
En dicha carta aborda Cadalso uno de los defectos que se nos imputan a los españoles por parte de los europeos: el orgullo. No le faltaba razón en este punto. En la "Antropología" de Kant hay una muestra de ello. Cadalso nos pinta el cuadro de costumbres de la época:
"Los nobles menos elevados hablan con más frecuencia de sus conexiones, entronques y enlaces. Los caballeros de las ciudades ya son algo pesados en punto de nobleza. Antes de visitar a un forastero o admitirle en sus casas, indagan quién fue su quinto abuelo, teniendo buen cuidado de no bajar un punto de esta etiqueta, aunque sea en favor de un magistrado del más alto mérito y ciencia, ni de un militar lleno de heridas y servicios. Lo más es que, aunque uno y otro forastero tengan un origen de los más ilustres, siempre se mira como tacha inexcusable el no haber nacido en la ciudad donde se halla de paso, pues se da por regla general que nobleza como ella no la hay en todo el reino."
En cuanto a los "hidalgos de aldea", como los llama Cadalso, la descripción es pintoresca: el hidalgo aldeano "se pasea majestuosamente en la triste plaza de su pobre lugar, embozado en su mala capa, contemplando el escudo de armas que cubre la puerta de su casa medio caída, y dando gracias a la providencia divina de haberle hecho don Fulano de Tal. No se quitará el sombrero, aunque lo pudiera hacer sin embarazarse; no saludará al forastero que llega al mesón, aunque sea el general de la provincia o el presidente del primer tribunal de ella. Lo más que se digna hacer es preguntar si el forastero es de casa solar conocida a fuero de Castilla, qué escudo es el de sus armas, y si tiene parientes conocidos en aquellas cercanías."
La información que en Cadalso se puede encontrar está, no obstante, condicionada por sus prejuicios ilustrados. Pero creo que era digno de tener en cuenta que, aunque la decadencia de la hidalguía se produjera en el contexto de esas reformas fiscales, las rancias costumbres anejas a la hidalguía todavía imperaban en los pueblos. La calidad de los pueblos se medía por la población hidalga que los habitaba. En el mismo siglo XVIII, cuando los eruditos se atrevían a redactar algún libro de historia local, operaban con el mismo molde al que alude Cadalso: "...se mira como tacha inexcusable el no haber nacido en la ciudad donde se halla de paso, pues se da por regla general que nobleza como ella no la hay en todo el reino". Otro dato a tener en cuenta: las medidas ilustradas del siglo XVIII pudieron ocasionar un estrago considerable en el estamento; no obstante, también en el siglo XVIII se posibilitó que el hidalgo pudiera trabajar en oficios "civiles" o "mecánicos" sin perder su condición.
Sobre lo que comentaba Val: Es común traducir títulos nobiliarios de una nación a otra. Por ejemplo el alemán "Freiherr" como el "Barón" español, o el también tudesco "Graf", como "Conde. Pero lo que es una traducción adquiere, a la luz de la historia del país concreto, una riqueza y variedad que habría que atender al pormenor. Estoy de acuerdo con Valmadian, "hidalgo" no es un título, es una condición.
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