(Basado en la obra “Haya De la Torre: vida y pasión de un masón ilustre”, escrita en 1993 por el B:.R:.H:. Marco A. Garcés Morales, P:.V:.M:. de nuestro Tall:. y uno de sus fundadores)
Víctor Raúl Haya De la Torre nació en Trujillo, departamento de la Libertad (560 Km. Al Norte de Lima, Perú), el 22 de febrero de 1895. Sus padres fueron don Raúl Edmundo Haya y doña Zoila Victoria De la Torre y tuvo como hermanos a Agustín, Lucía, Zoila Victoria y Edmundo, éste último, Gran Maestro de Masones del Perú en 1945.
Haya vino a este mundo dentro de un hogar joven y de abolengo remotísimo, donde nunca le debería faltar nada; tendría a su alcance todos los medios para una existencia segura y todos los elementos para ser un brillante exponente de la clase blasonada a la que pertenecía.
Luego de concluidos sus estudios escolares en el Seminario de San Carlos y San Marcelo, en 1913 fue admitido a la Facultad de Letras de la Universidad de Trujillo, la cual era el reflejo de la realidad socio-económica de entonces: profesores arcaicos, sociedad elitista, mentalidades obsoletas. Allí conocería a brillantes exponentes de la intelectualidad trujillana como Alcides Spelucín, Federico Esquerre, Carlos M. Cox y nuestro ilustre vate, César Vallejo.
A la edad de 22 años viaja a Lima, como delegado estudiantil ante la Federación de Estudiantes del Perú. Decidido a continuar sus estudios en la capital, logra conocer al entonces Director de la Biblioteca Nacional, don Manuel Gonzales Prada, viejo luchador anarquista, quien lo impacta de inmediato declarándose su incondicional discípulo.
Luego de un paso muy aleccionador por el Cusco y otras ciudades de nuestra serranía, Haya vuelve a Lima, pero totalmente cambiado, convertido en el defensor del indio y el crítico más punzante del sistema; a partir de entonces, sería el mejor aliado de los oprimidos en su lucha contra la injusticia social.
A partir de ese momento, Haya tendría una agitada participación en el acontecer político y social del país, en su incesante lucha por las reinvindicaciones sociales, lo que lo conduciría a su primera prisión, el 2 de octubre de 1823, luego de lo cual el gobierno del señor Leguía lo deporta. Este hecho le permite, sin embargo, establecer contactos con otros luchadores sociales en América hasta su arribo a Ciudad de México, en noviembre de ese año. Su contacto con el agrarismo mexicano sería decisivo para sus futuras concepciones concepciones políticas. Luego de esta primera visita a México, viaja por el mundo, viviendo in situ los distintos cambios que en ese entonces ocurrían.
Evidentemente, todo este cúmulo de experiencias fueron el caldo de cultivo para el masón que en él germinaba. Y es así como llegamos al 27 de junio de 1928 cuando Haya, de vuelta en México, pero esta vez en Mérida, capital del estado de Yucatán, recibe la V.:.L:. en la R:.L:.S:. “Acacia” No.7 del R:.E:.A:.A:., conjuntamente con el patriota nicaragüense César Julio Sandino. Según consta en los anales de la Gran Logia Unida “La Oriental Peninsular”, Haya recibió luego el 2do. y 3er. GGr:. a la vista “por su preparación, cultura y calidad humana”.
(Cabe aquí destacar aquí el trabajo incesante y dedicado del R:.H:. Humberto Meneses Arellano, primer V:.M:. de nuestro Tall:. y factotum del mismo, quien en 1987 , de propia iniciativa, luego de las indagaciones del caso, viajó a Mérida y gestionó y obtuvo de la precitada Gran Logia yucateca las certificaciones que acreditaban la condición Mas:. de Haya.)
Tres años después, enterado del derrocamiento del señor Leguía, Haya inicia el retorno a la patria, arribando a Talara, Piura el 12 de julio de 1931, en calidad de candidato presidencial por el Partido Aprista, fundado en su ausencia.. Meses después, en su Trujillo natal, el 11 de octubre, y conocido el triunfo de su oponente, pronuncia uno de sus más bellos discursos:
“Este no es un día triste para nosotros; es más bien el día inicial de una etapa de prueba.Vamos a probar en el crisol de una realidad dolorosa la consistencia de nuestra organización, la fe en nuestra doctrina y la sagrada perennidad de nuestra causa....Quienes han creído que nuestra misión era llegar a Palacio, están equivocados. A Palacio llega cualquiera, porque el camino que conduce a él se compra con oro o se conquista con fusiles; pero nuestra misión era llegar a la conciencia del pueblo antes de llegar a Palacio.Y a la conciencia del pueblo se llega, como hemos llegado nosotros: con la luz de una doctrina, con el profundo amor a una causa de justicia, con el ejemplo glorioso del sacrificio”
Poco después, en enero de 1932, el gobierno del señor Sánchez Cerro, inicia una sangrienta persecución contra Haya y sus seguidores, siendo éste detenido y encarcelado. Por cierto, las protestas contra este hecho se dieron de inmediato. Citamos, como ejemplo, el pedido hecho por la R:.L:.S:. “Galileo” No.3 del Or:. de Yucatán, México, el 7 de setiembre de ese año.
Al año siguiente, el 30 de abril, el señor Sánchez Cerro es asesinado y asume la Presidencia de la República el señor Oscar R. Benavides, M:.M:. de la R:.L:.S:. “Virtud y Unión” No.3. En agosto de ese año sale libre Haya y el 5 de setiembre de 1933 solicita su afiliación a esta logia, la misma que había acordado meses antes acoger en su seno a todos los HH:. de la trujillana logia “Cosmopolita” No.13 que acababa de abatir Ccol:., y a la cual lógicamente habría querido afiliarse Haya .
Es así como el 25 de octubre de 1933, durante una Ten:. en homenaje al H:. Manuel Jaén, Ministro Plenipotenciario de España en el Perú, con un marco impresionante de asistentes, se realizó la incorporación de Haya a la logia “Virtud y Unión”, donde pronunció un conceptuoso discurso de agradecimiento.
Sin embargo, esta primavera democrática poco duraría y Haya, a fines de 1933, tuvo que volver a la clandestinidad que se prologaría hasta mayo de 1945, donde se elige al gobierno del señor Bustamante, cuyo mandato terminó abruptamente el 27 de octubre de 1948, a manos del señor Odría, M:.M:. de la R:.L:.S:. “Manco Cápac” No.35. Luego de un nuevo destierro, Haya regresa al país en julio de 1957 y habló del martirio de muchos compatriotas y de un dolor “...que no fue el de la bestia herida, sino el del hombre superior que perdona a sus verdugos, transformándose y purificándose para hacerse cada vez más digno...” Hermoso mensaje masónico y naturalmente humano.
Y sigue entonces un período donde en la vida del país se alternan la democracia y las dictaduras, en medio de las cuales la presencia de Haya era de indiscutible liderazgo como pensador y defensor de los derechos civiles. En 1978, el gobierno militar imperante convoca a elecciones para una Asamblea Constituyente en la que Haya, que había obtenido la más alta votación, es elegido su Presidente.
Pero estaba escrito que Haya no disfrutaría del resultado final de su trabajo y la vida sólo le permitiría suscribir, a duras penas, la Constitución de 1979, que con tanto desvelos contribuyó a crear. El 2 de agosto de 1979, víctima de un cáncer irreversible, y en la casa que le prestaron sus familiares, luego de 84 fructíferos años al servicio de su pueblo según su entender, el hombre que pudo haber tenido toda la riqueza material y todos los honores y gozar de todas las sensualidades, muere en la más absoluta humildad y estrechez económica, legándonos nada más que su ejemplo y su mensaje.
La Gran Logia del Perú de inmediato coordinó los homenajes póstumos a tan dilecto H:. y su Gran Maestro, M:.R:.H:. Augusto Bohl Ebert, le encargó a la Gran Comisión de Actos Sociales, presidida coincidentemente por nuestro R:.H:. Humberto Meneses, el desarrollo de tales actividades.
Como se había previsto que los restos de Haya descansaran en Trujillo, se programó que el cortejo partiera en un viaje por tierra. Durante los más de 500 Kms que distan entre Lima y Trujillo, Haya recibió multitudinarios homenajes de la membresía a lo largo de toda la ruta.
Su tumba, sita a la entrada del camposanto, está presidida por una enorme y bella piedra sin desbastar que lleva la inscripción, a guisa de epitafio: “Aquí yace la luz”.
Marcelo Rodríguez Camacho, M:.M:.
Vall:. de Lima, 24 de octubre del 2001, e:.v:.
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