Y ese "marqués de Prat de Nantouillet" ¿de dónde había salido?
Y ese "marqués de Prat de Nantouillet" ¿de dónde había salido?
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
Pedro Prat y Soutzo, marqués de Prat de Nantouillet, nació en Atenas en 1892. Ingresó en la carrera diplomática en 1912 con tan sólo 20 años. Su primer destino fue el de agregado en la legación española en Estambul, la misma ciudad a la que regresó casi tres décadas después. Hasta 1936 su actividad diplomática lo llevó a San Petersburgo, Atenas, Estocolmo, Tokio y Bucarest, donde le sorprendió el estallido de la Guerra Civil. Desde los primeros días de la contienda, Prat asumió un protagonismo personal en la defensa de los intereses del régimen de Burgos, tanto en el plano diplomático como en el político. En octubre se inscribió en Falange, organizó las secciones del Partido en Rumania y Turquía, y en compañía de Jaime Fernández Chwoyka, Jefe Territorial de FET y de las JONS en Turquía, creó un Servicio de Información Naval encargado de vigilar el tráfico marítimo en el estrecho del Bósforo. En esas mismas fechas fue nombrado agente del Estado español en Rumania, Yugoslavia y Turquía. Además de su misión oficial, Prat realizó diversos viajes a Grecia y a los Balcanes como representante itinerante de la España “nacional”. Su mayor aportación al esfuerzo bélico franquista consintió en impedir mediante presiones diplomáticas la salida en julio de 1937 del carguero sueco Lola, atracado en el puerto rumano de Constanza con 5000 toneladas de material bélico destinado al ejército republicano. El buque fue retenido por las autoridades rumanas y la carga, incautada. Digamos que fue un espía que también informaba al servicio secreto alemán de Hitler.
Todo el capítulo titulado LA MASONERÍA Y EL MOVIMIENTO NACIONAL del tercer tomo de las Memorias de Eugenio Vegas Latapié recoge en distintos apartados varios casos aparentemente inexplicables que favorecen la afirmación positiva acerca de una verdadera y auténtica presencia masónica en puestos elevados del régimen franquista desde los primeros momentos. El propio Eugenio, a partir de los datos aportados, avanza la hipótesis de un uso instrumental del aparato de represión franquista por parte de ciertos "entusiastas" de la lucha antimasónica situados en puestos clave del sistema, que harían uso del mismo para la venganza de muerte contra personas que, ciertamente fueron masones, pero que estaban arrepentidas. Algunos de los casos inexplicables y sin resolver antes mencionados son los de personas de la policía comisionadas para la incautación e investigación de los papeles y archivos de la masonería y que fueron asesinadas.Sobre esto he leído últimamente algo que ha asqueado: algunos funcionarios del Régimen habrían contemplado la legalización de la masonería para impulsar el ansiado acercamiento de Estados Unidos y así terminar con el aislamiento. No sé que habrá de cierto en esto, ni qué grado de responsabilidad alcanzaría a Franco, pero me parece significativo que se pudiera proponer una cosa tan profundamente inmoral en los que se supone años más duros del Régimen
A continuación dejo los apartados que componen el capítulo antedicho de este libro y que recogen todos estos datos.
INTRODUCCIÓN
LA MASONERÍA DURANTE LA REPÚBLICA
LA MASONERÍA AL PRODUCIRSE EL ALZAMIENTO
ACTUACIONES MASÓNICAS EN CEUTA Y MELILLA
EL CASO DE TOMÁS DE BENITO
EL CASO MARTÍN DE SANTAOLALLA
EL CASO ADRADOS
OTROS CASOS
DESAPARICIÓN DE DOCUMENTACIÓN MASÓNICA
REFERENCIA A MARTÍNEZ FUSET Y A PÉREZ GONZÁLEZ
ASESINATO DEL TENIENTE CORONEL GABALDÓN
REFERENCIA A DOCUMENTACIÓN SOBRE RIZAL
REFERENCIAS DE VICENTE GIL, MÉDICO PERSONAL DE FRANCO, AL TEMA MASÓNICO Y ALUSIÓN A CARRERO BLANCO
LA TUMBA EN POBLET DEL MONJE WHARTON, ANTIGUO MASÓN (éste es el apartado que he reproducido en el primer mensaje del hilo)
VIGENCIA DE LAS NORMAS CANÓNICAS QUE CONDENAN A LA MASONERÍA
También cabe mencionar el libro de Tusquets "Orígenes de la Revolución Española" donde también se recogen muchos datos concernientes a los comienzos de la Segunda República y el papel decisivo de la masonería en el mismo, o los apuntes recopilados en los libros de Mauricio Carlavilla (aunque de estos autores todavía tengo que estudiar e investigar la fiabilidad de sus aportaciones, creo que en un principio pueden tomarse como fuentes provisionalmente seguras).
Última edición por Martin Ant; 19/10/2013 a las 13:49
Como comenta Aingeru, era un diplomático de larga tradición. En el caso del informe que he citado, el marqués de Prat de Nantouillet lo emitía en calidad de encargado del Ministerio de Asuntos Exteriores para toda la política de América. Considero sorprendente que en los "años de hierro" del franquismo se pudiese barajar con tanta soltura la legalización de la masonería por razones utilitarias, con el objeto de ganarse la amistad de Estados Unidos.
«Eso de Alemania no solamente no es fascismo sino que es antifascismo; es la contrafigura del fascismo. El hitlerismo es la última consecuencia de la democracia. Una expresión turbulenta del romanticismo alemán; en cambio, Mussolini es el clasicismo, con sus jerarquías, sus escuelas y, por encima de todo, la razón.»
José Antonio, Diario La Rambla, 13 de agosto de 1934.
En realidad, según escribió el propio Franco, su idea de que había una conspiración masónica destinada a producir una subversión en contra había nacido en los años veinte, pero sólo con el paso del tiempo quedó perfilada como una obsesión, fuera aparte de que de alguna manera, permitiera que determinados miembros “arrepentidos” de la masonería, viviesen con cierta tranquilidad dentro de un régimen, en el que caeríamos en un error de contexto al tratar de dictatorial plenamente, prueba de ello es que existían determinadas diferencias con los regímenes de Musolini en Italia, o el del propio Hitler en Alemania, por no hablar del Salazarismo en Portugal, de hecho, la de Franco, creo que no fue una dictadura totalitaria como las anteriores, si no algo más tradicional, aunque si bien es cierto, hubo momentos en que pudo seguir esa senda de tipo fascista, pero sin identificarse con su verdadera esencia, y no olvidemos que Franco era un militar, y que tuvo sus propias razones y sus propios miedos, que en un principio nacieron de los resultados de la Guerra de África, y continuaron, a mi entender de forma evidentemente lógica, después de una experiencia democrática liberal concluida en una grave crisis de motivos muy variados, y no hay más que ir a la historia, pues por ejemplo en España, sólo entre 1917 a 1923 hubo 13 gobiernos y 30 crisis parciales, si no me equivoco, y aparte de la “dictablanda” de Primo de Rivera, o la del Almirante Aznar, que no sabría cómo calificar, habría que añadir los cambios de gobierno que hubo hasta 1936.
Franco estaba convencido muy seriamente de que esto era debido a las conspiraciones masónicas, sin ningún tipo de duda, y otra prueba de ello, aunque no venga del todo al caso, es el ejemplo de la Constitución liberal de 1812 y sus consecuencias gracias a la manipulación de la masonería, entre otras cosas, pero de esto ya intento tratar en un tema aparte. Lo cierto es que sí pudo tener algún acceso de permisibilidad, no olvidemos tampoco que el régimen estaba constituido por diversas “familias” en cierta manera carentes de organización propiamente dicha, por sus imprecisos límites ideológicos definitorios y por mantener una capacidad de representación informal y laxa ante Franco como podían se los falangistas, los monárquicos, los tradicionalistas, los católicos etc., y además de todo esto, Franco también tuvo una cierta permisibilidad a una oposición utilizando hábilmente una táctica de mantener despierto el interés de la opinión con rumores de cambio inminentes que en realidad, nunca se producían, esa permisibilidad la llevó a cabo en todas y cada una de las etapas de su régimen, con diferente grado.
Esa obsesión lo fue hasta su última intervención pública en 1975, semanas antes de su muerte, cuando, con voz exangüe y lágrimas, reprodujo lo que ya la propia clase política de su régimen había dejado de tomarse en serio, pero para él, sin embargo, lo era, y creía firmemente en serio que desde el siglo XVIII había una conspiración masónica en contra de los intereses nacionales, vinculada al liberalismo y éste, a su vez, de modo necesario, llevaba a la subversión comunista. La masonería encerraba una dosis suplementaria de peligrosidad porque, a diferencia de la clara subversión revolucionaria, podía conseguir ocultar sus propósitos decisivos bajo una apariencia inocua, Franco creía sinceramente lo que afirmaba, y esa creencia sobre la conspiración, era algo que estaba muy ligado a la extrema derecha católica de los años treinta, de la que formaba parte el insigne General, ya que no podemos tampoco olvidar que su entrecomillado golpe de estado, fue catalogado como Cruzada, y Franco, aparte de lo que muchos puedan creer, era un genio no ya solo en lo que se refiere a la estrategia militar, de la que no cabe ninguna duda, si no en política, y sabía muy bien que más tarde o más temprano, su régimen tenía que aprovecharse en cierta manera del elemento masón, para acercarse al poder de la economía mundial y encontrar un cierto reconocimiento, que lo obtuvo, no olvidemos que lo obtuvo, y prueba de ello es que al final de sus días, regía uno de los diez países más industrializados del mundo.
Una prueba incontestable de la religiosidad que atribuía a su régimen del autoconvencimiento del idealista-religioso y antimasónico lo demuestra el padre Llanos, primero falangista y luego comunista, y desde luego, su religiosidad sincera con el autoconvencimiento de que tenía tras de sí, a Dios. Pero la mejor prueba es que alcanzó una verdadera erudición en esta materia, como se aprecia en el libro que publicó bajo el seudónimo de J. Boor y por el hecho de que habiendo iniciado su persecución en fecha tempranísima la llevó al tal extremo que en el archivo organizado para documentarla hubo 80.000 expedientes de otros tantos supuestos masones cuando, en realidad, nunca llegó a haber en España más de 5.000, según Ferrer Benimeli. Incluso, y aquí enlazamos directamente con el tema principal del artículo presentado por Martín Ant, llevó su obsesión persecutoria hasta el extremo de hacer que los restos de un masón, a mi parecer convertido por su propio interés al catolicismo, el duque de Wharton, fueran sacados del lugar donde reposaban en el Monasterio de Poblet, desde hacía siglos.
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En la imagen, Franco con Eisenhower, 34 presidente de los Estados Unidos, que hay quien especula que era masón, y hay quien no, pero lo cierto es que rea miembro del CFR, el Council on Foreign Relations (CFR) es una organización poco conocida pero muy influyente en los asuntos internacionales que ha ido creciendo en poder, prestigio y amplitud de ámbitos de acción, hasta tal punto que ya en nuestros días podemos decir que conforma el auténtico “cerebro del mundo” que direcciona el rumbo complejo e incierto hacia el que se empuja y arrastra al planeta entero. Sus objetivos fundamentales consisten en identificar y evaluar amplios conjuntos de factores políticos, económicos, financieros, sociales, culturales y militares que abarcan a toda faceta imaginable de la vida pública y privada de los Estados Unidos, de sus Aliados y del resto del mundo. Dentro de esta organización, sí había reconocidos masones.
Última edición por Aingeru; 20/10/2013 a las 15:23
Aquí corresponde hablar de aquella horrible y nunca bastante execrada y detestable libertad de la prensa, [...] la cual tienen algunos el atrevimiento de pedir y promover con gran clamoreo. Nos horrorizamos, Venerables Hermanos, al considerar cuánta extravagancia de doctrinas, o mejor, cuán estupenda monstruosidad de errores se difunden y siembran en todas partes por medio de innumerable muchedumbre de libros, opúsculos y escritos pequeños en verdad por razón del tamaño, pero grandes por su enormísima maldad, de los cuales vemos no sin muchas lágrimas que sale la maldición y que inunda toda la faz de la tierra.
Encíclica Mirari Vos, Gregorio XVI
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