Respuesta de Rodrigo Díaz al Conde de Barcelona, Berenguer Ramón, antes de la batalla de Tébar:

"Yo, Rodrigo, junto con mis compañeros, a ti, el Conde Berenguer y a tus hombres, salud. Sepas que oí tu carta y comprendí lo que en ella se contenía, pues en ella dijiste que escribí a al-Mustain mi carta en la que blasfemé y me burlé de tí y de tus hombres. Dijiste ciertamente verdad, pues blasfemé de ti y de us hombres y todavía blasfemo. Cuando estabas con al-Mustain en la región de Calatayud blasfemaste entonces en su presencia diciéndole que, a causa del temor que yo tenía, no me había atrevido a entrar en ésas tierras. También tus hombres, a saber, Ramón de Barbará y otros caballeros que estaban con él, esto mismo dijeron, riéndose de mi, al rey Alfonso en Castilla en presencia de castellanos. Tú mismo también, estando presente al-Mustain, dijiste al rey Alfonso que habías luchado conmigo y que me habías expulsado, vencido en las tierras de al-Hayib y que en ellas de ningún modo me había atrevido a esperarte...A causa de los improperios a mi hechos con tal burla, me mofé y me mofaré de ti y de los tuyos y os equipararé y asemajaré a vuestras esposas a causa de vuestras femíneas fuerzas. Ahora no podrás excusarte para no luchar conmigo, si es que te atreves... Ha llegado a mi conocimiento que hiciste el pacto con al-Hayib para que, dándote dinero, tu me expulsaras y arrojaras completamente de sus tierras. Creo que tendrás miedo por cumplir lo prometido y no te atreverás en lo más mínimo a venir a luchar conmigo. Pero no rechaces venir a mi encuentro, porque estaré en un lugar muy plano, el más plano que exista en todas éstas tierras...Si rechazais venir contra mí y no os atreveis a luchar conmigo, mandaré una carta al rey don Alfonso y emisarios a al-Mustain, y les diré que lo que prometiste y de lo que por añadidura te jactaste y aireaste no pudiste cumplirlo, aterrado de pavor por mi. No sólo a estos dos reyes sino a todos los nobles cristianos y moros daré a conocer y saber esto, pues unos y otros sabrán sin duda que has sido cautivado por mi y que el dinero tuyo y de todos tus hombres está en mi poder. Ahora te espero en el llano con firme y decidido ánimo. Si quizás intentaras venir contra mi, allí mismo verás una parte de tu dinero, pero no para tu provecho, sino en detrimento tuyo. Jactándote con palabras superfluas contaste también que me habrías de tener en tus manos vencido, capturado o muerto. Pero ésto está en manos de Dios, no en las tuyas. Jugando dijiste con falsedad que yo hice alevosía, según el fuero de Castilla, o bauzia según el de Francia, en lo cual has mentido totalmente contra tu propia boca...Tiempo largo hace que contendemos con palabras litigosas. Ahorremos palabras de ésta naturaleza y, según la costumbre de los buenos soldados, resolvamos entre nosotros las disputas con las nobles fuerzas de las armas. Ven y no te retardes. Recibirás de mí tu paga, la que suelo darte"

Historia Roderici