Buena respuesta, Nicus. Ciertamente es absurdo decir que un católico no tiene enemigos. Cristo nos dice que amemos a nuestros enemigos, nunca dijo que no tuvieramos enemigos. Si hubiera querido que no tuvieramos enemigos no tendría sentido decir que los hemos de amar. En cualquier caso Cristo nunca dice en el Evangelio que amemos a los enemigos de Dios.