Cita Iniciado por Martín González
Al hilo de este tema crucial, me gustaría señalar la confusión inducida desde el gobierno y buena parta de la clase política y periodística, acerca de los conceptos Inmigración, Inmigración Ilegal e Inmigración Masiva.

Atodas horas se nos confunde, trastocando ladina y deliberadamente el lugar, el uso de dichos conceptos. Mi reflexión particular, la cual me gustaría someter a la consideración de los foristas, es en resumidas cuentas la siguiente:

La Inmigración es, en efecto, un fenómeno imparable.

La Inmigración Ilegal es un crimen, una agresión contra la ciudadanía española, y debe ser cortada en seco. Es necesaria la guerra sin cuartel -la pena de muerte -contra los organizadores del tráfico ilegal de inmigrantes. Y es necesaria una estrategia política y militar de represalia por parte del Estado contra aquellos otros Estados de un modo u otro interesados -beneficiados -en favorecer la Inmigración Ilegal dentro de nuestras fronteras.

La Inmigración Masiva aparece como una combinación descontrolada de los dos fenómenos anteriores, y constituye un arma política terrible contra la Nación. Pues da lugar a una nueva clase social, que no forma parte de dicha Nación, y cuyos intereses son fácilmente manipulaples por políticos sin escrúpulos, dentro y fuera de nuestras fronteras.
Como sugiere Martin González, en la diferencia entre inmigración masiva e inmigración ilegal tenemos un claro ejemplo en que la legalidad es contraria a los intereses de la Patria y la perjudica. Tambien es un caso en que la Ley va contra toda lógica del bienestar de la comunidad, a la vez que contra la moral y la Ley Natural, pues hace de la inmigración masiva, en buena parte, algo perfectamente legal.

Para colmo de males, la inmigración ilegal es legalizada por procedimientos de urgencia en sintonía con la política de "papeles para todos", como hemos visto recientemente.

Es decir, un caso más en que la legalidad vigente se situa fuera de toda lógica práctica y de toda moral, en que ella misma erosiona su autordad y validez.

Otro ejemplo de que legalidad no siempre es justicia.