El silencio absoluto sólo se puede alcanzar, como sabe usted mejor que yo, por medios mecánicos, dentro de una campana, en el vacío.
No trato de llevarle a usted la contraria sino de matizar que, posiblemente, el silencio al que hace referencia engloba los sonidos de la naturaleza, de la Creación, de la que tanto han hablado los poetas: El sonido del agua de un arroyo cristalino; el rumor del viento que mueve las hojas de los árboles; el zumbar de las abejas; el canto de los pajarillos silvestres; las olas llegando a la costa; el trueno; las esquilas y balidos de los ganados; pisadas sobre la nieve; el aullido del lobo.
Reciba un muy cordial saludo.