1" En 1990, el Papa Juan Pablo II ...Aseguró incluso que todos los animales ...están “tan cerca de Dios como lo están los humanos”.
Juan Pablo II hablaría entonces a título privado, dando su opinión particular; pero semejante opinión ni es Magisterio ni vincula para nada a los católicos, porque ni se refiere a la Fe, ni había voluntad de definir en absoluto por parte del Juan Pablo II (ignoro cual fue su intención real, quizá agradar a ecologistas o similares).
Ignoraba yo, (haciendo caso al Papa...) que Jesucristo ("Dios") hubiera estado "tan cerca", "tan cerca" de... ¡¡bajar a redimir a los animales tal... "como a los humanos"...!!
2
Los animales no tienen propiamente alma, sino un principio vital de orden sensitivo meramente corporal, incapaz de realizar operaciones que no sean meramente físicas.
3
La persona humana es un compuesto formado, a diferencia de los animales, de dos substancias: el alma espiritual intelectiva y el cuerpo.
Pero en el caso de los animales el alma sensitiva pertenece exclusivamente al compuesto corporal y no es una substancia independiente del mismo, por lo cual es imposible y ridículo que pueda tener existencia real fuera del mismo cuerpo animal.
4
Imaginar que un animal pudiera tener alma en sentido humano equivaldría a imaginar fantasmagóricamente p.ej una especie de perro “espiritual” o caballo “espiritual” realizando operaciones espirituales.
Ahora bien ¿qué operación espiritual podría hacer un caballo espiritual?… ¿comer acaso “hierba espiritual”’ ¿y el perro? ¿ladrar espiritualmente?
Se derivarían en fin toda una serie de sandeces descomunales; y de ahí los delirios y desvaríos de todas las teorías sobre la reencarnación de personas en animales o de animales en personas. Sólo los ignorantes en filosofía pueden soltar tamaño disparate reencarnacionista.
5
El hecho de no poder realizar operaciones intelectuales denota que los animales no son espirituales, pues toda operación de un ser es proporcional al órgano que la realiza.
Si un animal no realiza operaciones intelectuales es porque su alma no es espiritual; si no es espiritual, ha de identificarse el principio vital con su propio cuerpo; luego ese principio vital muere absolutamente con ese cuerpo.
Y no hay nada más.
El día en que encontremos un perro capaz de razonar discursivamente o captar conceptos abstractos deduciremos que tal perro tiene alma espiritual. Mientras tanto, nada de nada.
6
Cuando comúnmente se dice que los animales no tienen alma, se quiere decir que su alma no es una sustancia independiente del cuerpo al modo de la persona humana. Sólo eso.
Hablar de almas “sensitivas”, “vegetativas” etc, sin la correspondiente aclaración filosófica no es más que jugar a la ceremonia de la confusión, tan en boga últimamente.
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