Y el porqué de la unión a Castilla (conservando su identidad e idiosincrasia) y no a Aragón ya lo apuntaron Pradera y Luis Suárez: no convenía avivar viejas rencillas y rivalidades navarro-aragonesas, que ya venían de los tiempos de Andregoto y la anexión del condado de Aragón, pasando por la unión de ambas coronas con Sancho Ramírez (ésta sí, deseada en los primeros años), hasta el pacto de prohijamiento entre Sancho el fuerte y Jaime el conquistador, que no fue respetado.
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