El problema es ideológico y esto que no resulta ningún descubrimiento pues es evidente por sí mismo, sin embargo, es negado por muchas "autoridades" y por muchos "iluminados analfabetos funcionales" como si los demás fuéramos idiotas.

No deja de ser una paradoja, y una solemne majadería, que la Junta de Andalucía ordene la retirada de los crucifijos de un centro cuyo nombre es San Juan Bautista, . Y no deja de ser un absurdo que alguien, (supongo que algún "papaíto progre e indigente mental" o, posiblemente una "mamaíta descerebrada capaz de denunciar al colegio si su nene se hace una herida en la rodilla durante el recreo"), con esas mentalidades de ternasco degollado lleve a sus vástagos y futuros tarados como ellos, a un centro cuyo nombre es ya de por sí un referente religioso, eso son ganas de provocar, ¡sí! de provocar y chulear a los demás.

Esta gente, cuyo exponente visible fue el patético fulano de Valladolid ladrando sus exigencias en la televisión, busca a base de broncas continuas en las sesiones de los consejos escolares de los centros, y en las reuniones de las "AMPAS", imponer sus criterios ideológicos personales a la fuerza, su dictadura ateísta-marxistoide, sin contar, como siempre, (estamos ya más que a vuelta de todo) con las opiniones mayoritarias. Pero el problema empieza en esos creyentes cobardes, incapaces de pegar un puñetazo en la mesa, ponerse en pie y sacar por las solapas a la calle al provocador de turno. Y es que este país, antigua España, está poblado de cagados. Por eso pasa lo que pasa. Pero "tanto va el cántaro a la fuente que se acaba por romper".