"El vivir que es perdurable
no se gana con estados
mundanales,
ni con vida deleitable
en que moran los pecados
infernales;
mas los buenos religiosos
gánanlo con oraciones
y con lloros;
los caballeros famosos,
con trabajos y aflicciones
contra moros".
http://fidesibera.blogspot.com/
Si el rey resulta ambiguo es porque las autoridades eclesiásticas se lo permiten. Hace mucho que no se oye en la Iglesia una voz como la de Guerra Campos y no digamos como San Pablo. El principal problema de un ejército que se bate en desbandada es el moral y ningún comandante en jefe que no tenga el arrojo de arriesgar su vida a las balas y a los insultos del enemigo puede pretender de sus soldados un comportamiento valeroso. Habrán estudiado mucha teología pero les falta lo fundamental el temple en el momento de la verdad para plantarse en el nombre de Dios contra el mundo entero si es preciso, contra sus idolos y sus tabúes. Y si esta sociedad se ha forjado idolos o becerros de oro, por muy bueno que sea un idolo al idolo hay que tratarlo como lo que es y ni la democracia ni los derechos humanos ni el hombre pueden ocupar el lugar de Dios. Mientras la Iglesia no tenga esto muy claro: "no tendrás dioses extranjeros delante de mí" y se sienta obligada a dar explicaciones de su autoridad o a justificarse estará prostituyendo la misión de Cristo. El hombre puede ser una realidad buena igual que un toro pero colocado en el lugar de Dios es un ídolo y cuando se anuncia el Reino de Dios se debe hacer con autoridad. No tenemos porque dar explicaciones a nadie, nosotros juzgamos al mundo y si este no se convierte está condenado y si nos llaman fascistas o nos ponen fuera de la ley que recuerden que la democracia no puede resucitar a los muertos pero Jesucristo sí. Así que si nos lo creemos nosotros jugamos con ventaja. Ahora si no hay fe no hacemos nada y el enemigo idiota no es porque no se fija en lo que decimos si no en lo que hacemos y si actuamos como si no creyesemos el enemigo sabrá perfectamente que no tiene nada que temer de las benevolas pastorales de nuestros prelados. Tenemos un rey indigno, cierto, pero hace más de 30 años de eso desde que la Iglesia decidió desentenderse del permiso que solicitó el monarca para incumplir el juramento de la coronación por el que Juan Carlos de Borbón juraba los principios fundamentales del movimiento.
Con una sutilez cobarde alguien debió pensar que como las cuestiones temporales y las espirituales "deben" ser distintas el rey puede tener libertad para cumplir o no su juramento. La frivolidad de las autoridades eclesiásticas que entonces se lo permitieron se tira las manos a la cabeza 30 años después al descubrir que no es posible no tener honor en un ambito de la acción pública y tenerlo en el resto de ambitos porque el hombre es una unidad. En fín mis felicitaciones a aquellos prelados como monseñor Tarancón que decían aquello de que con Estados Menos Católicos la Iglesia vive mejor. La Iglesia es posible pero y la misión que Cristo ha conferido a la Iglesia queda mejor servida o prevaricamos de nuestra responsabilidad como los jansenistas o como los apóstoles que querían limitarse a plantar tres tiendas. Al final la pasta de está gente tan "espiritual" quedará a prueba a sangre y fuego como en la revolución Francesa y en el momento de la verdasd se verá en que queda toda esa "religiosidad" tan martianiana y tan espiritual. Así que como según el adagio romano "la causa de la causa del mal es causa del mal causado" cuando las autoridades eclesiásticas empiecen por asumir sus responsabilidades podrán exigirlas a sus súbitos porque el principio de autoridad, como el de disciplina, se basa en el principio de responsabilidad que es anterior, cosa que algunos enteraos parecen haber olvidado, tachando de rebeldes a quienes se limitan a decir la verdad.
Tienes toda la razón, Góthico. Pastores que han dejado abandonado a su rebaño para adular a los reyes de la tierra. Todo ello expresado con claridad y contundencia por nuestro compañero Eiztarigorri en una proclama que debería clavarse en la puerta de todas las parroquias de España. ¡ Ay de vosotros, hipócritas y fariseos...!
Por cierto que desde hace 9 años "su majestad" ha dejado de hacer mención alguna a Dios o Cristo en sus discursos de Navidad¿? como solía hacer siempre.
Aparte de eso la palabra "patria", tan corriente y propia de un jefe de Estado, sólo la ha pronunciado 4 veces en los discursos de Navidad de los últimos 10 años, mientras que en sus 10 primeros años de reinado la pronunció más de 30 veces.
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