La anécdota se convierte en categoría: lo que un alcalde hace en una ciudad expresa lo que el Gobierno piensa de nosotros.
Según este "Gobierno" -por llamarle de algún modo, aunque de gobierno tiene lo que yo de astronauta-, los españoles, los riojanos, los sevillanos, los madrileños, los leoneses, los pucelanos, los granadinos... TODOS y cada uno de nosotros: somos, considerados en conjunto, un rebaño manejable que les reirá las gracietas, pues esta gentuza no tiene una Idea de España por el simple hecho de no merecer haber nacido en ella.
Las hijoputeces de estos traidores relamidos se van a tener que acabar. Y si tenemos valor, en cada pueblo de España, aunque haya uno solo de nosotros, hay que montarles un follón. Ni siglas políticas ni historias... Aquí se impone la acción directa: dejarlos en ridículo, hundirles psicológicamente hasta que se tengan que ahorcar por sí mismos, si llegara el caso.
Si los logroñeses me leyeran, les recomendaría una cosa, pacífica y fácil:
Reunir todos esos putos calendarios y llenarle el portal de su casa al alcalde y a todos los traidores que han perpetrado semejante INSULTO A LOGROÑO, A LA RIOJA Y A ESPAÑA!
A esta chusma que nos provoca y que nos insulta con solo existir hay que llevarles la "guerra" a su casa: Que no puedan ir a la compra sin que se les escupa, ¡POR FAVOR!
Y con el último calendario que quedara, correría a "calendariazos" al alcalde y a sus sabihondos consejeros.
¡ESPAÑA DESPIERTA!
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