Creo que, como suele pasar (y no es malo que ocurra), el tema está derivando por otros vericuetos: se estaba hablando de la actitud impresentable del gobierno inglés, y a la postre hemos terminado hablando sobre "Inglaterra sí, Inglaterra no".
Yo soy de los de INGLAPERRA NUNCA. Y de los que hubiera quedado encantado si en los libros de Historia, hubiera visto que la raza inglesa hubiera desaparecido por las V2 o por un cataclismo que se hubiera tragado a la isla y a los seres antropoides que pululan sobre su relieve geográfico.
Estoy bastante de acuerdo con el fondo de tu reflexión, querido Ordóñez: en España estamos aviados con tanto traidor.
Pero, ¿quiénes fueron, desde el siglo XIX, los que contribuyeron a dividirnos?
¿Quiénes los que vinieron -como aliados- a hacerle la guerra a Napoleón, y destruyeron tanto como los napoleónicos?
¿Quiénes los que crearon una literatura pseudo-histórica en la que pareciera que Güelinton hubiera ganado la "guerra peninsular" a Napoleón él solito, con sus estreñidos casacas rojas?
¿Quiénes fueron los que trajeron las "Biblias" protestantes a España, para protestantizarnos, conscientes de que nuestro fuerte era la Santa Religión?
¿Quiénes los que jaleaban en sus periódicos a los imbéciles de Rafael del Riego y Quiroga llamándolos "libertadores", y financiaban la revolución liberal de 1820-1823, para aprovechar la anarquía que el Trienio Negro traería a España y, mientras tanto, instigar la revuelta de nuestros reinos de ultramar?
¿Quiénes fueron los que instalaron a uno de sus agentes bursátiles en el mismo gobierno de España para exclaustrar religiosos, expropiar fincas de la Iglesia y privatizar, tras su reparto, los bienes amortizados?
¿Quiénes los que intrigaron en el Congreso de Viena para que nosotros los españoles, después de la gloriosa resistencia de nuestro pueblo contra Napoleón, no pintáramos ni monas?
¿Quiénes los que recibieron a Espartero, para agradecerle los servicios prestados en pro de su industria textil incluso bombardeando Barcelona?
Como el mismísmo Satanás se aprovechó de los vicios de nuestros más depravados compatriotas: militares, políticos... Y compró sus almas a cambio de "falsa gloria", de dinero o de un plácido retiro (como ahora hace Marruecos con algunos ex-presidentes).
Fomentó los pronunciamientos militares, las revoluciones, el expolio de las riquezas naturales de nuestra Patria, hundió nuestra industria textil, convirtiéndonos prácticamente en colonia... Y, luego, introdujo la peste del marxismo. ¡Sí! Lo lograron por culpa de tanto traidor, pero el recuerdo nefasto de lo que Inglaterra ha perjudicado multisecularmente a España no puede, bajo ningún concepto, mitigarse ni justificarse. Los traidores son, amigo Ordoñez, nuestra lacra, de acuerdo. Pero los ingleses son nuestros enemigos naturales.
Nunca me gustaron. Nunca me gustarán, mi odio a Inglaterra y los ingleses no se extinguirá nunca. Su lengua es hoy el nuevo instrumento que afianza su dominio mundial.
Los desprecio, los detesto y sé que, como decía Léon Bloy, el mundo iría mucho mejor si ese "pueblo" (con todas sus "virtudes") desapareciera del mapa.
La inteligencia del enemigo eterno inglés no se le discute (una inteligencia que es perfidia, una inteligencia como la de los ángeles caídos, para hacer daño a los demás y exprimirlos). Pero, personalmente, estoy incapacitado para admirar a esa gente por muchas virtudes que pudieran tener.
Inglaterra es culpable.
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