Re: Central nuclear en Irán.
El llamado Nuevo Orden Mundial de "nuevo" ya no tiene nada. Sus bases ideológicas y los planes desarrollados para su implantación son ya "muy viejos". Además, la expresión es ya un tópico con cuyo uso no se aporta nada, es decir, es necesario transformar aquello que a la gente le suena a cuentos conspiracionistas.
La realidad es que la simple fabricación y tenencia, o tenencias a secas, de arsenales de armamento nuclear es "per se" un delito de lesa humanidad. A mi me importa un rábano si son los israelíes o los iraníes, o los dos juntos, o el conjunto del club de países con capacidad nuclear, todos, absolutamente todos sin excepción son exactamente iguales. Por ello, puesto que si unos son ateos y los otros seguidores de Satán, no hay otro posible posicionamiento que el estar en contra de todos ellos.
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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