Re: Bandera española con el águila en la Casa de Galicia de Nueva York
Como en toda obra humana no hay régimen perfecto. Y, hay que recordar que el golpe del 17 de julio se hizo al grito de ¡Viva la República! (bufff ¡qué asco tener siquiera que escribir eso!) de SANJURJO en Sevilla y con el trapo republicano, mientras que MOLA lo hizo con la bicolor en Navarra como condición irrenunciable del Carlismo.
Y el añadido del Águila de San Juan se realizó para unificar símbolos del nuevo Estado. Por ejemplo, en estos momentos tengo abierto el libro Requetés en la página 90, en la que figura una fotografía cuyo texto dice:
"Requetés vizcaínos del Tercio de Begoña desfilando bajo la bandera nacional con el escudo de Vizcaya..."
Este es un ejemplo de la improvisación que existía, muestra de voluntarismo pero no de organización y eso hubo que corregirlo. Lo importante no son los aspectos parciales o si se hizo una interpretación "sui generis", sino lo que se quería representar y, en efecto, como toda bandera, escudo, estandarte o guión, lo representado expresa una identificación personal o de grupo y una realidad política y social. Decir la "bandera franquista" es afirmar lo que dicen los rojo-separatistas y afirmarla identificándola con Franco es un error, porque la mayoría de los españoles colaboraron con el Régimen establecido y la mayoría no se cuestionaba la bandera con el escudo. En resumen, nunca fue un "invento de Franco".
"He ahí la tragedia. Europa hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma europea choca con una realidad artificial anticristiana. El europeo se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.
<<He ahí la tragedia. España hechura de Cristo, está desenfocada con relación a Cristo. Su problema es específicamente teológico, por más que queramos disimularlo. La llamada interna y milenaria del alma española choca con una realidad artificial anticristiana. El español se siente a disgusto, se siente angustiado. Adivina y presiente en esa angustia el problema del ser o no ser.>>
Hemos superado el racionalismo, frío y estéril, por el tormentoso irracionalismo y han caído por tierra los tres grandes dogmas de un insobornable europeísmo: las eternas verdades del cristianismo, los valores morales del humanismo y la potencialidad histórica de la cultura europea, es decir, de la cultura, pues hoy por hoy no existe más cultura que la nuestra.
Ante tamaña destrucción quedan libres las fuerzas irracionales del instinto y del bruto deseo. El terreno está preparado para que germinen los misticismos comunitarios, los colectivismos de cualquier signo, irrefrenable tentación para el desilusionado europeo."
En la hora crepuscular de Europa José Mª Alejandro, S.J. Colec. "Historia y Filosofía de la Ciencia". ESPASA CALPE, Madrid 1958, pág., 47
Nada sin Dios
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