Efectivamente vivimos en un país corrupto, sectario y dividido. Vivimos en un país donde todavía perduran los métodos franquistas de ejercer el poder. Tanto el PSOE, el PP, los nacionalistas y sobre todo los sindicatos sólo gobiernan y benefician a los de su partido, a los que pertenecen a su casta. Los métodos de Falange, PP o de UGT-PSOE son los mismos: "sácate el carné y llegarás lejos".
Con este sistema, solo los parásitos, oportunistas y buscavidas del país acceden al dinero público y a los sillones.
Desde tiempos de Felipe II, España (con raras excepciones) ha sido víctima de la incompetencia de sus castas dirigentes.
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