Pues no. La Patria andaluza no existe y sólo hay una: ESPAÑA.
Para la gente cultivada de Andalucía, la figura de Blas Infante corresponde a la de un fantoche separatista fascinado con el cuento de Al Andalus y con el islam. Los alcaldes y dirigentes andaluces del PP, sin embargo, han vuelto a reivindicar la figura del fantoche como ‘Padre de la Patria Andaluza’, durante los actos institucionales del Día de Andalucía. El apóstata Blas Infante se hizo musulmán el 15 de septiembre de 1924, ante dos testigos que le regalaron una chilaba y una daga, que conservó durante toda su vida [***]
Blas Infante se acercaría a la tumba de Al-Mutamid (último dirigente musulmán de Sevilla antes de su liberación), en Agmhat (lugar cercano a Marrakech).
Y es allí cuando Blas Infante hace la Shahada ("testimonio", es el medio por el cual un musulmán se reconoce como tal en una comunidad de creyentes), en una pequeña mezquita de Agmhat, adoptando el nombre de Ahmad («el que pone en acto lo que estaba en potencia», según el parecer de Ibn Arabí).
Los testigos del acto por el que Ahmad Infante se reconocía musulmán fueron dos andalusíes nacidos en Marruecos, y descendientes de moriscos: Omar Dukali y otro de la kabila de Beni-Al-Ahmar.
Blas Infante en Agmhat, peregrinó a la tumba de Motamid, conoció a Omar Dukali, descendiente del último Rey moro de Sevilla y testigo de su Shahada, ceremonia pública de su reconocimiento como musulmán.
De modo parecido a Arana, diseñó para su "nación" un escudo y una bandera, verde y blanca, colores de los omeyas y los almohades respectivamente.
Como a mucha de esta gente del PP le da igual un roto que un descosido, repasemos brevemente quién fue Blas Infante y lo que quiso. Converso al islam tras un viaje a Marruecos para buscar a los herederos de Boabdil, el último rey moro de Granada, Blas Infante defendió una Andalucía independiente que tuviese como principal referencia histórica la etapa de Al Andalus, que él idealizó hasta el delirio. En su obra ‘El ideal andaluz’ propone un Estado andaluz independiente hermanado con Marruecos. Incluso en una de sus delirantes citas sostenía que el “idioma andaluz” (sic) debía escribirse con caracteres árabes y no latinos.
El ‘Padre de la patria andaluza’ fue también un eminente masón, como seguramente no conoce la mayoría de los cargos públicos del PP en Andalucía. A mayor abundamiento, Blas Infante solicitó la entrada a la masonería en 1923 en una logia reunificada llamada Isis y Osiris y perteneciente al Gran Oriente de España.
Nada de lo anterior parece importar a los cargos públicos del PP. Desde muy de mañana depositaron clavelitos verdes y blancos en los monolitos levantados en honor de Blas Infante hasta en la aldea más mísera de Andalucía. Los democristianos de Arenas, los liberales de Teófila, los progres de Celia Villalobos, los hijos de papá con seguro político, organizaron su festejo andalucista en honor a una antigualla a la que ninguno de ellos ha leído nunca.
Nuestros populares, tan beligerantes con la memoria de Sabino Arana, se sienten sin embargo emocionadísimos al recordar a quien fue cien veces peor. Los magníficos cipayos del andalucismo orquestaron su acción a espalda de la inmensa mayoría de los andaluces, escasamente sensibles a la incomparable capacidad de aggiornamento de nuestra clase política, que saltó del ‘Cara al sol’ al ‘Andaluces levantaos’, y del azul mahón al verde califal, como Suárez saltó del franquismo a la democracia liberal sin tocar baranda.
El estado moral de la derecha andaluza puede medirse, asimismo, por esas declaraciones institucionales repletas de loas a la “patria andaluza” y al valor menospreciante de algunos políticos catalanes, cuando ellos saben que el mayor desprecio que ha recibido y recibe esta tierra procede de quienes durante lustros se han dedicado a canjear estampitas electorales a cambio de un vinito, un bocadillo, una peonada o un viaje en autobús al programa de Juan y Medio.
¿Cuántos años lleva Andalucía sufriendo las políticas procaces y ofensivas para la dignidad de los andaluces que llevan a cabo los propios andaluces? La antología del engaño y la comedia que vive Andalucía cada 28 de febrero hubiese provocado el rubor del mismísimo Mairena machadiano, a la vez que nos descubre lo alejados que viven los políticos de sus votantes. Ni como ideólogo, ni como político, ni como historiador, ni siquiera como rapsoda de los reyezuelos nazaríes, considero que no hay nada interesante ni que valga la pena recordar del botarate al que llaman ‘Padre’ de una patria que no es la que reconocemos como única.
Naturalmente que yo soy falible, no como los que convierten en dogma de fe las excrecencias ideológicas de alguien tan gris y tan mediocre como Blas Infante. Ésos, como la izquierda progre y como don Javier Arenas Bocanegra, no se equivocan nunca.
¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA CRISTO REY! ¡VIVA LA HISPANIDAD!
¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA CRISTO REY! ¡VIVA LA HISPANIDAD!
"Dulce et decorum est pro patria mori" (Horacio).
"Al rey, la hacienda y la vida se ha de dar, pero el Honor es patrimonio del alma y el alma sólo es de Dios" (Calderón de la Barca).
Está muy bien el texto. Sólo un par de matices:
Primero que Arenas y los suyos también son de la "izquierda progre", con lo cual no tiene sentido hacer la distinción, ni decir que el PP es de derechas. En todo caso el PP es tan de derechas como el PSOE en lo económico y tan de izquierdas como el PSOE en lo """"cultural"""".
La otra cosa es que no existen "andalusíes" desde hace medio milenio, ni ahora ni en la época del tarado Infante. Descendientes de moriscos podrá haber. Es más, probablemente todos o la mayor parte de los marroquíes, argelinos y tunecinos lo sean en mayor o menor medida. Como es casi seguro de que todos los españoles tengamos antepasados godos, romanos, griegos, celtíberos o incluso algo de judeoconversos. No obstante, hablar de "judeoconversos" como grupo diferenciado en la España de 2013 es tan absurdo como hablar de "moriscos" en el Marruecos de 2013 o de 1924, tras siglos de mestizaje con la población local. Podrá hablarse de un linaje por vía paterna, pero ese apellido sólo demostraría que se tiene un 0,006% de la sangre de ese antepasado que vivió hace 4 siglos, o un 0,09% si vivió hace 315, que son los años que median entre que se echa a los moriscos y el tarado Infante se hace mahometano.
La cosa está clara: Si hacemos las cuentas, 2 ancestros por generación, elevado a la 10ª potencia (ya que son unas 10 generaciones aproximadamente entre 1609 y 1924, a media de 30 años por generación) nos da un total de 1.024 ancestros. Y un ancestro entre un total de 1.024 equivale a un 0,09% de "ancestralidad" o de herencia genética, por hablar de manera científica. Obviamente, es más que posible que los ancestros "se repitan" por así decirlo, y se puede tener un mayor grado de "herencia", pero el apellido en sí sólo demuestra esa herencia ínfimamente irrisoria, ya que no hay nada que indique que los descendientes de los moriscos españoles se hayan mantenido aislados del resto de moros norteafricanos durante 4 siglos.
Por eso me echo a temblar cuando oigo a algún "iluminado" proponer darles la nacionalidad española a los moriscos igual que se les dio y da a los sefarditas. Porque si los moriscos son o bien todos los norteafricanos o bien ninguno, eso equivale a decir que le sea otorgada la nacionalidad española a todos los norteafricanos, porque si no no tendría sentido.
Militia est vita hominis super terram et sicut dies mercenarii dies ejus. (Job VII,1)
Actualmente hay 1 usuarios viendo este tema. (0 miembros y 1 visitantes)
Marcadores