Estuve en el museo de Auschwitz y estas son mis impresiones 02-03-2017, 14:55
Como resido actualmente en Polonia, no lejos del lugar donde se encuentra el famoso complejo de Auschwitz-Birkenau, me acerqué a visitarlo con unos amigos el pasado sábado. Quisiera compartir con vosotros mis impresiones sobre lo que ví y lo que reflexioné después al respecto.
AVISO IMPORTANTE: no tengo intención de denigrar la memoria de las víctimas, ni de defender ideología política alguna ni mucho menos justificar las terribles atrocidades cometidas por los nazis; que fueron y muchas, siendo millones de judíos víctimas de su acción criminal. Mis opiniones tratan de basarse siempre en la realidad de los hechos y lo más objetivas posible (aunque soy consciente de que entre humanos, la objetividad total no existe)
Lo primero a decir es que, más que un museo, casi parece un parque temático de la desgracia. Aún el campo II Birkenau, el grande (el famoso que sale en todas las películas) está al aire libre y quitando unos pocos monumentos y una tienda, no tiene más añadidos; pero es que el auschwitz I, montado como museo en sí, tiene como 4 o 5 tiendas y parece montado como un parque de atracciones. Tuve suerte de ir en esta época para encontrar un mínimo de recogimiento, pero en verano debe ser como una romería.
BIRKENAU: es el más grande de los dos, pero en realidad son ruinas puesto que no se conserva prácticamente nada. Se construyó en 1942, para dar salida al hacinamiento en Auschwitz I. Sus dimensiones impresionan: se tarda más de 10 minutos caminando a buen paso desde la entrada hasta el monumento conmemorativo al final, y a lo ancho es aún más grande.
La mayor parte de los barracones que hay son reconstrucciones y en la mayor parte sólo permanece la estructura de las chimeneas. Por ello sólo se sabe lo que es cada cosa a partir de los paneles explicativos o bien si se recurre al guía.
Fue para mí una visita desagradable. Me generó una sensación de gran desasosiego, y creo que la hubiera experimentado aún de no saber nada de la historia, o de la supuesta historia, de lo que pasó allí. Todo contribuye a ello. Entre otras cosas, el aspecto siniestro de las construcciones y un mal olor que la gente relaciona con la muerte...aunque después, pensándolo bien, en realidad la culpa es de las características del suelo, de composición arcillosa y nula escorrentía. La semana anterior llovió mucho, por lo que se formaron charcos malolientes.
De todas formas- quizá por sugestión- la visita sobrecoge.
AUSCHWITZ I: al contrario que el anterior, no es de acceso libre y hay que pagar tanto por aparcar como por entrar en el museo. Tras pasar por el control se accede a la famosa puerta del "Arbeit Mach Frei". Es muy diferente al anterior, desde fuera no produce esa sensación siniestra y, si uno va sin saber nada previamente parecen las calles de un barrio viejo de una ciudad. Como las construcciones son de piedra y ladrillo se conserva todo tal cual, incluido un crematorio, el único que se conserva de los cinco que al parecer existían en todo el complejo.
Cada edificio tiene una exposición con documentos, objetos de los prisioneros y reconstrucciones de cómo eran las habitaciones de los mismos; además de fotografías, vídeos, estatuas, dibujos, etc, etc...Hay tiendas y todo está señalizado hasta el extremo. Me parece impropio para un sitio así tanta sobrecarga cual estudio de cine, pero claro, supongo que el potencial beneficio económico era demasiado grande como para dejarlo escapar.
LO QUE NO CUADRA:
Al contrario de lo que muchos podrán pensar, la visita me dejó con más dudas aún de las que tenía antes sobre la realidad de los hechos, dudas que incluso se acrecientan cuando ahora le doy vueltas a todo lo que vi. Dudas que sólo provienen de la lógica, al carecer de simpatías por la ideología nazi, Hitler, o el imperialismo alemán.
Todo está expuesto para generar profundas emociones en el espectador. Digamos que el espacio ocupado para imágenes emotivas o simbólicas es un 90%, y para los datos objetivos el restante 10%. Sí, se aportan datos pero en muchos casos éstos carecen de soporte documental, como ocurre con el número de víctimas, no confirmado por documento alguno, sino basado en estimaciones más o menos rigurosas. Entiendo que en un museo tampoco es el lugar para poner referencias y citas a todas partes, pero la falta de las mismas es clamorosa.
Hay muchas cosas que están bien claras, pero entre lo que menos están precisamente las famosas cámaras de gas donde se asesinaron a un millón de personas, casi todos judíos; hecho que viene a constituir el argumento definitivo para certificar que los nazis fueron los malos más malos de la historia de la humanidad a años-luz de cualquier otro.
Respecto pues a las cámaras de gas y la matanza relacionada:
- Hay una ausencia casi total de restos humanos; si bien es verdad que muchos pudieron ser encontrados para recibir digno entierro, su número no excede de unos miles. Pero con casi un millón de muertos en Birkenau, el campo debería estar lleno de huesos a poco que se cavara. Máxime cuando en el último año en funcionamiento (y es cuando se dice que se mató a más gente) debido a la imposibilidad de sacar los cuerpos por tren, el campo debería haber estado rodeado literalmente de montañas de cadáveres en sus cercanías. Había en el momento de la liberación, muchísimos, miles de cádaveres…pero no millones. Y no se dice, por cierto, que hubieran sido gaseados.
- No permanece ningún edificio con compartimentos con una “Cámara de gas” como tal. Al parecer, se encontraban adjuntos a los crematorios. De éstos sólo sobrevive uno, en Auschwitz I. Ninguno en Birkenau, que eran los que trabajaban a máxima potencia.
La existencia de un crematorio, su forma y dimensiones parece claro que estaba destinado a cuerpos humanos, pero ¿justifica necesariamente la existencia de cámaras de gas a su lado? Hoy en día en todas nuestras ciudades hay crematorios. Un visitante al que jamás le hubieran dicho nada sobre las matanzas podría pensar que, dada la falta de espacio, y también la falta de respeto de los guardias nazis para con los cadáveres prisioneros, no tuvieran reparo en incinerarlos y tirarlos a una fosa común. Pero el prisionero puede morir por muchas otras causas diferentes al gaseamiento (enfermedades, agotamiento físico, hambre, etc…)
-No hay una explicación clara de cómo era el proceso de selección de las víctimas: se dice que a los recién llegados les ponían en dos filas nada más descender del ferrocarril, unos irían a los barracones para trabajar como esclavos y los otros (dicen que la mayoría) directamente a gasear. Dado que en el proceso separaban a familias, muchos padres no volvían a ver a sus hijos y viceversa. Lo extraño de todo es que se lograra mantener tal secretismo que las familias no pudieran saber lo que acontecía realmente a apenas unos metros de ellos mismos...y que no hicieran nada por averiguarlo aceptando su destino con resignación. Y todo ello con la presencia de un número mínimo de guardias, tal y como se puede ver en las imágenes.
Imágenes, por cierto, en las que no aparece ninguna cámara de gas. Nunca se fotografiaron.
- Ningún documento de los expuestos menciona de manera explícita las "cámaras de gas". En el panel explicativo se dice que se utilizaban siempre eufemismos, algo extraño teniendo en cuenta de que se trataba de documentación interna del campo... ¿era para no dejar el registro en la posteridad? entonces, ¿sabían que iban a perder la guerra sí o sí y se cubrían las espaldas? Curioso al menos. Tampoco hay planos originales ni descripciones de las mismas en los documentos alemanes (las reconstrucciones están hechas a partir de los pocos restos que quedan y la memoria de los prisioneros supervivientes, según dice la exposición)
Es verdad que en algunos de esos documentos se menciona la compra de grandes cantidades de gas Zyklon-B, el empleado en las cámaras de la muerte. También se pueden observar cientos de latas contenedoras del gas expuestas. Pero también se reconoce que este gas era por entonces muy usado para desinfectar ropas, algo necesario en un sitio así donde, como he dicho, las infecciones debían estar a la orden del día. Su presencia no es por tanto prueba en sí misma.
- En un lugar se encuentran los cabellos que les cortaron a los prisioneros. Bien es sabido que el corte de pelo al 0 es una de las primeras medidas higiénicas a considerar, en una época en la que muchas enfermedades infecciosas hoy erradicadas aún existían, y más aún en espacios densamente ocupados y llenos de suciedad como debía ser el campo en su día. Pero según nos dice la exposición, el objetivo real era distinto: hacían papeles y cortinas con las cabelleras, y hasta en una exposición puede verse una alfombra fantásticamente bien conservada hecha con tiras de pelo. Dado que el cabello humano no es de lo más práctico para elaborar este tipo de material, este hecho sólo puede atribuirse a la pura maldad. Pero no suena demasiado creíble.
- Las fotos colectivas de los prisioneros muestran hacinamiento, cochambre, miseria, hambre y la cercanía de la muerte en muchas de las víctimas. No cabe duda. Ahora bien, no son diferentes a las fotografías que se puedan ver de otros campos de concentración, o incluso de otros que aún hoy existen en muchas partes del mundo.
En muchas fotos se ve a los prisioneros casi en esqueleto, sin un gramo de grasa o de músculo, auténticos cadáveres andantes...todos hemos visto alguna imagen de esas y no quiero poner ninguna. Sin duda, muchos de ellos estaban al borde de la muerte por inanición, una muerte espantosa. ¿intencionada o no? Aunque se dice siempre que sí, no hay pruebas concluyentes de ello. Téngase en cuenta que al final de la guerra ni en la propia Alemania había ya casi qué comer. Téngase en cuenta además otra cosa: enfermedades como el tifus provocan esa “derroición” corporal, semejante a la de pasarse 2 semanas sin comer.
En otras fotos se usa la emoción en cantidades industriales. Por ejemplo: "Foto de un grupo de niños que se dirigen a las cámaras de gas". Pero como ya he explicado, en ninguna fotografía aparecen fotos de las mismas, ni referencias en los documentos ni quedan restos de las mismas… simplemente hay que creerlo y ya está.
- Hay enormes montones de objetos personales recuperados, como supuesta prueba documental del genocidio. Bien, cierto es que, y no hay motivos para dudar de su autenticidad. Pero no hay que dejarse llevar por las sensaciones, pues todos juntos a la vista impresionan, pero en conjunto no son más que unos miles o como muchísimo unas pocas decenas de miles.
- Se conservan miles de retratos de prisioneros que tomaban los alemanes al principio de cada internamiento. De las expuestas, la gran mayoría son polacos étnicos y hay muy pocos judíos, algo que llama la atención teniendo en cuenta que fueron, de acuerdo a la versión oficial, más del 90% de las víctimas. En el museo se explica que los alemanes no les tomaban foto a los judíos a partir de una fecha determinada y por eso hay pocas fotos de ellos puesto que sólo los "exterminaban", suena raro conociendo el carácter organizativo de los germanos. Todo puede ser.
- Lo ocurrido con los prisioneros polacos de Auschtwitz I está perfectamente documentado (y también algunos judíos de las primeras etapas) tanto sus fotografías, como dije antes, como informes oficiales que hablan de sus condiciones y hasta la causa de su muerte. Las lagunas empiezan a partir de 1942, con la construcción de Birkenau. Puede argumentarse que, dado que el campo precisamente se construyó porque el primero debía estar desbordado, a partir de ese momento se documentara mucho menos lo que ocurría allí. Lógico. Pero entonces me asalta la duda: sino ya no se documentaban los nombres de los nuevos prisioneros, siquiera su número ¿hasta qué punto son creíbles las cifras oficiales?
- Otros elementos: dibujos supuestamente realizados por prisioneros que muestran el horror de los campos, con los guardias mirando maliciosamente a sus víctimas con placer. Parecen casi caricaturas de esas tan típicas en la propaganda bélica.
Fotografías muy emotivas en todas partes.
Monumentos evocadores.
Y en resumen: muchas imágenes emocionales, pero no tantas evidencias.
Por último, y ya al margen de la experiencia de mi visita, no olvidemos que los liberadores del campo fueron los soviéticos, régimen represor y asesino por millones; que pocas lecciones pudieren dar de humanidad, y menos en Polonia. Por ejemplo, durante décadas se culpó a los alemanes de los asesinatos en masa de Katyn (un lugar donde fueron fusilados más de 22.000 prisioneros polacos) pero a la caída de la URSS se reconoció quién había sido realmente. Si se mantuvo esta negativa durante tantas décadas ¿que evita que en otros casos pase exactamente lo mismo?
Se dice miles de veces esta frase pero no por ello deja de ser mentira: la historia la escriben los vencedores.
Son otros muchos los aspectos dudosos,. El baile de cifras de entre cientos y miles y hasta millones de personas (¿cómo es eso posible?) El inasumible gasto en combustible que supuso el holocausto en las cámaras mientras los panzer alemanes estaban con el depósito casi vacío, etc… pero como esto ya está fuera de lo que concierne a mi vista y estoy lejos de ser experto en la materia, me mantengo callado al respecto.
CONCLUSIÓN:
En fin, como veis todo esto lo he escrito a vuelapluma, según me iba viniendo todo.
Hay alg que pocas veces se discute fuera de ámbitos disidentes: gran parte de las víctimas, al menos, no eran judías y a ellas nunca se les recuerda ¿Por qué? ¿Por qué tanga propaganda con ellos? ¿Por qué de los polacos católicos, por ejemplo, que murieron a cientos de miles, nunca se dice nada?
En fin, lo voy a dejar por el momento. Solo deseo dos cosas: que algún día descubramos la verdad, sea ésta cual sean y que estén con Dios todas las víctimas inocentes asesinadas por cualquier régimen.
P.D : Lamento no haber aportado fotos, pues solo hice una en la entrada.
PD2: Aunque inicialmente pensada para Disidencia, no la publiqué hasta hoy aquí por diversas cuestiones, entre otras porque sacar el tema este no beneficia en nada a la Disidencia. Léase:
AFRONTANDO EL HOLOCAUSTO. Unos buenos amigos me convencieron para que la publicara al final.
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