Sí que es interesante, asi que lo traduzco.
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La Navidad en Belén me hace sentir solo. Caminando por la Plaza del Pesebre, viendo las tiendas donde venden Reyes hechos de madera de olivo y guiando los autobuses llenos de turistas cristianos, me doy cuenta de cuántos de mis viejos amigos han emigrado, cuánto de la ciudad ha cambiado hasta hacerla irreconocible. Hoy en Belén, el sonido de la llamada al rezo musulmán, saliendo desde docenas de mezquitas ahoga el sonido de las amables campanadas de las iglesias.
Tenía 8 años cuando mi familia se trasladó a Belén en 1949. Éramos refugiados musulmanes y veníamos del recién creado Israel. Por entonces, casi toda la población era cristiana. Fuí a una escuela cristiana y cantaba en el coro de la iglesia. Me encantaba ir a misa el domingo y cerrar mis ojos, escuchando la cadencia de la Misa en latín - que yo no entendía- y respirar el aroma del incienso.
Por entonces, "cristiano" y "musulmán" eran etiquetas que nos guardábamos para nosotros. No importaba de qué religión eras. Era común que los musulmanes fuésemos a Misa el domingo, ya que honramos a Jesús y María, o, como les llamamos en árabe, Issa y Miriam. Las mujeres musulmanas rezaban en la gruta láctea, donde se dice que María amamantó y cuidó a Jesús ante de su huída a Egipto. Visitábamos los hogares de nuestros amigos cristianos e íbamos de picknick con ellos en primavera cuando los albaricoques florecían. En Navidad, niños musulmanes y cristianos se vestían con sus mejores y más coloridas ropas. Había luces por todas partes; de niño me deslumbraba. Todavía hay cadenas de luces cubriendo la Plaza del Pesebre y la Iglesia de la Natividad -quizá más luces- pero para mí, cada una de ellas quema en mi memoria aquellos espléndidos dias perdidos y a mis amigos cristianos que se han ido. ¿Dónde han ido? Después de todo, algunas de sus familias han vivido aquí desde el Nacimiento de Cristo o incluso más. La explicación más sencilla es que los cristianos de Belen se vieron atrapados entre el auge del islamismo extremo y la severidad de la ocupación israelí. Dado que la ciudad está bajo el control de la Autoridad Palestina, la fuerzas de seguridad israelíes están construyendo un muro de hormigón de 8 metros alrededor. Los israelíes engloban a los cristianos junto al resto de palestino como posibles terroristas. La peluquera de mi mujer es una cristiana que se va vivir a Australia porque está preocupada por sus hijas. Volviendo de la escuela, las adolescentes fueron ridiculizadas por un grupo islamista, simplemente porque llevaban cruces. "No quiero que mis hijas crezcan en una sociedad intolerante", dijo.
Llevar cruces en los punto de control israelíes no ayuda. Para el personal de seguridad, todos somos palestinos y peligrosos. Incluso con permiso, los habitantes de Belén tienen que pasar por el control para ir a Jerusalén. A veces lleva hasta una hora pasar el puesto. Como decía un estudiante cristiano el otro día, "Jesucristo no habría podido abandonar Belén hoy día a no ser que hubiese enseñado una indentificación magnética, un permiso y sus huellas dactilares".
Al menos el muro de seguridad israelí está atrayendo a un nuevo tipo de turista, el guerrillero grafitero. Recientemente el artista fantasma británico Banksy llevo a un grupo de artistas al muro. Pintó un dibujo de una paloma de la paz bajo fuego antiaéreo en medio del punto de mira de un francotirador. Y en el lado de una casa, dibujó una niña con un vestido rosa cacheando a un soldado israelí. A veces, el grafiti levanta mi ánimo. Otras veces, cuando estoy enfadado por haberme retrasado por el control, pienso que sólo el arte no puede derribar el muro alrededor de mi Belén. Pero lo que me hace reir -con algo de amargura, debo admitir- es el símbolo del ejército israelí colocado encima del punto de control a la entrada de Belén. En el se puede leer: "La paz sea contigo".
Extrañamente, no es una esperanza en vano. Mi hijo ha puesto un arbol en su hogar musulmán; me ha dicho que busque un traje de Papá Noel, y mis nietos están aprendiendo villancicos. Esta es la paz que encuentro en Belén en Navidad.
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