La Noria y Elplural.com, condenados por mentir
No te fíes de la prensa de izquierdas
A La Noria de Telecinco la han condenado por manipular las declaraciones de una ciudadana sobre el caso del doctor Montes, el Gran Sedador, manipulación que hacía decir a la ciudadana lo contrario de lo que realmente dijo. Los tribunales también acaban de condenar a Enric Sopena, de Elplural.com, por cubrir de basura (falsa) al presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. A esta gente no se la ha condenado por sus opiniones, sino por mentir. Y ambos mintieron para favorecer al Gobierno Zapatero. ¿Qué está pasando aquí?
Elmanifiesto.com
Lo que está pasando es que la prensa de izquierdas, reina del mambo, ha dominado durante tanto tiempo y con tan poca oposición que ya ha perdido toda prudencia. Por eso se permite excesos que violan abiertamente la ley, faltan a la verdad y reducen la ética periodística a fosfatina.
El caso de La Noria de Telecinco es ejemplar. La Noria es un producto de entretenimiento que destaca por su agresiva línea izquierdista. Ahora ha sido condenada por los tribunales a rectificar la entrevista a la presidenta del Defensor del Paciente, Carmen Flores. En ella se "alteró" y "manipuló" su opinión acerca de los casos de posible mala praxis del hospital Severo Ochoa. Aunque la intención era dar a conocer sus impresiones sobre el caso, se produjo "una alteración grave de la intención de la entrevistada" porque sólo se difundió una parte mínima de la entrevista, sacando de contexto lo dicho por Flores. Resultado: ella hablaba contra Montes, pero pareció lo contrario.
Esta noticia se suma a la reciente condena del periodista Enric Sopena y su diario digital, Elplural.com, también inequívocamente izquierdista. Periodista y periódico han sido condenados por intromisión ilegítima en el derecho al honor de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT). La condena recae sobre el conocido periodista en calidad de director de Elplural.com así como sobre Corporate Communicator S.L., editora del portal. A ambos los hace responsable de la publicación de un serial de cinco reportajes sobre la AVT, Francisco José Alcaraz (presidente de la entidad en el momento de la difusión de las piezas periodísticas) y su esposa. La sentencia considerado probado que no demostraron veracidad, no contrastaron las informaciones publicadas e incurrieron en falsedades graves. Así, aseguraron que la AVT cobraba a las viudas de víctimas, que Alcaraz recibía un salario de 6.000 euros en concepto de dietas o que la esposa de éste, al frente del departamento jurídico, tenía un sueldo de 3.000 euros. La decisión judicial señala que la editora de Elplural.com tendrá que indemnizar a la AVT por daños morales.
Estos dos ejemplos destacados de medios de izquierdas pillados en flagrante mentira han de sumarse a otros, más veniales, pero también significativos: el diario Público colgó en su web la encuesta sobre el segundo debate entre Rajoy y Zapatero una hora antes de que el debate en cuestión se celebrara; el editorialista de El País celebró con prosa ditirámbica la victoria abrumadora de Zapatero sobre Rajoy en un debate que el editorialista no había visto.
Los lectores recordarán la tremenda manipulación que la SER hizo de los atentados del 11-M, mintiendo a conciencia, inventando terroristas suicidas donde no los había y volviendo los crímenes contra el Gobierno Aznar. También recordarán la manipulación de la catástrofe del “Prestige” en la cadena de televisión Telecinco, cadena que, por cierto, no ha prestado la menor atención a catástrofes semejantes o aun más graves ocurridas bajo el mandato de Zapatero, como la de Algeciras.
La trama
La manipulación a conciencia de la información con fines estrictamente partidistas ha alcanzado niveles de virtuosismo en Cataluña, donde los medios locales, extremadamente serviles hacia el poder autonómico, fueron capaces de tragarse literalmente el socavón del barrio de El Carmelo, tratando de ocultar a la opinión pública un suceso de enormes dimensiones. También fue en Cataluña donde se constituyó un Consejo Audiovisual cuyas primeras medidas fueron la persecución de las cadenas de radio críticas con el poder.
Por otro lado, el poder mediático de la izquierda, aunque sometido a eventuales vaivenes (véase la guerra del fútbol entre Prisa y La Sexta), se asienta en relaciones de muy buena vecindad. Hay dos polos fundamentales que son Prisa (El País, la SER, Cuatro, etc.) y Mediapro, la empresa del potentado socialista catalán Jaume Roures (La Sexta, Público).
Alrededor de estos dos ejes se estructura todo el entramado del actual poder mediático de la izquierda. El presidente de la RTVE de Zapatero, Luis Fernández, ha hecho su carrera en PRISA y en Telecinco; antes de llegar a la cadena pública estaba en el Grupo Imagina, fusión de Árbol y Mediapro, que son los padres de La Sexta. El director de TVE, Javier Pons, viene de El Terrat, la productora de Buenafuente, que a su vez tabaja para Mediapro. La directora de programas de TVE es Eva Cebrián, hija de Juan Luis Cebrián, “mago” del grupo Prisa. Mediapro y Globomedia se han convertido en las principales proveedoras de contenidos de TVE; la segunda, además de gobernar La Sexta, tiene una amplia presencia en la parrilla de Telecinco.
El retrato de la Gran Familia no estaría completo sin mencionar a los ex componentes del grupo comunista catalán La Trinca, reconvertidos en prósperos hombres de negocio gracias al mercado televisivo: el conglomerado Gestmusic-Endemol-Zeppelin-Diagonal TV, que lo mismo produce telebasura que culebrones de deformación histórica. Bajo el reinado de Zapatero, la alianza entre el socialismo-caviar madrileño (Prisa) y el socialismo-caviar catalán (Roures) parece haber cuajado. Estos son los nombres –una tribu reducidísima- en los que se concentra el poder mediático en España.
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