De todas formas me da que algunas veces, los españoles, pecamos de paranoicos. Sin tener demasiada fe en la capacidad intelectual del pueblo norteamericano (como últimamente no la tengo en la del pueblo español) me resulta difícil creer que sean tan elementales y bobos para creerse que todos los celtíberos somos como Torrente, sólo por ver una película. Es como si yo pensara que todos los norteamericanos son igual a Jerry Lewis después de visionar la peli “El profesor chiflado”.
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